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viernes, 4 de julio de 2014

Lecturas de Ramadan con Muhammad Asad: sura al-Baqara (La Vaca)

Lecturas de Ramadan con Muhammad Asad: sura al-Baqara (La Vaca)

Cuando la ley religiosa se convierte en una pesada carga para la comunidad tras tratar de averiguar más detalles respecto a una ley religiosa que en principio está expuesta en términos generales

03/07/2014 - Autor: Muhámmad AsadMishary Rashid Al-fasiReina Mora
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Introducción a Sura al-Baqara por Muhammad Asad
Este sura nos recuerda el propósito que subyace a la revelación del Qur'ân en su conjunto: necesidad de vivir conscientes a Dios.
En esta sura, versículo 106, se menciona la abrogación de todos los mensajes anteriores a judíos, cristianos... por el mensaje entregado al Profeta Muhammad (sas).
En ella se señala, una y otra vez, que la legislación del Qur'ân se ajusta a las necesidades reales de la naturaleza humana y por tanto no es sino una continuación de la ética que Dios ha brindado al homre desde el comienzo de la historia humana.
Dedica una especial atención a Abraham, el profeta patriarca que representa la creencia en la unidad de Dios presente en las tres grandes religiones monoteístas, así como a la creación del Templo de Abraham, la Kaaba, como dirección de "aquellos que se someten a Dios".
Este sura despliega la quíntuple doctrina coránica que podría sintetizarse en:
1. Dios es la fuente auto-suficiente de todo lo existente (al qayyum);
2. El hecho de Su existencia, reiterado por todos los profetas, es accesible al intelecto humano;
3. Una vida recta -y no solo en creencia- es el corolario necesario de esta comprensión intelectual;
4. La muerte física irá seguida de la resurrección y el juicio;
5. Y todos los que son verdaderamente conscientes de su responsabilidad para con Dios "nada tienen que temer y no se lamentarán".
¿Por qué se llama sura al-Baqara?
(67) Y HE AHÍ que Moisés dijo a su pueblo: “Dios os ordena que sacrifiquéis una vaca.” Dijeron: “¿Te burlas de nosotros?” Él respondió: “¡Dios me libre de ser tan ignorante!”. 
(68) Dijeron: “Pide de parte nuestra a tu Sustentador que nos aclare como ha de ser.”
Moisés respondió: “Dice que sea una vaca ni vieja ni demasiado joven, sino de medianaedad. ¡Haced, pues, lo que se os ordena!”
(69) Dijeron: “Pide de parte nuestra a tu Sustentador que nos aclare de que color ha de ser.” Moisés respondió: “Dice que sea una vaca amarilla, de color vivo, y agradable a la vista.”
(70) Dijeron: “Pide de parte nuestra a tu Sustentador que nos aclare como ha de ser, pues todas las vacas nos parecen iguales; así, si Dios quiere, seremos, ciertamente, bien dirigidos.”
(71) Moisés respondió: “Dice que sea una vaca no uncida para arar la tierra ni para regar los cultivos, intacta y sin manchas de ningún otro color.” Dijeron: “¡ Por fin has traído la verdad!” --y entonces la sacrificaron, aunque poco falto para que no lo hicieran. 
(1).
