Los reyes del mundo (2)
El Islam frente al ídolo Dinero
02/06/2015 - Autor: Prof. Yahia ibn Said Al Andalusi
Dinero
El capitalismo y su versión estatista, el comunismo “a la bolchevique”, que no debería ser confundido con el socialismo nunca, aunque la propaganda ha hecho de estas dos etiquetas sinónimos, cuando se trata en realidad de sistemas muy diferentes, se erige sobre principios diametralmente opuestos a la ética del Islam.
El capitalismo, simplemente no puede funcionar, al menos en el sentido hacia el cual ha evolucionado, sin la usura, de hecho, al capitalismo actual podríamos denominarlo “financismo”,
ya que se trata básicamente, no ya de un sistema de trabajo e intercambio, sino en un sistema de endeudamiento creciente de las masas, en favor de un reducidísimo grupo de banqueros, que ni por asomo llegan a constituir una clase, sino simplemente un pequeño club.
Debe anotarse al margen que en este sentido el comunismo soviético de Stalin, fue mucho mas radical, pero justamente la eficacia del capitalismo occidental para esquilmar a la población radica en sus sutilezas, y en una excelente propaganda.
En el sistema bolchevique, era muy obvia la existencia del “club”, la burocracia soviética, y no debemos confundir esto con el capitalismo de estado, estamos rápidamente refiriendonos puramente al comunismo bolchevique. En el capitalismo, en cambio, si bien por algún “error” en su camuflaje podríamos tener “firmes sospechas” de Rotchild, de Goldman And Sachs, de Alan Greenspan, y unos diez o quince mas, el “club” permanece oculto, solo se muestran sus gerentes, Greenspan por ejemplo, y sus técnicos, Milton Friedman por citar uno.
El asunto es que ambas guerras mundiales, paradógicamente tuvieron un efecto muy positivo para el capitalismo, vencedor en ambas, ya que al menos para la población de USA, cuando la guerra destruyó las industrias alemana, italiana y japonesa, y además permitió en base a los crímenes de los nazis, demonizar en conjunto y sin discriminaciones las ideas, incluso económicas de los vencidos,el capitalismo se erigió como el “salvador de la humanidad”. Por otra parte aquel capitalismo, que tomaba de las ideas de Keynes, era netamente industrial, y si bien ya se estaban movilizando los resortes de la usura, y mucho, existía una base productiva que permitió crear el estado de bienestar, sin embargo, la empresa capitalista no puede funcionar sin capital, es decir, sin crédito, y en el capitalismo invariablemente el crédito implica usura.
Lógicamente, para que un sistema perdure, debe tener buena prensa y en esto los capitalistas se han ganado el primer puesto, han explotado al máximo los horrores del nazismo, la violencia del Partido Fascista Italiano, las atrocidades de Stalin y el comunismo ruso, presentando el capitalismo liberal y la democracia de partidos políticos, indisociablemente unidos, como el único bueno de las terribles luchas del siglo XX. Hasta tal punto fue efectiva esta propaganda que buena parte de las izquierdas actuales no dudan un instante en coincidir con la CNN, FOX, etc, en demonizar todo y sacralizar el capitalismo y los partidos políticos, como si estos fuesen la democracia en sí, y aquel el único sistema justo y posible, o en asumir posturas similares a las del stalinismo, convirtiendose así en un elemento funcional al capitalismo.
En el siglo XXI, el capitalismo se ha vuelto, a la fuerza y por el grado de evolución alcanzado en el saqueo y la concentración sistemática de la riqueza en manos del “club” de banqueros, un tanto obvio, ya no es posible ocultar el hecho de que la Reserva Federal de USA, no es mas que un banco privado, que presta dinero al gobierno y luego lo recupera con intereses, que el Banco mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, por no decir obviamente el FMI, son simples prestamistas usureros, al igual que en diversas escalas, todos los bancos capitalistas. Se trata simplemente de generar deudas, que luego son representadas por nuevos billetes impresos, aquí está el “chiste”, el respaldo de cada Euro, de cada dólar, no es otra cosa que un valor que alguien debe y este “alguien” puede ser tanto un estado soberano, como una empresa o un simple trabajador, el asunto se complica mas y mas, si observamos que además de la usura inherente a este sistema, los bancos prestan a estados, empresas y personas que no pueden devolver el dinero mas los intereses, algo se hace obvio: cada billete representa una cuota-parte de una deuda, se respalda en los bienes del deudor, y estos irán a ser, tarde o temprano, propiedad del banco, lo son de hecho desde el momento en que alguien estampa su firma en una solicitud de crédito, muchas empresas hoy, han recurrido tanto al crédito, que trabajan de hecho para pagar sus obligaciones bancarias, pagan sueldos, claro, a personas que también deben dedicar su sueldo a pagar obligaciones usureras, hasta que el banco logra ejecutar las garantías luego de hacer imposible el pago, generalmente tras refinanciaciones de la deuda que cada ves atan mejor al deudor al prestamista.
Así, resulta ser que los que deciden sobre los bienes de las personas, las empresas y los estados, no son ni los votantes, ni los accionistas, ni las personas en sus respectivos casos, sino los bancos y en última instancia, los diez o veinte banqueros que conforman el club, ¿acaso alguien con sentido común puede llamar a esto democracia? ¿Acaso no se ha hecho evidente hoy el porque la usura es totalmente ilícita?
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