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viernes, 15 de marzo de 2013

Tribunal de Estrasburgo: España pisoteó los derechos fundamentales de Pedro Varela


Tribunal de Estrasburgo: España pisoteó los derechos fundamentales de Pedro Varela (2)

Benny Morris, historiador israelí: "había que aniquilarlos".



 
 
 
 
 
 
 
 





Reproducimos aquí un artículo del diario "La Razón" que minimiza la sentencia de Estrasburgo reduciéndola a materia de un mero "error procesal". Desde luego, el autor del artículo podrá hablar de impericia si le place, faltaría más, pero la historia que describe es la de una auténtica persecución donde ha habido de todo, y en especial ganas de hacer daño, pero no "errores". A fin de cuentas, una indemnización de 13.000 euros no compensa el calvario de Varela, así que el perjuicio ya ha sido producido y los torturadores con corbata -políticos que invaden países y cometen o convalidan genocidios- pueden darse por satisfechos. Además, esa multa se abonará con dinero del erario público (nuestros impuestos) y en nada afectará a quienes realmente han gozado con las fechorías descritas y las no descritas, que incluyen el saqueo de la librería Europa por las hordas de antifascistas ante la mirada impasible de la policía. Barcelona, la ciudad de la pazConozco esa paz... ¿Es que alguien puede creerse que en Cataluña algo funciona normalmente y que ciertas escenas, como el presunto estacionamiento del director general de los Mossos d'Esquadra ante la sede del nido de espías Método 3 (tanto si mienten los Mossos como si miente el CNP), son simples disfunciones administrativas sin importancia?
 
Un error es un problema de competencia, pero, por mucho que intenten disfrazar la cosa, el tribunal habla de "vulneración de derechos fundamentales". Con el código penal en la mano, habría que añadir: un proceso de acoso institucional, abuso de poder, omisión del deber de perseguir delitos, discriminación por motivos ideológicos y prevaricación sistemática de las respectivas agencias implicadas en cada caso. En suma, una cheká refinada propia de los corruptos y criminales banqueados, técnicos del fraude, la manipulación, el "asesinato selectivo" y el exterminio en masa, que nos gobiernan desde hace décadas. La actuación de la fiscalía y de los magistrados españoles ha sido deliberada, perversa, inquisitorial. Se trataba de "machacar" a un "nazi", de hundirle psicológicamente, de arruinarle la vida... ¿Se puede calificar de "fallo" semejante tropelía, perfectamente organizada a efectos de erradicar un comercio de libros "molesto" para la ultraderecha filosionista? 

El periodista es muy indulgente, al parecer debe serlo, no en vano trabaja a las órdenes del sistema oligárquico y todos sabemos que "los profesionales de la información" practican la autocensura, no pueden "decir lo que piensan", ni reflejar nítidamente la noticia o "lo evidente", sino sólo aquello que "se espera" que digan; y si "meten la pata", entonces pierden su puesto de trabajo. En el opresivo capitalismo de los países oligárquicos centrales sólo rara vez utiliza el poder la policía y la cheká (o los "asesinatos selectivos"), éstos quedan reservados para los nazis (o "islamofascistas") como Varela. Pero existen otras formas de "presión", de tácita extorsión: el paro, el fracaso profesional, la ruina económica, social, familiar, psicológica... Con tales amenazas ya se disuade a la mayoría, moralmente muy débil: cuando en una sociedad imperan los valores hedonistas, la capacidad de sufrimiento de la gente es mínima, así que no resulta necesario utilizar la prisión sino con unos pocos recalcitrantes. En la mayor parte de los casos, tenemos a diarios (que son empresas privadas capitalistas) "informando" en función de los intereses de la marca (a eso se le denomina "línea editorial", de hecho, la ideología). No cabe, empero, concebir otro escenario posible en un modelo de sociedad donde el mercado lo domina todo, incluido aquello que deberá ser considerado "la verdad". Ahora bien, sea cual fuere la famosa "línea editorial", cuyo sesgo haría subir los colores a cualquier persona que se lave todos los días, ¿puede una empresa capitalista dejar deser, en última instancia, "doctrinalmente capitalista", ergo filosionista, ergo "racista" de la ultra hebrea que corta el bacalao en Washington? ¿Y qué pasa entonces con la objetividad -léase: la validez- de la información? Hete aquí lo que sostiene este periodista sin enrojecer de vergüenza:
 
Estrasburgo, en éste y otros tantos casos, sigue las máximas de Voltaire con la legislación en la mano (aunque, repetimos, éste no ha sido el caso que nos ocupa): «No comparto lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo». Etarras, negacionistas del Holocausto, pro-bolcheviques... ¿seguirán teniendo un «bono gratis-legal» para expresar lo que les venga en gana? Y, ¿puede modularse la libertad de conciencia, ideológica y de expresión sobre determinados hechos históricos? ¿O no hay forma legal de regularlo?

