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jueves, 27 de junio de 2024

Entrevista a Ted Postol. El sistema antimisiles de EE.UU. no interceptaría ni una sola ojiva nuclear rusa. Jonathan McCormick

 

Entrevista a Ted Postol. El sistema antimisiles de EE.UU. no interceptaría ni una sola ojiva nuclear rusa. Jonathan McCormick

(Traducido al castellano para la campaña «Que no nos arrastren a la guerra» por Montserrat de Luna, Eduardo Hernández y Manuel Pardo, a partir del original en inglés, aparecido en Štandard, el 19 de junio de 2024)


Los ataques de Ucrania a los radares que forman parte del sistema de alerta temprana nuclear de Rusia han estado a punto de llevarnos al borde del desastre. El problema es que, a diferencia de los estadounidenses, Moscú carece de un sistema de alerta eficiente en el segmento espacial.

Parece ser que Vladimir Putin aprobó el desarrollo del dron submarino Poseidón, que posee la ojiva nuclear más grande construida hasta ahora, por creer que está tratandcon insensatos. También es probable que los rusos tengan un sistema automatizado de represalia nuclear. Esto es lo que el principal experto en armas nucleares estadounidense, Theodore Postol, le dice al Standard.

El 22 de mayo de este año, drones ucranianos de largo alcance atacaron dos radares estratégicos rusos cerca de la ciudad de Armavir, en la región rusa de Krasnodar. Unos días después, el 26 de mayo, otro radar estratégico fue atacado cerca de la ciudad de Orsk, en la región de Oremburgo, a más de mil kilómetros de Ucrania.

Según los expertos, estos radares no pueden utilizarse para vigilar las actividades militares ucranianas, sino que forman parte del sistema de alerta temprana nuclear de Rusia, diseñado para alertar a los líderes rusos de ataques con misiles balísticos dirigidos a su territorio.

Aunque los portavoces rusos dijeron muy poco sobre los ataques, hubo observadores occidentales que se fueron alarmando a medida que los expertos iban explicando cómo este ataque a un sistema de alerta temprana hubiera podido tener como consecuencia un accidente nuclear catastrófico.

Uno de ellos fue Theodore Postol, profesor emérito de Ciencia, Tecnología y Política de Seguridad Nacional en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). El profesor Postol ha sido ampliamente reconocido durante mucho tiempo como uno de los mayores expertos de Estados Unidos en tecnología de armas nucleares y defensa antimisiles. Como asesor científico del Jefe de Operaciones Navales del Pentágono, tuvo acceso completo a los planes de guerra nuclear de EE.UU. y se le asignaron amplias responsabilidades en áreas como el conocimiento de las defensas antimisiles soviéticas, las actividades estratégicas de guerra antisubmarina de EE.UU. y el uso de armas nucleares tácticas y estratégicas. También asesoró en las propuestas de defensa antimisiles de Ronald Reagan en la Guerra de las Galaxias.

Desde que dejó el Pentágono y regresó a la vida académica, ha escrito ampliamente, a menudo de forma crítica, acerca de estos temas y de otros relacionados con ellos, como los efectos desastrosos de las armas nucleares y la necesidad imperiosa de que ambas superpotencias nucleares tengan sistemas de alerta temprana estables y confiables contra ataques nucleares. Casi inmediatamente después de los ataques a los radares de alerta temprana de Rusia a finales de mayo, el profesor Postol comenzó a realizar declaraciones públicas, como es el caso de este artículo publicado a principios de junio, señalando que tales ataques representaban una situación potencialmente catastrófica, no solo para Rusia o Ucrania sino también para los países occidentales.

¿Qué puede decirnos sobre estos ataques a los radares de alerta temprana nuclear de Rusia?

Dos radares fueron atacados en Armavir y, unos días después, tuvo lugar un ataque en Orsk. No hay mucha evidencia que sugiera que la estación de Orsk haya sido seriamente dañada, contrariamente a algunos informes. En el caso de Armavir, las fotos publicadas tras el ataque muestran daños significativos en los edificios que albergan las antenas de radar. Cada uno de los dos radares de Armavir está orientado hacia el sur. Uno cubre el sudoeste, con un abanico que va desde España hasta el Océano Índico. El otro cubre el sudeste, abarcando todo el Océano Índico, con el límite oriental del abanico dirigido hacia partes de Rusia. [Ver la imagen de más abajo.]

Ambos radares sufrieron graves daños: muros de hormigón fracturados, huecos en las estructuras, cosas así. Aunque las antenas de radar no parecen haber sido directamente dañadas, es importante entender que cada edificio cuenta en su interior con una enorme cantidad de equipos (guías de ondas, etc.) que alimentan las señales de radio y la energía de radio en las caras de los radares. Y, dada la fuerza de las explosiones que causaron los daños a la estructura exterior de hormigón y acero, puede estar seguro de que las ondas expansivas de esas explosiones se reflejaron en la estructura donde se encuentra todo este equipo crítico.

