SIGNIFICADO DE LA DANZA
El poeta Jala-od- Din Rumi (siglo XIII) exclamaba:
“¡OH día!, levántate... los átomos danzan, las almas, arrebatadas de éxtasis, danzan, la bóveda celeste, a causa de ese Ser, la danza: Te diré al oído hacía donde conduce su danza: Todos los átomos que hay en el aire y en el desierto - compréndelo bien - están enamorados como nosotros y cada uno de ellos, feliz o desdichado, se encuentra deslumbrado por el sol del alma incondici onada.”
La Danza Sufí consiste esencialmente en girar sobre el propio eje facilitando estados alterados de conciencia y de éxtasis místico. “Miréis donde miréis el rostro de Dios existe”, dice El Corán.
Girar para vencer la muerte y la oscuridad, girar para elevarse, girar para ponerse en contacto con los principios de la propia vida y las leyes universales subyacentes, girar para soñar que son soles, planetas y astros errantes que giran buscando a Dios.
Es un acto decididamente lúdico y pleno de alegría.
Los danzantes proclaman que durante sus giros el alma deja el cuerpo y viaja desprendiéndose de sus ataduras terrenales y accediendo al infinito hogar del altísimo.
En sus giros, los derviches se identifican con el movimiento rítmico de todo cuanto existe, desde el ínfimo átomo, a los planetas que gravitan en el universo, pasando por la propia vida humana y sus circunstancias. Todo cuanto existe en el universo, sean elementos, astros, plantas o animales, incluyendo al Ser Humano, son componentes de un sistema viviente mayor. Y ese movimiento suele ser circular, no sólo por la tendencia a completar ciclos sino por su tendencia a lo entero. Por eso, si se quiere participar de la energía universal uno de los métodos es girando.
Los derviches usan además el giro de su danza como una forma de meditación en movimiento.
La mano derecha se coloca extendida hacia lo alto con la palma mirando hacia el infinito, la mano izquierda se dirige hacia la tierra. De esta manera el bailarín se convierte en un mediador entre el cielo y la tierra, lo infinito y lo finito, se vacía para ser un canal energético que recibe la energía, por su mano derecha, que desciende del mundo celestial, y llevarla a la tierra, por su izquierda, para distribuirla a los demás.
En este rodar rítmico se busca entrar en unión con el todo. Se quiere materializar así que en todas partes está el rostro de Dios.
Con nuestro grupo de danza sufí, LOS DERVICHES DE EL CAIRO, aunque la danza se base en la religiosidad, con sus movimientos circulares y sus sensaciones islámicas e intrínsecas del sufismo, contiene todos los elementos de una danza alegre y popular debido a lo siguiente:
1.- Su tempo rápido.
2.- Su abandono a la concentración ritualista en la actuación y la destreza de sus movimientos.
3.- La riqueza de su valor artístico.
Todos ellos hacen de esa danza una forma única del arte. Pero sin dejar de acentuar el significado cósmico y las bases de la filosofía de los "Mawlawis", que dice que el movimiento en el universo comienza en cierto punto y termina en el mismo punto, por lo que el movimiento tiene que ser circular. Por ello, el danzante se mueve alrededor de sí mismo, como si fuera el sol, y los otros bailarines, a su alrededor, como los planetas. Además sus movimientos circulares simbolizan la sucesión de las cuatro estaciones, y sus vueltas a la izquierda son, exactamente, como los movimientos alrededor del ´´Kaaba´´ (la Capilla santa en la Meca).
Lo extenso de la falda permite la libertad del movimiento, y las canciones son sobre la alabanza del profeta y de los imanes santos. Otros temas tratan cuestiones universales y populares como la amistad, la generosidad y el amor.
La danza sufí que presentamos, como hemos menci onado, es una danza ceremonial folklórica y no es un ritual religioso. Por lo tanto es una forma de arte popular lleno de ornamento y tolerancia.
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