Las Profecías del Corán |
Descripción: El cumplimiento de numerosas profecías del Corán es una clara prueba de que proviene de una Fuente Divina. Por IslamReligion.com Publicado 23 Jun 2008 - Última modificación 23 Jun 2008 Visto: 18015 (promedio diario: 7) - Clasificación: Impreso: 381 - Enviado por email: 0 - Comentado: 0 - Clasificado por: 8 Categoría: Artículos > El Sagrado Corán > La autenticidad y preservación del Sagrado Corán Categoría: Artículos > Evidencia que el Islam es la verdad > La utenticidad y preservación del Sagrado Corán |
El Corán contiene muchas profecías que han sido
cumplidas, pero en este artículo, nos limitaremos a sólo cinco.[1]
Las primeras dos profecías sobresalientes: a diferencia de cualquier otra
escritura, el Corán profetiza su propia conservación bajo el cuidado divino, y
demostraremos cómo ocurrió verdaderamente.
La Protección del Corán de toda Corrupción
El Corán hace una afirmación que
ninguna otra religión hace, que Dios mismo cuidará el texto del Corán de ser
alterado. Dios dice:
“Ciertamente Nosotros hemos revelado el
Corán y somos Nosotros sus custodios.” (Corán 15:9)
La facilidad de Memorizar el Corán
Dios ha hecho que el Corán sea
fácil de memorizar:
“Hemos hecho el Corán fácil de entender
y de recordar. ¿Habrá alguien que reflexione?” (Corán 54:17)
La facilidad por la cual el Corán
es memorizado es inimitable. No existe ninguna escritura o texto religioso o
no religioso en el mundo que sea tan fácil de memorizar; hasta los no-árabes y
los niños lo memorizan con facilidad. El Corán completo es memorizado por casi
todos los eruditos islámicos y cientos de miles de musulmanes ordinarios,
generación tras generación. Casi todos los musulmanes memorizan una porción
del Corán para recitar en sus oraciones.
La Doble Profecía
Antes de la aparición del Islam,
los romanos y los persas eran dos superpoderes en competencia. Los romanos
liderados por Heraclio (610–641), un Emperador cristiano, mientras que los
persas eran zoroastrianos liderados por Cosroes Parviz (reinado 590–628), bajo
quien el imperio recibió una gran expansión.
En 614, los persas conquistaron
Siria y Palestina, tomando Jerusalén, destruyendo el Sagrado Sepulcro y la “Vera
Cruz”. Luego, en 619, ocuparon Egipto y Libia. Heraclio los enfrentó en
Thracian Heraclea (617 o 619), y casi lo capturan, entonces volvió a
Constantinopla, perseguido.[2]
Los
musulmanes se sintieron apenados
por la derrota romana ya que se consideraban espiritualmente más
cercanos a la Roma cristiana que a la Persa zoroastriana, pero los
mecanos salieron naturalmente a festejar
la victoria de la Persia pagana. Para los mecanos, la humillación
romana fue
un siniestro presagio de la derrota de los musulmanes en manos de los
paganos.
En esos momentos la profecía de Dios confortó a los creyentes:
“Los bizantinos fueron derrotados [por
los persas] En el territorio [árabe] más próximo a ellos [la antigua Siria];
pero después de esta derrota, ellos [los bizantinos] les vencerán. [Esto
sucederá] dentro de algunos años. Todo ocurre por voluntad de Dios, tanto la
anterior derrota [de los bizantinos] como su futuro triunfo. Y cuando eso
ocurra, los creyentes se alegrarán” (Corán 30:2-4)
El Corán profetizó dos victorias:
(1) La futura victoria romana
dentro de treinta años sobre los persas, algo inimaginable en esos momentos
(2) La alegría de los creyentes
por la victoria sobre los paganos
Ambas profecías ocurrieron.
En 622, Heraclio dejó Constantinopla
ya que las oraciones aumentaron desde sus santuarios por la victoria sobre los
zoroastrianos persas y la conquista de Jerusalén. Él dedicó los próximos dos
años a las campañas en Armenia. En 627, se encontró con los persas en Nínive.
