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domingo, 9 de agosto de 2020

Por qué hace 100 años muchos se negaron a usar tapabocas contra la gripe española

México a punto de cuplir el "escenario muy catastrófico" de López Gatell

9 de agosto de 2020 1:00 a. m.
CIUDAD DE MÉXICO, agosto 9 (EL UNIVERSAL).- Si el número de muertes por Covid-19 sigue como en las últimas dos semanas, México alcanzará, entre los próximos 10 a 12 días, un escenario "muy catastrófico" del que habló el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López- Gatell, puesto que se rebasarían las 60 mil defunciones.
México rebasa 52.000 muertes y 475.000 contagios por COVID-19
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El 4 de junio el funcionario dijo que la estimación de fallecimientos por Covid-19 realizada por el gobierno federal era de 30 a 35 mil personas; sin embargo, en un escenario "muy catastrófico" se preveía llegar hasta las 60 mil.
López-Gatell explicó que dichas estimaciones se hicieron desde febrero, antes de que se reportara el primer caso positivo en el país, con base en información de la pandemia en Wuhan, China, y algunos países donde empezaba, como Estados Unidos.
"La estimación más baja fue de 6 mil muertes, pero también se consideraron escenarios de 8 mil, 12 mil 500, 28 mil, incluso un escenario muy catastrófico de 60 mil. ¿Cuál de ellos es real? Todos pueden serlo", manifestó.
López-Gatell pide no politizar pandemia
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Ahora, a 143 días de distancia de la primera muerte, México superó los 50 mil decesos y ocupa el tercer lugar entre los países con más fallecimientos Covid.
Este sábado, el país superó las 52 mil muertes por Covid-19, con un total de 52 mil 6, por lo que faltan 7 mil 994 para alcanzar las 60 mil. Si cada día se reportan 666 decesos, se llegará al escenario "catastrófico" en 12 días, pero en caso de que se registren más de 700 fallecimientos, esta cifra se rebasaría el próximo 18 de agosto.
 
México suma 52 mil muertes por Covid-19 y más de 475 mil casos
El Universal
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Un modelo presagia cifras según el uso de mascarillas

Según el modelo epidemiológico del Instituto de Métricas y Evaluación de Salud (IHME), de la Universidad de Washington, la previsión de decesos en México bajó a 97 mil 923 para el 1 de noviembre (el pasado 7 de julio había pronosticado 103 mil 977 defunciones para esa fecha).
En la última actualización este reporte destacó que los 97 mil 923 fallecimientos son un promedio en una horquilla que va de 76 mil 188 a 119 mil 514. El modelo señaló que en caso de usar cubrebocas, los decesos podrían bajar a 85 mil 742 víctimas, un promedio de 68 mil 345 a 103 mil 326.
En contraste, advirtió, de relajarse las medidas de distanciamiento, México podría llegar el 1 de noviembre a los 140 mil 217 decesos. El IHME estimó que para ese mes el sector salud requerirá un promedio de 12 mil camas generales, de las que 3 mil 500 serán de terapia intensiva.
Asimismo, resaltó que para el 1 de diciembre, si la población no sigue las medidas, se podrían acumular 151 mil 280 decesos, con un rango de entre 129 mil y 182 mil muertes. El escenario más positivo sería de 104 mil 151 fallecimientos, mientras que el más negativo sería de 120 mil.
No obstante, un modelo internacional hecho por el científico Youyang Gu, especialista en aprendizaje de máquinas del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT), pronosticó tres escenarios para el 1 de septiembre en el país: uno optimista, con 37 mil muertos -que ya fue superado-; uno intermedio, con 81 mil, y uno grave, con 104 mil.
Datos de este sistema indicaron que el pico máximo de contagios ocurriría a mediados de julio y el acmé de muertes cada día sería a fines de este mes, mientras que las defunciones bajarían de las 500 diarias hasta septiembre, por lo que México se mantendría en el ranking de países con más muertes por Covid-19.
Balance nacional de la epidemia
  • De acuerdo con expertos, el uso de cubrebocas puede marcar una gran diferencia en contagios y defunciones.
  • 6,000 decesos a causa del Covid-19 fue el pronóstico más bajo que realizó el gobierno federal.
  • 52,006 personas han perecido en territorio nacional hasta el momento, informaron las autoridades.
  • 97,923 fallecimientos son la proyección para el país del Instituto de Métricas y Evaluación de Salud.
  • 475,902 infecciones se reportan en México; la cifra estimada sería de 516 mil 310, detalló la Ssa.
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Por qué hace 100 años muchos se negaron a usar tapabocas contra la gripe española

