Internacional. Fernando Sabag Montiel es el sujeto que intentó matar a la vicepresidenta de Argentina, Cristina Kirchner; situación que sorprendió a las personas que lo frecuentaban, y quienes lo definen como errático, inconstante y camaleónico, proclive a decir “cosas insensatas”. 

Conocido por sus allegados como “Tedi”, se dice que frecuentaba el circuito de bandas death metal, que aunque no pertenecía a ninguna banda musical, acumulaba miles de dólares en guitarras y amplificadores en su habitación, con marcas como Ampeg, Marshall, Orange y Mesa Boogie. 

El círculo que frecuentaba a Fernando Sabag Montiel asegura que se volvía una presencia incómoda al relatarles supuestas  experiencias paranormales con lágrimas en los ojos, les mostraba la piel de gallina al hablar. 

Asimismo, presumía de viajar a Uruguay, donde decía que la pasarían genial, que tenía departamento y dólares.

Sus posteos con mensajes insensatos en redes sociales eran constantes, casi como sus cambios de imagen y estilo, entre camisas y anillos, o, más recientemente, con tatuajes con símbolos tomados de la estética del nazismo esotérico.

Hubo un episodio en particular. El 17 de marzo de 2021, según confirmaron fuentes policiales, un policía porteño de la Comisaría 15A relató cómo interceptó un Chevrolet Prisma negro en su recorrido, sin patente trasera y con los vidrios delanteros bajos. Allí se presentó Sabag Montiel, que dijo ser empleado de una empresa telefónica. 

Explicó que la patente le faltaba debido a un choque ocurrido días antes. Decidió abrir el auto. Al abrir una de las puertas, cayó del vehículo un cuchillo de 35 centímetros de largo.

Así, se le labró un acta contravencional con intervención de la Fiscalía N°8 del fuero y se le secuestró el arma, un hombre con un cuchillo largo en su auto.

El destino inmediato de Sabag Montiel queda por definirse, con estudios de abogados que tocan el timbre en su domicilio de Villa del Parque en busca de representarlo y una causa a cargo de la jueza federal María Eugenia Capuchetti. Tras su detención, fue trasladado a una celda de la dependencia de la calle Cavia de la PFA. El arma que llevó a Juncal y Uruguay, con la que le gatilló a Cristina Fernández de Kirchner en la cara, una pistola Bersa calibre .380 con el número parcialmente limitado, es otro punto en la historia.