Allí, mató a tres generales persas en diferentes combates, mató al comandante
persa, y dispersó al ejército persa. Un mes más tarde, Heraclio ingresó a
Dastagird tomando su estupendo tesoro.
Cosroes fue derrocado por su hijo,
quien hizo las paces con Heraclio. Regresando a Constantinopla triunfante, y
en consecuencia Heraclio fue recibido como un héroe.[3]
También, en el año 624 DC los
musulmanes derrotaron a los mecanos en la primera y decisiva Batalla de Badr.
En las palabras de un erudito de
la India:
“…una sola línea de la profecía
fue relatada a cuatro naciones y el destino de dos grandes imperios. Todo esto prueba que el Sagrado Corán es el Libro de Dios.”[4]
La Profecía de la Derrota Pagana
El Corán predijo la derrota de los
incrédulos de la Meca mientras que el Profeta Muhammad y sus seguidores todavía
estaban siendo perseguidos por ellos:
“¿Es por ello que dicen: Somos un grupo
invencible? Pero ciertamente todos ellos serán vencidos y huirán.” (Corán 54:45)
La profecía fue revelada en la Meca, pero fue cumplida en la Batalla de Badr, dos años después de la emigración a la cuidad
de la Medica.
La Fe de Individuos Específicos
Walid bin Mughira era un acérrimo
enemigo que abiertamente ridiculizó al Corán:
“Y exclamó: Esto no es sino magia
aprendida [y no la Palabra de Dios]. No es sino la palabra de un mortal.” (Corán
74:24-25)
El Corán profetizó que nunca
aceptaría el Islam:
“Por cierto que le arrojaré al fuego del
Infierno. ¿Y qué te hará comprender qué es el fuego del Infierno? [Es un fuego
que] No deja nada sin quemar, ni cesa jamás.” (Corán 74:26-28)
Walid murió en estado de incredulidad
como profetizó el Corán.
También, Abu Lahab, un apasionado oponente
del Islam, el Corán predijo que moriría oponiéndose a la religión de Dios:
“¡Maldito sea Abu Lahab [tío y acérrimo
enemigo del Profeta Muhammad] y que perezca! Ni su poder ni sus bienes podrán
salvarlo del castigo. Será arrojado en el fuego llameante.” (Corán 111:1-3)
Específicamente, existen tres
profecías acerca de Abu Lahab:
(1) Las conspiraciones de Abu
Lahab en contra del Profeta no serían exitosas.
(2) Su riqueza e hijos no lo
beneficiarían.
(3) Él moriría oponiéndose a
la religión de Dios y entraría al Fuego del Infierno.
Abu
Lahab también murió en estado de incredulidad como lo profetizó el Corán. ¡Si Walid
o Abu Lahab hubiesen aceptado el Islam en apariencias, hubiesen desaprobado sus
profecías y de este modo su fuente divina!
Además,
Abu Lahab tuvo cuatro hijos, dos de los cuales
murieron en tempranas edades durante su vida. ¡Los otros dos hijos y una hija
abrazaron el Islam y frustraron sus esperanzas! Finalmente, el murió a causa de
una plaga; las personas no tocaban su cuerpo por miedo a contagiarse y
arrojaron barro y piedras en donde murió al hacer su tumba.
Los fundamentos para creer que una
escritura es realmente una revelación de Dios es la verdad interna, sea de
acuerdo a los hechos del pasado o del futuro. Como se puede ver, existen
muchas profecías mencionadas en el Corán, algunas de las cuales ya fueron
cumplidas en los tiempos del Profeta, o han sido cumplidas luego su muerte,
mientras que otras todavía no han ocurrido.
Footnotes:
[1] Para más profecías coránicas leer ‘Mercy For the Worlds,’ de Qazi
Suliman Mansoorpuri, vol.3, p. 248 - 313.
[2] “Heraclio” Enciclopedia Británica del Servicio Premium de la Enciclopedia Británica.
(http://www.britannica.com/eb/article?tocId=9040092)
[3] “Heraclio” Enciclopedia Británica del Servicio Premium de la Enciclopedia Británica.
(http://www.britannica.com/eb/article?tocId=9040092)
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