Carlos Slim: “Más que una crisis de Europa, vivimos un cambio de civilización”
Etiquetas: capitalismo, ciencia occidental, civilizacion moderna, economía, union
europea
Nota
de Islam en Mar del Plata: subimos esta nota simplemente, porque entre
lineas podemos leer el proyecto de estos tipos. También ellos señalan un cambio
de civilización, pero tramposo. Solo dan un nombre para estructurar a las
sociedades a las nuevas tecnologías y las necesidades de las multinacionales.
Vale la pena leer esta entrevista. Saludos
A
los 72 años de edad, el hombre más rico del mundo hace un alegato en contra del
retiro a temprana edad. Carlos Slim
Helú tiene una apretada agenda y no ha terminado una reunión cuando ya se
están congregando en torno a su mesa los convocados a la siguiente. En esta
entrevista sobre la situación europea argumenta que en su modelo actual el
Estado de bienestar construido en Europa se ha vuelto insostenible. Explica que,
entre otras cosas, se requieren ajustes para garantizar que quienes están en el
paro reciban capacitación para empleos ligados a las nuevas necesidades. Aboga
además por establecer una edad de retiro más alta que incluya un esquema donde
en los últimos años se trabajen menos, aunque más largas, jornadas
laborales.
El
presidente honorario de Grupo
Carso (América Movil) ofrece su consejo para salir más pronto de la crisis:
“Lo que Europa debe hacer son dos cosas: vender activos, que bajen su
endeudamiento y sus déficits, pero también invitar al sector privado a que haga
la inversión que el Estado ya no tiene por qué seguir haciendo”.
Pregunta. Recientemente
usted declaró en una entrevista: “Tú lees los números y los números te dicen lo
qué está pasando”. ¿Qué le dicen los números de Europa? ¿Que está pasando
ahí?
Respuesta. Es
una combinación de números, de conceptos y tiene también que ver incluso con la
historia y la evolución de las cosas. Desde hace 10.000 años, en las sociedades
la tecnología ha ido provocando los avances de civilización: la rueda, el
alfabeto, la navegación, los molinos, todo. Ese avance normalmente ha sido
paulatino, continuo. Pero de repente hay grandes cambios tecnológicos,
revoluciones tecnológicas, que provocan grandes cambios de civilización. Pasó
con la sociedad industrial, sobre todo en su segunda etapa, a principios del
siglo XX, y ahora con la sociedad tecnológica, avanzada, acelerada. Después de
pasar por una época posindustrial estamos viviendo esta nueva civilización en la
que los paradigmas son muy diferentes a los de las sociedades agrícolas, en
donde el poder era monolítico, había esclavitud, no había derechos humanos. Hoy
estamos 180 grados al revés, esta nueva civilización es de democracia, libertad,
derechos humanos, cuidado del medio ambiente, competencia, productividad,
globalización... Este gran cambio tecnológico tiene muchas consecuencias.
Después de la II Guerra
Mundial ha habido un gran desarrollo de Europa, un gran crecimiento
económico, crecimiento de la población también, pero sobre todo un gran
crecimiento de la incidencia fiscal de los gobiernos, que hacen una recaudación
sustancialmente alta del producto interno y, además de eso, tienen déficit.
Entonces están tomando una gran parte del producto interno. Y las razones
principales de lo que está pasando son que, después de la II Guerra Mundial, los
gobiernos y el Estado establecieron un Estado de bienestar cada vez mayor que ya
se volvió insostenible. Es necesario hacerle algunos ajustes a este Estado de
bienestar establecido. Se necesitan algunos cambios estructurales, que se ve que
no están haciendo, y están acudiendo a la tradicional receta del ajuste del
déficit fiscal a través de aumento de impuestos o reducción de gasto público. En
ese Estado de bienestar las personas se están jubilando a los 60 años en algunos
lados, cuando la esperanza de vida cuando alguien llega a los 60 años
probablemente es de 85 o más años, y es de esperar que siga creciendo. Hay
programas de salud universal, que son muy importantes, pero poco eficientes y
muchas veces abiertos a los turistas. Entonces empieza a haber un seguro de
salud que no obedece a causas normales, sino que los turistas se aprovechan de
esas condiciones para hacer uso de los servicios médicos, acceder a operaciones
quirúrgicas o prótesis yendo al país que los ofrece gratuitamente. Lo más grave
que está pasando, y ahí sí los números hablan de una manera implacable, es la
gran cantidad de desempleados, especialmente jóvenes. Eso desde el punto de
vista social, económico y en general es muy preocupante en el caso de Europa. Y
no se ve que se esté pensando en la solución de ello. Ya no es importante si el
PIB crece un punto o dos o menos dos. De todas maneras los niveles de ingreso per cápita siguen siendo altos, no habrá
una regresión a niveles de subdesarrollo. Lo grave es que ya los niveles de
desempleo son muy altos, y que algunas políticas recesivas que están siguiendo
para hacer los ajustes agudizan más el problema.