Por tanto, es de suponer que los daños en el interior han sido importantes aunque es difícil saber todo su alcance. Para los rusos, está clara la prioridad de reparar los daños sufridos cuanto antes pero siempre que tengan a su disposición los componentes necesarios para hacer los reemplazos de forma inmediata, recursos de guía de ondas por ejemplo. En caso contrario, tendrán que volver a fabricarlos. Así que no tengo ni idea de si los radares están funcionando o no.

¿Por qué esta situación es potencialmente tan peligrosa?

A diferencia de Estados Unidos, los rusos no tienen un sistema satelital de alerta temprana en el espacio con capacidad suficiente para detectar misiles lanzados desde cualquier parte del mundo. En lugar de ello, tienen un sistema de radar terrestre ubicado en diez emplazamientos.

El peligro es que la pérdida de estos dos radares en Armavir supondría que los dirigentes rusos en Moscú casi no tendrían tiempo para evaluar la situación en el caso de un posible ataque nuclear dirigido desde el sur.

Existe un radar en Moscú que podría detectar las ojivas lanzadas hacia territorio ruso pero tan solo desde su aparición sobre la línea del horizonte hasta el momento de su impacto. La extrema presión de tiempo a la que estarían sometidos dichos dirigentes, enfrentados a la decisión de lanzar o no fuerzas nucleares estratégicas rusas en respuesta a un ataque nuclear contra Moscú, podría aumentar significativamente las posibilidades de un accidente nuclear catastrófico.

Alcance de radar en Armavira y Orsk. Fuente: Responsible Statecraft

Entonces, ¿sería mejor para todos si Rusia tuviera un sistema de alerta situado en el espacio en lugar del sistema terrestre que tiene ahora?

Sí, un sistema situado en el espacio sería mucho mejor. Y la razón es la siguiente. Imagine que tiene tres satélites, más o menos espaciados por igual, en órbitas geosíncronas, de modo que están en posiciones fijas sobre la Tierra. Estos tres satélites tendrían vistas superpuestas de toda la Tierra. Podrían observar el Atlántico Sur, el Atlántico Norte, Australia, el Pacífico, cualquier parte, porque estarían mirando hacia abajo, y esencialmente interceptarían toda la superficie de la Tierra. Hay una pequeña región en los polos norte y sur donde no tendrían cobertura pero, situando satélites adicionales en órbitas excéntricas, también se alcanzaría a cubrir dichas zonas.

Estados Unidos dispone de un sistema de satélites como este pero Rusia no. Entonces, por ejemplo, si fuéramos Rusia y tuviéramos ese sistema, y hubiera un lanzamiento de misil desde un submarino Trident estadounidense en el Atlántico o en el Océano Índico, dirigido a Moscú, lo veríamos en el momento en que fuera disparado desde el agua. Y así se sabría de forma inmediata que algo malo estaba sucediendo, en lugar de perder unos minutos cruciales hasta que el misil fuera detectado por un radar terrestre.

Igual de importante sería en el supuesto de un ataque real y cronometrado por parte de Estados Unidos destinado a ‘ganar’ una guerra nuclear, y que iría acompañado de ataques masivos contra las fuerzas nucleares estratégicas rusas. En ese caso, también podríamos detectar, tan solo con un ligero retraso en el tiempo, lanzamientos masivos de misiles Trident estadounidenses -desde el Atlántico Norte y desde el Golfo de Alaska en el Pacífico, digamos- dirigidos hacia campos de misiles balísticos intercontinentales rusos, misiles móviles, puestos de mando, etc.

Por lo tanto, nuestro sistema global de alerta temprana situado en el espacio nos diría inmediatamente si estamos ante un único lanzamiento o ante un ataque masivo en evolución. El sistema de radar terrestre no puede hacer eso porque se necesita tiempo para que estas diferentes fuerzas alcancen las pantallas del radar y sean detectadas, debido a la superficie esférica de la Tierra. Por lo tanto, el sistema de alerta temprana situado en el espacio proporciona una especie de conciencia global inmediata de lo que está sucediendo.

Entonces, ¿por qué Rusia no tiene este tipo de sistema situado en el espacio?

Por razones que todavía no entiendo del todo, pero sé que es cierto, sabemos que es cierto porque tenemos muchas formas de monitorear lo que están haciendo.

Los rusos no han podido construir un sistema similar al que tiene Estados Unidos. Tienen algo, pero es un sistema muy limitado que requiere nueve satélites para tener una cobertura de 24 horas de una sola área pequeña en la Tierra, los campos de misiles balísticos intercontinentales del norte de los Estados Unidos. Estos satélites logran esta cobertura al estar en órbitas muy excéntricas, inclinadas tal vez 60 grados con respecto al eje de rotación de la Tierra. En un extremo de la órbita están por debajo de quizás unos 400 kilómetros de altitud, en el otro extremo de la órbita están por encima de los 40.000 kilómetros de altitud. Así que puedes pensar en esta órbita como si estuvieras dando latigazos a la Tierra. Y cada uno de esos nueve satélites permanece en posición durante dos horas y media, en las que observa los campos de misiles balísticos intercontinentales utilizando la denominada «visión del limbo terrestre» (rasante, NdT), desde un ángulo oblicuo, tratando de detectar el lanzamiento de misiles balísticos intercontinentales contra el fondo negro del espacio.

