Las falsas ideas de Dios y el Dios verdadero
Enseñanzas en la Rueda del Recuerdo
15/12/1999 - Autor: Alí Al Husaini - Fuente: Verde Islam 12
sheij_fayturi
Siervos de Allah. La Presencia de Allah cubre, rodea, circunda todas las cosas. Muchas veces el Sagrado Corán dice: "Y Allah los circunda" sobre todo respecto de los impíos, que niegan su presencia.
Los que integran las comunidades delTasauuf (Sufismo) quieren llegar a la Presencia Divina, como el Profeta (B.P.D.) llegó a ella ante el Tono Divino, y adquirió la categoría excelsa que así había alcanzado. Para eso deben abandonar todo lo que conocían anteriormente sobre "dios", porque ese dios es el de la sociedad, el de las filosofías, el dios quizás, aprendido a través de la familia o de la razón, pero no es el Dios Real. Es normalmente un dios convencional y "de consumo".
Vincularse a Allah, exaltado sea, en las comunidades del Tasauuf es estar ante su Presencia, por la Barakah (1) de Muhammad (B.P.D.). Y esto no se logra en ningún otro lado que en ellas, ni lo dan la familia, ni los libros, ni estudios o iglesias, ni aún meditando cada uno por su cuenta. La comunidad y el maestro, por el contrario, son una escala con que elevarse hasta la Presencia Divina, gracias a la Bárakah de Muhammad (B.P.D.).
Nuestro Dhikr o Recuerdo (2) es el de la Presencia Divina, Allah es Sutil, al-Latif, es al-Nur, luz, Oyentisimo, Videntisimo, El que esta con nosotros donde nosotros estemos (3) y no nos abandona cuando ya hemos alcanzado su Cercanía. Pero es necesario previamente el esfuerzo por desvelarse, despertarse, abandonar el sueño del mundo a que nos inducen las cosas, sean intelectuales, laborales, teóricas o practicas y tanto como se pueda es necesario entrar a la Presencia de Allah, su Cercanía. Y todo ello se logra en la compañía del maestro y de los hermanos en la Búsqueda espiritual.
La cercanía de Allah es infinita, y cierto grado de ella no supone nada relativo a El, sino relativo a otro grado ya adquirido o posible. Acercarse a Allah es un viaje sin fin, cuyos grados no tienen numero, no se agotan. Un viaje de retorno a El, en El y por El, siendo El infinito, un retorno que no lleva a la eternidad luminosa, exaltada, a través del Dhikro Recuerdo, de las practicas y del conocimiento.
Los que integran las comunidades delTasauuf (Sufismo) quieren llegar a la Presencia Divina, como el Profeta (B.P.D.) llegó a ella ante el Tono Divino, y adquirió la categoría excelsa que así había alcanzado. Para eso deben abandonar todo lo que conocían anteriormente sobre "dios", porque ese dios es el de la sociedad, el de las filosofías, el dios quizás, aprendido a través de la familia o de la razón, pero no es el Dios Real. Es normalmente un dios convencional y "de consumo".
Vincularse a Allah, exaltado sea, en las comunidades del Tasauuf es estar ante su Presencia, por la Barakah (1) de Muhammad (B.P.D.). Y esto no se logra en ningún otro lado que en ellas, ni lo dan la familia, ni los libros, ni estudios o iglesias, ni aún meditando cada uno por su cuenta. La comunidad y el maestro, por el contrario, son una escala con que elevarse hasta la Presencia Divina, gracias a la Bárakah de Muhammad (B.P.D.).
Nuestro Dhikr o Recuerdo (2) es el de la Presencia Divina, Allah es Sutil, al-Latif, es al-Nur, luz, Oyentisimo, Videntisimo, El que esta con nosotros donde nosotros estemos (3) y no nos abandona cuando ya hemos alcanzado su Cercanía. Pero es necesario previamente el esfuerzo por desvelarse, despertarse, abandonar el sueño del mundo a que nos inducen las cosas, sean intelectuales, laborales, teóricas o practicas y tanto como se pueda es necesario entrar a la Presencia de Allah, su Cercanía. Y todo ello se logra en la compañía del maestro y de los hermanos en la Búsqueda espiritual.
La cercanía de Allah es infinita, y cierto grado de ella no supone nada relativo a El, sino relativo a otro grado ya adquirido o posible. Acercarse a Allah es un viaje sin fin, cuyos grados no tienen numero, no se agotan. Un viaje de retorno a El, en El y por El, siendo El infinito, un retorno que no lleva a la eternidad luminosa, exaltada, a través del Dhikro Recuerdo, de las practicas y del conocimiento.