J. Alexander Navarro* - The Conversation
9 de agosto de 2020 2:34 a. m.
Durante la pandemia de covid-19, se han organizado manifestaciones en contra del uso de mascarillas en Estados Unidos.
Durante la pandemia de covid-19, se han organizado manifestaciones en contra del uso de mascarillas en Estados Unidos.
Todos hemos visto los titulares alarmantes: los casos de coronavirus están aumentando en 40 estados de Estados Unidos, con nuevos fallecimientos y tasas de hospitalización aumentando a un ritmo alarmante.
Los funcionarios de salud advirtieron que EE.UU. debe actuar rápidamente para detener la propagación o se correrá el riesgo de perder el control sobre la pandemia.
Para controlarlo existe un claro consenso de que se deben usar mascarillas en público y practicar el distanciamiento social.

¿Nos protegen realmente las pantallas faciales del coronavirus?

Cada vez más científicos opinan que las pantallas faciales pueden ser una buena alternativa para protegerse del coronavirus pero hay que saber cómo usarlas.
Si bien la mayoría de los estadounidenses apoyan el uso de tapabocas, el cumplimiento generalizado y constante ha resultado difícil de mantener en las comunidades de todo el país.
Manifestantes se reunieron frente a los ayuntamientos de la ciudad de Scottsdale, Arizona; Austin, Texas; y otras ciudades para protestar contra los mandatos locales respecto a las mascarillas.
Varios alguaciles del estado de Washington y de Carolina del Norte han anunciado que no harán cumplir las normativas de uso.
He investigado extensamente la historia de la pandemia de 1918.
En ese momento, sin vacunas o terapias farmacológicas efectivas, las comunidades de todo el país instituyeron una serie de medidas de salud pública para frenar la propagación de una epidemia de influenza mortal: cerraron escuelas y negocios, prohibieron reuniones públicas y aislaron y pusieron en cuarentena a los infectados.
Titulares de periódicos de Chicago relacionados con la pandemia de gripe española que incluyen: "Redadas policiales en bares en la guerra contra la influenza", "Toque de queda en la ciudad" y "Quien estornude sin taparse será detenido".
Titulares de periódicos de Chicago relacionados con la pandemia de gripe española que incluyen: "Redadas policiales en bares en la guerra contra la influenza", "Toque de queda en la ciudad" y "Quien estornude sin taparse será detenido".
Muchas comunidades recomendaron o exigieron que los ciudadanos usaran mascarillas en público, y eso, no los onerosos encierros, fue lo que provocó la mayor ira.

