Las raíces del odio de Corea del Norte a EE.UU., en la "Guerra Olvidada" de 1950
Por Anna Fifield
La maquinaria propagandística de Corea del Norte está siempre lista para soltar veneno anti-estadounidense, con palabras como "imperialista," "agresor" y "hostil". La familia Kim, que controla Corea del Norte desde hace unas siete décadas, ha perpetuado la idea de que los Estados Unidos viven al acecho.
A los niños norcoreanos se les enseña desde temprana edad que los "lobos americanos" —ilustrados por hombres de cabello rubio, piel blanca y narices grandes— son astutos y maliciosos, y quieren matarlos.
"Los norcoreanos viven con una mentalidad de guerra, y esta propaganda anti-estadounidense es propaganda de guerra", explicó Tatiana Gabroussenko, una experta en propaganda norcoreana y profesora de la Universidad de Corea en Seúl.
En la versión norcoreana contiene una parte de verdad. Sólo la base, y está muy exagerada. Pero los norcoreanos recuerdan muy bien lo que la mayoría de estadounidenses han olvidado (o nunca supieron): que la Guerra de Corea fue brutal.
"A [la Guerra de] Corea la llaman la guerra olvidada, y parte de lo que se ha olvidado es la ruina completa y devastación que sufrió el pueblo norcoreano", dijo John Delury, profesor del Departamento de Relaciones Internacionales de la Universidad Yonsei de Seúl. "Pero es algo arraigado en la psiquis norcoreana".
"El número de muertos, heridos o desaparecidos en Corea fue de cerca de tres millones, el 10% de la población total", escribió en un ensayo Charles K. Armstrong, profesor de historia de Corea en la Universidad de Columbia. "La mayoría de los muertos eran del Norte, cuya población era la mitad que la de Corea del Sur".
El conflicto terminó con un armisticio, no con un tratado de paz, lo que significa que técnicamente Corea del Norte y Corea del Sur siguen en guerra.
Los líderes militares estadounidenses de aquel momento dijeron que la Guerra de Corea era una "guerra limitada" porque no permitieron que se expandiera más allá de la península. Pero la devastación fue total, sobre todo para el Norte.
Estados Unidos lanzó 635.000 toneladas de bombas en Corea, sin contar 32.557 toneladas de napalm, según Bruce Cumings, un profesor de la Universidad de Chicago que escribió varios libros sobre Corea del Norte. Durante la Segunda Guerra Mundial se utilizó un total de 503.000 toneladas.
"Si continuamos destrozando el lugar, podremos lograr que la cuestión resulte muy impopular para los norcoreanos", dijo el secretario de Defensa Robert Lovett al finalizar las campañas de bombardeo aéreo y napalm de 1950 y 1951, según Cumings. "Tenemos que continuar", dijo Lovett.
En las últimas etapas de la guerra, al quedarse sin objetivos urbanos, los bombarderos estadounidenses destruyeron presas hidroeléctricas y de riego, lo cual inundó tierras agrícolas y destruyó cultivos.
"La destrucción física y la pérdida de vidas en ambos bandos fue casi inimaginable, pero el Norte sufrió el daño mayor debido al bombardeo estadounidense de saturación y a la política de tierra quemada de las fuerzas de la ONU en retirada", escribió Armstrong.
El régimen de Kim mantiene a su pueblo asustado y culpa a los Estados Unidos, y en especial a las sanciones de Washington, por su situación económica. Pero esto también ha ayudado a unificar a la población contra una supuesta amenaza externa.
"El antiamericanismo es una herramienta ideológica del gobierno", señaló Peter Ward, investigador de Corea del Norte afiliado al Instituto Asan de Estudios Políticos de Seúl. "Ellos necesitan un enemigo y un villano responsable de la división del país, un chivo expiatorio para la situación en la que se encuentran".
A medida que las tensiones entre Corea del Norte y Estados Unidos han aumentado en los últimos meses, el Norte ha ido aumentando el volumen de su propaganda.
En respuesta, el presidente Donald Trump ha amenazado repetidamente con el uso de fuerza para castigar a Corea del Norte (aunque también se dijo que sentiría "honrado" de reunirse con Kim Jong-un).
"Cuando un presidente estadounidense novato comienza a sugerir que la solución al problema norcoreano podría incluir un ataque con misiles, el discurso del régimen [de Kim Jong-un] se ve justificado", dijo Delury.
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