"Hua" ("El"), Y el Sí Mismo
Hemos mencionado ya otras veces que cada uno de los pronombres de Allah (4) simbolizan una realidad Divina concreta, actuante en nosotros, y que el "Hua" ("el" en árabe) representa al Sí Mismo y a la Presencia Divina a la cual estamos vinculados. De tal manera que al decir en nuestro Dhikr o Recuerdo "Hua Allah" ("El es Allah"), o "La Iláha illa Hua" ("no hay Divino sino El"), significan que nos dirigimos al Sí Mismo, a aquella Realidad o Presencia de Allah a la que El, exaltado sea, con símbolos sensibles, menciona en el Sagrado Corán como el soplo de Su Espíritu en nosotros.
Pero aunque nos dirijamos al Sí Mismo divino no por ello lo alcanzamos. La imaginación no alcanza a Allah, "El abarca todas las miradas pero las miradas no pueden alcanzarlo" (6:103), como dice el Sagrado Corán, y las miradas son las imaginaciones. Como tampoco la razón puede definirlo.
Así, en el esfuerzo espiritual de ir hacia el Sí Mismo divino, solo podemos alcanzar con Su Favor el sí mismo humano (y "el que conoce a sí mismo, conoce a su Señor", según el dicho sabio). No podemos elevarnos a la máxima Realidad divina, una Presencia que no tiene limites , que excede las fronteras del ser, que desborda todo lo posible en este último. Y como nosotros somos seres limitados, no podemos captar lo ilimitado, a Allah en Sí Mismo. He aquí el secreto de que Allah manifiesta su Presencia Ilimitada e Infinita en lo limitado, nuestra lo universal en lo particular, lo absoluto en lo relativo.
De este modo, estamos en la misma situación del Profeta (BPD) cuando compareció ante su Señor y solamente vio su propia luz (la del Profeta BPD) "sobre lo verde", como dice la Tradición (5). Como en un espejo se vio a sí mismo en una forma perfecta, pero no pudo alcanzar la Realidad máxima del Señor, exaltado sea, que se manifestaba en la propia forma finita, limitada, del Profeta (BPD), de la manera más bella y exaltada, del color más hermoso. Y dice la citada tradición que de la Luz de Allah "se verdea lo verde, se blanquea lo blanco, amarillea lo amarillo, y enrojece lo rojo". Es decir, que todas las cosas limitadas que existen en el ser, simbolizadas aquí por los colores, provienen de la Luz única e infinita de Allah. Pero si bien lo Infinito está presente en lo finito, en lo limitado, no es `posible saber cómo la Infinidad se encuentra de este modo, cómo la Unidad se manifiesta a través de la gran multiplicidad.
Entonces, cuando decimos "Hua Allah", "El es Allah", queremos decir que el Hua, el Sí Mismo divino, esta presente en la realidad misma de nosotros (o más bien, que nosotros estamos en El) y que el Sí mismo verdadero de cada cual es uno en Allah (ver más adelante el significado de esta expresión). "Hua Allah" y "la Iláha illa Hua", "no hay Divino sino El" expresan que la Divinidad no se encuentra en ninguna forma externa, y que El no se puede percibir bajo ninguna cosa concreta adorable, ni persona, ni objeto, ni idea. Pero también significan que el sí mismo de cada ser Lo manifiesta a El Mismo. Aunque de aquí se deduce también que es imposible alcanzare en su máxima expresión el sí mismo de cada uno, pues tampoco es abarcable, en tanto El , exaltado sea, se manifiesta allí: "Las miradas no Lo abarcan, pero El abarca todas las miradas".
Este es el significado del "Hua" que como los significados de "Ana", "Yo", y del "Anta""Tu", tiene un modo de ser concreto para nosotros, igual que cada Atributo de Allah (Misericordioso, Compasivisimo, Conocentiísimo , Viviente, Subsistente, Altísimo, ect) aunque cada uno de esos significados o Atributos sean infinitos y nosotros seamos seres finitos, limitados. Y como lo infinito está en lo finito, como lo universal está en lo particular, lo Absoluto en lo efímero que es el hambre, en la fugacidad y en la perennidad, en la duración del tiempo, ect. Tal es la Realidad verdadera, lo Absoluto que no perece.
