Tratado del Salat III
“¡Oh Señor!, toda alabanza es para Ti, Tú que llenas los cielos y la tierra y cuanto deseas, nadie puede negar aquello que has otorgado, y nadie puede conceder aquello que has negado...
03/05/2013 - Autor: Imam Ahmad Ibn Hanbal - Fuente: Musulmanes Andaluces
imam ruku suyud tasbih
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¡Perfeccionad vuestro Salat y poner en práctica la Sunna!Al-Hasan al-Basri dijo: “El tasbih (el acto de repetir subhana Allah) más perfecto consiste en repetirlo siete veces, menos perfecto es repetirlo cinco veces, y el menos perfecto repetirlo tres veces”. (Esto viene confirmado por un hadiz basado en la autoridad de siete Compañeros, relatado por Ahmad, Abu Dawud, Ibn Mayah y otros, que afirma: “Él (s.a.s.) solía decir, ‘Subhan Rabbial ‘Ala tres veces, pero a veces lo repetía más veces, y esto es la refutación de aquellos que dicen que basta con repetirlo una o dos veces’. Consúltese la obra, The Prophet’s Prayer Described por el shayj Muhammad Nasir ad-Din al-Albani).
Por tanto el menor número de veces que el Imam ha de decir Subhana rabbial ‘Adim durante el ruku’a (momento de inclinación durante el Salat) es de tres al igual que también es el menor número de veces que el Imam debe repetir Subhana rabbial ‘Ala durante el suyud (es decir durante la prosternación en el Salat). Cuando el Imam pronuncia estas frases ha de decirlas de forma correcta y clara no apresurándose en su pronunciación, pues si se precipita los que están detrás de él no tienen tiempo para repetirlas y las pronunciarán también precipitadamente pudiéndose anticiparse al Iman e invalidando sus Salat recayendo toda la responsabilidad sobre el Imam.
Cuando el Imam levanta su cabeza después de la inclinación dice: Sami’u Allahu liman hamidah, una vez dicho esto ha de permanecer derecho y quieto hasta que haya terminado de decir, Rabbana wa lakal hamd, sin prisas; si quiere decir algo más de lo anterior puede decir, Rabbana wa lakal hamd, mil’ as-samawati wa mil’ al-ard wa mil’a ma shi’ta min shay’in bad, la mani’a lima atayt wa la mutiya lima manat, wa la yanfa’u dal-yaddi minkal-yadd, (Relatado por Muslim y an-Nas’i), “¡Oh Señor!, toda alabanza es para Ti, Tú que llenas los cielos y la tierra y cuanto deseas, nadie puede negar aquello que has otorgado, y nadie puede conceder aquello que has negado, ni las posesiones son nada ante Ti.”
Anas (r.a.) relató que, “El Mensajero de Allah (s.a.s.) permanecía tanto tiempo de pie tras el ruku’a (inclinación) que se decía, ‘Se ha olvidado’”. (narrado por Bujari y Muslim). Hoy en día se ve poco esto entre las gentes aunque es deber del Imam no apresurarse tras levantar su cabeza después del ruku’a ni decir Rabbana wa lakal hamd precipitadamente, sino pausadamente y con claridad, para que a la gente le de tiempo también a decirlo. Luego cuando levanta su cabeza del suyud, debe reposar momentáneamente, sentándose derecho y diciendo: Rabb ighfir li, sin prisas, para que la gente pueda decir lo mismo antes de la segunda postración. No se debe mover precipitadamente, postrándose una segunda vez inmediatamente después de levantar la cabeza del suyud, lo cual puede ser causa de que la gente se adelante e invalide su Salat, recayendo la responsabilidad sobre el Imam.