Valga lo dicho para los bolcheviques, mas no por pura casualidad, pero los etarras y negacionistas no tienen un "bono gratis-legal" para expresar lo que les venga en gana, los etarras entran en la cárcel bajo la acusación de apología del terrorismo, y existen tipos penales como la instigación al odio racial por los que muchos ultraderechistas han sido también encarcelados. El problema es que dichos tipos no se aplican más que cuando las víctimas o los victimarios pertenecen presuntamente a determinadas ideologías o en circunstancias especiales que el poder considera de su interés (caso de ETA, acusada de "fascista" por "los medios de comunicación" y los propios voceros de las víctimas). Por ejemplo, en la actualidad se puede adquirir el libro del judío norteamericano Theodore N. Kaufman Germany must perish (1941), un plan detallado, puesto además en práctica, de exterminar al pueblo alemán, todo ello sin ningún problema legal. Yo mismo compré dicha joya literaria en la red. Los jueces no requieren que esa "obra" vaya ni siquiera precedida de un prólogo explicativo que condene su bochornoso contenido. Y tenemos casos como el del historiador israelí Benny Morris justificando el exterminio de los indígenas norteamericanos y la expulsión de los palestinos en nombre del "buen fin general":
El Estado judío no habría nacido sin la expulsión de 700.000 palestinos. Así pues, había que expulsarlos. No había otra opción que expulsar a la población. (...) Tampoco la gran democracia estadounidense se podría haber creado sin la aniquilación de los indios. Hay casos en que el buen fin general justifica los actos implacables y crueles que se cometen en el curso de la historia.
O a Sir Artur Harris sosteniendo que volvería a cometer los mismos actos (crímenes de guerra según la "legislación humanitaria" aplicada sólo al enemigo) y justificándolos:
 
 
 
 
Me parece que ningún juez español procesaría a un librero por vender Germany must perish o a Benny Morris por su pública legitimación de la "limpieza étnica". ¿Alguien reprochará su indignidad a Harris tras abonar los bombardeos terroristas contra Alemania? No sólo no se le reprochará nada, antes bien, a Churchill, el jefe de Harris, le erigirán un monumento en Barcelona¿Cómo quieren que los nazis, los "skin-heads", los fascistas y demás "infrahombres" (entre los que me incluyo, por supuesto) se tomen en serio la "legislación humanitaria"? Habría que ser un rematado imbécil para hacerlo.
 
Tampoco publicará el diario "La Razón" un artículo denunciando la impunidad, no ya de los genocidios perpetrados por el lado capitalista del mundo, sino como poco su expresa justificación en aras de las "ideas modernas" (=racismo de la extrema derecha judía). De ahí que tengamos el deber moral de rechazartodo este putrefacto dispositivo de represión legal de la opinión, esa inquisición hipócrita que persigue a los nazis y sólo a los nazis (cuando conviene, claro), mientras tolera conductas idénticas o peores de quienes mandan en el hemisferio occidental y de aquellos otros a los que los amos sionistas, por el motivo que sea (casi siempre hediondo), han decidido otorgar el beneficio de la eterna exoneración. Así que nosotros no compartimos las opiniones de Pedro Varela, pero sí su derecho a expresar cualquier idea, incluso la más absurda y reaccionaria. O eso o promúlguese una ley realmente "igual" para todos, una ley que no permita la justificación de ningún genocidio y que para empezar reconozca la existencia de los crímenes de lesahumanidad que se han perpetrado bajo las banderas del "humanitarismo" y no sólo el genocidio del (presunto) "pueblo escogido".
 
