Semillas criollas, patrimonio de las comunidades mayas [Archivos adjuntos 4]
De: BERNARDO CAAMAL--------------------------------------------------------------------------------
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Semillas criollas, patrimonio de las comunidades mayas
· Mañana inicia en el sur de Yucatán, importante evento comunitario.
Mérida, Yucatán, México a 20 de marzo de 2011 (Bernardo Caamal Itzá).
El intercambio de semillas, motivo de varias ferias a organizarse por parte de varias comunidades mayas que viven y trabajan en el territorio peninsular.
De acuerdo a los organizadores, las ferias de las semillas en el mayab se realizará bajó el siguiente calendario: Xbox, Chacsinkin (20 de marzo ), Nuevo Jerusalén, Bacalar, Quintana Roo (3 de abril), Panabá (10 de abril Yucatán), San Francisco Sutuc, Campeche (13 de abril) y Maní, Yucatán (30 de abril).
Productores mayas del sur de Yucatán, coincidieron que en este año ha sido muy difícil porque muchos de sus cultivos como los ibes, frijoles, no los cosecharon, porque los pájaros se les adelantaron a ellos.
Para los organizadores de esta feria, el intercambio de las semillas de la milpa - U xa'aki'il kóol- han sido una forma de recuperación de las capacidades productivas perdidas entre los campesinos milperos de la Península, entre otras cosas, por el paso destructivo de fenómenos hidroclimáticos como los huracanes y las sequías. Son asimismo, espacios de vinculación interregionales que permiten además del intercambio de semillas de la milpa, el de conocimientos y experiencias de producción y la recuperación de valores propios de la cosmovisión maya en la que los seres humanos son parte integral de la tierra y el monte y en que la diversidad es la vida misma.
Las Ferias de Semillas son una forma de resistencia al embate neoliberal que mide todo en dinero y no comprende ni quiere comprender las diferentes culturas que hay en nuestro país, en este caso de la península de Yucatán, la cultura maya, que se mantiene viva y en resistencia. Luego, ante la crisis alimentaria y ante el permanente ataque neoliberal a las formas locales de producir y vivir, las Ferias de Semillas de la milpa maya son alternativas de autonomía y soberanía alimentaria. Y mantienen viva la cultura ancestral de uno de los pueblos que crearon la agricultura y domesticaron el maíz en Mesoamérica, hace más de 5 mil años.
-"Te entrego estas semillas, que recientemente los coseche de aquellas semillas que me fue entregada el año pasado (2008) en Tahdziu. Este patrimonio es nuestro, no lo olvides, si éstas llegaran a faltar, representa enormes riesgos para nuestra sobrevivencia... , Nuestro dios nos ha dicho que llegaran tiempos difíciles, pero nosotros debemos seguir cultivándolas porque de ella depende nuestra alimentación - señaló en lengua maya el representante de los campesinos de Tzucacab, don Lucas Iuit Mex -.
Con respecto al maíz, los campesinos mayas tienen claro la necesidad de cuidar, respetar y amar: “Por el Maíz caminamos, hablamos y trabajamos. No lo envenenemos con productos extraños, no dejemos que por esto se vaya el espíritu del sagrado alimento. No lo hagamos llorar ni sufrir, porque después lo vamos a lamentar, después somos nosotros quienes vamos a llorar y sufrir. Jóvenes, niños, hombres y mujeres, esto es lo que les decimos, esto es lo que les pedimos. Les encargamos encarecidamente cuidar al maíz, respetarlo y orar con él, para el bien de ustedes y el de sus hijas e hijos, para el bien de todos, para el bien de las generaciones venideras”. De la misma forma, tienen claro “La semilla germina en un campo fértil, en tierra fértil. Puedes arrojar semillas sobre las piedras pero no pasará nada. La culpa no es de la semilla. Es necesaria la época apropiada, es necesario el momento apropiado, es necesario el terreno adecuado. Sólo entonces tomará vida la semilla y se transformará. Sin embargo, para el brote existen innumerables peligros: brota hacia lo desconocido, hacia el sol, hacia la fuente de luz, sin saber dónde, sin saber por qué. La cruz que ha de ser transportada es grande, pero la semilla está dominada por un sueño y, entonces, se mueve”. Por su parte, los mayas guatemaltecos señalan que el sagrado calendario maya establece que el nawal de las semillas es Q’anil. Día especial para agradecer y pedir perdón por la pérdida de respeto profundo precisamente a las semillas. Resaltan que en muchas comunidades, al maíz, al fríjol y a otros granos básicos ya no se les trata como antiguamente lo hacían nuestras abuelas y abuelos: con cariño, con gratitud, con fiesta, incienso y candelas, pero sobre todo con ternura".
Por tanto, en general, las comunidades mayas coinciden que en el caso de las semillas, de acuerdo a la cosmovisión maya, orienta que no se debe tirar, pisotear, desperdiciar, ni quemar un solo grano”.
