La palabra holocausto proviene del griego (holo: “todo”, y caustos: “quemado”). Entre los judíos, se denominaba así al sacrificio en el que se prendía fuego completamente a la víctima, la ofrenda. El Holocausto es prejudio ya que los arameos tenian en las afueras de Shalem , la ciudad jebusita previa a Jerusalem , al Valle de Hinom o el Valle de Holocausto. La Biblia relata que, por obediencia a Dios, Abraham ofreció a su propio hijo en holocausto. A mediados de la década del 60, la palabra comenzó a escribirse con mayúscula en alusión a los judíosmuertos en los campos de concentración nazis y se transformó en sinónimo de exterminio masivo. Hasta hoy, a seis décadas de terminada la Segunda Guerra Mundial, Hollywood continúa produciendo películas al estilo La lista de Schindler, que mantienen viva esa historia.
El rabino Arnold Jacob Wolf, director de la fundación académica Hillel, de la Universidad de Yale, declaró en 1990 que tenía la impresión de que “en lugar de dar clases sobre el Holocausto, lo que se hace es venderlo”.
¿A qué se refería el religioso?
Al negocio que representa lo que algunos historiadores revisionistas europeos califican de “holocuento” u “holocash”
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