P. ¿Qué
cambios estructurales se requieren para el Estado de bienestar?
R. La
edad de retiro debe ser mayor, porque en el pasado eran sociedades de mucho
trabajo físico, en la sociedad industrial había que estar en la máquina, había
que trabajar físicamente y había un gran desgaste. Ahora son sociedades de
servicios, en donde lo importante no es la fuerza física ni el trabajo físico,
sino la experiencia y el conocimiento. En una sociedad del conocimiento, es una
tristeza que a la mejor edad del ser humano alguien deje de estar ocupado cuando
a los 60 años está en su mejor momento.
P. ¿Usted
ya estaría retirado?
R. ¡Uy,
desde hace mucho! Eso es absurdo. En una sociedad del conocimiento la gente con
más experiencia y conocimiento se desaprovecha porque se queda sin trabajo. Creo
que debe haber una jubilación mucho más tardía. Yo diría a los 70 años por dar
una cifra, pensando en que las personas van a vivir 85 y más años; cuando ya una
persona llega a los 65 o 70 años la esperanza de vida es mayor, la esperanza de
vida hoy puede ser 75 o 77 cuando se nace, pero el que ya libró los primeros 70
años de vida se puede ir más para adelante. Cuando ya llegó uno a esas edades la
esperanza es mayor. Por otro lado creo que hay que buscar por supuesto continuar
con la salud universal, más eficiente, mejor cuidada, regulada, evitando los
abusos, con más inteligencia. También debe haber redes de protección social a un
nivel adecuado y que en los programas de retiro se les pague a las personas por
capacitarse para una reconversión laboral. Es decir: yo no tengo empleo,
entonces en lugar de que me den 1.000 euros, sí, que me los den, pero tengo que
ir de tal hora a tal hora a capacitarme en equis número de actividades en las
que va a haber demanda laboral, no en las que ya no hay demanda laboral. Es muy
importante que los gobiernos estudien, y en general los especialistas, en dónde
se van a generar los nuevos empleos en los próximos 5 o 10 años para desde ahora
capacitar a las personas para esos empleos, e impulsar las actividades en donde
se van a generar esos nuevos empleos para darle cabida a las personas nuevas que
lo demanden. Además también cabe hacer programas de empleo, sobre todo en el
caso de Europa, con fórmulas de trabajo de tres o cuatro días. En lugar de cinco
días de ocho horas laborales, que se trabajaran tres días de 11 horas. Los tres
o cuatro días restantes serían de un descanso que permite leer, actividades de
entretenimiento, la convivencia familiar, acceso a la cultura, educación,
viajes...
P. Es
un cambio cultural.
R. Estamos
viviendo un cambio de civilización total, con nuevos paradigmas y lo que tenemos
que hacer son los cambios estructurales que este requiere. Hay que hacer los
cambios. No es posible pensar
en que haya un 50% de jóvenes sin empleo, o 30% o 25%. No es posible pensar
que el sistema de bienestar siga creciendo reduciendo la edad a la que se jubila
la gente. Los planes de paro o de seguro al desempleo deben estar ligados a una
reconversión laboral para que persona que está desempleada hoy, que se dedicaba
a cierta actividad, se le prepare para otras actividades, porque si no nunca va
a encontrar empleo en lo que sabe hacer, tiene que aprender para tener una
capacidad multiempleo, que tenga capacidad para diversos empleos. Cuanta más
preparación tiene una persona, más posibilidades tiene de ser una oferta mejor y
más facilidad de emplearse. Hace cuatro décadas, Alvin Toffler hablaba de
las crisis que se provocan en los cambios de civilización. Lo que está pasando
en Europa, y en el mundo en general, es una crisis de cambio de civilización. Al
aumentar la productividad, al ser más eficientes, al globalizarse, al dejar de
ser competitivos para la producción de ciertos bienes, empiezan a provocarse
este tipo de problemas ante los que se tienen que hacer cambios de fondo para
resolverlos. Y hablando de números, los números no dan para sostener estos
programas. Si se hacen los números de cuánto cuesta el valor actual de la
jubilación de la población económicamente activa con empleo y sin empleo,
resulta insostenible. Entonces lo que hay que hacer son esos ajustes y, claro,
ofrecer algo a cambio, las gentes trabajan más años y trabajan menos horas
durante probablemente los últimos 15 años, o los últimos 10 años o 20 años. Está
ligado a trabajar más años y probablemente menos días, menos horas y eso permite
además una vida más plena. Porque al final lo que combate la pobreza es el
empleo, el empleo satisfactorio, que además dignifica a la persona, el empleo no
solo es una responsabilidad social, sino una necesidad emocional.