Se ha narrado que el Profeta (s.a.s.) dijo: “Todo aquel que hace el Salat es un guardián y es responsable de aquello que guarda.” (También narrado por at-Tabari y al-Jatib al-Baghdadi de Ibn Umar)
También se ha dicho que el Imam es el guardián de aquellos que hacen el Salat tras él, y no hay nada más importante para el Imam que advertir a éstos y prohibirles que se le anticipen en el ruku’a y en el suyud, o hacerlo al mismo tiempo que él, sino que debe enseñarles que sus inclinaciones, postraciones e incorporaciones deben hacerlas detrás de él, debiendo mejorarles en su formas de hacer el Salat convirtiéndose de esta manera en un verdadero guardián de los mismos, porque mañana (es decir, el Día de la Resurrección) será interrogado por todo esto.
Es de primordial importancia que el Imam realice bien el Salat estando concentrado en el mismo, pues esto le traerá una buena recompensa así como a los que con él lo hagan, pero de lo contrario también compartirá las consecuencias negativas con aquellos que lo han hecho erróneamente. Es un derecho y una obligación de los musulmanes elegir como Imam al mejor, al de conducta más recta y al de mayor conocimiento del Islam.
Se ha dicho en un hadiz, “Cuando alguien conduce a la gente en el Salat habiéndolos mejores que él entre los demás, todos permanecen en un estado de ignorancia” (Esto ha sido narrado por al-‘Uqaili en su libro, Adh-Dhu’afa’ (El hadiz débil), de Ibn ‘Umar. En su sanad se encuentra (cadena de narradores de un hadiz) un tal Haitham ibn ‘Aqab al-Azadi, alguien desconocido, aunque Ibn Hibban se refiere él como persona de confianza).
También se narra en un hadiz: “Depositad los asuntos de vuestro Din en las manos de los fuqaha (los sabios en Derecho islámico), de vuestros Imames y de los recitadores de Corán”. Narrado por ad-Daraqitni. (Según el shayj al-Islam ibn Taimiyah en su libro, Al-Fatawa, hay algunas cuestiones relativas a su sanad, que contiene un tal Salam ibn Sulaiman, y de acuerdo a al-‘Uqaili, algunos de sus hadices son munkar (menospreciados por los sabios del hadiz, debido a algún contenido objetable en el texto del hadiz, o bien por la falta de validez en uno o más de la cadena de narradores). Este hadiz se refiere a los fuqaha, los recitadores y los hombres de conducta virtuosa que conocen a su Señor, que se preocupan de su Salat y del Salat de aquellos que están tras él, temerosos de incurrir en algún error por hacer algo mal en el Salat. En cuanto a los recitadores son aquellos que no solo han memorizado el Corán sino que actúan también de acuerdo al mismo. Se ha mencionado en un hadiz: “En verdad, la gente más virtuosa con este Corán son aquellos que actúan de acuerdo al mismo, aunque no sean recitadores.”
Aquel que haga de Imam ha de ser el de más conocimiento con respecto a Allah, el más temeroso ante Allah, siendo una obligación que compete a la comunidad que es la responsable de nombrar a una persona con estas cualidades, si así lo hacen el Salat es una purificación para ellos, pero si abandonan esta obligación permanecerán en un estado de ignorancia, lejos de Allah, de Su complacencia y de Su Jardín. Allah derrama Sus bendiciones en aquellos que se esfuerzan en su Salat y en su Din, siguiendo de esta forma la Sunna del Profeta (s.a.s.)
