El Cairo, la capital árabe del acoso sexual

El 91% de las egipcias ha sido, al menos una vez, objeto de acoso, según el Centro Egipcio para Derechos de la Mujer

26/01/2013 - Autor: Isaac J. Martín - Fuente: Envío público a Webislam

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Una mujer ultima un graffiti en el Cairo que dice: “No al acoso sexual”

Una generación nueva de mujeres quiere cambiar el mundo. Un mundo en el que el patriarcado continúa siendo una realidad en el que el varón sustenta el cetro del poder. Os sorprenderéis ante esta afirmación; sin embargo, los datos no engañan.
Tahrir en el punto de mira: policías que no están en las calles, leyes que no castigan a los que cometen estos delitos...
El acoso sexual suele producirse a plena luz del día y en lugares muy concurridos. Pudimos ver recientemente cómo una corresponsal francesa de la cadena France24 estaba siendo agredida sexualmente en directo. En 2011 ocurrió también con Lara Logan, corresponsal de la CBS.
El acoso se manifiesta de muchas formas: palabras sucias, manoseo, persecución, acecho, miradas lascivas, insultos...
Algunos son "egipcios sexualmente frustrados por no poder casarse antes de tener suficiente dinero para pagar una casa y la boda, debido a la alta tasa de desempleo. También se sienten castrados por el régimen de Mubarak y buscan blancos débiles para sentirse con poder".
Paradójicamente, este auge de violencia sexual coincide con una época en la que la religión toma gran importancia en la sociedad egipcia. Discursos de clérigos musulmanes deberían cambiarse ya que incitan, de alguna manera, a que los varones traten a las mujeres como un trozo de carne que merecen todo los que les pase, sobre todo en la periferia de las ciudades.
Hace diez días, la agencia Reuters pudo recoger unas declaraciones del predicador islamista, Hisham el-Ashry en las que explicaba el futuro de Egipto tras la Constitución proclamada, teniendo como base elementos de la sharia: "Una vez me preguntaron: ¿si llegara al poder, dejaría que las mujeres cristianas siguieran yendo sin velo? Y yo les conteste: si quieren ser violadas en la calle, entonces pueden". Aún así, no se salvan de este acoso sexual ni las mujeres que llevan hiyab o velo islámico o niqab, el velo integral, cuyo número ha aumentado peligrosamente en los últimos años.
Por su parte, los Hermanos Musulmanes del presidente Mursi ha intentado pasar de refilón ante esta enorme polémica. "La promoción de la virtud y prevención del vicio es de la competencia de las autoridades y no de los individuos o grupos"
Mientras tanto, hartas del acoso sexual en el país, las mujeres salen a la calle a protestar e intentar parar los pies a los acosadores. Surgen iniciativas como la de Harassmap en el año 2010 que consiste en una web para ayudar y luchar en contra de esos acosadores. Un sólo mensaje, un solo tweet permitirá a las mujeres reportar dicho acoso.
Su lucha no ha acabado aquí. Las egipcias pretenden que el acoso sexual sea recogido en el código penal como un delito con su correspondiente castigo. Por ahora, el primer ministro egipcio, Hisham Kandil, anunció en noviembre que "el gobierno estaba preparando una ley que establezca el acoso sexual como delito, castigándolo con severas penas".
Como dije al principio del artículo, todo esto es causa de la rebeldía de una nueva generación de mujeres que como Dalia Youssef, cantante egipcia, dice: “La próxima vez que sufra algún tocamiento, no me quedaré de brazos cruzados. Pienso presentar una denuncia. Tenemos que luchar por nuestros derechos”.