P. Desde
los ojos de un inversionista, ¿dónde están en este momento las oportunidades en
Europa? ¿En qué sectores?
R. Primero
es muy importante que se resuelvan estos problemas estructurales. Veo difícil
que los países una vez que han alcanzado el desarrollo regresen al
subdesarrollo, no hay muestras sustanciales de ello. Sí hay muestras de que
otros avanzan más que ellos, que adelantan... Europa pasará algunos tiempos
difíciles, pero habrá que llegar a encontrar las soluciones y continuar su
desarrollo. Hay actividades que van a ser más generadoras de empleo, porque son
actividades que van a ser más intensas y amplias en su funcionamiento. Una de
ellas es la tecnología de la información, son campos atractivos, con futuro. Por
supuesto la salud va a ser muy importante como inversión, la educación, el
entretenimiento, el cuidado de las personas mayores, el turismo... En el momento
en que se corrijan las cosas todas estas actividades van a ser generadoras de
empleo. Muchas de las que van en esa dirección serían interesantes inversiones
para las personas en Europa y en el mundo, en cualquier lugar van a ser cada vez
más demandantes, con más inversión, con más actividad económica y más empleo. Es
una sociedad, debe estar muy claro, la mundial, de servicios.
P. Aunque
todo el mundo está muy preocupado y pesimista, usted está haciendo inversiones
en Europa ¿es sintomático de que ya está esperando la recuperación?
R. No,
no. Pero creo que las inversiones en negocios de tecnología son muy intensivas
en capital, y hay cambios tecnológicos muy rápidos y siempre ha sido uno de
nuestros principios mantenernos en la vanguardia de la modernidad y de la
tecnología. El que no invierte, si ya está en el negocio, pierde calidad en sus
servicios, pierde la alternativa de ofrecer más servicios o pierde participación
de mercado y atención a sus clientes. Los clientes van a escoger a aquellas
empresas que tengan inversiones que les permitan ofrecer los servicios de
vanguardia, la preferencia de los clientes en general están ligadas a ello, y
por eso es muy importante en este sector que hagamos estas inversiones. El
sistema nervioso de esta civilización es la tecnología de la información y
estamos al principio de su desarrollo. Aunque lo que hemos visto en estos
últimos 10 años es enorme y muy importante, estamos al principio. El potencial
de inversión y de actividad en estos campos creemos que es muy grande.
P. Sus
inversiones, como las recientes en empresas telefónicas de Holanda y Austria,
¿constituyen el principio de una estrategia de incursión más agresiva en el
mercado europeo?
R. Ya
lo estamos haciendo, porque el objetivo de haber entrado en forma minoritaria es
apoyar a la administración y a las empresas, principalmente, para que
incrementen sus inversiones para poder tener una mejor infraestructura, lo más
avanzada que se pueda, e impulsar la inversión de estas empresas.
P. ¿Está
descontando que los líderes europeos se van a tener que poner de acuerdo muy
pronto?
R. No
veo por qué tiene que ser una decisión conjunta, cada país debería tomar sus
propias decisiones. Lo que necesitan hacer son los cambios estructurales y cada
país debe hacerlos y corregir. Cuando un país europeo tiene una captación fiscal
muy grande y además tiene un déficit, creo que en algunos casos más de la mitad
del producto interno lo manejan los gobiernos, incluyendo el déficit fiscal, y
aparte de que tiene una gran captación fiscal, tiene también endeudamiento
porque tiene déficit fiscal, pues ¿cómo puede corregir esos déficit fiscales
excesivos? Supuestamente subiendo ingresos, es decir, subir impuestos, que ya
son altos; o bajando egresos que significa recesión, o vender activos. Yo creo
que lo que debe hacer Europa es vender activos. El Estado hace demasiadas cosas.
Lo que debe hacer son dos cosas: vender activos, que bajen su endeudamiento y sus déficits, pero también invitar al
sector privado y a esos grandes recursos que hay en todo el mundo, por la
política monetaria laxa que hay en Estados Unidos y en Europa también, y por las
bajas tasas de interés, a que hagan la inversión que el Estado ya no tiene por
qué seguir haciendo. Uno de los paradigmas de esta nueva civilización es que el
Estado se hace más chico y la sociedad civil se hace más grande. El mundo está
atrasado en ese sentido. Tiene que haber una mayor promoción de la sociedad
civil, que participe más en muchas actividades de gobierno, pero también que
invierta en lugar de que todo lo tenga que invertir el Estado, por ejemplo en
las autopistas. Hasta los hospitales y las escuelas pueden ser financiadas con
dinero privado y con eso el Estado quita presión a sus necesidades financieras.