Por tanto, ordenad a vuestro Imam, ¡oh siervo de Allah!, no pronunciar el takbir (es el acto de decir Allah Akbar cuando se inicia el Salat) tan pronto como se pone de pie para realizar el Salat, sino que mire a derecha e izquierda y compruebe que las filas estén dispuestas correctamente, derechas, que todos estén hombro con hombro, que observe que no hay espacio entre dos musulmanes, pues lo contrario de lo anterior significa que el Salat es imperfecto e incompleto, que observe todo esto, pues se ha narrado del Profeta (s.a.s.) que dijo, “Apretad bien las filas en el Salat, hombro con hombro, no dejad espacios, pues los demonios se cuelan por ahí.” (Ahmad, Bujari, Abu Dawud, Nasa’i e Ibn Juzaimah)
También ha sido narrado que él (s.a.s.) cuando dirigía el Salat no pronunciaba el takbir hasta mirar a derecha e izquierda ordenando apretar filas hombro con hombro diciendo, “No estéis desordenados, pues si estáis así, también vuestros corazones estarán desordenados.” (Narrado por Abu Dawud)
También se narra que en cierta ocasión vio que el pecho de uno de ellos no estaba alineado con los demás y le dijo: “Tienes que hacer tu Salat hombro con hombro pues sino lo haces así, Allah (s.t.) colocará el desorden en vuestros corazones.” (Narrado por Bujari, Muslim y Abu Dawud)
Por tanto enderezar y apretar las filas es parte necesaria del Salat, si no vuestros Salat serán deficientes. Se narra que Omar (r.a.) cuando dirigía el Salat designaba a una persona para que comprobase que todas las filas estaban bien dispuestas y que no pronunciaba el takbir hasta que esta persona venía y le decía, “Las filas están bien apretadas”, después de lo cual pronunciaba ya el takbir. (Narrado por at-Tabari en su ‘Tarij’)
También de Omar Ibn ‘Abdul ‘Aziz se ha narrado algo similar. También se ha narrado de Bilal (r.a.) que solía poner derechas las filas golpeando con un bastoncito las espinillas de los que estaban en la fila; algunos sabios han dicho que ello debió haber ocurrido durante el Salat dirigido por el Profeta (s.a.s.) en el tiempo de la Iqama, antes de que de comienzo el Salat, pues el hadiz nos dice que, “...nunca hizo el llamamiento al Salat después de que el Profeta (s.a.s.) hubiera muerto, excepto en una ocasión, cuando regresó de Sham”, (Narrado por at-Tabari en su ‘Tarij’), a petición de Abu bakr as-Sidiq y otros Compañeros del Profeta (s.a.s.); cuando escucharon la voz de Bilal llamando al Salat en Medina, después de no haberla escuchado desde la muerte del Profeta (s.a.s.), sus corazones se llenaron de un sentimiento de revivificación del Din, hasta tal punto que uno de ellos dijo, “El Profeta (s.a.s.) ha llegado hasta nosotros en una visión”, y cuando la voz de Bilal (r.a.) estimuló en ellos el anhelo del Profeta (s.a.s.) les embargó tal emoción que comenzaron a llorar, tanto así que las mujeres salieron de sus casas embargadas por la añoranza del Profeta (s.a.s.) al escuchar el Adan (llamad al Salat) de Bilal (r.a.), y cuando Bilal dijo, Ashhadu anna Muhammadan rasulullah (Testifico que Muhammad (s.a.s.) es el Mensajero de Allah) calló siendo incapaz de seguir dando el Adan. Alguien dijo, “Su mente se ha obnubilado por el amor que sentía hacia el Profeta (s.a.s.), lo echa mucho de menos”. Que Allah (s.t.) derrame Su Misericordia sobre Bilal (r.a.) y sobre todos los Muhayirun (aquellos musulmanes que emigraron de Meca a Medina junto con el Profeta (s.a.s.)) y sobre los Ansar (aquellos musulmanes de Medina que recibieron a los musulmanes de Meca), y que nos haga ser de aquellos que le siguen en el Ihsan (este término fue definido por el Profeta (s.a.s.) como ‘sométete a Allah (s.t.) como si Le vieras, pues aunque no Le veas, Él te ve’; narrado por Muslim).
Por tanto, sed temerosos ante Allah (r.a.) ¡oh comunidad de musulmanes!, perfeccionad vuestro Salat y poner en práctica la Sunna de vuestro Profeta (s.a.s.) y sus Compañeros. Esto es un mandato obligatorio que pesa sobre todos vosotros....
