Erradicar la desesperación de los pensamientos depresivos: ¿es posible?
La depresión es una grave enfermedad que provoca sentimientos de desapego y disminuye la productividad de las personas
30/10/2015 - Autor: Mucteba Muezzinoglu, Nate Emru Kiydal - Fuente: Revista Cascada
La depresión es una grave enfermedad que provoca sentimientos de desapego y disminuye la productividad de las personas. Por lo general se manifiesta como un sentimiento de desesperación y se asocia con la tristeza o la falta de placer en actividades que en principio serían consideradas agradables. Las personas deprimidas pueden estar irritables y ansiosos, o tienen bajos niveles de energía sin siquiera ser conscientes de estos síntomas. Los índices de depresión en los EE.UU. es del 9%, según el Centro de Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés). Los datos acerca de los índices de depresión en otros países es variable, pero se estima que ronda el 8%.
Los problemas de salud se entienden y se tratan mejor si son considerados como una combinación de factores biológicos, psicológicos y sociales, en lugar de con medios puramente biológicos. Esto implica pensamientos, emociones, comportamientos, factores sociales y medioambientales, todos los cuales juegan un papel importante en el funcionamiento humano y en la salud en general. Por lo tanto, es importante recabar información de todos los aspectos de la vida de un individuo para obtener una mejor comprensión de la depresión.
Muchas personas usan la palabra «depresión» para explicar sus sensaciones de tristeza, pero la depresión es algo más profundo. La tristeza es una reacción normal a las luchas, reveses y decepciones de la vida. Las personas deprimidas no se sienten tristes, pueden sentirse sin vida, vacías, apáticas y sin esperanza. La depresión comienza como un sentimiento y sólo más adelante se manifiesta en el plano físico. El sentimiento de impotencia, de desesperanza y de falta de valor son intensos e implacables. Una complicación no deseada de la depresión es el suicidio, que de hecho en los EE.UU. tiene una tasa más alta que la de homicidios.1
La desesperación es el principal indicador que lleva al suicidio, un patrón de pensamiento en el cual los individuos quedan atrapados, haciéndoles creer que las cosas nunca van a mejorar. La profunda desesperación que acompaña a la depresión puede hacer parecer al suicidio como la única forma de escapar de unas circunstancias abrumadoras. Por eso los pensamientos suicidas deben ser tomados como una petición de ayuda y tratados en consecuencia.
Comúnmente se considera al contexto psicosocial como el culpable, en la medida en que predispone a las personas a la depresión. Pocas veces se considera la predisposición genética y otros factores etiológicos secundarios. La depresión, en el contexto psicosocial, se relaciona con la percepción que una persona tiene de los acontecimientos cotidianos. Un evento específico en la vida de una persona puede desencadenar su entrada en un círculo vicioso. Los ejemplos podrían incluir la pérdida del trabajo, la muerte de un ser querido, etc.
Modestia
Además de a la desesperación, la avaricia puede conducir a la depresión, ya que contribuye a la insatisfacción, decepción y pérdida de la sinceridad. A veces, la falta de bienes materiales puede contribuir más a la felicidad que su abundancia. El celo por disfrutar de cosas materiales que otros poseen puede conducir a la depresión. Como ejemplo, el antiguo filósofo Platón era sabio, pero no rico; a pesar de su falta de dinero estaba contento con su vida. Un día, al cruzar por un campo, vio a un niño beber agua potable con las manos. La respuesta de una persona corriente sería dar al niño una taza, pero Platón se preguntó si aún es necesaria la copa. Si te enfocas en lo que no tienes, siempre te sentirás decepcionado. Centrándose en lo que uno realmente necesita en cada instante puede disminuir el daño que causan los problemas. El niño tenía sed y sólo necesitaba agua, por lo que la copa era innecesaria.
Si una persona sólo se preocupa por su propia situación y no se da cuenta de la condición de los que le rodean, puede convertir problemas triviales en montañas. Mediante la comparación de los propios problemas con problemas más graves de los demás, se puede lograr una perspectiva más precisa. Aunque la carga que recae sobre una persona puede parecer insoportable, Dios ha creado a cada uno con la capacidad de manejar su situación. Se recomienda mantener la esperanza mediante el ejercicio de la paciencia y de la ocupación con lo presente, en vez de traer problemas del pasado o inquietarse por el futuro. La paciencia que les ha sido otorgada a los seres humanos es capaz de sobrellevar todo tipo de dificultades, a no ser que sea usada de forma inapropiada obsesionándose con lo que ya sucedió o padeciendo por un futuro lejano.