La Marca Hispánica
10 de marzo de 2013
 
 
http://www.larazon.es/detalle_normal/noticias/1416926/la-razon-del-domingo/un-paraiso-de-la-literatura-nazi#.UTze-tajOSq

Pedro Varela, en la Librería Europa, tenía 20.900 libros revisionistas del Holocausto. Ahora, Estrasburgo ha condenado al Estado español a indemnizarle con 13.000 euros. En realidad, el Alto Tribunal no ha estudiado la presunta «violación del derecho a la libertad de conciencia» ni «el derecho a la libertad de expresión» –recogidos respectivamente en sus artículos 9 y 10 del Convenio Europeo de Derechos Humanos–, sino que condena a España por un error procesal: «En tanto que el acusado no ha tenido oportunidad de defenderse ante un cambio de calificación del delito», resume Cristina Gortázar, profesora de Derecho Internacional de la cátedra Jean Monet de la Universidad de Comillas, y añade: «La Audiencia Provincial de Barcelona no podía condenar a una persona por algo que no estaba en la causa y al Sr. Varela, el 5 de marzo del 2008, se lo hicieron».
Centro de apología nazi
El caso ha llegado al Alto Tribunal de Derechos Humanos, que ha dado carpetazo esta semana a un periplo judicial que arrancó en 1996 y que le costó al librero Varela siete meses de prisión. «La Librería Europa fue intervenida por orden del fiscal jefe de Cataluña al considerar que era un centro de apología nazi; en el registro, los Mossos d´Esquadra intervinieron el archivo de la organización Cedade (Círculo Español de Amigos de Europa) así como 20.900 libros con contenido fundamentalmente revisionista. Se detuvo al dueño por negación de genocidio y en 1998 fue condenado por el Juzgado de lo Penal nº 3 de Barcelona a cinco años de prisión por dos delitos: el de negación del genocidio y el de provocación al odio racial», dice su letrado, José María Ruiz Puerta.
Fue el principio de una batalla legal que ha ganado el dueño de la Librería Europa. Se interpuso un recurso en el que los abogados del encausado argumentaban que era inocente del delito de provocación al odio racial y que, además, el delito de negación del genocidio era inconstitucional. En 2007 el TC les dio la razón: sentenció que negar el Holocausto entraba dentro de la libertad de expresión. «Así –prosigue el abogado Ruiz Puerta–, la Audiencia Provincial, en una última vista para revocar la anterior, declaraba a Varela inocente del delito de provocación al odio racial y rebajaba la condena a siete meses de prisión, pero lo hizo por un delito distinto al de negación de genocidio. Le condenaba por justificar el genocidio a través de la multitud de libros neonazis que vende en su Librería Europa».
Aquí llegó el error por el que la defensa del librero pudo interponer (agotada la jurisdicción nacional) ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Ha sido éste el que ha condenado a nuestro país por vulneración al impedir una defensa adecuada, debido a un cambio de calificación del delito. Como la profesora Gortázar resume: «La Audiencia Provincial de Barcelona le ha servido en bandeja su sentencia a Estrasburgo».
Aun así, el abogado de Varela, que se ha salido con la suya, muestra un cierto amargor: «Pese a ser favorable, ha sido una pena que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos no se pronunciara sobre la vulneración de los derechos a la libertad ideológica y de expresión, para crear una jurisprudencia que dé seguridad jurídica a los ciudadanos europeos», pero, continúa, «el éxito de la sentencia ha sido notable pues se concluye que los que están obligados a proteger los derechos humanos, los jueces, han sido los que han violado el derecho fundamental a la defensa; una paradoja que exige una profunda reflexión».
El delito o no de vender libros
Si el juicio está mal sustentado, el TEDH sólo puede fallar de la forma que lo he hecho con Varela. Porque «en Estrasburgo, los límites a la libertad de expresión son bastante tímidos», relata la profesora de Derecho Internacional de la Universidad de Comillas. Basta referirse al caso que citan los abogados del librero en sus alegaciones: un periodista danés contra su país, que también llegó al Alto Tribunal. Su programa de televisión emitió opiniones de un «skin» expresando que los negros eran animales. La Corte le absolvió alegando que el periodista sólo reflejaba una realidad. Los letrados españoles invocaron a esa sentencia para reflejar que su defendido sólo vendía libros y que la maldad está en quien saca sus propias conclusiones.
Estrasburgo, en éste y otros tantos casos, sigue las máximas de Voltaire con la legislación en la mano (aunque, repetimos, éste no ha sido el caso que nos ocupa): «No comparto lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo». Etarras, negacionistas del Holocausto, pro-bolcheviques... ¿seguirán teniendo un «bono gratis-legal» para expresar lo que les venga en gana? Y, ¿puede modularse la libertad de conciencia, ideológica y de expresión sobre determinados hechos históricos? ¿O no hay forma legal de regularlo?
Según argumenta el doctor en Derecho Internacional José Ángel López Jiménez, autor del libro «Conflictos congelados en la ex Unión Soviética», «en Alemania habrían condenado a Pedro Varela. Posiblemente –y según interpretación–, también en Francia, Suiza o Austria. En el Reino Unido no se ha abierto nunca un proceso por tener la opinión de negar la veracidad un hecho histórico, sea cual fuere y, según las legislaciones de Italia o Polonia, lo más probable es que no se persiguiera».En Francia la «Loi Gayssot», que «prohíbe la expresión racista, antisemita o xenófoba», contempla al menos tres años de cárcel a los negacionistas o personas que expresan dudas sobre el exterminio judío. En Alemania, están penalizadas las dudas sobre el Holocausto en público según el artículo 130 y se considera como «incitación al odio». Mucho estados (Suiza, Eslovaquia, República Checa) tipifican esta conducta como delito.



