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Diputadas toman la tribuna para frentar la reforma energética en diciembre, 2013 |
Son aún más graves las implicaciones políticas de la contrarreforma energética que las económicas. Emparentada con las reformas en materia electoral y de telecomunicaciones, nos encontramos frente a un viraje histórico que desanima al más utópico creyente en la posible transformación democrática del país. Las invasiones de la franja de Gaza y de Ucrania oriental por los aliados de Washington constituyen la contracara de la próxima "ocupación temporal" de todo México por Exxon-Mobil, Halliburton y Royal Dutch Shell. Y la "servidumbre legal" a la cual serán sometidas las tierras de los campesinos y los indígenas regresará el país a la esclavitud colonial.
Quienes celebran la supuesta introducción del "libre mercado" en la industria energética ignoran por completo los principios más elementales de la economía moderna. En el mundo entero la extracción de los recursos naturales y la provisión de la electricidad se consideran "monopolios naturales". Constituyen áreas de la economía que requieren de inversiones de capital fijo tan importantes y economías de escala tan grandes que la libre competencia es simplemente imposible o, en su caso, genera resultados ineficientes, con menos producción y precios más altos.
Solamente las empresas más poderosas pueden "competir" en materia energética y únicamente cuando el Estado les otorga control exclusivo sobre un yacimiento o una fuente específica de energía. Así que es una vil mentira que con la contrarreforma energética veremos el fin de los monopolios o una reducción de precios. Únicamente habrá un descarado reparto del actual monopolio estatal entre varios diferentes monopolios privados controlados por amigos y socios delPRIANRD. Las rentas monopólicas que hoy corresponden a la nación mañana llenarán los bolsillos de la oligarquía nacional y los especuladores internacionales.
Las petroleras trasnacionales protegerán a toda costa sus nuevas inversiones monopólicas. La represión a la protesta social y la cancelación de la libertad social que han caracterizados el primer año y medio del actual sexenio son apenas el inicio de un proceso secular de consolidación autoritaria. Tanto el gobierno mexicano como los gobiernos de los países sedes de las petroleras cada día intervendrán con mayor ahínco para detener la inevitable efervescencia social que acompañará el despojo del pueblo y sus tierras...
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