Contrapuntos / Calentamiento global
Rodrigo Velarde y Nasif Nahle
Mano del hombre
Rodrigo Velarde
Los grandes cataclismos de la naturaleza, cada vez más frecuentes, parecen indicar que el grupo humano está rompiendo y abusando del equilibrio natural de nuestro "hábitat", el globo terrestre.
Después de ocurrido el tsunami de hace un par de años en Oriente, y de inundaciones con grandes devastaciones en América y macabros deslaves que han sepultado pueblos enteros, ahora se conoce que el mayor afluente de Europa Oriental, el Danubio, ha llegado a niveles de desbordamiento nunca antes registrados, afectando grandes poblaciones y cultivos.
¿Qué sucede en el Planeta? Todo esto se atribuye al llamado calentamiento global.
Observaciones de la Tierra muestran que componentes atmosféricos, como el vapor de agua, las nubes, el bióxido de carbono, el metano, el óxido nitroso y los clorofluorocarbonos atrapan cerca de la superficie terrestre una cierta clase de calor (denominada "radiación infrarroja"), que produce el famoso efecto invernadero.
Hoy se sabe que el creciente uso de combustibles fósiles y una más rápida deforestación durante los últimos 150 años ha derivado en un aumento sin precedentes del 25 por ciento de bióxido de carbono y del 100 por ciento de metano. Está comprobado científicamente que ésta es la causa del calentamiento global. La mano del hombre metida ahí hasta las entrañas.
El calentamiento global es un tremendo reto tanto para políticos como científicos. Se ha dicho que es una bomba de tiempo. ¿Quién se atreve a esperar que reviente?
La idea de la "democracia cósmica" nos indica que el hombre no debe considerarse como el único poseedor del poder transformador de la gran naturaleza, sino que éste debe compartirse conforme a los criterios de la democracia.
Paradójicamente, el tema no escapa a la opinión pública mundial. Se ha hablado tanto de promover desarrollo humano y tecnológico de manera sustentable: en la Declaración de Río, en Brasil en 1992, se creó un despertar de la humanidad a los problemas globales.
En un par de los 27 principios de esta Declaración se resume lo acontecido en estos últimos 15 años: en primer lugar, los Estados deberán cooperar en la promoción de un sistema económico internacional favorable que lleve al crecimiento económico y al desarrollo sustentable de todos los países, para abordar de mejor forma los problemas de la degradación ambiental.
En segundo plano, igualmente importante, deberá emprenderse una evaluación del impacto ambiental, respecto de cualquier actividad que produzca un impacto negativo, para mitigarlo. (Esto nunca se exige, por cierto, pese a hallarse en leyes de protección ambiental de todas partes).
Es decir, se ha creado el sistema económico, la globalización, pero se descuidó, por avaricia, el gran asunto del calentamiento global.
Lo más importante ahora sería que Estados Unidos, la nación más contaminante del Planeta, acepte las condiciones del Protocolo de Kyoto del 2001, sobre emanaciones y compromisos ambientales mundiales.
En un mundo que pretende ser globalizado es urgente implantar varios controles, que pueden resumirse brevemente en los siguientes puntos:
1. Proteger la atmósfera del aumento de temperatura por emanaciones de quema de energéticos no renovables y usar nuestro petróleo para producir bienes de consumo, y no sólo quemarlo para desplazarnos. Tenemos que entrar ya al uso de las energías alternativas; el camino del petróleo es un callejón sin salida y terminaremos desaprovechándolo.
2. Debe legislarse de manera sustentable la tala cada vez más inmoderada de bosques en todo el País. Los bosques ayudan a absorber el bióxido de carbono, y por ende a controlar el calentamiento global, y tener una atmósfera limpia.
3. Los reglamentos de construcción en montaña deberían ser más estrictos. Ejemplar es Bilbao que tiene el mar por límite para desarrollarse y por otro lado la montaña, y ahí se tienen que ir al mar porque no se permiten tocar sus montañas; da orgullo verlas verdes todo el año, como una reserva intelectual y serenadora.
4. Hay que proteger el agua potable mundial con una legislación al respecto: el abasto del líquido en la próxima década será el asunto estratégico de mayor importancia entre las naciones.
En Davos, en el Foro Económico Mundial reciente, todos los científicos e intelectuales reconocen que el cambio climático, de no acotarse, influirá en la economía de sus países.
Y a nivel local, sería un gran logro universal que en el Fórum de las Culturas en Monterrey se promoviera entre la juventud y los más necesitados una cultura ambiental, ya que es el futuro de ellos.