Un centenar de jóvenes aprovecha la huelga para saquear la Librería Europa 

Los manifestantes han destrozado el local y han lanzado el material a la calle. 

Luis Garrido | Xiana Siccardi | Barcelona

Actualizado miércoles 29/09/2010 13:01 horas.

Un centenar de jóvenes encapuchados han aprovechado la agitación que vive el centro de Barcelona por la huelga general para provocar graves incidentes en una jornada que, hasta mediodía, se había vivido en relativa calma.

Ha sido hacia las 12.00 cuando un centenar de jóvenes, acompañados por banderas negras, han forzado la entrada de la polémica Librería Europa, conocida por la distribución y venta de material vinculado con el nazismo, saqueándola posteriormente y destrozando su interior.

Situada en la calle Séneca, muy cerca de la Diagonal, la librería ha sufrido un ataque que ha finalizado con la destrucción y abandono en plena calle de parte del material con el que trabajan entre libros, efigies, banderas e incluso algún electrodoméstico.

Los manifestantes han abandonado después el lugar en dirección a Rambla Catalunya sin que nadie se lo impidiera y ante la mirada estupefacta de los vecinos. Antes de irse han dejado varias pintadas en la puerta del establecimiento que rezaban 'fora feixistas' (fuera fascistas) e 'hijos de puta'.

Destrozos en tiendas de Rambla Catalunya

Un grupo de unos 40 encapuchados, por otro lado, han protagonizado varios incidentes durante su recorrido por Rambla Catalunya. Allí se han dedicado a destrozar escaparates de las tiendas que seguían abiertas, así como a volcar contenedores de basura, informa Xiana Siccardi.

Uno de los negocios que peor parado ha salido en los ataques vandálicos ha sido un establecimiento de la cadena de hamburgueserías Burger King, cuyo escaparate ha acabado completamente destrozado.

http://www.elmundo.es/elmundo/2010/09/29/barcelona/1285755654.html

martes, marzo 05, 2013

Tribunal de Estrasburgo: España pisoteó los derechos fundamentales de Pedro Varela (1)

Varela entra en prisión.




 
 
http://politica.elpais.com/politica/2013/03/05/actualidad/1362477821_356266.html


España pisoteó los derechos fundamentales de Pedro Varela. Esta sentencia y otra también favorable a Varela sobre la presunta criminalidad de negar la existencia del holocausto (en la que España dio la razón al encausado por "genocidio"), así como la absolución sin cargos de todos los acusados del caso Kalki, ponen en evidencia que el funcionamiento de la fiscalía española se parece demasiado al de una cheká soviética.

Felicitamos a Varela por su victoria en tanto que victoria de la libertad de pensamiento y expresión. Pero no olvidemos que la resolución judicial demuestra la existencia en Europa, aunque sea en estado de coma, de instituciones democráticas. A los que rechazan de plano la democracia conviene preguntarles: ¿qué otro camino proponen para quienes sólo reivindicamos la verdad y nos negamos a derramar sangre o a reproducir las pautas de conducta del enemigo oligárquico? En un régimen nazi un "disidente" habría sido quizás encarcelado o asesinado, porque el nazismo era una dictadura. No obstante, Varela defiende públicamente esa dictadura y rechaza de forma también expresa la idea misma de "democracia". Materia suficiente como para "ponerse a pensar", que es lo que nos corresponde intentar en nuestra página.
 