Nunca pierdas la esperanza
Como se muestra en la Tabla 1, La Asociación Americana de Psiquiatría (APA) ha establecido los criterios universales para profesionales de la salud de cara a diagnosticar la depresión. Los médicos diagnostican a una persona con depresión de acuerdo con los criterios del Manual de Diagnóstico y Estadística de los Trastornos Mentales IV (DSM IV), estableciendo su grado según la gravedad de los síntomas 2.
La desesperación merece una especial preocupación porque a menudo desencadena otros síntomas que pueden conducir finalmente a la inercia.
La creencia y la oración han demostrado ser de gran ayuda en la lucha contra la desesperación, manteniendo viva la esperanza. Esto puede ayudar a prevenir la depresión grave o incluso el suicidio, ya que incluso en los momentos más difíciles, la creencia puede permitir a una persona mantenerse firme con la convicción de que ni una sola hoja caería sin el conocimiento de Dios. El Corán dice: «Di (Dios te da esperanza): “¡Oh mis siervos que han dilapidado (sus posibilidades y facultades dadas por Dios) contra (el bien de) sus propias almas! No desesperéis de la misericordia de Dios. Seguramente Dios perdona todos los pecados. Él es de hecho el Indulgente, el Compasivo.”» (Corán 39, 53).
La Biblia refleja un tono similar cuando dice: «Porque como la altura de los cielos sobre la tierra, engrandeció su misericordia sobre los que le temen. Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones.» (Salmo 103, 8-12).
¿Qué dice la literatura sobre la creencia?
Una encuesta reveló que el 82% de los estadounidenses cree que la oración puede curar una enfermedad grave, el 73% cree que la oración por los demás puede curar la enfermedad, y el 64% quieren que sus médicos oren con ellos. Los profesionales de la salud -especialmente médicos y enfermeras- deben ser conscientes de las necesidades espirituales de sus pacientes, deben familiarizarse con la literatura que trata sobre la eficacia de la oración, y deben integrarla en sus planes de atención integral 3.
Desde el punto de vista biológico, como se muestra en la Figura 2, los síntomas y signos de la depresión que se muestran en la Figura 1 se producen como resultado del cambio en el nivel de los neurotransmisores -a saber, la serotonina, la norepinefrina y la dopamina. Hoy en día, las intervenciones farmacológicas para curar la depresión se realizan principalmente por medio de drogas. Estas regulan los niveles de los neurotransmisores. Aunque no hay muchos estudios científicos centrados en la depresión y la religión, la investigación realizada por McCullough sobre la literatura indica claramente que «las personas con altos niveles de implicación religiosa en general, la participación en organizaciones religiosas, la importancia dada a lo religioso, y con una motivación religiosa intrínseca tienen menos riesgos de sufrir síntomas depresivos y trastornos depresivos» 4.
En conclusión, la depresión puede surgir de la ausencia de actividad. Con el fin de mantener alejados los pensamientos negativos que sirven como punto de partida para el círculo vicioso de la depresión, el orar y el buscar la ayuda del Omnisciente y Sabio sirve como refugio de los sentimientos negativos hacia los problemas mundanos. Rezar puede proporcionar una protección contra los pensamientos negativos que puedan derivarse de una fuente externa o interna, y que con el tiempo llegan a distorsionar el pensamiento sano.
La curación subjetiva y la mejora de la salud después de la oración, la terapia psicológica y el apoyo familiar y social pueden estimular algunos neurotransmisores, aunque esto debe ser clarificado por medio de estudios completos 5. Sin embargo, sabemos que incluso unas simples palabras pueden tener un impacto en el estado de ánimo de cualquier persona. El oír un cumplido puede causar una sonrisa, o el recibir una mala noticia puede causar tristeza. ¿Cómo no iba a repercutir desde la eterna Fuente sobre el propio cuerpo cuando nos dirigimos sinceramente con todo nuestro corazón hacia el Omnisciente, incluso si las circunstancias parecen abrumadoras?
Referencias
1. Para más información véase http://www.sprc.org/basics/about-suicide. Reached in April 25.
2. The Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM). American Psychiatric Association provides a common language and standard criteria for the classification of mental disorders.
3. Ameling A. 2000. “Prayer: an ancient healing practice becomes new again.” Holist Nurs Pract. Apr;14(3):40-8.
4. McCullough ME, Larson DB. 1999. “Religion and depression: a review of the literature.”Twin Res. Jun;2(2):126-36.
5. National Institute of Mental Health. What medications are used to treat depression?Reached from the website. http://www.nimh.nih.gov/health/publications/mental-health-medications/complete-index.shtml#pub5
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