“¡Oh Señor!, toda alabanza es para Ti, Tú que llenas los cielos y la tierra y cuanto deseas, nadie puede negar aquello que has otorgado, y nadie puede conceder aquello que has negado...
03/05/2013 - Autor: Imam Ahmad Ibn Hanbal - Fuente: Musulmanes Andaluces
imam ruku suyud tasbih
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¡Perfeccionad vuestro Salat y poner en práctica la Sunna!Al-Hasan al-Basri dijo: “El tasbih (el acto de repetir subhana Allah) más perfecto consiste en repetirlo siete veces, menos perfecto es repetirlo cinco veces, y el menos perfecto repetirlo tres veces”. (Esto viene confirmado por un hadiz basado en la autoridad de siete Compañeros, relatado por Ahmad, Abu Dawud, Ibn Mayah y otros, que afirma: “Él (s.a.s.) solía decir, ‘Subhan Rabbial ‘Ala tres veces, pero a veces lo repetía más veces, y esto es la refutación de aquellos que dicen que basta con repetirlo una o dos veces’. Consúltese la obra, The Prophet’s Prayer Described por el shayj Muhammad Nasir ad-Din al-Albani).
Por tanto el menor número de veces que el Imam ha de decir Subhana rabbial ‘Adim durante el ruku’a (momento de inclinación durante el Salat) es de tres al igual que también es el menor número de veces que el Imam debe repetir Subhana rabbial ‘Ala durante el suyud (es decir durante la prosternación en el Salat). Cuando el Imam pronuncia estas frases ha de decirlas de forma correcta y clara no apresurándose en su pronunciación, pues si se precipita los que están detrás de él no tienen tiempo para repetirlas y las pronunciarán también precipitadamente pudiéndose anticiparse al Iman e invalidando sus Salat recayendo toda la responsabilidad sobre el Imam.
Cuando el Imam levanta su cabeza después de la inclinación dice: Sami’u Allahu liman hamidah, una vez dicho esto ha de permanecer derecho y quieto hasta que haya terminado de decir, Rabbana wa lakal hamd, sin prisas; si quiere decir algo más de lo anterior puede decir, Rabbana wa lakal hamd, mil’ as-samawati wa mil’ al-ard wa mil’a ma shi’ta min shay’in bad, la mani’a lima atayt wa la mutiya lima manat, wa la yanfa’u dal-yaddi minkal-yadd, (Relatado por Muslim y an-Nas’i), “¡Oh Señor!, toda alabanza es para Ti, Tú que llenas los cielos y la tierra y cuanto deseas, nadie puede negar aquello que has otorgado, y nadie puede conceder aquello que has negado, ni las posesiones son nada ante Ti.”
Anas (r.a.) relató que, “El Mensajero de Allah (s.a.s.) permanecía tanto tiempo de pie tras el ruku’a (inclinación) que se decía, ‘Se ha olvidado’”. (narrado por Bujari y Muslim). Hoy en día se ve poco esto entre las gentes aunque es deber del Imam no apresurarse tras levantar su cabeza después del ruku’a ni decir Rabbana wa lakal hamd precipitadamente, sino pausadamente y con claridad, para que a la gente le de tiempo también a decirlo. Luego cuando levanta su cabeza del suyud, debe reposar momentáneamente, sentándose derecho y diciendo: Rabb ighfir li, sin prisas, para que la gente pueda decir lo mismo antes de la segunda postración. No se debe mover precipitadamente, postrándose una segunda vez inmediatamente después de levantar la cabeza del suyud, lo cual puede ser causa de que la gente se adelante e invalide su Salat, recayendo la responsabilidad sobre el Imam.