La democracia y los valores nacional-revolucionarios
 
Quizá convenga recurrir aquí a una cita del sociólogo catalán Salvador Giner a la que ya me he referido en otras entradas de esta bitácora, en concreto en aquéllas donde me he ocupado (en una serie que sigue abierta) de las religiones germánicas e indoeuropeas: 
 

Es posible mencionar muchos otros factores que influyeron en la creación del universo social del hombre clásico. Así, por ejemplo, Fustel de Coulanges, en un estudio notable, demostró la importancia de las antiguas religiones arias en el desarrollo de las instituciones democráticas y en los hábitos de raciocinio que florecieron en las ciudades-estados."
 
(Salvador Giner, Historia del pensamiento social, Barcelona, Ariel, 1984, p. 27).
 
Este dato, que desarrollaremos en respuesta a cuestiones que nos han planteado desde otros blogs, como la "Carta abierta a Jaume Farrerons", de Manu Rodríguez, indica que no estamos planteando otra cosa que la simple lealtad a los valores europeos, mientras que Varela es cristiano declarado y adscríbese a una religión semítica causante, a nuestro entender, de todos los problemas radicales que nos desgarran como civilización. Varela, coherente con esa religión toda vez que a partir de sus premisas reivindica una postura abierta y declaradamente antidemocrática, sigue en este tema el texto literal de los escritos de Hitler, donde el Führer se declara creyente, cristiano, antidemócrata... Hitler, que no era cristiano, se dirigía, comprendámoslo, a una masa electoral de adoradores alemanes de Yahvé(católicos o luteranos, tanto da) y, desde luego, hubiera sido políticamente suicida para él negar el cristianismo, la religión que, empero, eleva a un judío a la categoría de dios (como primer paso hacia la voluntaria aceptación de la elección divina del pueblo de Israel). Pero Hitler es cristiano, y "realmente cristiano" (ergojudío), y no griego, en tanto que enemigo convicto y confeso de toda democracia

Nuestra posición pro-democrática, nacional-democrática, no esconde, pues, ninguna concesión a lo políticamente correcto. Nosotros no jugamos a ese juego repugnante y quienes nos conozcan sabrán que esta afirmación será sincera. Podemos tener en cuenta, y muy en cuenta, consideraciones políticas a la hora de expresarnos (quien no las tuviera y pretendiese "hacer política" estaría rematadamente loco), pero sin que esta prudencia "procedimental" básica afecte a nuestros valores fundamentales. Existe para nosotros una relación estructural, esencial, entre democracia y racionalidad, que brota del corazón mismo de la Nación-Europa. Y es esa relación la que conduce en Grecia al "abandono" o caducidad histórica de la vieja religión "pagana". No se trata de un fenómeno de aculturación semítica u oriental o africana, como ocurrirá con el judeocristianismo, sino del desarrollo interno de una cultura indoeuropea. Imposible confundir dicho proceso con la auténtica torsión que se producirá tras la implantación de las religiones procedentes de oriente medio durante el Bajo Imperio (romano). 

Ahora bien, conviene aclarar que dicha torsión, como fenómeno "sociológico" masivo, ya viene preparada por la que acontece en el interior de la propia filosofía ocho siglos antes. Son, en efecto, influencias extranjeras, africanas, las que germinan en una filosofía como la de Platón. El fracaso de la institución filosófica, o mejor dicho el desvío de su esencia, posibilitará la ulterior aculturación religiosa antieuropea. El problema ideológico no consiste, por tanto, en que el judaísmo desplace a un paganismo ya muerto, sino en que el cristianismo desplaza a una filosofía que se había previamente entregado, con Platón y bajo la influencia de sectas pitagóricas y del orfismo, al enemigo axiológico de Europa oriundo de Egipto

Con la filosofía caerá la ciencia, el Estado y la civilización urbana antigua, y Europa se adentrará en la Edad Media. Se trata de un encadenamiento fatal que parte de la debilidad moral de una sociedad que había vaciado de contenido existencial la religión heredada pero que tampoco supo reconstruir su identidad a partir de la democracia y la razón. ¿No resulta asaz familiar el escenario descrito?