(1) Es decir, que su obstinación por conseguir precisiones cada vez mayores a la sencilla orden que les había sido revelada a través de Moisés, hizo casi imposible que pudieran cumplirla. En su comentario a este pasaje, Tabari cita la siguiente observación de Ibn Abbas: “Si en un principio hubieran sacrificado una vaca cualquiera a su elección, habrían cumplido con su deber; pero lo hicieron complicado y Dios se lo complicó.” Samajshari expresa sobre el particular un punto de vista muy similar. Parece ser que la enseñanza a extraer de esta historia apunta a un problema importante en toda jurisprudencia religiosa (y por tanto también en la islámica): a saber, lo desaconsejable de tratar de averiguar más detalles respecto a una ley religiosa que en principio está expuesta en términos generales --ya que, cuanto más numerosos y variados acaben siendo estos detalles, más complicada y rígida se volverá la ley. Este punto ha sido captado agudamente por Rashid Rida, quien, en su comentario al susodicho pasaje coránico (véase Manar I, 345 s.) dice: “Su enseñanza es que no deben realizarse indagaciones legales de modo tal que haga más complicadas las leyes.... Así fue como las primeras generaciones de musulmanes contemplaron el problema. No se complicaron la vida --y en consecuencia para ellos la ley religiosa (din) era natural, simple y liberal en la forma más directa. Pero los que vinieron más tarde añadieron ciertos requerimientos nuevos, deducidos por ellos mismos mediante razonamientos (ichtihad); e incrementaron de tal forma estos requerimientos adicionales que la ley religiosa se volvió una carga pesada para la comunidad.” Para un estudio sociológico de por qué las ordenanzas originales de la Ley Islámica --o sea, las que aparecen prima facie como tales en el Qur’an y en las enseñanzas del Profeta-- están casi siempre desprovistas de detalle, debo referir al lector a mi libro State and Government in Islam (pp. 11 ss. y passim). La importancia de este problema, ilustrado en la historia de la vaca --y entendido correctamente por los Compañeros del Profeta-- explica por qué este sura ha sido titulado “La Vaca”. (Véase también 5: 101 y las notas 120-123 corres- pondientes.)
¿Qué significa en realidad el número "siete" en el Qur'an?
(29) Es el quien ha creado para vosotros todo cuanto hay en la tierra, y volviéndose hacia el cielo lo conformó en siete (2) cielos; y sólo Él tiene pleno conocimiento de todo.
(2) El termino sama’ (“cielo” o “firmamento”) se aplica a algo que se extiende como una cubierta sobre otra cosa. De esta forma, el firmamento visible que se extiende como una bóveda sobre la tierra y que, por así decirlo, la cubre, es denominado sama’: este es el significado primario de este termino en el Qur’an; en un sentido mas amplio, posee la connotación de un «sistema cósmico». En cuanto a los “siete cielos”, debe tenerse presente que en árabe -y, al parecer, también en otras lenguas semíticas- el número “siete” es a menudo sinónimo de “varios” (véase Lisán al-Aarab), al igual que “setenta” o “setecientos” a menudo significa “muchos” o “muchísimos” (Tach al-Aarús). Esto, unido a la definición aceptada lingüísticamente de que “cada sama’ es un sama’ en relación a lo que tiene debajo” (Ragib), explicaría los “siete cielos” como una multiplicidad de sistemas cósmicos.
¿Quién es "enemigo de Gabriel"?
(97) DI Oh Profeta: “Quien sea enemigo de Gabriel” (3) -que, ciertamente, ha hecho descender en tu corazón esta escritura divina, con la venia de Dios, en confirmación de lo que aun queda de revelaciones anteriores, y como guía y buena nueva para los creyentes: (98) “quien sea enemigo de Dios, de Sus ángeles y de Sus emisarios, incluidos Gabriel y Miguel, debe saber que, ciertamente, Dios es enemigo de todos los que niegan la verdad.”
(3) Según diversas tradiciones auténticas, algunos jefes religiosos de los judíos de Medina decían de Gabriel que era “enemigo de los judíos”, y esto por tres razones: primero, decían que todas las profecías relativas a las desgracias que habrían de sobrevenir a los judíos durante las primeras etapas de su historia les habían sido transmitidas por Gabriel, que pasó, por ello, a ser para ellos un “precursor de la desgracia” (al contrario que el ángel Miguel, a quien consideraban portador de anuncios felices y, por consiguiente, su “amigo”); segundo, porque el Qur’an afirma repetidas veces que fue Gabriel quien transmitió el mensaje, y los judíos estaban convencidos de que sólo un descendiente de Israel podía merecer legítimamente la revelación divina; y tercero, porque el Qur’an -revelado a través de Gabriel- abunda en criticas a ciertas creencias y actitudes de los judíos, describiéndolas como contrarias al verdadero mensaje de Moisés. (Para un examen más detallado de estas tradiciones, véanse Tabari, Samajshari, Bagawi, Rasi, Baidawi, Ibn Kazir.)