¿Quiere decir que esos campos de misiles balísticos intercontinentales están siendo observados lateralmente en vez de hacia abajo?

Correcto. Así que este es un esquema muy inteligente, pero básicamente indica que ellos no han desarrollado la tecnología para observar hacia abajo a la Tierra. Conocí a las personas involucradas y son muy capaces, ese no es el problema. Se trata de científicos e ingenieros extraordinariamente capaces. El problema es que la tecnología que tienen no les permite mirar directamente a la Tierra, porque cuando miras hacia abajo, hay una enorme cantidad de luz solar que se refleja en la Tierra y en las cimas de las nubes. Y tienes que ser capaz de restar ese fondo, y ver una señal muy pequeña de un misil balístico intercontinental contra ese fondo. Necesitas mucha electrónica. Se necesitan sensores infrarrojos extraordinariamente estables porque si el sensor no es estable, las diferencias en la señal de una imagen a la siguiente no te permiten restar el último fondo, porque estás recibiendo señales artificiales (ruido, NdT) por la inestabilidad del sensor.

De manera que supongo, y es una suposición, que no han sido capaces de dominar los extraordinarios sensores espaciales cualificados y los sistemas electrónicos necesarios para poder hacer esta resta. Y que, como alternativa, desarrollaron este sistema de observación de ‘limbo terrestre’ (rasante), muy inteligente, con el fin de ver al menos los campos de lanzamiento de misiles balísticos intercontinentales estadounidenses, pero eso es solo una pequeña parte del globo. Así que necesitan nueve satélites, porque tienen estas órbitas excéntricas para hacer esto. Pero, de hecho, solo cuatro de esos satélites están operativos actualmente, por lo que no tienen cobertura las 24 horas del día.

¿Por qué solo cuatro de los nueve satélites están en funcionamiento? ¿Cuál es el problema ahí?

No lo sé, pero supongo que los satélites son enormemente caros y se ha tomado la decisión, probablemente en los niveles más altos del gobierno ruso, de que deberían concentrarse en desarrollar la tecnología para la observación puntual de un objetivo y gastar el dinero en eso, en lugar de emplearlo en la construcción de satélites que, de todos modos, van a ser inadecuados para cumplir ese fin. Porque, de manera abrumadora, la gran amenaza que preocupa a los rusos, y con razón, y lo sé por múltiples discusiones con muchos oficiales militares rusos muy bien informados, la preocupación abrumadora son los submarinos Trident de EE. UU. en el Atlántico Norte.

Así que incluso si tuvieran los nueve satélites funcionando, no ayudaría con eso.

Correcto, ellos no pueden ver el Atlántico Norte con ese sistema. Y la razón por la que el Atlántico Norte es tan importante es que está cerca de Moscú. Es fácil hacerlos volar por lo que se llama trayectorias deprimidas, trayectorias que son más bajas y planas para que los radares los detecten aún mas tarde. Y el Trident es, con mucho, el sistema nuclear estratégico más capaz que tenemos. Es más preciso y más capaz en términos de destruir los sistemas de misiles terrestres rusos que, por ejemplo, los misiles balísticos intercontinentales Minuteman con base en tierra.

Así que todo esto era problemático, incluso antes de que Ucrania atacara estos dos radares de alerta temprana en Armavir. ¿Cómo cambia el panorama este ataque?

Entonces, imaginemos que tenemos un submarino Trident ubicado a 20 grados de latitud norte en el Océano Índico, que estos abanicos del radar están cubriendo. Si miras a Bombay en un mapa, en la costa oeste de la India, está aproximadamente a 20 grados de latitud norte. Así que elija un lugar en el Océano Índico a lo largo de esa latitud e imagine que hay un lanzamiento, y que el objetivo es Moscú. Recuerde, estos radares no son radares «más allá del horizonte» como la gente los ha estado describiendo constantemente. Tienen haces de radiación que se propagan básicamente en línea recta desde los puntos desde donde se emite la energía radio. Debido a la superficie esférica de la Tierra, pasará algún tiempo antes de que un misil se eleve hasta donde pueda ser detectado.

Por lo tanto, en nuestro ejemplo, si el misil se lanzase en un momento dado, el misil tardaría seis o siete minutos en realizar el vuelo propulsado y luego se deslizaría con sus ojivas nucleares hasta una altitud y distancia en los que entraría en el abanico del radar en Armavir y fuera detectado. Ahora bien, el tiempo total desde el lanzamiento hasta el impacto en Moscú es de unos diecinueve minutos. Entonces, al no haber sido detectado durante esos primeros seis minutos, quedarían solamente unos trece minutos de advertencia.

Eso es si Armavir está funcionando.

Si Armavir está funcionando, correcto. Ahora bien, si Armavir no funcionase, para cuando las ojivas entrasen en el abanico del radar del sistema de radar de Moscú, los dirigentes rusos tendrían tal vez entre ocho y nueve minutos de tiempo de advertencia. Por lo tanto, el ataque a Armavir reduciría literalmente su ya muy limitado tiempo para responder a un ataque nuclear. En cambio, si los rusos tuvieran un sistema de alerta temprana situado en el espacio, dispondrían de unos diecinueve minutos de tiempo de alerta antes de que Moscú fuera destruida. También sabrían de inmediato si se estarían lanzando o no misiles balísticos desde otras partes del mundo en un ataque coordinado.