Esta incapacidad se repite un día tras otro en el interior de todos los grupúsculos y organizaciones políticas socialpatrióticas. Y cada vez que casi me han escupido en la cara por pretender que la filosofía comportaba un elemento irrenunciable de la ideología nacional-revolucionaria, pagaba las consecuencias de un drama de largos alcances, de una lacra que comenzó en la propia Grecia y de la que los europeos no hemos dejado de depender sin ser conscientes de las implicaciones de esa "ausencia". Heidegger la denomina olvido del ser.  


Contra el antisemitismo 

Quisiera insistir en algo quizá escandaloso pero de lo que estoy cada vez más convencido (sin pretender sentar cátedra en un tema muy alejado de mi formación como filósofo): la matriz última del inmortalismo antiheroico que será luego el judeocristianismo no hay que buscarla en última instancia entre los semitas, sino precisamente en un pueblo no semita (ni indoeuropeo), a saber, los egipcios. Bien entendido que, lejos de tratarse de una cuestión racial, el fenómeno responde, como en el caso de los griegos, a un desarrollo cultural, a la lógica intrínseca de valores inherente a la civilización faraónica. Aquél no se da, por ejemplo, entre los mesopotámicos, pese a otras similitudes socioeconómicas, características comunes de los denominados "imperios hidráulicos". Ciertamente, será un pueblo semita, y más en concreto una rama del pueblo hebreo, el que convertirá el inmortalismo (en una "versión propia" que bebe de otras fuentes y rompe con la tradición judía anterior, acreditada, y es sólo un ejemplo, por la secta saducea) en el "cebo" para arrastrar al ciudadano romano tardío desde una posición "atea" pero axiológicamente yerma, ayuna de valores éticos, al irracionalismo de los cantos se sirena procedentes de una religión mistérica oriental. Ésta aniquila los últimos restos inermes del paganismo y, a la vez, la tradición de unafilosofía arrancada tiempo ha de sus raíces heroico-trágicas presocráticas. Pero a los judíos se les da demasiada importancia (un cierto antisemitismo cumple también determinadas funciones al servicio de los intereses racistas de la ultra hebrea, por no hablar de la vanidad) al considerárseles los culpables de todo. Quizá resultara más acertado, en este sentido, el "antiegipticismo". 

Debería ser posible reconstruir todo el proceso de envenenamiento interno de occidente que, desde el país de las pirámides, comienza con Platón y, por la vía del neoplatonismo (Plotino), conduce al judeocristianismo. Véase que el plotinismo produce vómitos. El propio Plotino no era más que un enfermo menesteroso de terapia. La "superación" de la religión pagana se convierte así, no en el triunfo de la razón, un valor europeo, sino en el retroceso de la filosofía y la ciencia europeas al irracionalismo religioso del despotismo monoteísta oriental. 

Reivindicarse cristiano y enemigo de la democracia en nombre de Europa carece, por tanto, de sentido. Dicho sea con todo el respeto debido al Sr. Pedro Varela. Pero, ¿convendrá a la respuesta nacional-revolucionaria, en su lucha contra las ultraderechas judeocristianas (así se ha propuesto en la citada "Carta abierta a Jaume Farrerons"), la reivindicación del paganismo? ¿Estamos hablando de un retorno a las creencias, a las liturgias, a las instituciones, etcétera, de una religión indogermánicao se trata de separar el grano de la paja y aprehender los valores que hicieron posible el paso del mito al logos, de la religión a la ciencia, de las monarquías aristocráticas a la democracia, de la épica a la tragedia? Rescatar esos valores es una cosa, reconstruir el paganismo como religión -oponer Zeus a Yahvé- otra muy distinta. 

Entiéndase, por tanto, rectamente, cuál es nuestra defensa de la democracia y la diferencia fundamental que nos separa de las posiciones ideológicas de Pedro Varela. Pero también de Evola y de cualquier suerte de "nueva derecha". 

