Cómo responder a las actitudes hostiles
¿Cómo debemos responder a las actitudes hostiles hacia los creyentes?
13/11/2015 - Autor: Redaccion Revista Cascada - Fuente: Revista Cascada
La benignidad y la tolerancia son indispensables a la hora de comunicar un mensaje.
Cualesquiera que sean las condiciones en las que se encuentre, un creyente no debe salirse del marco de los buenos modales, la cortesía y la decencia, para que los otros atribuyen la totalidad de sus actos a la fe. Incluso si debe hacer frente a situaciones extremas o a posturas inflexibles, un creyente no debe desviarse de su conducta. Si examinamos la vida del profeta Muhammad, la paz y las bendiciones sean con él, vemos que nunca cambió sus modales, incluso en momentos en los que fue desafiado por Abu Yahl, un hombre que cometió los actos más viles en su oposición al Profeta.
En ocasiones descubrimos un tono amargo en algunos pasajes del Corán referidos a la incredulidad y a los no creyentes. A pesar de ello, debemos aclarar que este estilo duro va dirigido contra los pensamientos y las ideas retorcidas, no hacia las personas. El mensaje coránico no coloca ningún individuo como un oponente simplemente por ser quien es. Es hacia los pensamientos profanos y los puntos de vista negativos —que no son exclusivos de ciertas personas, sino que siempre han existido y seguirán existiendo— contra lo que el Corán se manifiesta con más dureza. Esta es una lección que los creyentes deben aprender del Corán en sus relaciones con los otros.
Esta actitud que debe ser adoptada no sólo entre personas, sino también entre estados. Este concepto queda clarificado con un ejemplo del Corán. El mensaje de Dios a Moisés, la paz sea con él, antes de su encuentro con el Faraón, fue: «Mas habladle con palabras dulces, así que reflexione y sea considerado o sienta temor reverencial (hacia Mí y actúe con humildad)» (Ta Ha, 20:44). Hay que hablar suavemente y con palabras amables, incluso si tienes que vértelas con el Faraón –el Faraón que te somete a ti y a tú nación a la opresión y a la violencia. Otro punto destacable de esta aleya es que une la reflexión y la conciencia de Dios a las «palabras amables». De lo cual puede inferirse el sentido inverso: «en caso de que te dirijas a él con virulencia, no reflexionará ni tomará conciencia». Así, la benignidad y la tolerancia son indispensables a la hora de comunicar un mensaje, sea quien sea su destinatario.
Es decir, un creyente debe permanecer siempre en el ámbito de una actitud amable, un estado amable, un corazón amable, una conciencia amable, y un lenguaje amable, para poder servir a los demás con la verdadera guía. De lo contrario, todos los estados y las actitudes de los que no se han suavizado, fundido y moldeado en este espíritu profético serán artificiales y vacías. Estas personas falsas pueden sonreír durante un tiempo, pero acabarán sacando los dientes y presentando su genuina naturaleza en los momentos decisivos. ¿Durante cuánto tiempo puede una luciérnaga hacer creer a los astrónomos que es una estrella?
A la luz de estos criterios, es posible comprender un dicho sobre el descenso del Mesías, al final de los tiempos, en el cual se dice que vendrá con un mensaje «sin una mano para aquellos que golpean, sin palabras para aquellos que maldicen, sin corazón para aquellos que rompen corazones»… aunque algunos pueden considerar esta consideración fuera de lugar.
El ejemplo de Bediuzzaman, el cual fue en su tiempo perseguido, es unívoco. Se preocupó de comunicar las verdades de la fe incluso a los que habían sido sus más despiadados e inhumanos verdugos, y nunca se sintió ofendido. ¿Acaso los creyentes no han realizado todos los esfuerzos para hacer brillar las inspiraciones de sus almas ante los que cavaron zanjas y los empujaron en ellas? 1
Comunicarse con alguien, o propagar un mensaje, es imposible por medio del clamor o de la rabia, de la violencia o de la ira. Tal vez la violencia haya sido considerado alguna vez como un método o herramienta; pero el tiempo la ha invalidado. Hoy en día, el principio de la persuasión es dominante, y lo será en el futuro. Hoy en día los devotos del amor deben alcanzar el estadio arriba señalado, y deben ejercitarse de forma continua para ello.
Como hemos mencionado, en los últimos tiempos el Mesías descenderá a la tierra con el fin de cumplir con esta misión significativa, incluso si se encuentra en la esquina más remota del otro mundo. Pero este descenso depende del significado y del espíritu dentro de un cuerpo colectivo representativo. Sí, va a descender como molde de ese significado. Si ese espíritu faltase, creo, su descenso corporal no significaría nada. Para concluir, debemos saber que la resurrección, en los últimos tiempos, se realizará por medio del revivir de las respiraciones de los héroes del amor que personifican los estados mansos, las actitudes apacibles, los corazones amables y las palabras suaves.
Nota
1. Ver Corán 85:4, con la referencia a los tiranos que cavaron zanjas de fuego y mataron a los creyentes.
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