Por la patria

A mediados de octubre de 1918, en medio de una terrible epidemia en el noreste y brotes de rápido crecimiento en todo el país, el Servicio de Salud Pública de Estados Unidos distribuyó folletos recomendando que todos los ciudadanos usaran tapabocas.
La Cruz Roja sacó anuncios en los periódicos alentando su uso y ofreció instrucciones sobre cómo fabricar mascarillas en casa con gasa e hilo de algodón.
Algunos departamentos de salud estatales lanzaron sus propias iniciativas, sobre todo California, Utah y Washington.
En todo el país, los carteles presentaban el uso de mascarillas como un deber cívico: la responsabilidad social se había incrustado en el tejido social mediante una campaña de propaganda federal masiva en tiempos de guerra lanzada a principios de 1917, cuando Estados Unidos entró en la Primera Guerra Mundial.
Siguiendo la recomendación de la Junta de Salud de Nueva York, es "Mejor ser ridículo que estar muerto", un barrendero usa una mascarilla en octubre de 1918.
Siguiendo la recomendación de la Junta de Salud de Nueva York, es "Mejor ser ridículo que estar muerto", un barrendero usa una mascarilla en octubre de 1918.
El alcalde de San Francisco, James Rolph, anunció entonces que "la conciencia, el patriotismo y la autoprotección exigen un cumplimiento inmediato y rígido" del uso de tapabocas.
En las cercanías de Oakland, el alcalde John Davie declaró que "es sensato y patriótico, sin importar cuáles sean nuestras creencias personales, proteger a nuestros conciudadanos uniéndonos a esta práctica".

Sin orden

Los funcionarios de salud entendieron que cambiar radicalmente el comportamiento del público era una tarea difícil, especialmente porque a muchos les resultaba incómodo usar mascarillas.
Los llamamientos al patriotismo solo podían llegar hasta cierto punto.
Como señaló un funcionario de Sacramento (California), las personas "deben ser obligadas a hacer las cosas que son mejores para sus intereses".
La Cruz Roja declaró sin rodeos que "el hombre, la mujer o el niño que no use mascarilla es ahora un negligente peligroso".
Numerosas comunidades, particularmente en todo el Occidente del país, impusieron ordenanzas obligatorias. Algunos condenaron a los delincuentes a penas de cárcel breves y las multas oscilaron entre US$5 y US$200.
En San Francisco,los jueces se salieron de las cortes y los juicios se hicieron al aire libre... pero sin mascarillas.
En San Francisco,los jueces se salieron de las cortes y los juicios se hicieron al aire libre... pero sin mascarillas.
La aprobación de estas ordenanzas fue con frecuencia un asunto polémico. Por ejemplo, el director de salud de Sacramento tuvo que intentar varias veces antes de lograr convencer a los funcionarios de la ciudad de que promulgaran la normativa.
En Los Ángeles, no fue aprobada. Un proyecto de resolución en Portland, Oregón, provocó un acalorado debate en el consejo de la ciudad y un funcionario declaró la propuesta como "autocrática e inconstitucional", y agregó: "Bajo ninguna circunstancia me pondrán un bozal como a un perro hidrófobo". La medida no prosperó.
La junta de salud de Utah consideró emitir una orden obligatoria de mascarillas en todo el estado, pero decidió no hacerlo, argumentando que los ciudadanos sentirían una falsa seguridad y relajarían sus cuidados.
A medida que la epidemia resurgía, Oakland debatió una segunda orden de uso de tapabocas después de que el alcalde contara enojado que lo habían arrestado en Sacramento por no llevar una puesta.
Un médico prominente que asistió al debate comentó que "si un hombre de las cavernas apareciera... pensaría que los ciudadanos enmascarados son todos lunáticos".