El autor es arquitecto paisajista y ecólogo.
opinion@elnorte.com
Fenómeno natural
Nasif Nahle
La idea del calentamiento global creado por el hombre está cerrada a la refutación. Se trata de una idea que en Filosofía de las Ciencias se llama "hipótesis irrefutable", no es científica.
La ciencia se basa en hechos. No requerimos de consensos para darnos cuenta de que el mundo hoy es más cálido que hace 30 años. No es la primera vez que nuestro planeta se calienta. De 1910 a 1940 ocurrió un calentamiento cuyo máximo registrado por termómetros fue de 0.36 grados centígrados.
En el año 800 de nuestra era, la temperatura osciló hasta 0.62 grados centígrados. A ese periodo se le denominó Calentamiento Global Medieval. En aquel tiempo no había industrias ni coches. El bióxido de carbono (CO2) atmosférico se encontraba en 180 partes por millón por volumen (ppmv). (Khandekar. Science. 2005) (Scotesse. 2002).
Hace 300 millones de años, el CO2 no pasaba de 360 ppmv y los aumentos en la temperatura global eran de diez grados centígrados. Así fue hasta hace unos tres millones de años. A partir de entonces, hasta hace mil años, el calentamiento de la Tierra variaba en tres grados. Al presente las oscilaciones normales han sido de un grado. El aumento actual es de sólo 0.52 grados. (Ruddiman. 2001) (NOAA/NASA. 2006).
Quinientos científicos en Davos, Suiza, informaron que el calentamiento global ha sido de 0.74 grados; pero dedujeron mal. Lo que ellos reportaron es la máxima temperatura en la Edad Media (0.62 grados C), más la desviación negativa de la Pequeña Glaciación (-0.12 grados C). Ese cálculo no tiene validez porque consideraron como temperatura estándar a la mínima ocurrida durante un periodo frío del Planeta, no a la temperatura estándar actual, sino a la de hace 1050 años. ¿Cómo es posible que 500 "científicos" desdeñaran la información documentada para hacer valer su "hipótesis irrefutable"? Eso no es ciencia.
El brillo del Sol ha estado aumentando desde 1611. Los ciclos son amplios y cada uno persiste por aproximadamente 100 años. En cambio, los mínimos y máximos de manchas solares ocurren cada 11 años. Judith Lean hizo un estudio sobre el aumento en la irradiación solar durante los últimos 400 años y descubrió que el Sol ha incrementado su actividad. El aumento de la Irradiación Solar es de 3.27 W y el de la Radiación Cósmica es de 0.275 W; ambas suman 3.545 W, cantidad suficiente para aumentar la temperatura terrestre en más de 0.61 grados C. (Lean. NOAA/NASA. 2004).
Si nuestro Sol no estuviese emitiendo más radiación y si nuestro Sistema Solar no estuviera atravesando una nube de radiación cósmica interestelar, nuestro planeta y otros planetas más no estuvieran calentándose. En esos planetas no hay seres humanos; pero estoy seguro de que todos están expuestos a la radiación cósmica. Al igual que la Tierra, Venus, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y el ex planeta Plutón sufren calentamientos globales (Stone, 2005).
Las 380 ppmv de CO2 en el aire sólo pueden elevar la temperatura en 0.03 grados C. Empíricamente se ha demostrado que todo el calor registrado procede del Sol y de alguna supernova a través de cuyos restos estamos pasando ahora.
Quizás los 380 ppmv atmosféricos deban alarmarnos. No, el bióxido de carbono no es contaminante ni es venenoso. El CO2 asfixia cuando se encuentra en concentraciones de 50 mil ppmv en espacios donde no hay suficiente oxígeno. El aire que exhalamos contiene 59 mil 531 ppmv de CO2.
De los 380 ppmv, los seres humanos emitimos solamente 10.83 ppmv por nuestras actividades (National Academy of Sc. 2006). Si no existiera el CO2, las plantas, los animales y los seres humanos tampoco existiríamos. Los organismos que dependemos del oxígeno moriríamos asfixiados. La capa de ozono protectora dejaría de existir.
El CO2 es la materia prima con la cual los organismos que realizan la fotosíntesis elaboran los alimentos de los que nos alimentamos todos los seres vivientes del planeta. El nivel óptimo de CO2 atmosférico para el desarrollo de las plantas terrestres (ej., el amaranto) es de 600 ppmv. Para los humanos no habría ningún problema.
La observación de la naturaleza y la experimentación señalan que el calentamiento global es un fenómeno natural. Los seres humanos ya lo hemos superado antes y lo haremos otra vez si nos preparamos adecuadamente.
El autor es investigador en biología.
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