Acerca de la ira
La ira es una pasión
08/11/2005 - Autor: Imam Birgivi - Fuente: sufismo.org.ar
Bismillahir Rahmanir Rahim
En el Nombre de Allah Clemente Misericordioso
Una persona furiosa que no tiene la fuerza para vengarse, se traga su enojo. Luego su ser interno se inflama de venganza, destruyéndola.
La ira es una pasión producida por la agitación de la sangre en el corazón al encontrarse ante un peligro. También es una liberación la ira, que conforta a una persona luego de ser injustamente herida. En algunos casos es un sentimiento necesario, ya que el mundo y las cosas sagradas pueden ser protegidos por ésta.
El valor es una característica alabada por la gente, la religión y la justicia. La cobardía es una enfermedad del corazón que lo paraliza a uno. El cobarde se vuelve en un trapo bajo los pies de todos. Nuestro Señor dice en una Divina tradición:
En defensa de sus derechos, dejen que el enemigo encuentre paciencia y valor en ustedes. No dejen que su sentido de suavidad y compasión les evite ejecutar las ordenes de Alá contra aquellos que han roto las Leyes Divinas.
Hadrat ‘Ali informó que el Profeta dijo:
Los mejores de mi pueblo son aquellos cuya fuerza en la religión es como el acero.
(Bayhaqi, Tabarani)
Un exceso de ira se convierte en una enfermedad del corazón llamada furia. Le causa un gran daño e injuria a aquél que está furioso, quizás más que a su adversario. Lo opuesto a la furia es la indulgencia o la suavidad. Como el efecto de la ira es la violencia y la destrucción, el efecto de la indulgencia es la compasión y la tranquilidad.
Hay cuatro medicinas para curar la ira. Podemos usar nuestra inteligencia para darnos cuenta de las consecuencias de nuestra violencia. Podemos prever y evitar las ocasiones que puede crear la ira. La inteligencia exige que consideremos las consecuencias de nuestras acciones que están en contra de nuestros intereses.
Bahz ibn Hakim contó que su abuelo le oyó decir al Profeta:
La ira trastorna el sentimiento religioso como las sustancias amargas arruinan la miel.
(Bayhaqi, Tabarani)
También deberían considerar que en esa condición de rabia están sujetos a inflingir un gran dolor injusto a su adversario, especialmente si son más poderosos que su enemigo. Si estuvieran por verse en un estado de furia, y se miran en un espejo, verían que su rostro cambia de ser el de un ser humano al de un animal. Inclusive si fuéramos capaces de evitar totalmente el sentimiento negativo, si simplemente pudiésemos dejar de expresar nuestra ira, podríamos salvaguardarnos de los desastres mencionados arriba.
Pueden encontrar útil recordar los siete beneficios que pueden cosechar tragándose la ira:
1. Alá el Más Elevado dice que Ha preparado Su Paraíso para aquellos que son capaces de tragar su ira y perdonar a los que les hacen mal.
2. Si alguien tiene la fuerza para destruir a su enemigo, pero se abstiene, Alá le promete poder elegir sus propias recompensas el Día del Juicio. Sahl ibn Sa’d le oyó decir al Mensajero de Alá:
A aquél que tenga la fuerza, la oportunidad, y las condiciones favorables para el éxito expresando la ira con violencia, y aún así se abstiene, se le mostrará ante las multitudes de los resucitados el Día del Juicio como un siervo honrado de Alá y se le pedirá que elija sus propias recompensas.
(Abu Dawud, Tirmidhi)
3. Anas ibn Malik informó que el Profeta dijo:
Alá el Más Elevado abandona el castigo que le corresponde a alguien que puede abandonar su ira.
(Tirmidhi)
4. Ibn ‘Umar informó que el Profeta dijo:
No hay nada que un siervo de Alá pueda tragar que sea considerado loable como cuando se traga la ira.
(Ibn Maja)
5. Alá protege de las desgracias y aflicciones a cualquiera que se protege de la violación de la ira.
6. La compasión de Alá llega a cualquiera que escapa del campo de batalla de la manifestación de su ira.
7. Alá ama al que puede apagar el fuego de la furia de su corazón. Dice en una Divina tradición:
¡Perdonen y olviden! ¿No quieren que Alá les perdone sus actos malos?