Ibrahim (Abraham P), antes de ser arrojado al fuego acusado de ateo a los ídolo de su pueblo, se separó de su tribu para meditar en el desierto, siendo todavía un jovenzuelo, quizás de quince o menos años, o un poco más. No podía creer en lo ídolos de madera, de barro, de yeso, adornados con pinturas, que cuando caen se rompen, y que si una mosca lo ensucia no se lo pueden limpiar, o se los escupe no lo pueden evitar. Que no hablan, y que cuando necesito dialogar con lo Divino no es posible hacerlo con ellos, porque son inferiores a nosotros. Cuando Ibrahim (P) vio en el desierto una estrella exclamó "Este es mi Señor, porque es brillante y bella" pero la estrella se puso, declinó y desapareció, e Ibrahim (P) expreso entonces: "No tomo por mi Señor (o Dios) a lo que desaparece" Luego Vio que salía la Luna, mucho más bella todavía y grande que la estrella, y exclamó: "Este es mi Señor". Pero la luna se puso, e Ibrahim (P) expreso"No creo en aquello que se pone" es decir que declina y desaparece. Por fin salió el sol y exclamó: "Este es mi Señor, porque su luz es mas poderosa". Pero al ocaso vio que el sol se ponía, y expresó: "No puede ser mi Señor, sólo creo en Aquel que no desaparece, cuya Presencia es permanente, que cuando me dirijo a El lo encuentro, cuando le hablo me contesta, y cuando intento algo malo en contra Suyo lo que intento se vuelve en contra mío, como el que escupe hacia el cielo y eso se vuelve contra su rostro, a Quien ningún mal le alcanza, ni una palabra obscena, ni un mal pensamiento. Al que no es posible describir, por ser El Infinito. Si quisiera manipularlo como una cosa de este mundo sería para El una ofensa y para mí una degradación, pues todo intento de manipular lo Divino, sea de hecho o de pensamiento, es rebajarlo como Señor y, en consecuencia, rebajarse como siervo. Y así, toda descripción de lo Divino, toda atribución de naturaleza, de esencia, de forma, de contenido, toda teología no revelada, constituyen insensateces del hombre".
De este modo Ibrahim (P) se salvó de su pueblo impío, de Nimrod y de su gente, que lo metieron luego en la pira ardiente en la cual Allah lo protegió como en el Jardín Paradisíaco: "Dijimos: Fuego sé frío y saludable par Ibrahim" (21:69).
Ual Handu lil-Lahi Rabbil Alamin ua Alamin ua bihi nasta in
Hemos mencionado ya otras veces que cada uno de los pronombres de Allah (4) simbolizan una realidad Divina concreta, actuante en nosotros, y que el "Hua" ("el" en árabe) representa al Sí Mismo y a la Presencia Divina a la cual estamos vinculados. De tal manera que al decir en nuestro Dhikr o Recuerdo "Hua Allah" ("El es Allah"), o "La Iláha illa Hua" ("no hay Divino sino El"), significan que nos dirigimos al Sí Mismo, a aquella Realidad o Presencia de Allah a la que El, exaltado sea, con símbolos sensibles, menciona en el Sagrado Corán como el soplo de Su Espíritu en nosotros.
Pero aunque nos dirijamos al Sí Mismo divino no por ello lo alcanzamos. La imaginación no alcanza a Allah, "El abarca todas las miradas pero las miradas no pueden alcanzarlo" (6:103), como dice el Sagrado Corán, y las miradas son las imaginaciones. Como tampoco la razón puede definirlo.
Así, en el esfuerzo espiritual de ir hacia el Sí Mismo divino, solo podemos alcanzar con Su Favor el sí mismo humano (y "el que conoce a sí mismo, conoce a su Señor", según el dicho sabio). No podemos elevarnos a la máxima Realidad divina, una Presencia que no tiene limites , que excede las fronteras del ser, que desborda todo lo posible en este último. Y como nosotros somos seres limitados, no podemos captar lo ilimitado, a Allah en Sí Mismo. He aquí el secreto de que Allah manifiesta su Presencia Ilimitada e Infinita en lo limitado, nuestra lo universal en lo particular, lo absoluto en lo relativo.
De este modo, estamos en la misma situación del Profeta (BPD) cuando compareció ante su Señor y solamente vio su propia luz (la del Profeta BPD) "sobre lo verde", como dice la Tradición (5). Como en un espejo se vio a sí mismo en una forma perfecta, pero no pudo alcanzar la Realidad máxima del Señor, exaltado sea, que se manifestaba en la propia forma finita, limitada, del Profeta (BPD), de la manera más bella y exaltada, del color más hermoso. Y dice la citada tradición que de la Luz de Allah "se verdea lo verde, se blanquea lo blanco, amarillea lo amarillo, y enrojece lo rojo". Es decir, que todas las cosas limitadas que existen en el ser, simbolizadas aquí por los colores, provienen de la Luz única e infinita de Allah. Pero si bien lo Infinito está presente en lo finito, en lo limitado, no es `posible saber cómo la Infinidad se encuentra de este modo, cómo la Unidad se manifiesta a través de la gran multiplicidad.