En esta cuestión somos y seremos intransigentes

La Marca Hispánica
5 de marzo de 2013

http://books.google.es/books/about/El_Pensamiento_prefilos%C3%B3fico.html?id=82VePAAACAAJ&redir_esc=y


DOCUMENTACIÓN ANEXA

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) ha condenado a España a indemnizar con 13.000 euros (8.000 por daños morales y el resto por costas) a Pedro Varela, el propietario de la Librería Europa de Barcelona, por haber vulnerado sus derechos fundamentales cuando la Audiencia Provincial de Barcelona le condenó a siete meses de prisión por un delito de justificación del genocidio judío. Varela reclamaba una indemnización de 125.000 euros.
El fallo recurrido por Varela ante el tribunal europeo supuso la estimación parcial del recurso que el librero filonazi había presentado contra la condena de cinco años de cárcel que le había sido impuesta por el Juzgado Penal número 3 de Barcelona. En esta primera instancia se estimó que Varela también era culpable de incitación al odio racial, si bien finalmente fue eximido por la Audiencia de esta conducta concreta y su condena quedó en siete meses de prisión.
Ahora el fallo de Estrasburgo considera, como alegó Varela, que se vulneró el artículo 6 del Convenio Europeo de Derechos Humanos, que establece los derechos del reo a un juicio justo en un plazo razonable y a ser informado de los hechos de los que se le acusa para poder preparar una defensa adecuada.
Varela, que ya había sufrido condenas anteriores por hechos similares, señalaba en el recurso ante el tribunal que fue condenado por difundir ideas o doctrinas que justifican el genocidio, cuando este delito no figuraba en la causa por la que fue procesado en primera instancia, por lo que ni siquiera había sido condenado por ello en dicha ocasión. Además, alegó ante el Tribunal de Estrasburgo que en su caso también se vulneraron otros artículos del Convenio como el número 9 (libertad de pensamiento, conciencia y religión) y 10 (libertad de expresión). Sin embargo, Estrasburgo ni siquiera entra a juzgar la vulneración de estos dos preceptos.

http://politica.elpais.com/politica/2012/01/10/actualidad/1326221488_819161.html

Pedro Varela Geiss, el librero barcelonés  condenado por difundir ideas genocidas, pasa sus días como reo leyendo. También dibuja, escribe cartas y va al gimnasio cuando le dejan. Pero, sobre todo, lee. Tanto y a tal velocidad que, el pasado octubre, la celda que comparte con otros cuatro hombres en la cárcel de Brians se le quedó pequeña. Varela decidió depositar siete de sus libros en la biblioteca del centro, al alcance de los otros presos, y ha sido sancionado por ello.
Los responsables de la prisión entienden que el librero, que tilda de “mito” el Holocausto, se ha dedicado a hacer proselitismo entre sus compañeros de módulo. “Usted hace publicidad entre los internos, indicándoles que los libros están a su disposición en la biblioteca e invitándoles a leerlos, explicándoles que son libros que versan sobre su ideología”, recoge el acuerdo sancionador, que le castiga con diez días de privación de pase y de actividades recreativas.
Varela llevó, sin autorización, seis títulos —Manual del jefe de la guardia de hierroPruebas contra el holocaustoEl pensamiento wagnerianoEl franquismoLa historia de los vencidos y El obispo Williansom y otro negacionismo— a la biblioteca. Los funcionarios también le requisaron otro libro,Los crímenes de los buenos, que dejó “deliberadamente a la vista en el lugar que habitualmente ocupa en la sala de lectura”.
Varela fue condenado a un año y tres meses de cárcel y está previsto que a finales de marzo quede libre. Su abogado, Fernando Oriente, lamenta que el Departamento de Justicia no le haya concedido el tercer grado porque considera que la rehabilitación del librero no ha sido exitosa. Varela se ha negado a participar en cursos y charlas contra el racismo porque cree que se expone a un “lavado de cerebro”, según su abogado.
El letrado también se ha adherido al indulto solicitado para Varela. El fiscal de delitos de odio y discriminación de Barcelona, Miguel Ángel Aguilar, se ha opuesto al indulto. El fiscal sostiene en su informe que Varela es “reincidente” —fue condenado en 2008 por un hecho similar— y que tiene una causa pendiente en un juzgado de Barcelona por un delito contra la propiedad intelectual, ya que editó y vendió copias del Mein Kampf, cuyos derechos de autor son propiedad de Baviera.

http://www.elperiodico.com/es/noticias/sociedad/estrasburgo-condena-espana-indemnizar-dueno-libreria-europa-2332434?utm_source=rss-noticias&utm_medium=feed&utm_campaign=sociedad

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), con sede en Estrasburgo, ha condenado a España a indemnizar con 13.000 euros al dueño de la librería 'Europa' de Barcelona, Pedro Varela, que vendía material que justificaba el genocidio judío, al considerar que vulneró sus derechos fundamentales durante el procedimiento judicial en el que fue condenado a siete meses de cárcel.

