¡ESPECULACIÓN Y MENTIRA; LA REAPARICIÓN DE AMLO!
De de nueva cuenta el presidente cree y quiere que los ciudadanos confíen en su versión sobre su salud, sólo porque el lo dice
La buena noticia es que la salud del presidente mexicano se recupera.
Por lo menos es lo que exhibió un video de López Obrador en el que ofrece su versión de lo ocurrido el pasado domingo en Yucatán; video en donde se compara, de nueva cuenta, con ex presidentes como Madero, Juárez y Cárdenas.
Y es que según Obrador, sus adversarios lo han cuestionado y criticado tanto o más que a los próceres de la historia preferidos por el mandatario, al grado de que el odio en su contra se habría exacerbado con su más reciente crisis de salud.
Sin embargo, la mala noticia es que de nueva cuenta el mandatario recurrió a la mentira y a la interpretación maniquea de la historia para justificar la ola de especulaciones desatada por las mentiras oficiales y por la deficiente información del padecimiento presidencial.
Así, sin más evidencia que su palabra –una palabra que en cuatro años y medio acumula cien mil mentiras–, López Obrador reapareció en un extenso video en el que insistió en que su palabra es la ley; que no sólo está “bien de salud”, sino que está “de buenas”.
Es decir, que de nueva cuenta el presidente cree y quiere que los ciudadanos confíen en su versión sobre su salud, sólo porque el lo dice; quiere que crean en su palabra sobre el buen desempeño del país, porque él lo dice, a pesar de que todos los mexicanos padecen el fallido gobierno de AMLO.
Lo cierto es que el presidente mexicano no entiende que la salud presidencial es un asunto de Estado y que a quien corresponde evaluar y avalar la salud del mandatario es a los médicos, no al paciente de Palacio y menos a los intereses políticos.
Además de que López Obrador no es médico y tampoco una voz confiable y creíble, ya que en casi cinco años ha formulado más de cien mil mentiras; sí, es el presidente más mentiroso del mundo y el campeón de mentir en la historia.
Pero lo que no entiende López, es que con el juego de la especulación, del engaño y la mentira –que son sus juegos predilectos de Palacio–, sólo está alentando una mayor ingobernabilidad y nutre el caldo de cultivo para un golpe de Estado.
No entiende el tirano de Palacio que en las casi 76 horas de ausencia a causa de su desvanecimiento, de la ingobernabilidad galopante y la mentirosa información proporcionada por su gobierno, México estuvo al borde del caos y de un intento golpista.
¿Y por qué vivimos el escenario ideal para un golpe de Estado?
1.- Porque vivimos una peligrosa ingobernabilidad catalizada por la ausencia del presidente, quien oficialmente está enfermo de Covid-19, pero cuya salud en realidad nadie conoce, más allá de la palabra del propio López Obrador.
Es decir, algo así como creer en la palabra del enfermo que sale del hospital y dice que él sabe más que los médicos.
¿Dónde está el informe oficial de la salud del presidente, más allá de la palabra del presidente?
2.- Porque hasta hoy nadie sabe, a ciencia cierta, quién realizó el papel de “presidente sustituto”. No sabemos quién nombró a ese “sustituto” y tampoco sabemos a partir de qué legislación.
3.- Porque en los hechos México pasó más de 70 horas sin el jefe del Estado y sin el jefe del gobierno, lo que significa una ingobernabilidad que atenta contra el sentido elemental de razón de Estado
4.- Porque en rigor, la Sedena y la Marina estuvieron sin el jefe máximo, lo que supone que tanto generales como almirantes de mayor rango hicieron lo que quisieron y, sobre todo, actuaron sin rendir cuentas a nadie.
5.- Porque se están produciendo eventos políticos del más alto nivel; como la reunión de gobernadores, convocados por quién sabe qué autoridad, a partir de quién sabe qué interés y para discutir quién sabe qué cosa secreta.
6.- Porque en medio de esa ingobernabilidad total, la mayoría de Morena en las cámaras del Congreso de la Unión llevó el trabajo legislativo a un frenesí de reformas que, también en los hechos, busca consolidar el poder total en un solo hombre.
7.- Porque en ese desenfreno de reformas legislativas, no sólo se violentaron todos los preceptos legales del Congreso, sino que se fortaleció, como nunca –y como si no fuera suficiente–, el poder militar; un poder que está a un paso del golpe de Estado.
8.- Y, sobre todo, porque al tiempo que ocurre todo lo anterior, crece sin freno y con todos los recursos del poder presidencial, la presión, el insulto y la degradación contra la Suprema Corte de Justicia; contra los ministros que defienden la Constitución y, en especial, contra la presidenta de la Corte, Norma Piña.
Sí, de nueva cuenta López Obrador en medio de la especulación y la mentira, con el riesgo que ello significa para la estabilidad del país.
Al tiempo.
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