¿Existe la abrogación en el Qur'ân?
(106) Si anulamos un mensaje o provocamos su olvido, lo sustituimos por otro mejor o semejante. (4) ¿No sabes que Dios tiene el poder para disponer cualquier cosa? (107) ¿No sabes que de Dios es el dominio sobre los cielos y la tierra y que nadie hay aparte de Dios que pueda protegeros ni prestaros auxilio?
(4) El principio prescrito en este pasaje -y que está relacionado con la sustitución de los decretos bíblicos por los contenidos en el Qur’an- ha dado lugar a una interpretación errónea por parte de muchos teólogos musulmanes. La palabra aya (“mensaje”) tiene también el significado de “versículo” del Qur’an (porque cada uno de esos versículos contiene un mensaje). Algunos estudiosos se apoyan en este sentido restringido del termino aya para deducir del susodicho pasaje que ciertos versículos del Qur’an fueron “abrogados” por orden de Dios antes de que finalizara la revelación del Qur’an. Aparte de lo fantasiosa que resulta tal afirmación -que nos evoca la imagen de un escritor que corrige las pruebas de su manuscrito, tachando un pasaje y sustituyéndolo por otro- no existe una sola tradición fiable acerca de que el Profeta declarase que un versículo del Qur’an había sido “abrogado”. El origen de la llamada “doctrina de la abrogación” pudiera estar en la incapacidad de algunos de los primeros comentaristas para reconciliar ciertos pasajes coránicos con otros: dificultad que era superada declarando que uno de los versículos en cuestión había sido “abrogado”. Este procedimiento arbitrario explica asimismo que no exista unanimidad en absoluto, entre los partidarios de la “doctrina de la abrogación”, sobre cuantos, y cuales, son los versículos del Qur’an que se ven afectados por ella; y tampoco, sobre si esta supuesta abrogación implica la cancelación total de dicho versículo del conjunto del Qur’an, o sólo una cancelación de la ordenanza, o declaración, específica contenida en él. Resumiendo, la “doctrina de la abrogación” carece por completo de base histórica y debe ser rechazada. Por otra parte, la aparente dificultad de interpretación del susodi- cho pasaje coránico desaparece inmediatamente si el termino aya se entiende, correctamente, como “mensaje” y si leemos este versículo juntamente con el anterior, que afirma que los judíos y los cristianos se niegan a aceptar cualquier revelación que venga a reemplazar a la Biblia: ya que, leído de esta forma, la abrogación se refiere a los mensajes divinos anteriores y no a una parte del Qur’an.
¿Por qué debemos los musulmanes defender sinagogas, iglesias y otros templos de adoración al Dios Único?
(114) ¿Y quien es más malvado que aquel que impide que se mencione el nombre de Dios en cualquiera de Sus casas de adoración y se esfuerza por arruinarlas? Esos no deberán entrar en ellas sino con temor. (5)Sufrirán humillación en esta vida; y en la Otra Vida un terrible castigo.
(5) Es uno de los principios fundamentales del Islam que toda religión que tenga como punto focal la creencia en Dios es digna de total respeto, sin importar lo mucho que se discrepe de sus dogmas particulares. Por ello, los musulmanes están obligados a honrar y proteger cualquier casa de adoración dedicada a Dios, ya sea una mezquita, una iglesia, o una sinagoga (cf. el segundo párrafo de 22:40); y el Qur’an condena como sacrilegio cualquier intento de impedir a los seguidores de otra religión la adoración de Dios según su entendimiento. Un ejemplo esclarecedor de este principio lo muestra el tratamiento que el Profeta dio a la delegación de cristianos de Nachran, en el año 10 heg. Se les dio libre acceso a la mezquita del Profeta y, con su total consentimiento, celebraron allí sus ritos religiosos, a pesar de que su adoración de Jesús como “el hijo de Dios” y de María como “la madre de Dios” estaban en claro desacuerdo con las creencias islámicas (véase Ibn Saad I/1, 84 s.).