De acuerdo a Vía Campesina, señaló en relación a las semillas que hoy en día somos víctimas de una guerra por el control de las semillas. Nuestras agriculturas están amenazadas por industrias que intentan controlar nuestras semillas por todos los medios posibles. El resultado de esta guerra será determinante para el futuro de la humanidad, porque de las semillas dependemos todos y todas para nuestra alimentación cotidiana.
De acuerdo a esta organización “Las semillas campesinas son dignidad, cultura y vida: campesinos en resistencia, defendiendo sus derechos respecto de las semillas campesinas
Además, remarcó “Un actor en esta guerra es la industria de las semillas, de la ingeniería genética, de las tecnologías híbridas y de los productos agroquímicos, que quiere adueñarse de nuestras semillas para multiplicar sus ganancias, obligando a los campesinos a ser consumidores dependientes de sus semillas. Por el otro lado estamos los campesinos y campesinas, que conservamos y reproducimos nuestras semillas a través de nuestros sistemas vivos de semillas locales, campesinas e indígenas, semillas que son patrimonio de nuestros pueblos, custodiadas y reproducidas por mujeres y hombres del campo. Nuestras semillas son una riqueza que ponemos generosamente al servicio de la humanidad.
“La industria ha inventado muchas maneras de saquear las semillas para manipularlas, con el fin de marcarlas con sus títulos de propiedad industrial, y entonces obligarnos, a los pueblos campesinos del mundo, a comprar cada año sus semillas privatizadas en lugar de guardar y seleccionar nuestras propias semillas para la siguiente siembra. Sus métodos incluyen las semillas híbridas que no pueden ser reproducidas por los campesinos, los transgénicos, y la propiedad industrial sobre las semillas, patentes o certificados de obtención vegetal que son impuestos a través de tratados internacionales y leyes nacionales. Todos son métodos de robo y despojo, porque todas las semillas de la industria son de hecho el producto de miles de años de selección y cruces realizados por nuestros pueblos. Gracias a nosotros los campesinos, la humanidad cuenta con la gran diversidad de cultivos que, junto con la crianza y la domesticación de animales, hoy alimentan al mundo”, señaló Vía Campesina.
Indicó también que, “En su afán por crear monopolios y robar la los bienes naturales de los pueblos, las corporaciones y los gobiernos comprados por ellas, ponen en riesgo toda la agricultura y la alimentación de la humanidad. Unas cuantas variedades uniformes reemplazan a miles de variedades locales, erosionando la diversidad genética que sustenta nuestra alimentación. Frente al cambio climático, la diversidad es fortaleza y la uniformidad es debilidad. Las semillas comerciales reducen drásticamente la capacidad de la humanidad para enfrentarse y adaptarse al cambio climático. Por eso hemos señalado que la agricultura campesina, con sus semillas campesinas, contribuye a enfriar el planeta.
-Bien saben en nuestras comunidades que las semillas híbridas y las semillas transgénicas requieren grandes cantidades de productos agrotóxicos, fertilizantes químicos y agua, lo cual eleva los costos de producción y daña el medio ambiente. Además, son mucho más susceptibles a las sequías, enfermedades y plagas, generando centenares de miles de casos de cosechas destruidas y economías familiares echadas a perder. La industria ha “mejorado” las semillas para que no puedan ser cultivadas sin la ayuda de productos químicos dañinos, para que sean cosechadas con maquinaria pesada, y que soporten preservación artificial durante las largas distancias de transporte. Pero ha dejado de lado características importantes para nuestra salud. El resultado son semillas que han perdido su valor nutricional y están saturadas de venenos químicos. Estas semillas son la raíz de numerosas enfermedades crónicas y alergias generalizadas, así como de la contaminación de la tierra, el agua y el aire que respiramos.
-En cambio, los sistemas campesinos de rescate, revalorización, conservación y adaptación local gracias a la selección y a la reproducción en los campos de los campesinos, así como los intercambios de semillas entre campesinos, mantienen y aumentan la biodiversidad genética del sistema alimentario mundial, y nos confieren también la capacidad y flexibilidad para afrontar ecosistemas diversificados, climas cambiantes y el hambre en el mundo”.
Dijeron tambien“Nuestras semillas están más adaptadas a las condiciones de siembra locales, producen alimentos de mejor calidad nutritiva, y funcionan con alta productividad en sistemas agroecológicos sin agrotóxicos ni otros insumos costosos. Pero los híbridos y los transgénicos contaminan nuestras semillas y las ponen en peligro de extinción. Los híbridos reemplazan a nuestras semillas en sus lugares de origen y llevan a su desaparición. La humanidad no puede sobrevivir sin las semillas campesinas, y sin embargo, las semillas de las corporaciones atentan directamente a su existencia”.
Por tanto, durante las ferias de la semilla que se realiza en la península de Yucatán, consiste en una convivencia de intercambio entre productores mayas que provienen en diferentes regiones , quienes llevan sus semillas a vender e intercambiar, y de esa forma minimizar la escasez que se presenta en la zona afectada.
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