Todos estos tiempos de advertencia son muy cortos, pero la diferencia entre diecinueve minutos frente a ocho y nueve minutos permitiría a los dirigentes rusos disponer de más tiempo para hacer una evaluación razonada de la situación en lugar de recurrir a una decisión automatizada que podría conducir a la destrucción accidental de Estados Unidos y de Europa Occidental.

Ucrania ha confirmado que estaba detrás de estos ataques, y un oficial de inteligencia ucraniano ha declarado que fue porque los radares estaban monitoreando a las fuerzas ucranianas en la parte sur de Ucrania. ¿Es posible que estos radares se estuvieran utilizando para eso?

No. El radar de Orsk no cubre en absoluto la dirección de Ucrania, y no es posible que los radares de Armavir observen los aviones que sobrevuelan Ucrania, ni detecten de forma fiable los misiles lanzados desde allí. Las altitudes son demasiado bajas. La verdadera amenaza para los aviones y misiles ucranianos proviene de los sistemas de radar aerotransportados rusos que están integrados con los sistemas de misiles terrestres rusos.

Estamos escuchando diferentes informes sobre si Estados Unidos estuvo o no directamente involucrado en estos ataques. Algunos dicen que se trató de una iniciativa puramente ucraniana y que los estadounidenses se sorprendieron por ello. Otros dicen que los estadounidenses tuvieron que estar involucrados porque se habrían utilizado equipos de satélite y radar occidentales para guiar los drones. ¿Qué le parece? Y si estuvieran involucrados, ¿cuál sería la motivación?

Bueno, permítame ser muy claro. No tengo ni idea de quién fue el responsable. Pero puedo especular. En primer lugar, creo que el liderazgo político ucraniano está básicamente desesperado. Es decir, estos tipos saben que han perdido la guerra. Han perdido más de medio millón de sus soldados por bajas y muertes, y están perdiendo un gran número cada día con las actuales actividades rusas.

Los rusos están inequívocamente en una postura militar destinada a destruir la mayor cantidad posible de las fuerzas armadas ucranianas. De modo que, cuando den el martillazo final – porque todavía tienen cientos de miles de efectivos, que aún no están comprometidas – podrían ocupar una gran cantidad de terreno fácil y rápidamente y con pocas bajas. Los líderes ucranianos, por el contrario, han seguido políticas claras e inequívocas de sacrificar a su propio pueblo de manera imprudente, y enfatizo lo de imprudente, para que parezca que todavía tienen la capacidad de luchar contra los rusos. Así, por ejemplo, han puesto todo tipo de fuerzas de refresco contra los rusos en contraataques que han fracasado catastróficamente y han dado como resultado la aniquilación de esas fuerzas.

Así que, en primer lugar, los dirigentes ucranianos han mostrado un desprecio temerario por la vida de su propio pueblo. Y eso me dice algo. Y luego han tratado de provocar a los rusos, con la esperanza de que escalen y hagan algo estúpido que de una forma u otra sacuda a Occidente para que redoble su apoyo a Ucrania. Así que no tengo ninguna duda de que los ucranianos querían escalar el conflicto al atacar los radares. Ahora bien, ¿entendían el tremendo peligro que estaban creando para el mundo entero? Puede que sí, puede que no. Si escuchas a Zelensky hablar en los últimos años, da la impresión de que la guerra de Ucrania es lo suficientemente importante como para poner en riesgo la seguridad del mundo entero.

Entonces, si los ucranianos decidieron hacer esto por su cuenta, lo que está diciendo es que fue un movimiento de escalada, con la esperanza de provocar a Rusia para que hiciera algo grande que arrastrara a Occidente más directamente a la guerra.

Sí, esa es la explicación más probable. Ahora, una segunda posibilidad, que no excluye la primera, es que Blinken y su equipo sabían de antemano sobre los ataques, pero no entendían cuán peligrosa podría ser esta acción. De hecho, dudo que tengan algún conocimiento de estos problemas de alerta temprana que he expuesto, porque estos tipos no han demostrado ningún conocimiento real de nada. Es decir, conocer las capacidades de alerta temprana de Rusia requeriría que realmente le pidieran a la comunidad de inteligencia que les informaran sobre ello.

He estado en la Casa Blanca para tratar sobre este tipo de temas en diferentes momentos de mi carrera. Por lo general, ninguna de estas personas piensa que merezca la pena dedicar unas horas a un asunto como este. Es increíble para mí que puedas estar en la Casa Blanca y no tener conocimiento de esto. No voy a entrar en esas historias aunque podría hacerlo. Ahora sé que la comunidad de inteligencia entiende estas cosas, pero permítame decirle cómo se desarrollan las sesiones informativas, porque lo sé por conversaciones personales que he tenido con personas que han estado al tanto de esta inteligencia.

