Quienes crean la islamofobia son consciente de que fabricar noticias falsas para estigmatizar a figuras o instituciones musulmanas por apoyar el terrorismo tiene el efecto de un espantapájaros que asusta a las personas para que no se acerquen a estas instituciones o cooperen con ellas, incluso si se demuestra que estas noticias son falsas e inciertas.
En un incidente que sacudió a la comunidad musulmana en los Estados Unidos, se reveló que un alto empleado del Consejo de Relaciones Estadounidenses-Islámicas (CAIR) estuvo involucrado en espionaje contra su organización durante casi 13 años.
La persona involucrada era el director de la organización en el estado de Ohio, y su nombre es Romain Iqbal, quien admitió la certeza de las acusaciones en su contra, ya que grabó en secreto reuniones y llamadas, filtró correspondencia y planes estratégicos y los facilitó a una institución estadounidense extremista considerada una de las más prominentes creadoras de islamofobia e incitadoras del antiislam en Estados Unidos.
La organización para la que espió Iqbal a su favor se llama el Proyecto Investigativo sobre Terrorismo, y está dirigida por el ultraderechista Stephen Emerson, uno de los instigadores del antiislam a través de su organización, que lleva activa 25 años, y pretende vincular el islam con el terrorismo y la violencia armada, además de involucrarse en otros casos de espionaje a la comunidad musulmana en Estados Unidos.
Según (CAIR), quien contrató dos oficinas de investigación privada y un abogado para verificar el incidente de espionaje, la organización de odio para la que trabajaba Iqbal tiene estrechos vínculos con "Israel", ya que proporcionó a la oficina del ex primer ministro Benjamín Netanyahu información sobre las actividades e instituciones musulmanes estadounidenses, y también recibió fondos de organizaciones estadounidenses y sionistas que apoyan al Estado de "Israel".
Por lo tanto, este incidente no parece único en el contexto de la creación de la islamofobia en los EE.UU. Mientras el estado ocupante y sus partidarios hayan sido asociados con alimentar la islamofobia y sus instituciones, y han ido más allá de lo sentimientos de aversión y odio hacia el "otro", llevando acabo estrategias de estigmatización, incitación y llamados a la represión y erradicación, y este no fue el único incidente de hackeo o espionaje ocurrido donde, están involucradas instituciones y personalidades que propugnan la islamofobia y tienen vínculos sospechosos con el estado ocupante.
Un artículo de investigación publicado por el American Journal of Johns Hopkins University en 2015 mostró que casi el 70% de la financiación de las instituciones estadounidenses hostiles al islam proviene de entidades y organizaciones sionistas estadounidenses, o que apoyan a "Israel" y sus políticas de asentamientos en Cisjordania y Jerusalén.
Sin embargo, podemos decir que el deseo de "Israel” y sus partidarios de alimentar la islamofobia y la hostilidad hacia el Islam se encuentra en la raíz de la confusa relación entre el judaísmo y el sionismo por un lado, y las sociedades occidentales por el otro.
Mientras tanto, se nota aquí que la islamofobia ya no son sólo tendencias y sentimientos de desconfianza, miedo o incompatibilidad con el otro, sino que se ha convertido en una industria para la cual se paga dinero y esfuerzo de los lobbies e instituciones que se benefician de perpetuar esta hostilidad y aprovecharla políticamente, especialmente aquellos que se encuentran vinculados a "Israel”.
Además de lo anterior, el estado ocupante se beneficia de mantener vivo el estado de hostilidad hacia el Islam y los musulmanes en Occidente para neutralizar el poder y la influencia de los lobbies y organizaciones musulmanas sobre los tomadores de decisiones y la sociedad civil en Occidente, donde los grupos de presión musulmanes, por supuesto, movilizan a la gente en solidaridad con Palestina y exponen los crímenes de la ocupación israelí, además, tratan de influir en los tomadores de decisiones para socavar las políticas de apoyo absoluto "Israel”.
Por lo tanto, la máquina de la islamofobia trabaja deliberadamente a ocupar a estas instituciones con un discurso defensivo que niega las características del extremismo y el terrorismo, a expensas de la preocupación por temas de defensa y apoyo a Palestina, o incluso temas de derechos civiles para los musulmanes occidentales, con el fin de impedir su trabajo institucional y su influencia y logros.
Quienes crean la islamofobia son conscientes de que fabricar noticias falsas para estigmatizar a figuras o instituciones musulmanas por apoyar el terrorismo tiene el efecto de un espantapájaros que asusta a las personas para que no se acerquen a estas instituciones o cooperen con ellas, incluso si se demuestra que estas noticias son falsas e inciertas. Y esto es exactamente lo que expresó uno de los más destacados hacedores de islamofobia en Estados Unidos, Daniel Pipes, cuando consideró que el aumento del estatus y prestigio de los musulmanes estadounidenses significa necesariamente un aumento del peligro para "Israel".
Uno de los objetivos que busca alcanzar la máquina de la islamofobia es también apoyar la narrativa israelí contra el derecho de los palestinos; donde, el odio al Islam y vincular a los musulmanes con el terrorismo fortalecen la ocupación para silenciar las voces internacionales que condenan la opresión y el asesinato contra los palestinos y, quitarlos su derecho garantizado por el derecho internacional a la resistencia popular y armada.
Por la misma lógica, "Israel" y sus lobbies y aliados se están movilizando para intimidar a la gente de cualquier movimiento social o político en las fronteras de estado ocupante, con el pretexto de cerrar la puerta a oportunidades de transformación política que podrían llevar al poder a islamistas extremistas, y esto puede explicar muchas de las actitudes internacionales que no han logrado apoyar las demandas de libertad en el mundo árabe, a pesar de discurso occidental que pide democracia.
Dado que el sionismo busca monopolizar la representación del judaísmo en el mundo, que se ha convertido en parte integral de la cultura anglosajona, hoy este sionismo se presenta como un actor importante en el conflicto civilizado entre Oriente y Occidente dentro de una teoría, a través de la cual busca estigmatizar a Oriente y su identidad islámica con todos sus defectos, confirmando la imagen que quiere a través de ella demostrar a "Israel" como un punto luminoso en medio de un desierto de oscuridad e ignorancia, y en una base occidental en este región que debe ser apoyada militar, política y culturalmente.
Detrás de estos motivos, alimentados por el deseo de "Israel" de sobresalir desafiando, estigmatizando y distorsionando a sus oponentes, aparece una paradoja significativa, reflejada en la adopción de estereotipos y desprecios y el deseo de erradicar por parte del sionismo y los partidarios de "Israel", los mismos que las minorías judías en Europa fueron sometidas hace un siglo.
Sin embargo, hoy en día ellos utilizan esta herramienta contra los musulmanes en Occidente y financian estrategias de odio y hostilidad contra ellos, como si la historia aquí se repitiera, pero esta vez con la sustitución del nombre y la identidad de la víctima, por lo que el antisemitismo y el odio de los judíos se convierte en islamofobia y odio y hostilidad hacia el Islam y los musulmanes, y aquí la gente sabia y los conscientes del mundo deben demostrar seriedad y rechazar y luchar por igual contra ambas formas de racismo y hostilidad.
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