La ira que irrumpe rápido luego de la reacción emocional inicial hacia una irritación se puede dominar con cuatro medidas.
La primera de estas es hacer una ablución ritual con agua fría.
El segundo remedio es sentarse si se está de pie, y acostarse si se está sentado.
Abu Dharr al-Gifari informó que el Profeta dijo:
Si se enojan siéntense; si no se les pasa, acuéstense.
(Abu Dawud)
El tercer remedio es refugiarse en Alá. Suleiman ibn Sured contó:
Una vez, en presencia del Profeta, dos personas se maldecían. Sus rostros se pusieron de un color rojo brillante por la ira. El Mensajero de Alá dijo: “Conozco una frase que, si la hubieran dicho, la ira que sienten los hubiera dejado completamente. Digan: A ‘udhu bi-Llahi min ash-shaytan ar-rajim (‘Me refugio en Alá por el Diablo maldito’).”
(Bukhari, Muslim)
Para lograr la libertad total de los malos efectos de la ira, debemos estudiar las causas y efectos de la negatividad y tratar de evitarlos. Las peores causas de la ira son la arrogancia, el egoísmo y la ambición en exceso. La dificultad cura estas cosas.
Hay un número de causas exteriores, cada una no es demasiado grave por sí misma, lo cual puede crear ira en algunas personas. Estas incluyen las bromas pesadas, la crítica, la oposición, las mentiras, la charlatanería, la duplicidad, las discusiones y los debates duros, la testarudez, las maldiciones, los golpes, destruir propiedades, el robo, la inequidad y así sucesivamente.
Hay algunas personas que consideran a la ira como una señal de virilidad, valor, celo y ardor, auto respeto y sentido de honor –de esta manera algo de estas cosas son recomendables. Esto e suna estupidez, y una señal de una mente enferma. En verdad las personas estúpidas o enfermas están sujetas a enojarse más rápido y con más frecuencia que las personas inteligentes y sanas.
Alguien que aconseja a que la gente haga el bien primero debería saber seguramente lo que está bien. Esto con seguridad está en las Palabras de Alá, en el Sagrado Corán y en las palabras y acciones del Mensajero de Alá, que no fueron suyas sino que vinieron de Alá el Más Elevado.
Finalmente, si el que predica no hace lo que aconseja hacer a los demás, sus palabras no tendrán un efecto positivo en absoluto.
¡Con cuánta frecuencia una piedra lanzada a alguna otra cosa cae accidentalmente sobre nuestras cabezas y nos enfurecemos con el que la lanzó! Estos acontecimientos sin intención nos hieren a nosotros, a los que amamos o a nuestra propiedad y creamos represalias enojosas, y represalias por nuestras represalias, metiendo a otros que son totalmente inocentes en el conflicto. Y si tal vez nuestras acciones causan un daño inesperado a alguien, deberíamos inmediatamente pedirle perdón y tratar de compensar el daño hecho. En estas circunstancias, el que ha sufrido por el daño debería darse cuenta de que el acto negativo fue accidental y mostrar paciencia, aceptar y perdonar a la persona que causó el accidente.
Otra causa de ira son los deseos y las demandas en exceso de la vida de este mundo. El que quiere lo que no le corresponde es culpable de arrogancia, mientras que el que no dividirá lo que tiene es culpable de avaricia.
Cuando se le promete algo a una persona y el que hizo la promesa rompe su palabra, la ira puede surgir de ambos lados. Abu Sa’id al-Khudri informó que el Profeta dijo:
El Día del Juicio habrá una señal señalando atrás a todos aquellos que hayan prometido algo y hayan roto su palabra.
(Muslim)
Prometer algo que se sabe perfectamente bien que la promesa no se puede mantener es traición, lo cual es un pecado grande. Su opuesto, la fidelidad, es uno de los grandes logros religiosos. Anas ibn Malik informó que el Profeta dijo:
Una persona que no es digna de confianza no tiene fe. La religión de aquél que no mantiene su palabra no es una religión verdadera.