Si hay un ataque a un radar ruso, alguien en los niveles superiores de la comunidad de inteligencia tendría que ser capaz de decir: debemos asegurarnos de que los ucranianos estén completamente informados sobre las limitaciones del sistema de alerta temprana ruso. Pero luego te adentras en las entrañas de la CIA y te encuentras a un pobre diablo que se ha sentido frustrado tratando de advertir a la gente sobre este peligro, y le das a esta persona la oportunidad de elaborar algunas diapositivas – porque a esa persona nunca se le permitirá informar a un nivel superior. Y luego, otra persona que no tiene una comprensión profunda del problema, mostrará las diapositivas – y puede que entiendan o no lo que están diciendo, o incluso qué diapositivas son las más importantes. Por lo que la gente de arriba no necesariamente tiene que saber.

Uno pensaría que tendrían a esas personas bien informadas a mano cuando realmente las necesiten.

No lo hacen.

¿Podrían estos ataques a los radares haber sembrado el pánico entre los líderes rusos hasta cierto punto? ¿Tiene alguna idea de lo que los rusos están pensando en este momento?

Bueno, creo que los rusos tienen un análisis consciente y bien meditado de su propia situación. He hablado con muchos oficiales rusos y, en primer lugar, no creen que Estados Unidos esté sentado esperando como un perro amarrado, listo para tratar de atacarlos. Ven a Estados Unidos como un adversario que es tremendamente capaz, extraordinariamente agresivo y que tiene un liderazgo que está muy mal informado, lo que les preocupa y debería preocuparles. A mi me preocupa. Pero no ven a Estados Unidos como suicida o irracional. Así que su enfoque es hacer lo que Putin está haciendo. Putin habla en nombre de Rusia y se ha tomado muy en serio su papel de liderazgo. Y ha dejado claro, en repetidas ocasiones, que una guerra nuclear entre Estados Unidos y Rusia resultaría en la destrucción de toda nuestra civilización.

¿Alguien cree hoy, en Estados Unidos o en Rusia, que se puede ‘ganar’ una guerra nuclear?

La gente habla de ello, y hay mucha gente que piensa que es posible. Lucha y gana. Puedo decirles – he estado involucrado en la revisión de los planes de guerra – que en Estados Unidos usamos nuestras armas con la esperanza de poder ganar una guerra nuclear con Rusia. Ahora bien, ¿qué significa eso? Bueno, la definición de ganar es que después del intercambio de armas nucleares, nos quedaríamos con una fuerza nuclear restante más grande y más capaz que la de Rusia. Esa es la definición de ganar.

Ahora bien, por supuesto, esa definición no incluye el hecho de que Estados Unidos ya no existiría como nación, ni tampoco Rusia. Es posible que algunos restos de estas fuerzas aún sobreviviesen y fueran capaces de lanzar más armas nucleares entre sí, pero ninguno de los dos países existiría. Tampoco lo haría Europa Occidental, por supuesto, porque Europa Occidental estaría definitivamente en lo más alto de la lista de objetivos de Rusia. Así que el mundo tal como lo entendemos, la civilización, definitivamente desaparecería. China se vería afectada, Japón, y así sucesivamente. Porque todos estos objetivos secundarios irían siendo alcanzados por ambos bandos.

Así que cuando el ejército de Estados Unidos habla de ganar una guerra nuclear, quiere decir que podremos ser destruidos como país, pero que todavía nos quedarán algunas armas. ¿Habrá algunos supervivientes en este escenario?

Cuando estaba en el Pentágono, asistía a estas sesiones informativas muy estrictamente controladas en las que informaban sobre los efectos de las armas nucleares. Y como yo era un civil de alto rango, podía decir lo que quisiera, no podían hacerme nada. Y yo trabajaba para el jefe. Así que aproveché la oportunidad para ser independiente. Y recuerdo haber preguntado, en una de esas largas y detalladas sesiones informativas -totalmente absurdas, por cierto, cifras con tres decimales sobre lo que destruiríamos, tres decimales sobre lo que destruirían los rusos- ni siquiera sabemos dónde estaría el decimal. Era sólo un ritual. Y, por supuesto, yo era una de las personas sentadas en el público que realmente sabía algo. Así que en cierto momento no pude resistirme, solo hice una pregunta a la audiencia mientras el informante estaba allí. Le pregunté: ¿cuánta gente matamos? Al tipo le pillé completamente desprevenido. Dijo: bueno, eso no lo hemos calculado. Le dije: ¿qué quiere decir con que no calcula cuánta gente matamos? ¡Vamos a matar a cientos de millones de personas! Y él respondió: bueno, señor, nosotros no calculamos eso.

Así que este es el tipo de planificación estúpida que se lleva a cabo. Pero no iría tan lejos como para decir que el liderazgo militar como tal cree que podamos luchar y ganar una guerra nuclear. Depende de con quién estés hablando. Porque, entre los oficiales militares con los que tuve la oportunidad de tratar, se hallaba el entonces Jefe de Operaciones Navales, que entendía absolutamente que Estados Unidos ya no existiría. Y esto le molestaba muchísimo. Y el actual jefe del Estado Mayor Conjunto, el general Brown, parece ser muy inteligente y sensato, y sabe lo que hace. Pero la planificación tal como yo la conocí era ganar en esos términos. Y, desde entonces, Estados Unidos ha tomado medidas técnicas masivas para mejorar nuestra capacidad de destruir las fuerzas estratégicas rusas. Así que ahora no es como si hubiéramos dicho en 1980: podemos hacer una cantidad tremenda de daño, no tiene sentido tratar de hacer más, porque esto no es algo que se pueda ganar. Por le contrario, lo que hemos hecho ha sido esforzarnos concienzudamente por mejorar nuestras fuerzas.

