Preparación para la muerte física y el adiestramiento del ego, nafs
Hay un tiempo para morir y un tiempo para vivir. Lo propicio es vivenciar plenamente estos dos opuestos complementarios. Cuanto más se acepta la muerte, más se vive la vida
04/08/2010 - Autor: Hayy Abdallah Tawfiq Velasco - Fuente: Webislam
Pero, ciertamente junto a vosotros hay ángeles escribas, honorables, que registran en el cielo vuestras acciones. Saben lo que hacéis (Sura 82: 10-1
Ángeles registrando por escrito las acciones de los hombres. Dice el Corán:
"Hemos creado al hombre y sabemos lo que su alma le susurra, porque estamos más cerca de él que su yugular. Ya que dos ángeles, sentados uno a su derecha y otro a su izquierda, anotan todo cuanto dice. No pronunciará palabra alguna sin que junto a él esté presente un observador que la registre" (Corán, Sura 50: 6-8).
"Pero, ciertamente junto a vosotros hay ángeles escribas, honorables, que registran en el cielo vuestras acciones. Saben lo que hacéis" (Corán, Sura 82: 10-12).
Allah y su mensajero (sws), aconsejan en esta vida tan corta, ser conscientes de la muerte y estar preparados para cuando venga. Aprender el proceso de la muerte, prepararse para el tiempo en la tumba y la vida después de la resurrección.
Ibn Umar nos ha transmitido: "Cierto día llegué hasta el Profeta (sws), y un hombre de la tribu de los Ansâr se levantó y dijo:
- ¡Oh Profeta de Allah, ¿quién es el hombre más sagaz y prudente entre las gentes?-, y él replicó:
- Aquellos que tienen más conciencia de la muerte y se preparan para ella. Ellos son los más sabios y nobles entre las gentes, y obtendrán una gran recompensa en la Otra”
La muerte del nafs y la muerte física están relacionadas con el “regreso” a Allah.
La primera, “morir antes de morir” es el “regreso voluntario”, el camino de perfección espiritual; la segunda, es el “regreso obligatorio”, la muerte física y la resurrección del cuerpo.
“Las personas están dormidas, pero al morir despiertan”
Morimos como vivimos y resucitamos como morimos. En la proximidad de la muerte aparece la “revisión” de la vida, el intelecto discrimina entre las acciones correctas e incorrectas facilitando un estado de felicidad o desdicha. El modo de estar en la tumba,barsaj vendrá determinado por la forma en que hemos vivido. En ambos estados se da la “corporeización” de las obras y significados.
Hay que estar preparados para el momento de la muerte ya que no sabemos cuando va a llegar, aunque ya esté prefijado el día y lugar de la misma. Estamos moralmente obligados a aceptar la muerte y estar listos para dejar este mundo en el mejor estado espiritual posible y de cercanía a Allah, y entender los diferentes procesos por los que pasa el espíritu.
Con la intención de trabajar la experiencia del ineludible hecho de la muerte hemos elaborado un encuentro-taller que se realizará, inshaAllah, en Almodóvar del Río, Córdoba, del 25 al 30 de agosto del 2010. Es un encuentro para tomar consciencia de la propia muerte, al-mawt, y la muerte de los demás. El taller es un paseo alrededor de la vida y de la muerte. En él contemplaremos las transformaciones saludables que se darán en cada persona, además del aprendizaje de los ritos mortuorios.
Heidegger, en su obra cumbre Ser y Tiempo, dice que el hombre es un “ser para la muerte” anunciando la no continuidad de la existencia terrena, en donde el Ser, ante la situación extrema de la muerte, tiene la posibilidad de abrirse a así mismo viviendo la experiencia de la muerte en plena autenticidad.
Ser ahí en el mundo, Dasein, el Din, o modo de transaccionar en la existencia, nos obliga noblemente a estar conscientes en cada instante de los aconteceres, del momento de la muerte, el tiempo en la tumba, el Día de la Resurrección y el Juicio Final.
"Toda alma probará el sabor de la muerte"
Desde que el hombre nace ya es una criatura con la vida empeñada y muriendo en cada aliento. Si el primer hálito es la llegada a éste mundo, con el último sale por la boca el ego, nafs, y también el espíritu ruh.
El ser humano está habitado por los atributos del al-Muhyii, el Dador de Vida y al-Mumiit, el Dador de Muerte. Así, vida y muerte representan ambos lados de la espada, en donde el filo, el interespacio o barsaj, señala al espíritu, ruh, el aliento espiritual. La muerte es el triunfo del espíritu desencarnado sobre la materia.
El Creador de los Mundos nos ha nombrado Sus jalifas, adoradores en este mundo y en el otro. Ha dispuesto la creación en Su Presencia.
Hay un tiempo para morir y un tiempo para vivir. Lo propicio es vivenciar plenamente estos dos opuestos complementarios. Cuanto más se acepta la muerte, más se vive la vida.
Es aconsejable vivir de cara a la muere, no de forma obsesiva ni deseándola, sino en contemplación del devenir de la misma, pues ya, desde la cuna se muere para la tumba.
Es recomendable tener conocimiento de los ritos mortuorios. Saber acompañar al moribundo en su hora postrera, aprender a eliminar los rasgos negativos del carácter (chapapote) “muere antes de morir”, y adquirir un noble comportamiento.
Ante el hecho de la muerte, hay un puñado de atributos imprescindibles: recordar a Allah en todo momento, someterse Su voluntad y tener confianza en Él, un corazón puro y en sosiego, misericordia para con los demás, volverse hacia Allah y decir la testificación de fe en el último instante.
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