Con orden

En los lugares donde las órdenes de usar mascarillas se implementaron con éxito, el incumplimiento y el desafío se convirtieron rápidamente en un problema.
En Chicago, solo uno de los barberos de este local usa mascarilla, algo que, en este caso, es imposible para cualquiera de los clientes.
En Chicago, solo uno de los barberos de este local usa mascarilla, algo que, en este caso, es imposible para cualquiera de los clientes.
Muchas tiendas que no estaban dispuestas a rechazar clientela, no prohibían el ingreso a los desenmascarados.
Los trabajadores se quejaron de que los tapabocas eran demasiado incómodos para usarlos todo el día.
Una vendedora de Denver se negó porque dijo que "se le dormía la nariz" cada vez que se ponía una. Otra dijo que creía que "una autoridad superior al Departamento de Salud de Denver se ocupaba de su bienestar".
Como lo expresó un periódico local, la orden de usar máscaras "fue casi totalmente ignorada por la gente; de hecho, la orden es motivo de burla".
La regla fue enmendada para aplicarse solo a los conductores de tranvías, quienes luego amenazaron con hacer huelga. Se evitó una huelga cuando la ciudad flexibilizó la norma una vez más.
Denver soportó el resto de la epidemia sin ninguna medida que protegiera la salud pública.
En Seattle, por su parte, los conductores de tranvías se negaron a rechazar a los pasajeros sin tapabocas.
Un conductor de tranvía rechaza la entrada a un viajero que no usa mascarilla en Seattle, Washington, diciembre de 1918.
Un conductor de tranvía rechaza la entrada a un viajero que no usa mascarilla en Seattle, Washington, diciembre de 1918.
El incumplimiento estaba tan extendido en Oakland que los funcionarios delegaron a 300 voluntarios civiles del Servicio de Guerra para conseguir los nombres y direcciones de los infractores para que pudieran ser acusados.
Cuando entró en vigencia una orden de mascarillas en Sacramento, el jefe de policía ordenó a los oficiales: "Salgan a las calles y siempre que vean a un hombre sin tapabocas, tráiganlo o manden a buscar el carro". En 20 minutos, las estaciones de policía se inundaron de delincuentes.
En San Francisco hubo tantos arrestos que el jefe de policía le advirtió a los funcionarios de la ciudad que se estaba quedando sin celdas en la cárcel. Los jueces y oficiales se vieron obligados a trabajar hasta altas horas de la noche y los fines de semana para despejar la acumulación de casos.

Protestas

Muchos de los que fueron sorprendidos sin mascarillas eran personas que pensaron que podían ir a hacer un mandado o al trabajo sin que los atraparan.
En San Francisco, sin embargo, el incumplimiento inicial se convirtió en un desafío a gran escala cuando la ciudad promulgó una segunda ordenanza sobre tapabocas en enero de 1919, momento en que la epidemia se disparó nuevamente.
Muchos denunciaron lo que consideraron una infracción inconstitucional de sus libertades civiles.
La decisión de arrestar a quienes no usaran mascarillas llenó las cárceles de "delincuentes".
La decisión de arrestar a quienes no usaran mascarillas llenó las cárceles de "delincuentes".
El 25 de enero de 1919 aproximadamente 2.000 miembros de la Liga Antimascarilla hicieron una manifestación para denunciar la ordenanza de tapabocas y proponer formas de derrocarla. Entre los asistentes se encontraban varios médicos destacados y un miembro de la Junta de Supervisores de San Francisco.

Ayer y hoy

Es difícil determinar la efectividad de las máscaras utilizadas en 1918.
Hoy en día, tenemos un creciente cuerpo de evidencia de que los revestimientos faciales de tela bien confeccionados son una herramienta eficaz para frenar la propagación del covid-19.
Sin embargo, queda por verse si los estadounidenses mantendrán el uso generalizado de mascarillas mientras la pandemia actual continúa desarrollándose.
Los ideales profundamente arraigados de la libertad individual, la falta de mensajes cohesivos y liderazgo en el uso de mascarillas y la desinformación generalizada han demostrado ser los principales obstáculos hasta ahora, precisamente cuando la crisis exige consenso y un cumplimiento generalizado.
Ese fue ciertamente el caso en muchas comunidades durante el otoño de 1918. Esa pandemia finalmente mató a unas 675.000 personas en EE.UU.
Ojalá que la historia no esté repitiéndose.
J. Alexander Navarro es el subdirector del Centro de Historia de la Medicina de la Universidad de Michigan.
Esta nota apareció originalmente en The Conversation y se publica aquí bajo una licencia de Creative Commons.
Lee la nota original en inglés aquí
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