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sábado, 28 de noviembre de 2015

Estados Unidos y Rusia, ¿una nueva 'Guerra Fría' retórica?

Estados Unidos y Rusia, ¿una nueva 'Guerra Fría' retórica?

Rusia anunció la adición de más misiles nucleares y un submarino ruso fue detectado cerca de los cables bajo el océano que unen EU y Europa
Por Michael Martínez
Domingo, 01 de noviembre de 2015 a las 09:22
Los especialistas consideran las acciones de Putin como juegos de poder (Reuters).
Los especialistas consideran las acciones de Putin como juegos de poder (Reuters).
(CNN) — Llámalo provocaciones, agresiones o meras maniobras, pero las acciones de Rusia hacen eco de la pasada Guerra Fría, que terminó hace un cuarto de siglo, según los analistas.
Considera esto: el líder ruso, Vladimir Putin, anuncia la adición de más misiles nucleares y está construyendo una nueva generación de los no nucleares que podrían atacar suelo estadounidense. También, Rusia interviene militarmente en Siria, más de un año después de que se anexó Crimea, en Ucrania.
Luego están los submarinos rusos desencadenantes de alarmas en EU, ya que están cerca de los cables bajo el océano vitales para el servicio de datos entre Europa y Norteamérica, el buque de guerra ruso frente a la costa este de Estados Unidos, y los aviones de reconocimiento rusos que esta semana volaron en el Pacífico demasiado cerca del USS Ronald Reagan, al presidente homónimo se le atribuye haber puesto fin a la Guerra Fría.
Esto es suficiente para plantear una pregunta tan provocativa como la propia conducta de Rusia: ¿están emergiendo las sombras de una nueva Guerra Fría?
"En los últimos meses, informes de prensa y expertos han estado demasiado ansiosos por llamar al actual conflicto con Rusia la 'segunda Guerra Fría'", escribió Dmytro Hryckowian, investigador asociado del Consejo de Política Exterior Americana.
"De hecho, mientras Rusia amenaza con una nueva escalada nuclear y la OTAN aumenta sus fuerzas en Europa del Este, la situación parece haber retrocedido medio siglo", escribió Hryckowian en un artículo de opinión del pasado mes de agosto en US News & World Report.
Pero las continuas tensiones no crean "una nueva Guerra Fría" porque el Kremlin hoy está más interesado en la expansión territorial y la retórica ultranacionalista que en el dogma de la Guerra Fría de la revolución comunista, dijo Hryckowian.
Aún así, los últimos enfrentamientos Este-Oeste han sido lo suficientemente graves como para advertir de una "política suicida peligrosa" en un informe sobre 40 encuentros militares entre Rusia y Occidente el año pasado.
Una 'nueva Unión Soviética'
El teniente general Mark Hertling, analista militar de CNN, dijo que Putin está tratando de construir una "nueva Unión Soviética", una referencia a la Rusia de la Guerra Fría, al intervenir en los países vecinos y otros más lejanos.
"Creo que lo que estamos viendo ahora es un intento de Putin para pasar de la defensiva estratégica a la ofensiva estratégica, no solo en Ucrania, no solo en Siria, sino en otros lugares como Moldavia, amenazando Polonia, amenazando el Báltico", dijo Hertling.
"Por lo tanto, vamos a ver el continuo énfasis del señor Putin por ir a lugares donde Rusia no ha ido antes para fortalecer su imperio, y tal vez incluso traer de regreso lo que muchas personas están llamando la 'nueva Unión Soviética'", dijo Hertling.
A principios de este mes, el secretario de Defensa estadounidense, Ashton Carter, declaró que Rusia es "un desafío serio" y dijo que sus "agresiones" son "una nueva realidad para nosotros".
Carter acusó a Rusia de socavar la soberanía de los países vecinos y desestabilizar la seguridad europea mediante la anexión de Crimea.
Siria, una guerra de poder como en la Guerra Fría
En la guerra civil de Siria, el ejército ruso ha intensificado su presencia por tierra, mar y aire, y los funcionarios rusos han afirmado que su armamento se dirige contra los extremistas de ISIS y su infraestructura.
"El objetivo es el terrorismo. Y no estamos apoyando a nadie contra su propio pueblo. Luchamos contra los terroristas”, dijo el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov.
Pero algunos analistas comparan el conflicto de Siria a una guerra de poder que emerge entre Rusia y Estados Unidos, al igual que en los viejos tiempos de la Guerra Fría.
"Estamos de vuelta al tablero de ajedrez geoestratégico, y esta es la decisión de Rusia. Ellos pusieron un "caballo" en Medio Oriente", dijo el ex Supremo Comandante Aliado de la OTAN Wesley Clark.
Funcionarios estadounidenses han acusado al Kremlin de utilizar su poder militar para apoyar a su aliado el presidente Bachar al Asad y dirigirse contra los rebeldes opuestos al régimen.

