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martes, 28 de enero de 2020

El frágil Morena 

El frágil Morena
Qué tan minimizada ha quedado la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública en la Cámara de Diputados, para que su presidente Alfonso Ramírez Cuellar haya accedido a una escenificación partidista sin efectos vinculantes. Al zacatecano podrá reconocérsele legitimidad en su ambición como “presidente interino” de Morena, sin embargo, su elección carece de toda legalidad.
Así lo previno la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), el pasado miércoles, cuando revocó todos los acuerdos tomados por el Consejo Nacional de Morena -que encabeza Bertha Elena Luján Uranga- en sesión extraordinaria “ampliada” del 30 de noviembre. Entre estos, la realización del VI Congreso Extraordinario este domingo 26 de enero.
Ese mismo miércoles, a través de un video en Facebook, Bertha Luján nuevamente descalificó la sentencia del TEPJF en la cual se invalidaba todo lo actuado por el Consejo Nacional de donde nació la convocatoria para su asamblea del fin de semana. Llamó “mala información” a las versiones que los medios de comunicación recogimos sobre lo mandatado por una autoridad jurisdiccional.
La interpretación de Bertha Elena únicamente maquilló los supuestos con los que invitaba a los delegados nacionales al Congreso Extraordinario, a realizarse en la Sala de Armas del deportivo Magdalena Mixhuca, en la Ciudad de México. Aseguró que fueron 18 los consejos estatales los que ofrecieron sustento estatutario para la realización del evento.
Por obvias razones no abundó sobre la inexistencia de quórum en su “consejo ampliado”, donde fueron convocados para esa sesión 280 consejeros y para la instalación legal era necesaria la asistencia del 50% más uno, es decir 141 consejeros. No obstante, de las constancias analizadas el Tribunal Electoral encontró que sólo firmaron 140 de los emplazados.
Ese fue el argumento central para que la autoridad electoral determinara, con base en el artículo 41 del propio estatuto de Morena, que no se completó el quórum requerido para que los acuerdos tomados en el Consejo surtieran efectos posteriores. Aun y con ello, al asistir a la asamblea el ala dura de Bertha Luján intentó construir la percepción de legalidad y legitimidad que ya le había arrebatado el TEPJF.
¿Por qué “La Polla” Ramírez Cuellar se prestó a esta mala parodia de su designación como “presidente interino”? Una figura que -además- ni siquiera está contemplada en la normatividad interna de Morena. En realidad, no es necesaria ninguna impugnación del VI Congreso Extraordinario porque, en términos legales, éste nunca debió haberse realizado.
Y una vez realizado, los consejeros no presentaron la reforma a los estatutos que permitiera el ingreso de encuestas como método de elección de dirigencias, excusa por la cual se convocó precisamente a un Congreso Extraordinario. La propuesta de Andrés Manuel López Obrador para salir de los conflictos en Morena fue ignorada, de nueva cuenta, por el grupo de Bertha Luján.
En consecuencia, Alfonso Ramírez ni siquiera alcanza la supuesta calidad de “presidente interino”, y mucho menos al desconocer una resolución jurisdiccional. La única posibilidad, dentro del estatuto del partido, para lograr una posible remoción de los integrantes del Comité Ejecutivo Nacional es invocar la revocación de mandato del órgano de dirección.
El escenario no es del todo ajeno en la pugna por la hegemonía de Morena (que no renovación de dirigencia). Y así fue expuesto por Alejandro Rojas Díaz Durán en redes sociales al inicio de este año, el 6 de enero. El artículo 40 del estatuto refiere que la revocación procedería “previa fundamentación y dictamen de la causa que la motiva por todos los y las integrantes de la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia”.
Uno de estos motivos se configuraría cuando, al paso de los 3 meses que otorgó el Tribunal Electoral para que el Comité Ejecutivo Nacional reorganice la convocatoria hacia la renovación de las dirigencias estatales y nacional, la secretaria en funciones de presidenta, Yeidckol Polevnsky Gurwitz, no presente -en el mes de febrero- ni la nueva lista de afiliados ni la misma convocatoria.
Un futuro probable, pues la secretaria en funciones de presidenta, al falso amparo de la jurisprudencia 48/2013 (cuando se demuestre que, por causas extraordinarias y transitorias, no ha sido posible la renovación de dirigencias, opera una prórroga implícita en la duración de los cargos) intentará postergarse en el Comité Ejecutivo Nacional “por lo menos un año” más -según lo declaró al diario La Jornada, el 26 de enero.
Pero será la militancia, a través de distintos recursos en los tribunales electorales, la que perfile (como lo ha hecho hasta ahora) la renovación de un partido en pugna por el poder, sin miras a un acuerdo político razonable. Lo que se advierte es una fragmentación temprana que terminará de quebrar su escasa unidad a la menor provocación.
Así, Morena reedita la tribalización perredista que llevó a la dispersión del Sol Azteca. En su ADN también quedaron rastros del autoritarismo presidencial, con la grave diferencia de que Andrés Manuel hace tiempo que los dejó a su suerte. ■ 

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