Se llama Israa y tiene 23 años. Un policía de Israel le disparó en la espalda por tomar imágenes de una manifestación, en enero de 2014. La lesión la dejó en silla de ruedas pero con coraje y rehabilitación se fue recuperando.
Todos los avances que consiguió Israa se han ido desvaneciendo desde el 1 de junio. La arrestaron cuando salió a cenar con dos amigos. Desde aquel día, está en la cárcel sin cargos, ni juicio y sin recibir el tratamiento que necesita para no volver a depender de la silla de ruedas.
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