¿Cuál es el origen de la Kaaba?
(125) Y, HE AHÍ, que hicimos del Templo un centro al que la gente pudiera acudir una y otra vez, y un lugar de refugio: tomad, pues como lugar de oración el lugar en el que Abraham se situaba. (6).
(6) El Templo (al-bait) -lit., "la Casa de Adoración"- que aquí se menciona es la Kaaba de Mecca. En otros pasajes es mencionado en el Qur'an como "el Templo Antiguo" (al-bait al-aatiq), y con frecuencia también como "la Casa Inviolable de Adoración" (al-masyid al-haram). Se dice que su prototipo fue construido por Abraham como el primer templo dedicado al Dios Unico (véase 3:96), y que por tal razón ha sido fijado como dirección de la oración (qibla) de todos los musulmanes y como meta de la peregrinación anual (hach). Es de resaltar que aún antes del Islam, la Kaaba estaba asociada al recuerdo de Abraham, cuya personalidad ha permanecido siempre en un primer plano en el pensamiento árabe. Según tradiciones árabes muy antiguas, fue en este emplazamiento, que más tarde se convertiría en Mecca, en donde Abraham, para apaciguar a Sara, abandonó a su esclava egipcia Hayar y al hijo de ambos, Ismail, a los que había traído desde Canaán. Esto no resulta en absoluto improbable teniendo en cuenta que para un beduino (y Abraham ciertamente lo era) un viaje en camello de veinte, o aun treinta, días nunca ha sido nada fuera de lo normal. A primera vista, la aseveración bíblica (Génesis 21 14) de que fue "en el desierto de Bersheba" (es decir, en la punta sur de Palestina) donde Abraham dejó a Hayar e Ismail, podría parecer contradictoria con la descripción coránica. Sin embargo, tal aparente contradicción desaparece tan pronto como recordamos que para los antiguos hebreos de las ciudades el termino "desierto de Bersheba" comprendía todas las regiones desérticas al sur de Palestina, incluido el Hiyás. Hayar e Ismail acabaron asentándose en el lugar donde fueron abandonados y en donde luego descubrirían el manantial que hoy se denomina Pozo de Samsam; y puede ser que precisamente ese manantial indujera a un grupo nómada de familias beduinas pertenecientes a la tribu sureña (qahtani) de Yurhum a asentarse allí. Pasado el tiempo, Ismail se casó con una joven de esa tribu, con lo que se convirtió en progenitor de las tribus llamadas mustaariba ("arabizadas") -llamadas así por descender de un padre hebreo y una madre qahtani-. En cuanto a Abraham, se dice que visitó a menudo a Hayar e Ismail; y que con ocasión de una de esas visitas periódicas construyó, con la ayuda de Ismail, la estructura original de la Kaaba. (Para una descripción mas detallada de la tradición abrahámica, véanse el Sahih y el Kitab al-Ilm de Bujari, Tarij al-Umam de Tabari, Ibn Saad, Ibn Hisham, el Muruch ad-Dahab de Masuudi, el Muayam al-Buldan de Iaqut y otros historiadores musulmanes antiguos.)
¿Cómo y cuándo se fija la qibla?
(142) LOS NECIOS de entre la gente dirán: "¿Que les ha apartado de la dirección en la que oraban hasta ahora?" (7).