Ucrania, crucial para lo que ocurra más allá de sus fronteras

Rusia, que aprovecha que la atención internacional esté dispersa en Iraq, China o el ébola, ha causado problemas en la UE desde hace años
Por Andrew Wilson, especial para CNN
Jueves, 13 de noviembre de 2014 a las 10:33
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Para Rusia y su presidente Vladimir Putin, así como para Ucrania, se avecina un invierno difícil (Reuters).
Para Rusia y su presidente Vladimir Putin, así como para Ucrania, se avecina un invierno difícil (Reuters).
Lo más importante
  • Rusia no ha terminado, ni siquiera en Ucrania, escribe Andrew Wilson
  • Rusia también quiere que Ucrania fracase, señala
  • Todos los vecinos de Rusia, amigos o enemigos, están preocupados
  • Wilson opina que lo que ocurra en Ucrania también es crucial para lo que ocurra más allá de Ucrania

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citaParte del problema es que nuestra atención está dispersa, lo que Rusia ha aprovechado constantemente para obtener lo que quiere
Andrew Wilson, investigador del Consejo Europeo de Relaciones Exteriorescita
Nota del editor: Andrew Wilson es investigador sénior de políticas en el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores. Su libro más reciente, Ukraine Crisis: What it Means for the West, está disponible en formato electrónico e impreso.
(CNN)— ¿Podemos decir que la crisis en Ucrania es tan importante como enfrentar a ISIS (también conocido como Estado Islámico), el ébola o lo que ocurre en el mar del sur de China?
Una respuesta inicial sería que parte del problema es que nuestra atención está dispersa, lo que Rusia ha aprovechado constantemente para obtener lo que quiere. Rusia maximizó sus envíos de armas y hombres al este de Ucrania en agosto y septiembre, lo que coincide con el punto más álgido de la crisis en Iraq. Los llamados de personajes como el excanciller ruso Igor Ivanov a que "considerando las amenazas que nos rodean, tenemos que encontrar la forma de salir del lío ucraniano lo más pronto posible" desafortunadamente atraen a muchos, pero nos invitan a ignorar nuestros intereses auténticos.
En la cumbre de la OTAN que se llevó a cabo en Gales en septiembre no pareció que fuera importante el tema de Ucrania. Su resultado fue algo parecido a un plan para ISIS y algunos paliativos para la próxima posible crisis en Europa del Este, que comprenden intensificar la seguridad en Polonia y los países bálticos. Pero se hizo poco para ayudar a Ucrania en este momento. Los aplausos interrumpieron en 40 ocasiones el discurso que Petro Poroshenko, el presidente de Ucrania, dio ante el Congreso, aunque su agudo comentario de que "no se puede ganar una guerra con mantas" solo logró que se recaudaran 54 millones de dólares (unos 689 millones de pesos) en asistencia no letal.
Claro que ISIS es enormemente importante. La crisis humanitaria en Siria e Iraq involucra a más de 10 millones de refugiados y personas desplazadas internamente. Se justifica que la amenaza de que los yihadistas regresen a casa, especialmente a países como Reino Unido, sea una de las principales preocupaciones. La cuestión, en primer lugar, es por qué tanta gente salió de Reino Unido para pelear. 
Pero además del problema del reclutamiento de militantes y del efecto búmeran del terrorismo en Europa, este no es un asunto sobre el entorno europeo.
Por otro lado, Ucrania es la frontera de Europa, literal y metafóricamente. El modus operandi de Rusia, del que las acciones más recientes en Ucrania son solo la parte más visible, no solo es un desafío al orden europeo, sino un desafío que hace explotar peligrosamente los muchos problemas que existen dentro de la Unión Europea.
