Washington acusa al Estado Islámico en Afganistán de "vestirse de mujer"
Estados Unidos asegura que utilizan a los civiles como "escudos humanos"
El ejército de Estados Unidos ha asegurado que los militantes delEstado Islámico(IS, pos sus siglas en inglés) enAfganistán usan tácticas transformistas para escapar a los ataques con drones que están llevando a cabo en la provincia de Nangarhar, al este del país, donde el grupo terrorista mantiene casi toda su presencia.
Los yihadistas se visten de mujer para escapar al que ahora es su mayor enemigo y que se ha convertido en la única arma que infunde verdadero terror entre los terroristas del Estado Islámico y los combatientes talibán: los drones estadounidenses y sus incursiones militares siempre devastadoras entre sus filas.
"Un arma de precisión quirúrgica", según el ejército estadounidense, que trae la muerte desde los cielos, en silencio, indetectable y siendo así casi imposible huir de sus bombas teledirigidas desde bases remotas en Afganistán, Europa y Estados Unidos.
Por ello, el Departamento de Prensa del Ejército estadounidense en el país (USFOR, por sus siglas en inglés) ha asegurado que los terroristas "se visten con ropajes femeninos", así como que están "usando a civiles como escudos humanos", para defenderse de los ataques aéreos que los estadounidenses están llevando a cabo tanto en territorio afgano como en las zonas tribales bordeando Pakistán.
"El IS esta matando deliberadamente a hombres, mujeres y niños afganos al rodearse de civiles para protegerse", ha explicado USFOR, insistiendo además en que este tipo de tácticas no detendrán sus operaciones. "Seguiremos destruyendo a los elementos del Estado Islámico allí donde se encuentren y atacaremos su capacidad logística con el objetivo de proteger las vidas de los inocentes", añade la nota de prensa hecha publica por USFOR.
Como ejemplo del éxito de sus operaciones con drones y de las operaciones encubiertas de las fuerzas especiales estadounidenses -muchas de las cuales se realizan sin el consentimiento de Kabul, hecho que la Administración del presidente afgano, Ashraf Ghani, no ve con buenos ojos-, la nota de prensa recuerda: "Gracias a nuestras operaciones antiterroristas el pasado julio acabamos con la vida de Hafiz Sayed Khan", uno de los máximos líderes del IS en Afganistán.
Según el general John Nicholson, comandante en jefe de las tropas de Estados Unidos y la OTAN en el país, a día de hoy el IS cuenta con "entre 1.200 y 1.300 miembros" en el país. Una cifra que Nicholson estima como positiva comparándola con los "alrededor de 3.000 combatientes" con los que contaban hace unos meses, según cifras del mismo USFOR.
Muchos de los elementos del IS están concentrados al Este y, sobretodo, en la provincia de Nangarhar. Distritos como el de Achin, bordeando las zonas tribales con Pakistán y donde se produjo el último y polémico ataque con un dron que acabó con la vida de varios civiles, son el terreno ideal para que sus miembros se confundan con la población.
Las zonas tribales, las cuales dividen Afganistán y Pakistán y se encuentran situadas en la invisible y colonial línea Durand, creada por Gran Bretaña a finales del siglo XIX, siguen en manos de los diversos grupos pastunes radicales de ascendencia suní que nutren las filas del Estado Islámico y de los talibán pakistaníes conocidos como la Conexión Haqqani.
La provincia de Nangarhar es la puerta natural de entrada y salida de estos grupos y"desde 2015 se ha convertido en un territorio fundamental para las actividades del IS", las cuales se traducen en "ataques terroristas, centros de entrenamiento y actividades de propaganda antigubernamental" con el objetivo de "aumentar su control sobre los afganos inocentes", asegura USFOR.
La ONU condena los ataques contra civiles
Las acusaciones de transformismo y crímenes de guerra llevados a cabo por los yihadistas son, por otro lado, una forma de justificar las llamadas víctimas colaterales a consecuencia de las incursiones aéreas de Estados Unidos, como los al menos 15 presuntos civiles que murieron la semana pasada en Achin.
Un ataque que tanto el Ministerio del Interior afgano como el ejército de Estados Unidos siguen insistiendo que fue exitoso, a pesar de que el pasado viernes la ONU lo condenó confirmado que había "diversos civiles entre las víctimas", según informó la Misión de la ONU en Afganistán (UNAMA, por sus siglas en inglés).
Por su parte, el servicio de prensa de la misión militar de Estados Unidos insistió en que una investigación sobre este incidente "está en curso" y que, por lo tanto, no comentarán el hecho "hasta que hayan concluido las pesquisas sobre el ataque. No vamos a discutir los detalles de la operación antiterrorista que llevamos a cabo el pasado 28 de septiembre en Nangarhar porque aún estamos revisando todos los materiales relacionados con la misma", se ha defendido USFOR.
"Seguiremos tomamos todas las medidas posibles para evitar víctimas civiles durante las operaciones, así como trabajando con nuestros socios del Gobierno afgano en nuestra lucha conjunta contra el terrorismo", sentencia la nota de prensa buscando la complicidad del Gobierno de Ghani que, aunque oficialmente no apoya este tipo de ataques, sigue permitiendo que tengan lugar en territorio afgano.
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