Ángela Peralta
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(Ciudad de México, 6 de julio de 1845 -
Mazatlán, Sinaloa, 1883) |
Fecha de inhumación: 22 de abril de 1937 |
Soprano y compositora de gran éxito, apodada “el ruiseñor mexicano”, recorrió Europa y actuó para el emperador Maximiliano.
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Desde muy pequeña demostró estar dotada de una voz privilegiada. Alumna de Agustín Balderas, miembro del jurado del Concurso para musicalizar el Himno Nacional. Tras terminar sus estudios en el Conservatorio Nacional de Música a los 15 años de edad, hizo su debut en el Gran Teatro Nacional, interpretando a Leonora de El Trovador de Verdi. Impulsada por el éxito obtenido, un año después, en compañía de su padre, partió a Europa donde gozó de un gran éxito. Residió en Italia y tuvo como maestro a Pietro Lampertti. El 13 de mayo de 1862 se presentó en Milán en el Teatro de la Scala, en el que cantó Lucia de Lammermoor, y a partir de esta presentación apoteósica realizó una gira por Milán, Turín, Lisboa, Alejandría, Génova, Nápoles, San Petersburgo, Madrid y Barcelona. En España recibió el título de “ruiseñor mexicano”, con el que se le conoce hasta ahora. De regreso a América, actuó ante los públicos de Nueva York y La Habana.
Invitada por el emperador Maximiliano, llegó a México en 1865, donde recibió una extraordinaria acogida. A partir de 1867 inició una nueva gira por el extranjero para cantar en La Habana, Nueva York, Roma y Madrid, pero dificultades de índole familiar la obligaron a descuidar su carrera. Después de formar su propia compañía, regresó a México en 1871 y recorrió el país con gran éxito. Educada también como compositora, fue autora de varias obras en las que reflejó su formación europea, pero sin olvidar el amor a su patria: la galopa México, la danza Un recuerdo a mi patria, la fantasía Nostalgia, el vals Adiós a México, la fantasía Pensando en ti, la romanza Io t´ameró, la danza Margarita, la romanza El deseo, la melodía Sara, el chotis Retour, la mazurca Ilusión y los valses Absence, Eugenio, María, Né m´oublie pas y Lejos de ti. Murió el 30 de agosto de 1883, víctima de una epidemia de fiebre amarilla que asoló el puerto de Mazatlán. Sus restos reposan en la hoy Rotonda de las Personas Ilustres desde el 22 de abril de 1937. |
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