Se ha narrado que el Profeta (s.a.s.) dijo: “Todo aquel que hace el Salat es un guardián y es responsable de aquello que guarda.” (También narrado por at-Tabari y al-Jatib al-Baghdadi de Ibn Umar)
También se ha dicho que el Imam es el guardián de aquellos que hacen el Salat tras él, y no hay nada más importante para el Imam que advertir a éstos y prohibirles que se le anticipen en el ruku’a y en el suyud, o hacerlo al mismo tiempo que él, sino que debe enseñarles que sus inclinaciones, postraciones e incorporaciones deben hacerlas detrás de él, debiendo mejorarles en su formas de hacer el Salat convirtiéndose de esta manera en un verdadero guardián de los mismos, porque mañana (es decir, el Día de la Resurrección) será interrogado por todo esto.
Es de primordial importancia que el Imam realice bien el Salat estando concentrado en el mismo, pues esto le traerá una buena recompensa así como a los que con él lo hagan, pero de lo contrario también compartirá las consecuencias negativas con aquellos que lo han hecho erróneamente. Es un derecho y una obligación de los musulmanes elegir como Imam al mejor, al de conducta más recta y al de mayor conocimiento del Islam.
Se ha dicho en un hadiz, “Cuando alguien conduce a la gente en el Salat habiéndolos mejores que él entre los demás, todos permanecen en un estado de ignorancia” (Esto ha sido narrado por al-‘Uqaili en su libro, Adh-Dhu’afa’ (El hadiz débil), de Ibn ‘Umar. En su sanad se encuentra (cadena de narradores de un hadiz) un tal Haitham ibn ‘Aqab al-Azadi, alguien desconocido, aunque Ibn Hibban se refiere él como persona de confianza).
También se narra en un hadiz: “Depositad los asuntos de vuestro Din en las manos de los fuqaha (los sabios en Derecho islámico), de vuestros Imames y de los recitadores de Corán”. Narrado por ad-Daraqitni. (Según el shayj al-Islam ibn Taimiyah en su libro, Al-Fatawa, hay algunas cuestiones relativas a su sanad, que contiene un tal Salam ibn Sulaiman, y de acuerdo a al-‘Uqaili, algunos de sus hadices son munkar (menospreciados por los sabios del hadiz, debido a algún contenido objetable en el texto del hadiz, o bien por la falta de validez en uno o más de la cadena de narradores). Este hadiz se refiere a los fuqaha, los recitadores y los hombres de conducta virtuosa que conocen a su Señor, que se preocupan de su Salat y del Salat de aquellos que están tras él, temerosos de incurrir en algún error por hacer algo mal en el Salat. En cuanto a los recitadores son aquellos que no solo han memorizado el Corán sino que actúan también de acuerdo al mismo. Se ha mencionado en un hadiz: “En verdad, la gente más virtuosa con este Corán son aquellos que actúan de acuerdo al mismo, aunque no sean recitadores.”
Aquel que haga de Imam ha de ser el de más conocimiento con respecto a Allah, el más temeroso ante Allah, siendo una obligación que compete a la comunidad que es la responsable de nombrar a una persona con estas cualidades, si así lo hacen el Salat es una purificación para ellos, pero si abandonan esta obligación permanecerán en un estado de ignorancia, lejos de Allah, de Su complacencia y de Su Jardín. Allah derrama Sus bendiciones en aquellos que se esfuerzan en su Salat y en su Din, siguiendo de esta forma la Sunna del Profeta (s.a.s.)
