El nuevo 'regalo' para el Ejército por parte de AMLO: un poder que ya no ve límites
Cuando el periodo legislativo está por terminar los diputados de Morena y sus aliados, el Partido Verde y Partido del Trabajo, modificaron diversas leyes con el propósito de otorgar los recursos fiscales del Derecho de No Residente (DNR) a una “empresa paraestatal” que podrá “controlar, administrar y construir aeropuertos, ferrocarriles, así como dar servicios aeroportuarios, ferroviarios, turísticos y culturales.”
Fueron cambiadas la Ley Federal de Derechos y la Ley General de Turismo con una votación de 254 votos a favor. En las modificaciones se establece que la “empresa paraestatal” recibirá el 80 por ciento de los recursos obtenidos por el DNR (aproximados 19 mil millones de pesos) y el 20 por ciento restante será destinado al Instituto Nacional de Migración para mejora de sus servicios.
Legisladores de oposición manifestaron que esta medida significa el fortalecimiento del Ejército y Marina que son las instituciones que tienen alguna “empresa paraestatal” para “planear, realizar estudios, proyectos e inversiones en los sectores de la aviación, ferrocarriles, turismo y cultura”. Lo que significa que el gobierno de López Obrador continua con el fortalecimiento de las fuerzas armadas, al entregarles recursos que, al ser calificados como información de Seguridad Nacional, quedan en la opacidad al no poder ser auditados.
El sector turismo representa para el país una importante fuente de divisas y generación de empleo que, para poder mantener su competencia en el mercado mundial, requiere de recursos para la promoción de los diferentes destinos turísticos que ofrece en el extranjero. Con los cambios a las leyes el Fondo Nacional de Turismo (FONATUR) dejara de recibir 20 mil millones de pesos, que invertía en la promoción de la imagen de México en el Mundo.
Además de los cambios a las leyes que benefician al Ejército y la Marina, los legisladores de Morena y sus aliados, aprobaron por 264 votos a favor y 216 en contra, una reforma para garantizar que los títulos de vías férreas “deben mantenerse siempre en manos del Estado y que debe existir una temporalidad indefinida de estos”.
Esta reforma fue interpretada por legisladores de oposición como una estrategia del presidente López Obrador para entregar al Ejército de forma indefinida el Tren Maya.
Es un hecho que Ejercito y Armada son las instituciones que sirven a López Obrador en todo lo que se le ofrezca. Su capacidad y diversidad profesional es utilizada por López Obrador para hacer realidad sus ocurrencias. La tarea más notoria es el traslado de la Guardia Nacional al Ejército, recientemente rectificado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Además, auxilian a la población en casos de desastre natural, colaboran en la Seguridad Publica, reparten libros de texto, vacunas durante la pandemia, tienen a su cargo puertos marítimos, aeropuertos y aduanas, construyen el Tren Maya y lo hicieron con el aeropuerto Felipe Ángeles y demás.
Los cambios a las leyes en la última semana dotan al Ejército y la Marina de un mayor campo de acción al ponerlos en control de aerolíneas, aeropuertos, ferrocarriles, por tiempo indefinido, además de centros turísticos y culturales.
Los hechos de López Obrador a favor de las Fuerzas Armadas son contradictorios en términos absolutos respecto a su discurso como candidato cuando decía que, de llegar al poder, mandaría al Ejército a sus cuarteles y disminuiría su presencia pública.
Al llegar a la presidencia dio la impresión de que López Obrador cumpliría su palabra cuando eliminó a la Guardia Presidencial, cuerpo encargado de la seguridad del Poder Ejecutivo. En los primeros meses de su gobierno sucedió el “Culiacanazo”, cuando se detuvo a Ovidio Guzmán, para luego soltarlo por orden del presidente.
Después de esos sucesos se llevó a cabo un desayuno al que acudió la cúpula del Ejército y Fuerza Aérea. Fue orador el general Carlos Demetrio Gaytán Ochoa, quien entre otros criterios expresó que “esta última administración parece no entender la importancia de las instituciones y ha llevado al ejército a sufrir humillaciones”.
El presidente López Obrador comentó en esa ocasión que el discurso del general Gaytan había sido imprudente. Aseguró que la transformación que encabeza cuenta con el apoyo de la mayoría del pueblo “que no permitiría un golpe de Estado, como sucedió a Francisco I. Madero”.
Tres años después de ese episodio, el resultado es la entrega de López Obrador en manos del Ejército y la Marina al dotarlos de múltiples tareas que la Constitución reserva para los civiles. Por lo que es previsible que en el futuro la SCJN tendrá que componer lo que ahora ha sido desordenado, en función de una presunta eficacia castrense que también es seducida por las mieles del poder, como puso en evidencia la información sobre los paseos del secretario de la Defensa y su familia.
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