En una sentencia notificada este martes, el TEDH establece que la Justicia española vulneró el Convenio Europeo de Derechos Humanos en el artículo 6.1, que establece el derecho a un juicio justo en un plazo razonable, y en el 6.3, que otorga el derecho a ser informado de los hechos de que se acusan para poder organizar una defensa adecuada.

El tribunal entiende que el recurrente no pudo ejercer su derecho de defensa "de una manera concreta, efectiva y en el plazo adecuado" porque no le fue comunicado que, tras la presentación de una cuestión prejudicial al Tribunal Constitucional, las partes le acusaban del delito de justificación del genocidio.

Aunque Varela reclamaba una indemnización de 125.000 euros por la condena que le impuso la Audiencia de Barcelona, que le consideró autor de un delito de justificación del genocidio, Estrasburgo condena a España a indemnizar con 8.000 euros a Varela en concepto de daños morales y con otros 5.000 por los gastos que le ha supuesto el procedimiento judicial.

El tribunal niega que se vulneraran el derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y religión, y el de libertad de expresión porque están "intímamente ligadas a las quejas realizadas en relación con el artículo 6 del Convenio".

La sentencia de la Audiencia de Barcelona supuso la estimación parcial del recurso que el librero filonazi había presentado contra la condena de cinco años de cárcel que le había sido impuesta casi diez años por el Juzgado Penal número 3 de Barcelona. En esta primera instancia se estimó que Varela también era culpable de incitación al odio racial, si bien finalmente fue eximido por la Audiencia de esta conducta concreta y su condena quedó en siete meses de prisión.

http://www.lavanguardia.com/cultura/20130305/54368025180/estrasburgo-condena-a-espana-indemnizar-libreria-europa.html

Estrasburgo (Francia). (EFE).- El Tribunal Europeo de Derechos Humanos condenó hoy a España a pagar 13.000 euros al dueño de la librería filonazi de Barcelona "Europa", Pedro Varela Geis, condenado por un delito de justificación del Holocausto del que no fue acusado en primera instancia.
Según la sentencia, España vulneró su derecho a ser informado en breve plazo y detalladamente de la naturaleza y causa de la acusación, y su derecho a disponer del tiempo y de las facilidades necesarias para preparar su defensa.
La sentencia de la Sala Tercera de la Corte europea entendió que la Audiencia Provincial de Barcelona tenía que haberle dado "la posibilidad de ejercer su defensa de una manera concreta y efectiva, y en un plazo razonable".
El periplo judicial de Varela comenzó en 1996 con el primer registro por orden judicial de su librería, donde la mayoría de los volúmenes versaban sobre el Holocausto judío ("una gran mentira", según algunos ejemplares) y la Alemania nazi.
Dos años después fue condenado por un Juzgado de lo penal de Barcelona a cinco años de cárcel por negación del Holocausto y provocación de la discriminación, el odio y la violencia.
La Audiencia Provincial de Barcelona planteó en el año 2000 una cuestión de constitucionalidad ante el Tribunal Constitucional al entender que el artículo 607 del Código Penal, por el que se sancionaba la negación del Holocausto, entraba en conflicto con la libertad de expresión.
En 2007, el Tribunal Constitucional declaró inconstitucional ese artículo en lo relativo a las doctrinas "que nieguen" los delitos de genocidio, y retirado ese punto de la acusación, la Audiencia Provincial le condenó a siete meses de cárcel por justificación de genocidio.
Los magistrados del Tribunal europeo consideraron hoy que la sentencia "solo le permitió conocer, de manera tardía, el cambio de calificación" del delito por el que se le condenó.
La justificación de genocidio, añade la sentencia, "no constituyó un elemento intrínseco de la acusación inicial que el interesado hubiera podido conocer desde el inicio del proceso".
Por ello, el Tribunal de Estrasburgo condenó a España a indemnizar a Varela con 8.000 euros por daños morales, de los 125.000 que solicitaba, y con otros 5.000 euros por gastos y costas.
Estrasburgo, en cambio, no dio la razón al demandante en su queja por la vulneración de sus derechos a la libertad de conciencia y de expresión, que Varela había recurrido sin éxito ante el Tribunal Constitucional.
El Gobierno español tiene ahora tres meses de plazo para recurrir la sentencia y solicitar su revisión por la Gran Sala del Tribunal de Estrasburgo.

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