(7) Antes de ser llamado a su misión profética, y durante el primer período de esta, transcurrido en Mecca, el Profeta -y con él su comunidad- oraban en dirección a la Kaaba. Esto no era a causa de una revelación específica, sino debido al hecho de que la Kaaba -si bien con el paso del tiempo se había llenado de aquellos ídolos a los que los árabes pre-islámicos rendían homenaje- fue considerada siempre como el primer templo dedicado al Dios Unico (cf. 3: 96). El Profeta, consciente de la santidad de Jerusalén -el otro centro sagrado de la fe unitaria- rezaba, por lo general, frente a la cara sur de la Kaaba, en dirección al norte, para así quedar mirando tanto a la Kaaba como a Jerusalén. Después del éxodo a Medina, siguió aún rezando en dirección al norte, teniendo ahora por qibla (dirección de la oración) sólo Jerusalén. Sin embargo, pasados aproximadamente dieciséis meses de su llegada a Medina, recibió una revelación (versículos 142-150 de este sura) que fijó definitivamente la Kaaba como qibla de los seguidores del Qur'an. Este "abandono" de Jerusalén evidentemente desagradó a los judíos de Medina, que debían sentirse complacidos viendo cómo los musulmanes rezaban en dirección a su ciudad sagrada; y, precisamente, a ellos va dirigida la frase inicial de este pasaje. Si se examina el asunto desde el punto de vista histórico, no hubo tal cambio en los mandamientos divinos respecto de la qibla, porque nunca había existido una normativa a este respecto antes de que fueran revelados los versículos 142-150. Su vinculación lógica a los pasajes anteriores, que en su mayoría se ocupan de Abraham y de su fe, reside en el hecho de haber sido Abraham quien construyó la estructura original del Templo que más tarde sería conocido como la Kaaba.
¿Es el islam una religión que fomenta el radicalismo y fundamentalismo?
(143) Y hemos hecho así de vosotros una comunidad intermedia, (8) para que con vuestras vidas deis testimonio de la verdad ante toda la humanidad, y para que el Enviado de testimonio de ella ante vosotros.(9).
(8) Lit., "una comunidad en el centro" -o sea, una comunidad que mantiene el equilibrio justo entre los extremos y es realista en su valoración de la naturaleza y posibilidades del hombre, por lo que rechaza tanto la vida licenciosa como el ascetismo exagerado. El Qur'an, en consonancia con sus frecuentes llamadas a la moderación en todos los aspectos de la vida, exhorta a los creyentes a no poner excesivo énfasis en los aspectos físicos y materiales de sus vidas, pero al mismo tiempo afirma que los impulsos y deseos del hombre respecto a esta "vida de la carne", son de designio divino y, por lo tanto, legítimos. Analizándolo más a fondo, la expresión "una comunidad intermedia" puede considerarse como resumen, por así decirlo, de la actitud islámica hacia el problema de la propia existencia humana: un rechazo de la opinión de que existe un conflicto inherente entre el espíritu y la carne, y una afirmación decidida de la unidad natural dispuesta por Dios en este aspecto bipolar de la vida humana. Esta actitud equilibrada, que es peculiar del Islam, emana directamente del concepto de la unidad de Dios y, en consecuencia, de la unidad de propósito subyacente a toda Su creación: por tanto, que se mencione en este punto la "comunidad intermedia" sirve de introducción apropiada al tema de la Kaaba, que es un símbolo de la unidad de Dios.
(9) Es decir, "que vuestra forma de vivir sea un ejemplo para toda la humanidad, como el Enviado es un ejemplo para vosotros".
¿Cuál es la posición del islam sobre la esclavitud?
(177) La piedad verdadera no consiste en volver el rostro hacia el este o hacia el oeste - piadoso, en verdad, es quien cree en Dios, en el Último Día, en los ángeles, en la revelación y en los profetas; y gasta de lo que tiene -a pesar de su apego a ello- en sus parientes, en los huérfanos, los necesitados, los viajeros, los mendigos y en rescatar a otros del sometimiento (10); es constante en la oración y paga el impuesto de purificación; y piadosos en verdad son los que, cuando prometen, cumplen sus promesas, y son pacientes en la desgracia, en la adversidad y en los momentos de peligro: esos son los que han sido fieles a su palabra, y esos son los que han sido conscientes de Dios.
