La organización Humans Right Watch no es “bienvenida” en la entidad sionista

La ocupación israelí niega permiso de trabajo a un trabajador humanitario de HRW Las autoridades de inmigración de la entidad sionista han negado el permiso de trabajo a un alto funcionario de Humans Right Watch (HRW) alegando que la ONG se dedica a hacer “propaganda” en favor de los palestinos y no a defender los derechos humanos. Según la denuncia difundida por la organización, el pasado 20 de febrero el Ministerio del Interior de la entidad sionista informó de que rechazaba la solicitud de trabajo para Omar Shakir, director en el terreno de la ONG, con el argumento de que “las actividades públicas e informes de HRW se adentran en la política” y están “al servicio de la propaganda palestina”. La valoración consta en un informe del Ministerio israelí de Asuntos Exteriores en el que se subraya que la ONG “alza falsamente el estandarte de los derechos humanos”. Shakir, estadounidense de origen iraquí, debía sustituir a otro funcionario que abandonó su cargo hace siete meses. Emanuel Najshón, portavoz de Exteriores, reiteró en declaraciones al diario Haaretz que la decisión de rechazar su petición para un visado de trabajo se origina en que HRW es una organización “con una agenda extremista y antiisraelí”. “La organización está al servicio de la propaganda palestina y actúa de forma insistente y clara contra el Estado de Israel, de forma tendenciosa e inapelable”, adujo. HRW denuncia en su comunicado que la negativa a conceder el visado a Shakir forma parte de los intentos de la ocupación israelí de limitar las actividades de los grupos de derechos humanos que trabajan en “Israel” y los territorios ocupados palestinos. “Esta decisión y la ilegítima justificación presentada deben servir de alerta a cualquier persona que se preocupe por el compromiso de ´Israel´ con los valores democráticos más básicos”, dijo Iain Levine, subdirector de Programas de Human Rights Watch. “Es decepcionante que el Gobierno israelí sea incapaz o no quiera distinguir entre la crítica legítima de sus acciones y una propaganda política hostil”, agregó.