¿Cómo entienden los rusos esta situación?

Los rusos están muy bien informados sobre estas cosas y han llegado a sus propias conclusiones basadas en su propia evaluación independiente. Les he oído decir esto: Sabemos que los misiles balísticos intercontinentales rusos podrían ser esencialmente destruidos, tal vez hasta quedar unas pocas fracciones del uno por ciento, por las fuerzas estadounidenses. Las fuerzas estadounidenses son así de capaces. Ahora, si me están diciendo eso, puedes imaginar cómo esto entra en su planificación, porque como hemos explicado, saben que tienen un tiempo de advertencia muy limitado. Una gran parte de sus fuerzas de ataque -no todas, pero sí una gran parte de ellas- son estas fuerzas basadas en silos. Y entienden que esas fuerzas no existirían si permitieran un ataque estadounidense para la completa eliminación de esas fuerzas.

Así que hay que preguntarse: ¿Qué tipo de planes de contingencia han hecho para que sea una opción viable lanzar esas fuerzas antes de que lleguen las ojivas estadounidenses? ¿Han hecho planes automatizados para lanzar esas fuerzas? No lo sé con certeza, pero supongo que existe lo que llamamos una autoridad predelegada de algún tipo: que bajo ciertas condiciones, que estoy seguro de que son muy estrictas porque los rusos no son estúpidos, – no están locos, no están todos borrachos de vodka como la gente los pinta, son militares muy capaces -, que bajo ciertas condiciones, supongo que tienen contingencias cuidadosa y profundamente pensadas en las que esas fuerzas podrían lanzarse automáticamente.

¿Hay alguna posibilidad de que las fuerzas estadounidenses puedan destruir todos los misiles balísticos intercontinentales de Rusia antes de que sean lanzados?

Bueno, de nuevo quiero volver a enfatizar: hay una lógica de luchar y ganar una guerra nuclear, que ignora la verdad de que no es posible. Quiero ser claro al respecto. Pero en esta lógica de luchar y ganar una guerra nuclear, lo que quieres hacer es negarle a tu adversario el mayor tiempo posible para tomar decisiones. Y la razón de ello es que tus armas tardan en llegar a las zonas que quieres destruir. Y quieres comprimir el tiempo en que tu adversario sabe que está siendo atacado a un intervalo de tiempo tan pequeño, que no puede lanzar sus fuerzas antes de que tu ataque llegue y tenga éxito. Se trata de hacer todo lo posible para destruir e interrumpir sus capacidades de advertencia mientras atacas sus sistemas estratégicos. Así que sin duda atacarías su capital nacional, en una línea de tiempo tan corta como sea posible. Y cegarías sus radares, lo que podrías hacer con lo que se llama explosiones nucleares a gran altitud. Y atacarías los nodos de comunicación críticos lo más rápido posible, todo con la esperanza de causar suficiente retraso en la entrega de mensajes de lanzamiento a los ICBM vulnerables para que los ICBM no furan lanzados desde sus silos antes de que sus armas llegaran a ellos.

Así que esa es la doctrina. Esa es la estrategia. Ahora bien, es una locura total, o al menos incompetente. Es incompetente porque trata a las armas nucleares como si fueran armas convencionales. E ignora el hecho de que estas armas destruirían a toda la sociedad, todos serían destruidos, incluso si se tuviera éxito en destruir casi todas las armas nucleares del adversario. Ignora ese hecho de la vida.

Entonces, ¿cómo llegó a ser esta la estrategia de Estados Unidos para librar una guerra nuclear, si ignora estos hechos?

Bueno, si estuviera peleando una guerra convencional usando armas convencionales, esa es exactamente la estrategia que usaría. Trato de interrumpir sus comunicaciones. Trato de hacerte pensar que algo más está sucediendo en otro lugar, mientras te golpeo en un área donde creo que eres más débil. Esta es exactamente la forma en que se libra una guerra convencional. Y lo que algunas personas han hecho, lo que mucha gente ha hecho, es tomar estos conceptos militares sólidos y transferirlos a un entorno nuclear donde las ideas son completamente ridículas. Porque el poder y la destructividad de las armas nucleares es tan grande que no hay forma de no ser destruido en el proceso, aunque hayas tenido éxito en destruir la mayoría de las fuerzas enemigas.

Así que esto nos lleva de nuevo al viejo concepto de ‘disuasión’: que lo que impide a cualquiera de las partes lanzar un primer ataque es el conocimiento de que la otra parte contraatacará y ambos países serán destruidos. Pero si los líderes estadounidenses creyeran que pueden salirse con la suya con este tipo de ataque, que en realidad podrían destruir todos los misiles balísticos intercontinentales rusos antes de que sean lanzados, ¿no sería más probable que, en ciertas circunstancias, estuvieran dispuestos a intentarlo?

