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A unas horas para que Andres Manuel Lopez Obrador, presidente de México rinda su segundo informe de gobierno ante el Congreso de la Unión en el inicio del periodo ordinario de sesiones, se han conocido en medios de comunicación al menos tres mensajes de invitación a la sociedad para escuchar el mensaje político luego de la entrega por escrito del estrado que guarda la nación. Nunca como ahora un presidente ha polarizado tanto a la sociedad mexicana. No entiende, o peor aún, no quiere entender que la polarización y la confrontación es la peor apuesta y que de esa manera jamás saldremos adelante. En dichos mensajes no habla de avances o logros de su gobierno, se pelea con sus “adversarios”, riñe contra los “conservadores” y lo más preocupante, plantea una condición en la sociedad totalmente fuera de la realidad. En un primer mensaje el presidente de este país dice que la pandemia nos trajo dolor y tristeza pero que “ya estamos levantando”, así con todo y gerundio porque aplica un modelo nuevo en donde ya no es como antes donde se rescataba a los banqueros y a los grandes empresarios. Dice que “ahora se está rescatando al pueblo; por el bien de todos primero los pobres”.
Con su desgastada e irreal frase concluye el sencillo “spot” que muestra al presidente en un Palacio Nacional vacío porque ahora lo usa como patio de su casa. Hay que recordar que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía así como el Banco de México han planteado que la economía mexicana “no está levantando”, por el contrario, al cierre de este año 2020 la contracción del Producto Interno Bruto alcanzará el 13.8 por ciento debido a la paralización que nos trajo la pandemia de Covid-19, cuyos efectos fueron más pronunciados porque antes del problema sanitario, México ya venía con una pronunciada caída económica y salida de capitales nacionales e internacionales debido a las malas señales que ha enviado al mercado las decisiones tomadas en la presente administración. ¿Se rescata a los pobres?, también es impreciso.
El desempleo ha crecido a niveles nunca antes vistos, debido a que como no se ofreció un plan de apoyo fiscal y financiero a las empresas, la gran mayoría tuvieron que recortar personal y otras más quebraron con el consecuente desempleo. Lo que el presidente considera un acto de justicia social el no apoyar a empresas resultó en el desempleo de los más pobres, que por cierto decenas de miles de ellos votaron por el actual gobierno. Basta ver cómo en calles de la Ciudad de México la cantidad de personas sin trabajo, que venden botanas chatarra o limpian parabrisas ha aumentado significativamente sin que nadie se ocupe de ellos. Será interesante ver el uno de diciembre, si en su mensaje político hay algo de autocrítica.
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