(Tabarani)
La traición y la fidelidad no se aplican puramente a la pérdida o a la seguridad de las cosas materiales. Van mucho más profundo que eso. Abu Hurayrah informó que el Mensajero de Alá dijo:
Cualquiera que sea consultado debe ser digno de confianza. Una persona ignorante que da opiniones erróneas sobre asuntos legales religiosos sufre el castigo por los pecados que ha creado. Y cualquiera que de un mal consejo a su hermano Musulmán seguramente ha sido infiel con él.
(Abu Dawud)
Alá el Más Elevado declara a través de Su Profeta:
¿Por qué prometer algo que no harán o que son incapaces de hacer? Una promesa falsa arroja la ira de Alá sobre el mentiroso.
Abu Hurayrah informó que el Mensajero de Alá dijo:
Tres señales indican a un hipócrita: Miente cuando habla, rompe sus promesas, y es un traidor con lo que se le confía.
(Muslim)
En otra tradición, Ibn ‘Amr ibn al-‘As informó que el Mensajero de Alá dijo:
Cualquiera que esté afectado con cuatro características malas seguramente es un hipócrita, y cualquiera que tenga inclusive una de ellas está sujeto a la insinceridad hasta que se libere de ella. Son para traicionar la confianza; para mentir; para deshonrar la promesa; para tratar de distorsionar la verdad de un asunto a su favor.
(Muslim)
Prometer algo mientras se sabe que no se cumplirá la promesa es una mentira a propósito y es religiosamente ilegal. Pero una promesa que se hace con una intención honesta que no se puede cumplir por circunstancias que están más allá de su control está permitido según nuestra religión. Según Abu Nu’man el Mensajero de Alá dijo:
Si prometen y no pueden mantener su promesa, esto no es un pecado.
(Abu Dawud)
Según Imam Ahmad y sus seguidores, mantener la promesa es una obligación y romperla es un pecado en todos los casos. Ya que hay versículos Coránicos sobre este tema que llevan a varias direcciones, uno puede dudar sobre este asunto. Deberíamos evitar hacer cosas que involucren dudas con respecto a la ley religiosa.
La ira puede surgir por asociarse con personas melancólicas e irracionales, con niño que tengan rabietas, con locos de atar, y animales mal entrenados. Aún peor es enojarse con cosas inanimadas –cosas que se caen, se rompen, se queman, desaparecen; o una piedra que nos hace tropezar.
Por otro lado, enojarse con ustedes mismos por ser negligentes en la adoración o darse cuenta de que han pecado es correcto, mientras no sea en exceso.
La peor clase de ira entre todas las que hemos enumerado es enojarse con Alá y Su Mensajero. Nuestra con ira con él puede desarrollarse en l aira contra nuestro Sustentador y nuestro Profeta. Refugiémonos en Alá por tal eventualidad. Este es el motivo por el que nuestro Profeta dijo:
La peor clase de ira entre todas las que hemos enumerado es enojarse con Alá y Su Mensajero. Nuestra con ira con él puede desarrollarse en l aira contra nuestro Sustentador y nuestro Profeta. Refugiémonos en Alá por tal eventualidad. Este es el motivo por el que nuestro Profeta dijo:
La ira corrompe la fe y la religión.
Turbarse cuando observan pecar a la gente o herirse mutuamente está bien –mientras no reaccionen de más. Pues esto es un sentimiento inspirado por la fe y el apego a las enseñanzas de la religión, como así también por la compasión hacia los prójimos. Pero acusar a estas personas de infidelidad, hipocresía, deshonestidad, adulterio, y así sucesivamente, insultándolas o intentando castigarlas, es un pecado. Tratar de aconsejarles suave y razonablemente, si fuera posible –esto es un acto bueno. Muchas personas son sensibles ante la conducta de otros y creen que son reformadores. Desafortunadamente, con frecuencia son demasiado duros en su crítica. Hacen más daño que bien, y esto es algo que nos tenemos que dar cuenta.
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