Sí.

Así que uno tendría que suponer que los rusos no solo querrían esta capacidad de disuasión – este plan de contingencia para el lanzamiento automático en caso de ataque – sino que también querrían que los estadounidenses fueran muy conscientes de ello, ¿correcto?

Absolutamente, absolutamente. Ahora bien, si ahora tratas de ponerte en la posición del personal militar de Rusia, y en la posición de un líder nacional ruso como el Sr. Putin, con su mente estratégica de pensamiento extremadamente profundo, está mirando a estos estadounidenses y se está diciendo a sí mismo: estos tipos son un montón de patanes. Parece que no tienen ni idea de lo que están haciendo. No parecen entender las consecuencias de todas estas decisiones locas que están tomando, lo que por un lado me ha puesto en una posición en la que tuve que invadir literalmente Ucrania, cuando nunca quise hacerlo. Y ahora está mirando a estas personas y está diciendo: ¿Qué saben? ¿Qué entienden? ¿En qué creen? ¿Podrían ser tan descerebrados como para tomar una acción de este tipo?

Como dije, él siempre ha dejado claro que una guerra nuclear resultaría en la destrucción de la civilización, de todo. Asimismo, que los estadounidenses no deberían creer de ninguna manera que Rusia no responderá. E incluso ha ido más allá y ha dicho: sé que estaremos muertos, – creo que en realidad dijo ‘mártires’ en algún momento -, sé que nosotros también moriríamos, pero quiero que los estadounidenses entiendan que no hay ninguna condición bajo la cual no responderíamos, aunque sabemos que resultaría en la destrucción total de la civilización humana. Ahora, esa no es una declaración de un loco. Esa es la declaración de un hombre que tiene miedo, no miedo de nosotros, sino miedo de nuestra ignorancia. Esa es la forma en que veo a Putin. Se sienta allí diciéndose a sí mismo: estos tipos son tan imprudentes e ignorantes, ¿quién sabe lo que podrían hacer?

¿Es posible que los planificadores militares estadounidenses piensen que tienen suficiente capacidad de defensa antimisiles para interceptar todos los misiles balísticos intercontinentales que Rusia podría lanzarles?

Creo que es por eso que Putin aprobó que los rusos construyeran ese dron submarino llamado Poseidón, que puede llevar una ojiva nuclear de 100 megatones y viajar bajo el océano, como un torpedo. La ojiva nuclear más grande jamás construida. Ahora, ¿por qué harías eso? Ya tienes fuerzas de ataque que acabarán con el mundo. Bueno, sé por qué haría eso. Entiendo su forma de pensar. Y, francamente, creo que estoy de acuerdo con su pensamiento, por desgracia. Lo que está diciendo es: estoy lidiando con estos imbéciles, y no sé cuándo podrían pensar que estas defensas antimisiles que tienen podrían ser útiles. Y podrían atacarnos con algún extraño malentendido de que sus defensas antimisiles detendrían todos nuestros misiles. Así que quiero darles un arma que puedan contemplar, que incluso el más grande de los idiotas entienda que ninguna defensa antimisiles la puede detener. De ahí Poseidón.

Y creo que es una forma muy bien pensada y razonada de demostrar a los líderes políticos estadounidenses que nunca se podría escapar de la destrucción, bajo ninguna condición imaginable, incluso si realmente se pudieran construir defensas antimisiles con esa capacidad. Y, por supuesto, no se ha hecho. Pero él solo pretende que la gente sepa que esta es una perspectiva sin salida. Ataca a Rusia con armas nucleares: todos morirán. Y quiere que eso se entienda, visceralmente.

Por lo tanto, ambos países tienen defensas contra ataques con misiles, pero ninguna de las partes tiene un sistema de defensa que sea capaz de detener todo el arsenal nuclear de la otra parte una vez lanzado. Por no hablar del Poseidón.

Correcto. De hecho, si tuviera que adivinar lo que todos los sistemas de defensa antimisiles de EE.UU. podrían interceptar en un entorno de ataque – y esta es una suposición hecha a partir de años de estudio de estos sistemas, por lo que es una conjetura muy bien fundamentada -, mi suposición es cero. Nada. No interceptaría ni una sola ojiva rusa.

¿Realmente? ¿Cero?

No creo que interceptasen una sola ojiva rusa en condiciones reales de combate.

Pero en cierto modo, de ser este punto discutible, daría igual porque incluso si algunos de ellos lo lograran, eso sería insuficiente, ¿verdad?

Correcto.

Usted dijo que es posible que algunas personas en Estados Unidos realmente piensen que pueden pelear una guerra nuclear y ganarla. ¿Y en el lado ruso? ¿Hay personas en Rusia que estén bajo la misma ilusión, que piensen que pueden ver vulnerabilidades en el lado estadounidense que podrían ser explotadas y que se arriesgarían a una guerra nuclear? ¿O son más serios acerca de todo esto?