Se necesita inversión para que haya actividad económica y para que haya empleo
se necesita actividad económica.
P. ¿Ve
resistencia a entrar a ese modelo?
R. No,
no sé por qué no se hace. Yo creo que es inercia. Inercia. Porque estamos viendo
que además la medicina que se está planteando es la tradicional, es la que se
aplica a los países en desarrollo hace muchos años. Antes yo decía que las
crisis en los países subdesarrollados las pagaban los consumidores y en los
desarrollados, los ahorradores. En los países desarrollados acudían simplemente
a bajar la tasa de interés y se componía todo. Pero son tantos los excesos que
ha habido, básicamente es un problema de excesos, que hay que sacrificarse
ahora, el ahorrador con tasas negativas, y el consumidor con políticas
recesivas.
P. ¿Cuál
es su posición sobre el futuro del euro?
R. Creo
que debe sobrevivir. Deben buscar políticas fiscales que se cumplan. Lo único
que podría observar es que un tipo de cambio del euro muy alto, ante un dólar
que ha buscado devaluarse con todas las monedas para hacer algunas correcciones
de tipo comercial y de cuenta corriente, queda de un nivel tan alto que le quita
competitividad a Europa, entonces en muchos sentidos provoca que Europa se
vuelva una especie de economía cerrada, en donde solamente los que están
alrededor del euro pueden comerciar entre ellos, pero que les cueste trabajo
exportar hacia otros lados o tener capacidad competitiva.
P. ¿Cuál
es su plan a medio y largo plazo en Europa?
R. Nosotros
no vamos a lo coyuntural, lo que estamos invirtiendo es con un concepto de largo
plazo. Las inversiones que hemos hecho, y nuestro planteamiento, es de largo
plazo. No estamos invirtiendo porque vale 100 y para que suba a 120 o 200 y
venderla. Largo plazo en el que por eso se vuelve muy importante la inversión,
capex le llaman allá ¿no?, inversiones de capital para tener empresas de
vanguardia en los mercados en donde están.
P. ¿A
los líderes europeos les ha faltado imaginación, creatividad, arrojo?
R. Se
antojaría más liderazgo.
P. ¿Qué
de la experiencia mexicana de lidiar con crisis le recuerda lo que está pasando
en Europa?
R. Por
ejemplo en el sistema bancario sería ideal un poco más la fórmula americana de
la capitalización preferente que a fondo perdido, minimizar el pago de la
sociedad, que sea más una especie de capitalización temporal, por ejemplo, un
saneamiento. Otra cosa: los gobiernos están muy endeudados. ¿La deuda la tiene
quién? Privados. Bueno, pues buscar cambiar activos por deuda, reducir las
deudas, eliminar los déficit fiscales, bajarlos. He sostenido que en virtud de
la crisis de la deuda externa de 1982, y con el Consenso de Washington, nos
volcamos hacia el exterior, más exportación, aperturas comerciales, tipos de
cambio con flexibilidad para poder exportar mejor con devaluaciones, apertura a
la inversión, privatizaciones que sanearon al sistema fiscal de nuestros
países... Desde hace varios años creo que es muy importante volcarnos a apoyar
el desarrollo de la economía interna, la economía doméstica. Como se van a
cerrar los mercados externos creo que es muy importante volcarnos en nuestros
países, sin menoscabo de nuestro comercio exterior y nuestra actividad externa,
a desarrollar mucho la actividad doméstica. Eso permitiría más actividad, más
empleo, subir la masa salarial de manera importante, que va a ser la solución
que China va a encontrar, hay que ver qué tanto logra China hacer para que lo
que deja de exportar sea sustituido por consumo interno. Lo que debe hacer
Europa es corregir sus problemas, hacer los cambios de fondo que tenga que
hacer, más allá de que su peso económico en el corto plazo disminuya o se
mantenga. Creo que haciendo las correcciones Europa sigue siendo una zona con un
gran potencial de desarrollo, que puede estar a la vanguardia en muchos
sentidos, sobre todo si hace las correcciones y anticipa muchas de las cosas que
habrá que hacer, como lo que hablábamos de la edad de jubilación combinado con
los días de trabajo, y que eso dé capacidad de que trabajen otras personas,
porque ahorita lo importante es que las máquinas trabajen 24 horas y que las
personas sean las que trabajen menos.
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