AL TIEMPO
Como si dibujara una caricatura de su primer año de gobierno, el presidente López Obrador envió a los mexicanos un mensaje navideño de paz, amor y unidad cuando, en los hechos, el suyo a sido un gobierno de violencia, muerte, odio y división.
¿Cuál es la paz a la que se refiere el presidente mexicano, cuando su gestión ha sido la más violenta de la historia, con casi 40 mil muertes del 1 de diciembre de 2018 al 1 de enero de 2020?
¿Acaso se refiere a la paz de lo sepulcros, de las víctimas de esas casi 40 mil familias; de los miles de viudas, e hijos huérfanos?
¿O acaso estará hablando “de la paz” de miles de víctimas de secuestro, de robo, asaltos; de los miles de feminicidios, miles de desaparecidos…?
Lo cierto es que el presidente mexicano no puede hablar de paz en su mensaje navideño, sin incurrir en un descomunal engaño.
Y es que en el México de López Obrador no hay lugar para la paz de los ciudadanos, ya que en los hechos se trata de un gobierno que deja hacer y deja pasar a los criminales, por todo el territorio nacional, sin que sean molestados.
El de López Obrador es el gobierno de la complicidad con las bandas criminales que hacen “su agosto” al aterrorizar a los ciudadanos todos, en todos los rincones del país.
Pero no fue todo. Con una intolerable dosis de cinismos, el presidente también habla de amor, cuando el suyo ha sido el campeón en la siembra de odio.
Todos los días, de lunes a viernes, el presidente mexicano dedica buena parte de su perorata mañanera a sembrar odio; odio contra los periodistas, contra sus críticos, contra los que piensan distinto y los que disienten; odio contra los empresarios que lo cuestionan, contra aquellos ciudadanos que descubren que es un ignorante, un analfabeta y un mitómano de clase mundial.
Pero el odio también se traduce en venganzas contra sus viejos y nuevos adversarios. Tiene en prisión, de manera ilegal e inconstitucional, a Rosario Robles, ya convertida en la primera presa política del actual gobierno.
Pero también todos los días, el presidente Obrador persigue a Felipe Calderón y a los integrantes de su gobierno, como Genaro García Luna, además de que estigmatiza al partido de Margarita Zavala y del ex presidente.
¿Ese es el amor que pregona en su mensaje navideño el presidente Obrador? ¿No será que no entiende que puede engañar a muchos por mucho tiempo, pero no engañará a todos todo el tiempo?
Pero tampoco es todo. El mensaje navideño del presidente habla de unidad. ¿Entenderá López Obrador el significado de la unidad?
Y es que el cinismo, en éste caso, ya resulta patológico, igual que la capacidad de mentir del presidente.
¿Por qué?
Porque una de las características del gobierno lopista a sido, precisamente, la división de los mexicanos.
Y también en éste caso, todos los días, el presidente lanza mensajes, acusaciones y difamaciones a diestra y siniestra con la finalidad de dividir a los mexicanos.
Confronta, de manera cotidiana, a ricos contra pobres, a indígenas contra criollos, a católicos contra cristianos, a empresarios contra trabajadores y, sobre todo, a los supuestos buenos contra los supuestos malos.
Y claro, los supuestos buenos siempre están en el clan del presidente.
Por eso, un ladrón como Manuel Bartlett, no sólo es perdonado por el mismísimo presidente sino que es convertido en ejemplo a seguir y se le encomienda una de las tareas fundamentales del gobierno; la política energética.
Lo cierto es que cuando el presidente propone en su mensaje navideño que exista paz, amor y unidad, en realidad lo que está diciendo es que en su gobierno no hay paz, amor y unidad, sino todo lo contrario.
El de AMLO es el gobierno que más ha promovido la violencia criminal, que más ha sembrado el odio entre hermanos y la división entre los mexicanos.
Por eso, el gobierno de López es una parodia del gobierno de Obrador.
Se los dije.
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