Por tanto, ordenad a vuestro Imam, ¡oh siervo de Allah!, no pronunciar el takbir (es el acto de decir Allah Akbar cuando se inicia el Salat) tan pronto como se pone de pie para realizar el Salat, sino que mire a derecha e izquierda y compruebe que las filas estén dispuestas correctamente, derechas, que todos estén hombro con hombro, que observe que no hay espacio entre dos musulmanes, pues lo contrario de lo anterior significa que el Salat es imperfecto e incompleto, que observe todo esto, pues se ha narrado del Profeta (s.a.s.) que dijo, “Apretad bien las filas en el Salat, hombro con hombro, no dejad espacios, pues los demonios se cuelan por ahí.” (Ahmad, Bujari, Abu Dawud, Nasa’i e Ibn Juzaimah)
También ha sido narrado que él (s.a.s.) cuando dirigía el Salat no pronunciaba el takbir hasta mirar a derecha e izquierda ordenando apretar filas hombro con hombro diciendo, “No estéis desordenados, pues si estáis así, también vuestros corazones estarán desordenados.” (Narrado por Abu Dawud)
También se narra que en cierta ocasión vio que el pecho de uno de ellos no estaba alineado con los demás y le dijo: “Tienes que hacer tu Salat hombro con hombro pues sino lo haces así, Allah (s.t.) colocará el desorden en vuestros corazones.” (Narrado por Bujari, Muslim y Abu Dawud)
Por tanto enderezar y apretar las filas es parte necesaria del Salat, si no vuestros Salat serán deficientes. Se narra que Omar (r.a.) cuando dirigía el Salat designaba a una persona para que comprobase que todas las filas estaban bien dispuestas y que no pronunciaba el takbir hasta que esta persona venía y le decía, “Las filas están bien apretadas”, después de lo cual pronunciaba ya el takbir. (Narrado por at-Tabari en su ‘Tarij’)
También de Omar Ibn ‘Abdul ‘Aziz se ha narrado algo similar. También se ha narrado de Bilal (r.a.) que solía poner derechas las filas golpeando con un bastoncito las espinillas de los que estaban en la fila; algunos sabios han dicho que ello debió haber ocurrido durante el Salat dirigido por el Profeta (s.a.s.) en el tiempo de la Iqama, antes de que de comienzo el Salat, pues el hadiz nos dice que, “...nunca hizo el llamamiento al Salat después de que el Profeta (s.a.s.) hubiera muerto, excepto en una ocasión, cuando regresó de Sham”, (Narrado por at-Tabari en su ‘Tarij’), a petición de Abu bakr as-Sidiq y otros Compañeros del Profeta (s.a.s.); cuando escucharon la voz de Bilal llamando al Salat en Medina, después de no haberla escuchado desde la muerte del Profeta (s.a.s.), sus corazones se llenaron de un sentimiento de revivificación del Din, hasta tal punto que uno de ellos dijo, “El Profeta (s.a.s.) ha llegado hasta nosotros en una visión”, y cuando la voz de Bilal (r.a.) estimuló en ellos el anhelo del Profeta (s.a.s.) les embargó tal emoción que comenzaron a llorar, tanto así que las mujeres salieron de sus casas embargadas por la añoranza del Profeta (s.a.s.) al escuchar el Adan (llamad al Salat) de Bilal (r.a.), y cuando Bilal dijo, Ashhadu anna Muhammadan rasulullah (Testifico que Muhammad (s.a.s.) es el Mensajero de Allah) calló siendo incapaz de seguir dando el Adan. Alguien dijo, “Su mente se ha obnubilado por el amor que sentía hacia el Profeta (s.a.s.), lo echa mucho de menos”. Que Allah (s.t.) derrame Su Misericordia sobre Bilal (r.a.) y sobre todos los Muhayirun (aquellos musulmanes que emigraron de Meca a Medina junto con el Profeta (s.a.s.)) y sobre los Ansar (aquellos musulmanes de Medina que recibieron a los musulmanes de Meca), y que nos haga ser de aquellos que le siguen en el Ihsan (este término fue definido por el Profeta (s.a.s.) como ‘sométete a Allah (s.t.) como si Le vieras, pues aunque no Le veas, Él te ve’; narrado por Muslim).
Por tanto, sed temerosos ante Allah (r.a.) ¡oh comunidad de musulmanes!, perfeccionad vuestro Salat y poner en práctica la Sunna de vuestro Profeta (s.a.s.) y sus Compañeros. Esto es un mandato obligatorio que pesa sobre todos vosotros....
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