Bueno, solo puedo decirle lo que sé de mis tratos bastante extensos con oficiales militares rusos y con algunos de sus líderes políticos. Y los que conozco son todos completamente serios. Absolutamente. Y ellos son los que están en el poder ahora. Pero ciertamente se oye hablar de personas que presionan a Putin. Tal vez sea una cuestión de propaganda. Pero creo que es muy posible, de hecho, creo que es cierto, que hay personas en Rusia que piensan de manera diferente, al igual que en Estados Unidos.

Quiero decir, trabajé con nuestras fuerzas armadas en los Estados Unidos, trabajé dentro del Pentágono, y tengo muchos contactos incluso ahora. Y aunque los oficiales militares con los que traté eran muy serios, conocí a personas que no lo eran. Conocí a personas en la comunidad de inteligencia que no eran serias. Ahora, afortunadamente son personas de nivel inferior, pero las personas en los niveles superiores están influenciadas por ellos al igual que están influenciadas por otras fuentes de información. Así que, en el lado ruso, tengo muy pocas dudas de que algunas personas le están diciendo a Putin: deje de perder el tiempo con los estadounidenses, simplemente vaya a por ellos. Pero, por supuesto, él sabe que no es así, porque sabe que resultará en el fin de Rusia. Que es su principal preocupación.

¿Es concebible que Rusia use un arma nuclear en el campo de batalla en Ucrania, como algunas personas están especulando?

Hace poco escribí un breve artículo que describía un ataque imaginario de un kilotón con armas nucleares tácticas rusas contra una concentración de fuerzas ucranianas que intentaban un avance ofensivo. Cuando lo escribí, no tenía claro lo que realmente estaba sucediendo en la guerra. Todavía no estaba completamente al día. Todavía no había desarrollado una comprensión muy completa de que las noticias en Occidente estaban completamente sesgadas. Así que me preocupaba que los rusos estuvieran perdiendo y que, para hacer frente a las pérdidas, utilizaran el arma nuclear, porque ese parece el único escenario realista.

Todos estos escenarios de que vayan a detonar algo en el espacio, todo eso es una tontería. En todo caso, el escenario más razonable consistiría en un ataque nuclear muy limitado contra una concentración de fuerzas ofensivas convencionales, y luego esperar a que ambas partes simplemente se detengan y paren.

Pero ahora que ve la situación militar real -Rusia no está perdiendo-, ¿no cree que eso sea probable?

Estoy mucho menos preocupado, no hay razón para que lo hagan.

Entonces, volviendo a los radares de Armavir, si todavía no están funcionando, ¿estamos en una posición peligrosa ahora? ¿Existe una posibilidad realista de que una falsa alarma conduzca a un ataque ruso masivo contra Occidente?

Si los rusos vieran venir algo desde el sur, en su estación de radar ubicada en Moscú, es decir, en una línea de tiempo muy corta, no creo probable que lanzasen masivamente sus fuerzas estratégicas. Lo que casi con certeza harían es convertir su sistema en un modo de lanzamiento automatizado. Y el lanzamiento automático se produciría tan pronto como un arma nuclear detonara en suelo ruso. Esa es mi conjetura: si las armas nucleares comenzaran a detonar en cualquier lugar del suelo ruso, ese lanzamiento ocurriría. Y habría señales automatizadas que se enviarían a los submarinos en el mar para lanzar sus fuerzas. Y el mundo se acabaría en cuestión de pocas horas. Pero no, no sobre la base de una falsa alarma proveniente de un punto ciego. No creo. Tendrían que confirmar que se trataba de un ataque masivo. En mi opinión, los rusos son mucho más cautelosos que nosotros.

¿Qué le gustaría que sucediera para que toda esta situación fuera menos peligrosa?

Bueno, creo que sería genial si los rusos pudieran comenzar a lanzar satélites funcionales de observación terrestre. Al parecer, tienen un proyecto, pero que sigue retrasado. Es para un satélite de alerta temprana que van a lanzar a la órbita geosíncrona. Lo que no sé es si la visión de ese satélite estará dirigida al ‘limbo terrestre’, o si mirará directamente hacia abajo. Lo sabremos una vez que comiencen a lanzarlos. Si se trata del primer caso, será posible deducir su ubicación. Si no fuera de ese tipo, podrán colocarlos en cualquier lugar que quieran, y ya lo veremos. Y eso significará que estarán mirando hacia abajo. Y eso será un suspiro de alivio para mí. Y si hay alguna persona en el establishment estadounidense que sabe lo que están haciendo, también respirará aliviada.


(Jonathan McCormick es de Nueva Jersey. Estudió Filosofía y Teología en la Universidad de Oxford y realizó su tesis sobre la filosofía de Santo Tomás de Aquino en la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica). Fue profesor de religión y ética en el colegio bilingüe C. S. Lewis de Bratislava y durante varios años presentó un programa semanal de media hora en Radio Eslovaquia Internacional. Vive en Bratislava con su mujer y su hija.)

(Theodore (Ted) A. Postol es profesor emérito de Ciencia, Tecnología y Seguridad Internacional en el Instituto Tecnológico de Massachusetts. Antes de trabajar en el MIT, trabajó en el Laboratorio Nacional Argonne, el Pentágono y la Universidad de Stanford.)

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