Herejía Política: La guerra en México y las elecciones 2018
La guerra no se detuvo en 2012
Foto propiedad de: Internet
La crisis de violencia que vivimos en México por la “guerra contra el narcotráfico o el crimen organizado” se ha convertido en una verdadera guerra civil que todos los mexicanos y sus instituciones han sufrido las consecuencias. Las cifras de violencia e inseguridad no disminuyen y tanto el gobierno pasado como el actual no han encontrado una solución que traiga paz a los hogares y a las ciudades de todo el país.
Una guerra siempre trae buenos dividendos y para muestra es que Estados Unidos no ha tenido un solo año de paz desde su fundación pues la industria armamentista y la reconstrucción de la postguerra es el mejor negocio a niveles del petróleo. En México vivimos una guerra en donde Estados Unidos, Rusia o países europeos dotan tanto al ejército y Marina como al narco y al crimen organizado. Y como proveen a los dos bandos, ellos deciden a quién vender y cuánto vender las mejores armas y las mejores defensas.
Todo tiene un porqué, ya que por ejemplo los criminales al ser detenidos y encerrados en cárceles, no reciben ningún tipo de capacitación, de formación cívica ni mucho menos un proceso de reinserción social y peor aún, la inmensa mayoría de las cárceles estatales o federales son dirigidas por los mismos prisioneros que gozan de habitaciones que nada les piden a suites presidenciales de hoteles cinco estrellas.
México tiene una deuda histórica con los ciudadanos y principalmente con los jóvenes que después cursar una licenciatura se enfrentan a una gran realidad, que es acceder a empleos mal pagados y en donde viven frustrados. Es aquí donde ellos deciden tomar otro camino que les provea una mejor calidad de vida que es involucrarse en el crimen organizado o el narcotráfico.
Según el gobierno en este sexenio se ha conseguido un mayor número de empleos y lo celebran, lo presumen, pero no muestran la realidad de los empleos creados que en su mayoría tienen salarios de hambre y no empleos bien pagados para aquellos que hicieron el esfuerzo por sacar una carrera e incluso posgrados.
En menos de doce años han sido asesinados más de 200,000 mexicanos y las cifras aumentan cada minuto. Existe una enorme cantidad de desaparecidos, feminicidios y desplazados. Simplemente en estas elecciones ya han muerto más de cuarenta candidatos a distintos cargos de elección popular y esto apenas comienza.
La guerra no se detuvo en 2012, lo que se implementó fue una censura a los noticieros para que dejaran de mostrar a diario los “daños colaterales” de este conflicto que parece no tener fin. Peor aún es que el narcotráfico en México existe principalmente para alimentar la voracidad del mercado estadounidense donde distintos estados ya decidieron hacerlas legales y recibir gran cantidad de impuestos. En pocas palabras México con su guerra pone los muertos y los estadounidenses se intoxican con la sangre derramada por los mexicanos.
En estas elecciones se debe conocer el posicionamiento de todos los candidatos y no solamente de los presidenciales sobre esta situación, qué es lo que proponen para acabar de tajo con un problema que es urgente. El camino correcto no es amnistiar o perdonar a los narcos y a los miembros del crimen organizado ni mucho menos dialogar con ellos.
Lo peor de todo es que los mexicanos parece que ya nos estamos acostumbrando a vivir con miedo, a vivir con inseguridad y a ver la violencia como parte de la vida diaria. Algo que se debe considerar es que mientras más generaciones tengan una vida que los acostumbre a vivir con lo anterior finalmente terminará por enfermar de manera crónica al país.
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