Entonces, cuando decimos "Hua Allah", "El es Allah", queremos decir que el Hua, el Sí Mismo divino, esta presente en la realidad misma de nosotros (o más bien, que nosotros estamos en El) y que el Sí mismo verdadero de cada cual es uno en Allah (ver más adelante el significado de esta expresión). "Hua Allah" y "la Iláha illa Hua", "no hay Divino sino El" expresan que la Divinidad no se encuentra en ninguna forma externa, y que El no se puede percibir bajo ninguna cosa concreta adorable, ni persona, ni objeto, ni idea. Pero también significan que el sí mismo de cada ser Lo manifiesta a El Mismo. Aunque de aquí se deduce también que es imposible alcanzare en su máxima expresión el sí mismo de cada uno, pues tampoco es abarcable, en tanto El , exaltado sea, se manifiesta allí: "Las miradas no Lo abarcan, pero El abarca todas las miradas".
Este es el significado del "Hua" que como los significados de "Ana", "Yo", y del "Anta""Tu", tiene un modo de ser concreto para nosotros, igual que cada Atributo de Allah (Misericordioso, Compasivisimo, Conocentiísimo , Viviente, Subsistente, Altísimo, ect) aunque cada uno de esos significados o Atributos sean infinitos y nosotros seamos seres finitos, limitados. Y como lo infinito está en lo finito, como lo universal está en lo particular, lo Absoluto en lo efímero que es el hambre, en la fugacidad y en la perennidad, en la duración del tiempo, ect. Tal es la Realidad verdadera, lo Absoluto que no perece.
Ibrahim (Abraham P), antes de ser arrojado al fuego acusado de ateo a los ídolo de su pueblo, se separó de su tribu para meditar en el desierto, siendo todavía un jovenzuelo, quizás de quince o menos años, o un poco más. No podía creer en lo ídolos de madera, de barro, de yeso, adornados con pinturas, que cuando caen se rompen, y que si una mosca lo ensucia no se lo pueden limpiar, o se los escupe no lo pueden evitar. Que no hablan, y que cuando necesito dialogar con lo Divino no es posible hacerlo con ellos, porque son inferiores a nosotros. Cuando Ibrahim (P) vio en el desierto una estrella exclamó "Este es mi Señor, porque es brillante y bella" pero la estrella se puso, declinó y desapareció, e Ibrahim (P) expreso entonces: "No tomo por mi Señor (o Dios) a lo que desaparece" Luego Vio que salía la Luna, mucho más bella todavía y grande que la estrella, y exclamó: "Este es mi Señor". Pero la luna se puso, e Ibrahim (P) expreso"No creo en aquello que se pone" es decir que declina y desaparece. Por fin salió el sol y exclamó: "Este es mi Señor, porque su luz es mas poderosa". Pero al ocaso vio que el sol se ponía, y expresó: "No puede ser mi Señor, sólo creo en Aquel que no desaparece, cuya Presencia es permanente, que cuando me dirijo a El lo encuentro, cuando le hablo me contesta, y cuando intento algo malo en contra Suyo lo que intento se vuelve en contra mío, como el que escupe hacia el cielo y eso se vuelve contra su rostro, a Quien ningún mal le alcanza, ni una palabra obscena, ni un mal pensamiento. Al que no es posible describir, por ser El Infinito. Si quisiera manipularlo como una cosa de este mundo sería para El una ofensa y para mí una degradación, pues todo intento de manipular lo Divino, sea de hecho o de pensamiento, es rebajarlo como Señor y, en consecuencia, rebajarse como siervo. Y así, toda descripción de lo Divino, toda atribución de naturaleza, de esencia, de forma, de contenido, toda teología no revelada, constituyen insensateces del hombre".
De este modo Ibrahim (P) se salvó de su pueblo impío, de Nimrod y de su gente, que lo metieron luego en la pira ardiente en la cual Allah lo protegió como en el Jardín Paradisíaco: "Dijimos: Fuego sé frío y saludable par Ibrahim" (21:69).
Ual Handu lil-Lahi Rabbil Alamin ua Alamin ua bihi nasta in
Notas
1.Su Bendición o influencia perfeccionante. Porque el Profeta (BPD) no es un muerto que no ejerce ya ninguna influencia, es una presencia viva y activa en cada comunidad del Tasauuf verdadero.
1.Su Bendición o influencia perfeccionante. Porque el Profeta (BPD) no es un muerto que no ejerce ya ninguna influencia, es una presencia viva y activa en cada comunidad del Tasauuf verdadero.
2."Dhikr" es el Recuerdo de Allah, una técnica sufí de concentración en las expresiones de glorificación divina, como "La Ilaha illa Allah" , "no hay divino más que Allah", por ejemplo.
3.Alusión al Sagrado Corán: "El está con vosotros allí donde vosotros estéis" (57-4)
4.El Sagrado Corán se refiere a Allah con varios pronombres, todos ellos singulares masculinos (Yo, Tú, El), y como plural únicamente el "Nosotros"
5.La tradición o dichos del Profeta (BPD) es una fuente aparte del Sagrado Corán.
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