La gran batalla pendiente contra el 'cibercalifato'
El que fuera coordinador contra el terrorismo de EEUU pide más potencia en las actuaciones contra Daesh en las redes sociales
La guerra está abierta. Yen todos los frentes. Hay una guerra física, una batalla física: los atentados terroristas del autodenominado Estado Islámico. En esa guerra están sus atentados de París. Pero está la guerra de la propaganda, la guerra de la publicidad, la otra «guerra del miedo».
Lo describe con precisión de cirujano, del que sabe perfectamente de lo que habla. Y habla del plano virtual, del ciberespacio como otro de los grandes terrenos de juego, otro de los frentes. Quien así se muestra ha estado al frente durante tres años de una de las zonas más sensibles de la inteligencia contra terrorista de Estados Unidos. Alberto Fernández, embajador del servicio exterior, fue coordinador del Centro Estratégico de Comunicaciones de Contraterrorismo del Departamento de Estado.
Ya sabe. Y sabe mucho de lo que es combatir a Estado Islámico en las redes. El habla de la batalla contra el «cibercalifato». Sin duda, el terror es más terror cuando se consigue difundir. Y eso lo sabe Estado Islámico, «y por su ministerio de la propaganda» mantiene un sofisticado sistema de comunicación, una red de redes para distribuir su «material», sus vídeos, sus mensajes, su miedo.
Fernández es claro: hubo una primera etapa en la que Estado Islámico campó a sus anchas en el ciberespacio, pillando a Occidente con el pie cambiado. Ahora, la situación ha empezado a controlarse. Asegura que existen ya redes sociales que están colaborando con más celeridad a la hora de cortar de inmediato la difusión de los contenidos terroristas, los vídeos con sus atrocidades. Habla bien de Facebook, cuestiona aún el papel de Twitter y de Youtube. Y alerta sobre otra red, Telegram, que está siendo clave en la difusión de los mensajes de Estado Islámico. Recuerda que pese a ser una empresa creada por alemanes y rusos, el primer idioma de sus usuarios es el árabe.
Aunque la batalla se está ya dando también en el ciberespacio contra Estado Islámico, este especialista defiende que aún hay mucho trecho por recorrer y reclama actuaciones en redes más coordinadas. Habla de voluntarismo a la hora de hacer frente a este fenómeno y también constata precisamente que es una «red de voluntarios» la que se encarga de la difusión de los mensajes del ministerio de la propaganda de los terroristas. Fernández apunta que la batalla -esta también- se está ganando poco a poco. Y puso un ejemplo: Estado Islámico ha tratado de difundir mensajes durante los últimos meses por las redes sociales y ha fracasado. Uno de ellos, la campaña lanzada para que los sirios no huyeran, los mensajes a los refugiados para que no fueran a Europa. Sus esfuerzos fueron, han sido y son baldíos.
Este analista especializado se mueve entre dos términos para valorar el atentado de París: éxito y desesperación. Éxito, porque consigue lanzar su mensaje, sembrar el terror con la difusión de sus imágenes. Pero habla de desesperación porque se puede interpretar que Estado Islámico mira hacia fuera de sus fronteras, ya que ha sido incapaz de crear el califato prometido.
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