Malí: beneficiados y perjudicados
Por: Alfredo García
El colonialismo del siglo XXI se consolida
en Malí. Los ministros del Exterior de la Unión Europea (UE) aprobaron
el envío de 500 soldados para entrenar y asesorar al Ejército maliense.
Al explicar el contenido de la misión
militar, la alta representante para la política exterior de la UE,
Catherine Ashton, señaló que el comienzo será en abril cuando esté
desplegado todo el personal y garantizada la seguridad de los europeos.
España y República Checa, son los países que aportaron más militares.
Tanto Ashton como el presidente del
Comité Militar de la UE, Patrick de Rousiers, insistieron en que no se
trata de una misión de “combate” sino de inculcar al ejército de Malí
“reglas respecto de la autoridad civil, de protección de los derechos
humanos y de atención a la ayuda humanitaria”.
Malí es el centro de una región de alto
valor estratégico al compartir fronteras con siete países, algunos de
los cuales tienen salida al Atlántico, como Mauritania, Senegal, Guinea y
Costa de Marfil.
Detrás del conflicto entre islamistas
norteños y fuerzas gubernamentales se encuentra el interés de varios
países por los recursos naturales de Malí, en particular Francia su ex
metrópoli colonial. Además del petróleo, el país africano cuenta con
importantes reservas de litio (imprescindible en teléfonos móviles),
bauxita, cobre, oro, fosfatos, plomo y zinc.
Canadá, Italia y Qatar figuran entre los
países con intereses en la explotación de los yacimientos minerales en
el Norte de Malí. La empresa francesa Areva, a cargo del desarrollo
nuclear francés, se encuentra en la vanguardia para el control del
uranio en Malí.
Expertos consideran que el avance en los
últimos años de las inversiones de China en Malí en infraestructura y
exportación de maquinarias, mientras se reducía la importación francesa
fue uno de los detonantes de la ofensiva europea. “La circulación de
mercancías entre China y África es más de 100,000 millones de dólares al
año y supera la que existe con Estados Unidos o la UE”, aseguró
Alexander Tkachenko, experto del Instituto de África de la Academia de
Ciencias rusa.
La afectación a los intereses chinos en
Malí se agrega al derrocamiento del régimen libio y la partición de
Sudán en dos Estados, países en los que China había adelantado
importantes inversiones y negociaciones comerciales.
La búsqueda de las potencias
occidentales del equilibrio geopolítico que se observa con crudeza en
Libia, Siria y Malí también abarca Túnez, Egipto y otros países árabes
donde la intervención norteamericana-europea en sus asuntos internos con
falsas banderas de democracia y paz, intentan neutralizar el movimiento
popular en demanda de mejoras económicas y mayores libertades civiles.
La llamada “primavera árabe” y los
recientes conflictos en Costa de Marfil, Libia, Siria y Malí no son
eventos aislados. La actual ofensiva de las potencias occidentales sobre
Africa fue prevista por el ex canciller norteamericano Zbigniew
Brzezinski en 1997 en su libro “El gran tablero de Ajedrez”, donde el
brillante estratega expuso que el dominio de Eurasia, que también
incluye el del continente africano, era la garantía de la supervivencia y
prosperidad de Occidente. “Quien los domine controlará el mundo”,
sentenció entonces Brzezinski.
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