Partido Comunista de Israel (PCI):
La provocación fascista nos amenaza a todos
Todos recordamos las fuertes palabras del pastor Martin Niemöller en
contra de los crímenes de guerra Nazis:
Primero vinieron por los comunistas y yo no dije nada porque yo no era
comunista. Luego vinieron por los socialistas y no dije nada porque yo
no era socialista. Entonces vinieron por los sindicalistas y no dije
nada, pues no era sindicalista. Luego vinieron por los judíos y no
dije nada porque yo no era judío. Luego vinieron por mí y no quedaba nadie
que dijera algo por mí.
En Israel primero deportaron, mataron, oprimieron y excluyeron a los
palestinos y destruyeron sus aldeas y pueblos, es decir, la infame
Nakba; luego excluyeron a los judíos orientales; en 1967 ocuparon y
aterrorizaron aún a más palestinos; después persiguieron a los
solicitantes de asilo, discriminaron a los judíos etíopes y hostigaron
a la comunidad LGTB. Depende de nosotros -comunistas judíos y
árabes- hablar por todos aquellos que son oprimidos, discriminados,
hostigados y asesinados.
El PCI considera que ninguno de los dos más recientes ataques
terroristas -el Desfile del Orgullo Gay ni el de la familia palestina
de Daobasa en la aldea ocupada de Douma cerca de Nablus- fue un crimen
aislado o excepcional. Ambos parecen Ambos están estrechamente
vinculados con las conitnuas provocaciones de la derecha israeli
right, principalmente del recelo del gobierno de Netanyahu contra
cualquier cosa diferente de su propia naturaleza fascista, racista y
extremista.
El PCI condena enérgica y decisivamente esos actos terroristas y, como
ya se dijo, los considera una consecuencia de las crecientes y
salvajes provocaciones de organizaciones racistas, como Lehava
("Organización para la Prevención de la Asimilación en la Tierra
Santa"), y el propio gobierno de Netanyahu.
Es claro como el cristal que el devastador ataque contra la familia
Daobasa -el asesinato del bebé de 18 meses Ali Saad y las serias
lesiones del padre Sa'ad, la madre Reham y el hermano de 4 años
Ahmed- es otra carnicería en un vasto oceano de matanzas cuya
responsabilidad recae principalmente en la ocupación israelí. El
asesinato de Shira Banki de 16 años en el Desfile del Orgullo Gay y
las lesiones a otros cinco deben entenderse también en el contexto más
amplio de la Ocupación: en esencia, es la inhumana ocupación la que ha
convertido a la israelí en una sociedad ultra-violenta, viciosa y chovinista.
El PCI alerta sobre una mayor escalada de crímenes de odio y racismo
de la extrema derecha -una escalada que se manifestó en un ataque sin
precedente a toda el espacio democrático y goza del apoyo del mismo
gobierno israelí así como de la aquiescencia de otras autoridades jurídicas.
Llamamos a todos los grupos democráticos a unir fuerzas contra la
amenaza fascista y por la defensa de los valores democráticos, de paz
e igualdad para todos, sin distinción de credo, raza, color,
nacionalidad, sexo, género, orientación sexual, etc.
La provocación fascista nos amenaza a todos
Todos recordamos las fuertes palabras del pastor Martin Niemöller en
contra de los crímenes de guerra Nazis:
Primero vinieron por los comunistas y yo no dije nada porque yo no era
comunista. Luego vinieron por los socialistas y no dije nada porque yo
no era socialista. Entonces vinieron por los sindicalistas y no dije
nada, pues no era sindicalista. Luego vinieron por los judíos y no
dije nada porque yo no era judío. Luego vinieron por mí y no quedaba nadie
que dijera algo por mí.
En Israel primero deportaron, mataron, oprimieron y excluyeron a los
palestinos y destruyeron sus aldeas y pueblos, es decir, la infame
Nakba; luego excluyeron a los judíos orientales; en 1967 ocuparon y
aterrorizaron aún a más palestinos; después persiguieron a los
solicitantes de asilo, discriminaron a los judíos etíopes y hostigaron
a la comunidad LGTB. Depende de nosotros -comunistas judíos y
árabes- hablar por todos aquellos que son oprimidos, discriminados,
hostigados y asesinados.
El PCI considera que ninguno de los dos más recientes ataques
terroristas -el Desfile del Orgullo Gay ni el de la familia palestina
de Daobasa en la aldea ocupada de Douma cerca de Nablus- fue un crimen
aislado o excepcional. Ambos parecen Ambos están estrechamente
vinculados con las conitnuas provocaciones de la derecha israeli
right, principalmente del recelo del gobierno de Netanyahu contra
cualquier cosa diferente de su propia naturaleza fascista, racista y
extremista.
El PCI condena enérgica y decisivamente esos actos terroristas y, como
ya se dijo, los considera una consecuencia de las crecientes y
salvajes provocaciones de organizaciones racistas, como Lehava
("Organización para la Prevención de la Asimilación en la Tierra
Santa"), y el propio gobierno de Netanyahu.
Es claro como el cristal que el devastador ataque contra la familia
Daobasa -el asesinato del bebé de 18 meses Ali Saad y las serias
lesiones del padre Sa'ad, la madre Reham y el hermano de 4 años
Ahmed- es otra carnicería en un vasto oceano de matanzas cuya
responsabilidad recae principalmente en la ocupación israelí. El
asesinato de Shira Banki de 16 años en el Desfile del Orgullo Gay y
las lesiones a otros cinco deben entenderse también en el contexto más
amplio de la Ocupación: en esencia, es la inhumana ocupación la que ha
convertido a la israelí en una sociedad ultra-violenta, viciosa y chovinista.
El PCI alerta sobre una mayor escalada de crímenes de odio y racismo
de la extrema derecha -una escalada que se manifestó en un ataque sin
precedente a toda el espacio democrático y goza del apoyo del mismo
gobierno israelí así como de la aquiescencia de otras autoridades jurídicas.
Llamamos a todos los grupos democráticos a unir fuerzas contra la
amenaza fascista y por la defensa de los valores democráticos, de paz
e igualdad para todos, sin distinción de credo, raza, color,
nacionalidad, sexo, género, orientación sexual, etc.
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