Mientras Trump y Kelly se contradicen sobre militarización de la frontera, México ve avances en la relación
Mientras el presidente Trump habló de una operación militar en territorio estadounidense para detener y deportar a inmigrantes indocumentados que cometan crímenes, en México su secretario de Seguridad descartó el uso de militares en temas de migración.
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Pero horas más tarde, el secretario de Seguridad Interior, John Kelly, dijo en México que no intervendrán militares para labores de migración.
“No habrá uso de fuerzas militares en inmigración”, aseguró Kelly durante un mensaje a medios tras reunirse con los secretarios de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray.
Para abundar en las señalas confusas o contradictorias, después el vocero de la Casa Blanca, Sean Spicer, dijo que el mandatario de EU usó el término de “operación militar” solo como un “adjetivo” o una expresión.
El secretario Kelly también mencionó que no habrá deportaciones masivas de inmigrantes en Estados Unidos (en ese país hay al menos 5 millones de mexicanos indocumentados), y aseguró que ambos países deben trabajar para que la migración sea segura y ordenada.
Hizo esa declaración, aunque días antes se difundieron documentos que firmó, en los que se abre la puerta a más deportaciones.
Otra señal contradictoria es la de que en las circulares del Departamento de Seguridad Interior se menciona que los inmigrantes indocumentados sean deportados al país a través del que llegaron, y no a su país de origen.
Por ejemplo, si un inmigrante de El Salvador u otro país centroamericano llega a Estados Unidos por territorio mexicano, y es deportado, entonces sería enviado a México, y no a El Salvador.
Aunque el propio Kelly firmó la circular con esa directriz, el miércoles pasado dijo que los inmigrantes indocumentados sí serían deportados a su país de origen. Una contradicción más.
En el caso de los procesos de deportación, el secretario mencionó en México que la actuación de las autoridades estadounidenses será apegada a la ley, respetando los derechos humanos y la dignidad humana.
Las operaciones de las autoridades migratorias, dijo Kelly, se enfocarán en aquellos inmigrantes indocumentados que estén involucrados en actividades criminales en Estados Unidos.
Por la mañana, en una reunión con líderes de empresas de manufactura, Trump dijo que en la violencia de las pandillas en muchos casos están involucradas personas que están en el país ilegalmente.
“Estamos sacando a miembros de pandillas, estamos sacando a narcotraficantes, estamos sacando a tipos muy malos de este país”, mencionó Trump, “a una tasa que nadie había visto antes”.
Trump mencionó que el viaje de sus emisarios a México, Tillerson y Kelly, sería “difícil” o duro, ya que su misión es lograr lo que desde su perspectiva es un trato justo para Estados Unidos.
“Vamos a tener una buena relación con México, eso espero, y si no, pues no, pero no podemos dejar que eso pase”, dijo sobre el déficit comercial.
El diálogo será difícil
Para México construir acuerdos con el gobierno de Estados Unidos “será un largo camino”, dijo el titular de la SRE, Luis Videgaray.
El canciller reconoció que en estos momentos los gobiernos de México y Estados Unidos tienen diferencias públicas, pero también coincidencias.
Tanto Videgaray como el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong rechazaron que EU tome decisiones unilaterales que afecten a México, específicamente en el tema de la deportación masiva de migrantes no solo mexicanos, sino de otras nacionalidades.
El secretario de Gobernación señaló que “toda acción que nuestros ambos países decidan en materia de seguridad regional tiene efectos que trascienden fronteras y deben ser dialogadas y consensuadas”.
En la conferencia, el secretario de Estado, Rex Tillerson, dijo que Estados Unidos y México son dos países soberanos, que de vez en cuando tendrán diferencias, sin interrumpir su cooperación en cuanto a temas de seguridad, migración y energía.
Tillerson destacó la importancia de que Estados Unidos detenga la transferencia de armas y dinero a México, y mencionó que “el imperio de la ley” es importante para ambos países. Agradeció a México su cooperación para reducir la inmigración ilegal, reforzando la seguridad en la frontera sur, con Centroamérica, y respaldando que esa zona genere mejoras en su economía.
Ambas naciones acordaron, dijo el canciller, asumir la responsabilidad compartida del control migratorio, además de que se atenderán las causas que impulsan el fenómeno de la migración hacia EU, en donde México es un país de tránsito.
Por ello en los próximos meses se realizará un encuentro con los países de Centroamérica, y otros países de la región para asumir una responsabilidad conjunta sobre las causas de la migración.
El canciller adelantó que el proceso de diálogo “será largo y no necesariamente sencillo”.
Migración, el tema de la reunión
Luis Videgaray dijo que expresaron a los secretarios de EU la preocupación por las violaciones a los derechos humanos de los mexicanos que viven en aquel país.
El canciller dijo que hay coincidencias con EU sobre este tema, lo que “es un signo alentador”.
En territorio estadounidense hay al menos 5 millones de inmigrantes mexicanos que entraron sin documentos.
Esta semana, el Departamento de Seguridad Interna de Estados Unidos publicó circulares donde se habla de la contratación de 10,000 agentes más del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), y 5,000 para la Patrulla Fronteriza, a fin de reforzar el sistema de vigilancia sobre los inmigrantes.
Las circulares o guías para cumplir con órdenes ejecutivas de Trump introducen cambios como considerar objeto de deportación prioritaria inmigrantes con cualquier cargo criminal, o que hayan abusado de cualquier programa para recibir beneficios públicos.
Durante la administración Obama, solo eran eran prioridad de deportación aquellos inmigrantes indocumentados vinculados con delitos graves.
Esta semana, el Departamento de Seguridad Interna de Estados Unidos publicó circulares donde se habla de la contratación de 10,000 agentes más del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), y 5,000 para la Patrulla Fronteriza, a fin de reforzar el sistema de vigilancia sobre los inmigrantes.
Las circulares o guías para cumplir con órdenes ejecutivas de Trump introducen cambios como considerar objeto de deportación prioritaria inmigrantes con cualquier cargo criminal, o que hayan abusado de cualquier programa para recibir beneficios públicos.
Durante la administración Obama, solo eran eran prioridad de deportación aquellos inmigrantes indocumentados vinculados con delitos graves.
La visita de Tillerson y Kelly se da con el antecedente de tensión entre el gobierno de Trump y el de Enrique Peña Nieto, por el tema del muro en la frontera que según el republicano debe ser pagado por los mexicanos, para contener la inmigración ilegal.
Ante la insistencia de Trump, Peña Nieto canceló en días previos una visita a la Casa Blanca.