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lunes, 29 de octubre de 2012
Legalización de la marihuana en Uruguay.
Legalización de la marihuana en Uruguay.
Según una experta en toxicología la comercialización o autocultivo de cannabis debería legalizarse para disminuir ciertos riesgos en su consumo.
Extractamos parte de una entrevista hecha a la Dra. Raquel Peyraube, acerca de su posición respecto a la legalización de la marihuana.
- ¿Usted estaría por la legalización de todas las drogas?
- Sí, sobre todo de sus productos más refinados, no de la pasta base pero sí de los derivados, la cocaína y el clorhidrato de cocaína, por ejemplo. La heroína es una droga lícita para el tratamiento del dolor crónico en Inglaterra. También es un tema de oportunidades y de tolerancia social, las sensibilidades de un pueblo también tienen que ser consideradas.
Además, como experiencia preparatoria, en la medida que la marihuana y los derivados del Cannabis son de las drogas de tráfico lícito (tabaco y alcohol) e ilícito más inocuas, las que generan menor potencial adictógeno, menor capacidad adictiva, con menores daños (no quiere decir que no los tenga, por eso hablamos de reducción de daños, como frente a cualquier otra conducta de riesgo), es una buena oportunidad porque permitiría aprender a gestionar algo que está en el ámbito de lo ilícito para que pase al ámbito de lo lícito.
- Pasando en limpio, ¿por qué se pide la legalización de la marihuana en concreto? Usted en particular, ¿por qué reclama en el caso de la marihuana?
- Yo fundamento cuatro grupos de razones para la legalización de la marihuana. El primer grupo de razones está en el ámbito de la salud, como primera medida la separación del mercado de drogas como la marihuana de las drogas de mayor capacidad adictiva (como la pasta base y otros derivados de la coca, clorhidrato de cocaína, éxtasis, heroína o derivados opiáceos) disminuiría el ingreso al mercado de drogas más pesadas, más adictógenas.
Como pasó en Holanda, desde que están los coffeeshops la edad promedio de los usuarios de heroína es de 35 años; nosotros tenemos una edad promedio de 21 años para el uso de pasta base y cocaína. Cuando va a comprar marihuana se le ofrecen otras cosas y el usuario tiene que estar advertido de que de mayo a julio (yo hace 20 años trabajo en el tema) siempre hay fisura en el mercado, falta, no hay, y es uno de los picos, oh casualidad, de inicio en el consumo de cocaína. Quiere decir que separar los mercados, legalizar la marihuana, disminuiría el uso de drogas más peligrosas y por lo tanto los problemas conexos de salud.
Mejoraría (en la medida que algo que no es ilícito no genera culpa o vergüenza, no hay que ocultarse) la relación entre los usuarios de drogas y el servicio de salud. Los servicios de salud, los médicos, los terapeutas, la gente que estuviera informada, los educadores para la salud, dispondrían de información, como hoy hay sobre anticonceptivos (que otras veces fueron generadores de culpa y vergüenza), para informar si a alguien le conviene o no, de acuerdo con quién es, con sus enfermedades base, qué droga, qué no droga.
Y también a la hora de pedir ayuda. Si yo sé que el sistema de salud ha sido parte de una forma represiva de esta problemática difícilmente le voy a pedir ayuda. Se sabe que a una persona desde que se da cuenta de que es dependiente química de una sustancia le lleva entre uno y cinco años (con lo que significan cinco años de dependencia química, los riesgos, las angustias, etcétera) pedir ayuda. Ese lapso se acortaría notablemente, la gente que quiere dejar de fumar al otro día de que lo pensó, si quiere ir a pedir ayuda va, no es algo que genere sentimientos de vergüenza o de algo criminoso, que de hecho no lo es.
- ¿Tiene más argumentos a favor de la legalización de la marihuana?
- Sí. Dentro del ámbito de la salud estaría también el control de la calidad, que permitiría que los cortes (los traficantes y distribuidores ponen cualquier basura para aumentar el lucro) fueran controlados como cualquier otro producto de comercialización.
Entre las cuestiones legales está la disminución de la corrupción, no va a desaparecer (también hay contrabando de alcohol, claro que va a haber distribución de drogas de tráfico ilícito) pero en la medida que sea lícito la gente tendrá el derecho a elegir si va a comprar a una distribución con control de calidad. Eso va a disminuir la corrupción política, policial y hasta en la salud, porque es sabido que en la salud también hay corrupción vinculada con el tema drogas.
Dentro de lo legal, disminuiría la criminalidad, porque al disminuir el uso de drogas más pesadas aumentaría la seguridad social, menos pasta base, menos efectos sociales de las drogas más peligrosas.
Entre los aspectos económicos, el mercado de drogas es enorme y mueve billones de dólares que no pagan impuestos. Estamos cansados de oír a los políticos decir que las políticas de drogas son muy importantes pero no hay presupuesto, no hay partidas presupuestarias. Pues hagámoslas, dejemos que se autofinancie, porque les puedo asegurar que de pagar impuestos, los primeros que se oponen a la legalización son los productores de tráfico ilícito, los traficantes, porque pasarían a pagar IVA y toda esta cuestión. Nosotros proponemos, en un trabajo que estamos haciendo en un grupo, que de allí, en la medida que se empiece a generar un aporte al Estado, se financien las políticas de drogas, no tanto para la represión (que toda la vida ha sido muy financiada por Estados Unidos, que de hecho es lo único que se hace porque sigue financiada) sino para los aspectos más importantes de esta problemática, que son la prevención, el tratamiento y la reducción de daños.
Otro tipo de impactos es que habría una disminución no sólo de los delitos vinculados con el uso de drogas desde el ambiente mismo de la criminalidad (el lavado de dinero, etcétera, no sería necesario porque no habría que blanquear ningún capital derivado de la marihuana), sino también de aquellos en los que se involucran los jóvenes para financiar su consumo.
Finalmente, el cuarto grupo, para mí muy importante en tanto médica, es la producción de conocimiento científico. Algo que es ilícito escapa a la investigación neuropsicofarmacológica, como el láudano y otras plantas que han sido madres de medicación que hoy son utilizadas a diario por muchos uruguayos y pasaron a ser producidas por la industria farmacéutica, con control de calidad, lo mismo podría pasar con la marihuana en la medida que la medicina basada en la evidencia viene demostrando que tiene efectos beneficiosos (como los tiene la cocaína como anestésico local). El tema es que hay que mejorar la relación costo-beneficio para que de estas sustancias la mayor cantidad de beneficios tenga la menor cantidad de riesgos. Esto supone mayor información calificada para la población, para que pueda tomar decisiones con base en información científica y no en terrorismos.+ (PE/Revista Metodista)
Nota.. El presente extracto de la entrevista a la Dra. Raquel Peyraube fue publicado en la Revista Metodista, órgano oficial de la Iglesia Metodista en el Uruguay en la edición de noviembre-diciembre 2012.
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