(10)  Ar-raqaba (cuyo plural es ar-riqab) designa, literalmente, "el cuello", y significa también todo el ser humano. Metonímicamente, la expresión fi ’r-riqab significa "para la liberación de seres humanos de la esclavitud", y se aplica tanto al rescate de cautivos como a la emancipación de esclavos. El Qur'an, al incluir este tipo de gasto entre los actos esenciales de la rectitud, da a entender que liberar a la gente de la esclavitud -y, por tanto, la abolición de la misma- es uno de los objetivos sociales del Islam. La esclavitud era, en el tiempo de la revelación del Qur'an, una practica establecida en todo el mundo, y su abolición repentina habría sido económicamente imposible. A fin de soslayar esta dificultad, y al mismo tiempo conseguir en el futuro la total abolición de la esclavitud, el Qur'an prescribe en 8:67 que de ahí en adelante, sólo aquellos prisioneros tomados en una guerra justa (yihad) pueden ser retenidos como esclavos. Pero aun con relación a personas esclavizadas de esta manera o -con anterioridad a la revelación de 8:67- de cualquier otra, el Qur'an destaca el gran mérito de la liberación de esclavos y la estipula como forma de expiación por diversas transgresiones (véase p.e., 4:92, 5:89, 58:3). Además, el Profeta resaltó enfáticamente en numerosos ocasiones que, a los ojos de Dios, la liberación sin condiciones de un ser humano de la esclavitud es uno de los actos más loables que puede realizar un musulmán. (Para una presentación y análisis críticos de todas las Tradiciones auténticas relacionadas con este problema, véase Nail al-Autar VI, 199 ss.).
¿Cuáles son los objetivos del ayuno en Ramadan?
(183) ¡OH VOSOTROS que habéis llegado a creer! Se os ha prescrito el ayuno como se les prescribió a los que os precedieron, para que os mantengáis conscientes de Dios: (184) habréis de ayunar durante un número determinado de días. Pero, si alguno de vosotros está enfermo o de viaje, ayunará igual número de otros días; y en tales casos aquellos que se lo puedan permitir, que alimenten a un pobre como rescate. Y quien hace un bien mayor del que debe a sí mismo se lo hace; porque ayunar es bueno para vosotros --si supiérais. (11).
(11) O sea, durante los veintinueve o treinta días de Ramadán, noveno mes del calendario lunar islámico (véase el versículo siguiente). El ayuno consiste en la abstención total de comida, bebida y relaciones sexuales desde el amanecer hasta la puesta del sol. Como señala el Qur’an, el ayuno ha sido una práctica muy extendida durante toda la historia religiosa del hombre. El rigor extremo y la larga duración del ayu- no islámico --que es obligatorio para toda persona adulta y sana, hombre o mujer-- consigue, además del propósito general de la purificación espiritual, un objetivo triple: (1) conmemorar el comienzo de la revelación del Qur’an, que tuvo lugar en el mes de Ramadán, aproximadamente trece años antes del éxodo del Profeta a Medina; (2) proporcionar un riguroso ejercicio de auto-disciplina; y (3) hacer ver a todos, a través de su propia experiencia, lo que es tener hambre y sed, para que de esta forma adquieran una apreciación directa de los necesidades de los pobres.
¿Está permitida la guerra en el islam?
(190) Y COMBATID por la causa de Dios a aquellos que os combatan, pero no cometáis agresión --pues, ciertamente, Dios no ama a los agresores.(191) Matadles dondequiera que los encontréis y expulsadles de donde os hayan expulsado --pues la opresión es aún peor que matar. Y no luchéis con ellos junto a la Casa Inviolable de Adoración si ellos no os combaten antes allí; pero si os combaten, matadles: esta es la recompensa de los que niegan la verdad. (12).