Así que aquí hay una lista de razones para estar preocupados. Rusia no ha terminado, ni siquiera en Ucrania. Los territorios que sus intermediarios controlan en la región de Donbass no tienen sentido histórico ni económico. Crimea está aislada.
Rusia también quiere que Ucrania fracase. La historia que empezó con el levantamiento de febrero en Kiev tenía el fin de cambiar a Ucrania para mejorar. Luego se volvió la lucha de Ucrania por sobrevivir como Estado. Los electores ucranianos demostraron en las elecciones de octubre que deseaban intensamente que las cosas estuvieran como al principio. Pero está claro que Rusia no quiere que eso ocurra. Si Ucrania no logra transformarse, será uno más de la serie de Estados disfuncionales que rodean a la Unión Europea.
Todos los vecinos de Rusia, amigos o enemigos, están preocupados. Rusia ha estado creando un espacio mediático alterno en los Estados bálticos desde hace años. Está interfiriendo descaradamente en las próximas elecciones de Moldavia.
A los Estados como Kazajistán, que tienen líderes que envejecen y minorías rusas, les preocupa que las crisis sucesorias se vuelvan crisis secesionistas. Azerbaiyán usó la crisis como excusa para emprender una represión política; las disputas con su vecino, Armenia, casi causaron una guerra en agosto.
Rusia y Ucrania están enzarzadas en una espiral de decadencia económica. Se pronostica que el PIB de Ucrania caerá un 10% este año. Ucrania también tiene una crisis humanitaria: la ACNUR estima que la cantidad de desplazados internos era de 445,000 hasta el 10 de noviembre. La economía rusa ya agonizaba antes de que los precios del petróleo comenzaran a caer.
Los Estados de la Unión Europea, como Alemania, finalmente empezaron a sentir el peso de las sanciones, lo que ocurre desafortunadamente en un mal momento ya que la zona euro se está estancando otra vez.
Ninguno de los escenarios luce bien: que Putin sobreviva a las penurias o la economía rusa realmente colapse; que las penurias provoquen una crisis interna en Rusia, o que los países moderados de la UE diluyan las sanciones antes de que dejen sentir todos sus efectos.
Rusia será blanco fácil de la retórica radical mientras Estados Unidos se enfila hacia las elecciones de 2016 ya que hay pocos intereses empresariales estadounidenses en Rusia.
Lo que ocurra en Ucrania también es crucial para lo que ocurra más allá de Ucrania. Los proyectos como el gasoducto del sur tienen más importancia por la corrupción que propician en Europa que por la energía que pueden transportar. Rusia ve con buenos ojos que Serbia se incorpore a la UE con el fin de tener otro Estado miembro de su lado.
Rusia no creó partidos anti-UE de izquierda y de derecha, ni movimientos nacionalistas opositores a los Estados-nación de la UE, tampoco propició el cinismo posmoderno que reina entre la juventud europea. Sin embargo, sus canales propagandísticos y los trolls de internet los empujan poco a poco. El lema de Rusia en estos días es "cuestiona más", no creas todo lo que decimos sobre Rusia. Su estrategia es sembrar la duda, el cinismo y las teorías de conspiración en Occidente.
La propaganda específica sobre Rusia o Ucrania queda enterrada en una mezcla posmoderna. Se avecina un invierno difícil. Si las sanciones persisten en los niveles actuales, Rusia sentirá los efectos en seis meses. Pero Ucrania tiene que llegar antes y el riesgo de que haya más crisis y de que el conflicto se reanude es muy real.
Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a Andrew Wilson.

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