(192) Pero si cesan --ciertamente, Dios es indulgente, dispensador de gracia.
(193) Por tanto, combatidles hasta que cese la opresión y la adoración esté consagrada por entero a Dios;pero si cesan, deben acabar todas las hostilidades, salvo contra aquellos que deliberadamente hacen el mal.
(13).
(194) Combatid en los meses sagrados si sois atacados:171 porque la violación de lo sagrado es- tá sujeta a la ley de la justa retribución. Si alguien comete una agresión contra vosotros, atacadle como os ha atacado --y manteneos conscientes de Dios, y sabed que Dios está con los que son conscientes de Él. (14).
(12) Este versículo y los siguientes establecen de forma inequívoca que sólo la autodefensa (en su sentido más amplio) hace permisible la guerra para los musulmanes. La mayoría de los comentaristas están de acuerdo en que la expresión la taatadu significa, en este contexto, "no cometáis agresión"; mientras que al-muatadindesigna a "quienes cometen agresión". Así mismo, el carácter defensivo del combate "por la causa de Dios" --es decir, por la causa de los principios éticos ordenados por Dios-- resulta evidente por la alusión a "aquellos que os combatan", y es clarificado aún más en 22:39 --"les está permitido luchar a aquellos que son combatidos injustamente"-- que es, según todas las tradiciones de que disponemos, la primera (y por tanto la fundamental) alusión coránica a la cuestión del yihad, o guerra santa (véase Tabari e Ibn Kazir en sus comentarios a 22:39). Que este enunciado inicial del principio fundamental de autode- fensa como única justificación de la guerra, ha sido mantenido en todo el Qur’an, resulta evidente por 60:8, y por la frase final de 4:91, ambos pertenecientes a un período posterior al versículo antedicho.
Teniendo en cuenta la ordenanza anterior, la orden de "matadles dondequiera que los encontréis" es válida sólo para hostilidades ya en curso (Rasi), entendiendo que "los que os combatan" son los agresores o los opresores (una guerra de liberación se considera como guerra "por la causa de Dios"). La traducción de fitna, en este contexto, por "opresión", se justifica por aplicarse este término a todo abuso que empuje al hombre al extravío o a la pérdida de su fe en los valores espirituales (cf. Lisán al-Aarab).
Esta alusión al combate en los alrededores de Mecca se debe al hecho de que, cuando se reveló este versículo, la Ciudad Santa estaba aún en manos de los Quraish paganos, enemigos de los musulmanes. No obstante --como ocurre con todas las alusiones históricas en el Qur’an-- esta orden tiene carácter general y es, por lo tanto, válida para todos los tiempos y circunstancias.
(13) Lit., "y la religión pertenezca sólo) a Dios" --o sea, hasta que se pueda adorar a Dios sin miedo a la persecución y ningún ser humano esté obligado a humillarse ante otro por temor. (Véase también 22:40.) El término din se traduce más adecuadamente, en este contexto, por "adoración", ya que comprende aquí tanto los aspectos doctrinales de la religión, como los morales: es decir, tanto la fe como las obligaciones derivadas de esa fe.
(14) Así pues, aunque se ordena los creyentes luchar si son atacados, las palabras finales del versículo anterior dejan en claro que deberán abstenerse de cometer atrocidades en el curso del combate, incluida la matanza de civiles no combatientes.
¿Puede una musulmana divorciarse de su marido?
(229) Un divorcio puede ser revocado dos veces, después de lo cual, o bien se reanuda el matrimonio en forma honorable, o se disuelve de buenas maneras.
No os es lícito quedaros con nada de lo que hayáis dado a vuestras esposas; a menos que ambos cónyuges teman no poder mantenerse dentro de los límites fijados por Dios: así pues, si teméis que no puedan mantenerse dentro de los límites fijados por Dios, no incurrirán en falta ninguno de los dos por aquello a lo que ella renuncie en favor del marido a fin de quedar libre. 
(15).
Estos son los límites que Dios ha fijado; no los violéis: pues quienes violan los límites que Dios ha fijado --¡ esos son los malhechores!
(15)  Todas las autoridades coinciden en que este versículo se refiere al derecho incondicional por parte de la esposa a divorciarse de su marido; tal disolución del matrimonio a instancias de la esposa se denomina jul. Existe un número de Tradiciones bien autentificadas acerca de que Yamila, la mujer de Zabit ibn Qais, acudió al Profeta exigiendo divorciarse de su marido y aduciendo que, a pesar de su carácter y con- ducta irreprochables, "le desagradaba tanto como caer en la incredulidad después de haber aceptado el Islam". El Profeta, entonces, ordenó que le devolviera a Zabit el huerto que este le había entregado como dote (mahr) por su casamiento, y dictó la disolución del matrimonio. (En las recopilaciones de Bujari, Nasa’i, Tirmidi, Ibn Maya y Baihaqi aparecen diversas variantes de esta Tradición tomadas todas de Ibn Abbas.) Otras Tradiciones similares que se remontan a A’isha y que están relacionadas con una mujer llamada Hubaiba bint Sahl, se encuentran recogidas en el Muwatta’ del Imam Malik, en el Musnad del Imam Ahmad y en las recopilaciones de Nasa’i y de Abu Da’ud (una de las variantes da Hafsa bint Sahl como nombre de la mujer). De acuerdo con estas Tradiciones, la Ley Islámica estipula que cuando un matrimonio sea disuelto a instancias de la esposa sin que haya falta por parte del marido en sus obligacio- nes conyugales, es la esposa la que rompe el contrato y, por lo tanto, debe devolver la dote que recibió al celebrarse el matrimonio: en tal eventualidad "no incurrirán en falta ninguno de los dos" si el marido recupera la dote a la que la esposa renuncia voluntariamente. En Nail al-Autar VII, pp.34-41, puede hallarse una presentación exhaustiva de todas estas Tradiciones y de sus implicaciones legales. Las opi- niones de las distintas escuelas de jurisprudencia islámica a este respecto se encuentran resumidas en Bidayat al-Muchtahid II, pp.54-57.
¿Se puede forzar la conversión al islam?
(256) NO CABE coacción en asuntos de fe. (16).
(16) El término din designa tanto el contenido como el cumplimiento de una ley moralmente vinculante; por tanto, tiene el sentido de "religión" en la acepción más amplia de la palabra que es la que abarca todo lo relacionado con su contenido doctrinal y sus implicaciones prácticas, así como la actitud de los hom- bres hacia su objeto de adoración, por lo que comprende también el concepto de "fe". Si el término din es traducido a veces por "religión" y otras por "fe" o "ley religiosa", o también "ley moral" (véase la nota 3 en 109:6) esto se debe al contexto en el que aparece dicho término. - Basándose en esta prohibición cate- górica del uso de la coacción (ikrah) en todo lo relativo a la fe, o a la religión, todos los juristas islámicos (fuqahá), sin excepción, mantienen que la conversión por la fuerza es en todos los casos inválida, y que cualquier intento de coaccionar a un no-creyente para que acepte la fe del Islam es una falta grave: este veredicto echa por tierra la extendida falacia de que el Islam pone a los no-creyentes frente a la alternativa de "la conversión o la espada".
¿Cuál es el último versículo que recibió Muhammad (sas) como revelación?
(281) Y sed conscientes del Día en el que seréis devueltos ante Dios. Entonces, cada ser humano recibirá lo que se haya ganado y nadie será tratado injustamente. (17).
(17) Según el testimonio no impugnado de Ibn Abbas, este versículo fue la última revelación que recibió el Profeta, el cual murió poco después (Bujari; véase también Fath al-Bari VIII, 164 s.).



   00:17             1:57:55            
| Duración: 02:01:00 | Idioma: Árabe



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