Cómo crear en una semana la potencia terrorista más poderosa
del mundo
Publicado: 20 jun 2014 | 8:50 GMT Última actualización: 20
jun 2014 | 9:05 GMT
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© REUTERS Wissm al-Okili
La creación de nuevos estados es un oficio peligroso y casi
siempre los estados nacen en medio de sangre y violencia. Pero el país que está
naciendo estos días al sur de Turquía, atravesando sus viejas colonias, está
batiendo todos los récords.
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Estado Islámico
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Este territorio, conocido como el Estado Islámico de Irak y
Siria (EIIS), o también como el Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL), no
necesita ningún reconocimiento internacional, ni la membresía de Naciones
Unidas, ni un lugar apropiado en el mapa político mundial. La gente allí tiene
objetivos muy distintos.
Ellos quieren 'complacer' a la humanidad combinando dos
famosos guiones del mundo islámico: los petrodólares de Oriente Medio mezclados
con el fanatismo irresistible de los talibanes, y todo esto a la escala
internacional de Al Qaeda, indica el politóligo Maxim Samorúkov en el portal
ruso Slon.
¿Dónde se encuentra el EIIL?
De momento el nuevo nombre del país es bastante rebuscado y
huele a viejas realidades: el Estado Islámico de Irak y el Levante. Pero al parecer
el nombre del país no les preocupa, porque en las demás áreas sus líderes
tienen un éxito casi total.
Bajo su control se encuentra ya un vasto territorio que se
extiende desde las afueras de Alepo, en el norte de Siria, pasando hacia el
este por el valle del Éufrates, atravesando la antigua frontera colonial en el
norte de Irak y llegando hasta los suburbios de Bagdad.
La nación que ha formado este país son árabes sunitas, que
representan la mayoría de la población de este territorio. Su ideología
nacional es el Islam sunita radical.
Y lo más importante, no importa cómo llamemos esta área: sea
un país o un territorio, tiene un presupuesto estatal muy importante y fuentes
permanentes de reposición, comparable con algunos de los principales países del
mundo.
El Estado Islámico de Irak y el Levante se configuró de
forma inesperada y muy rápidamente: la semana pasada. Pero sus raíces se pueden
encontrar en los acontecimientos de hace una década, cuando las tropas
estadounidenses estaban muy preocupadas por demoler monumentos a Saddam
Hussein.
Junto con los monumentos al dictador fueron también
destruidos el aparato estatal y el mando del Ejército, anteriormente compuesto
por oficiales de la minoría sunita (democráticamente sustituidos por oficiales
mal preparados de la mayoría chií).
Pero las personas que durante los 30 años en el poder de
Saddam a menudo se dedicaron a torturar o simplemente brillar por su presencia
no 'se encajaron' en una nueva realidad, por lo que muchos de ellos se unieron
a la resistencia armada antiestadounidense y antichií. Así, en 2004 se formó
una rama iraquí de Al Qaeda.
Pocos años más tarde las relaciones con la 'empresa' de Bin
Laden dejó de interesarles y cambiaron su nombre por el de Estado Islámico de
Irak. Y, a medida que crecían sus ambiciones, añadieron la palabra Levante, es
decir, el Mediterráneo Oriental.
Su organización tuvo un verdadero éxito después de que Obama
retirara las tropas estadounidenses de Irak a finales de 2011. En 2013, la
agrupación enfocó sus actividades en el este de Siria, donde después de dos
años de guerra civil se podía hacer cualquier cosa. Y por último, en junio de
este año, los islamistas organizaron una verdadera 'guerra relámpago' en Irak,
añadiendo a sus posesiones en pocos días, casi todas las áreas de mayoría
sunita, entre ellos la segunda en importancia, la ciudad iraquí de Mosul. Y
todo lo hicieron con una rapidez mayor que la llegada al poder en Afganistán de
los talibanes en 1994.
Bancos, petróleo y armas
El éxito sin precedentes del Estado Islámico de Irak y el
Levante no se dio de la nada, fue producto no solo del terrorismo sino también
de la capacidad de sacar provecho de los crímenes. Los cabecillas de la
organización no solo explotaban y asesinaban, también con diligencia
construyeron en los territorios conquistados una especie de país, primitivo
pero organizado: Recaudan impuestos, administran justicia, proporcionan a la
población algunos de los servicios sociales básicos, organizan un
adoctrinamiento (tanto en primera persona como a través de las redes sociales),
y reclutan voluntarios para su Ejército, cuyo número en los últimos días ha
aumentado varias veces y ahora se estima en 15.000 personas.
Y lo más importante, crean constantemente su califato con
una base económica sólida. Los líderes de los radicales islámicos han pasado de
los simples crímenes al sólido y lucrativo negocio del petróleo. En el este de
Siria, no controlado por el poder central del país, se apoderaron de varios
yacimientos de petróleo y plantas de energía, y procedieron a vender el crudo y
la electricidad al Gobierno de Bashar al Assad. Este lo compraba encantado ya
que los islamistas iraquíes lucharon en contra de los rebeldes sirios. Tal
operación permitió al Estado Islámico de Irak y el Levante ahorrar hasta el
inicio de este verano más de 800 millones de dólares.
Y con este dinero pudieron 'ganar' mucho más. Los islamistas
resultaron bastante ricos para organizar una brillante operación de captura del
norte de Irak y especialmente de Mosul, la segunda ciudad en importancia del
país. El desmotivado Ejército iraquí no pudo resistir ante los fanáticos. Como
resultado, los islamistas capturaron una enorme cantidad de activos
financieros: solo en el Banco Central de Mosul encontraron oro y otros objetos
por valor de más de 400 millones de dólares, y su presupuesto total se estima
ahora en 2.000 millones. Este no es el límite porque estos días se libran
combates por la mayor refinería de petróleo de Irak, que produce 150.000
barriles de petróleo por día. Naturalmente, los islamistas tienen pocas
probabilidades de llegar a utilizarlo a plena capacidad e incluso vender los
productos a precios mundiales, pero incluso una pequeña parte de esta
producción les garantizará ingresos estables y altos.
Otras organizaciones terroristas no pueden ni siquiera soñar
con esos ingresos. Por ejemplo, Al Qaeda en sus 'mejores años' tuvo ingresos anuales
de decenas de millones de dólares. Incluso los ingresos estimados de los
talibanes, con sus campos de opio en Afganistán, no superan los 400 millones de
dólares anuales, mientras que el PIB de Somalia o los ingresos anuales del
presupuesto de Mauritania o Eritrea equivalen a 2.000 millones aproximadamente.
Las perspectivas son tristes. Entre Alepo y Bagdad surge un
territorio 'petroterrorista', lleno de montañas de armas estadounidenses
abandonadas por el desmoralizado Ejército nacional. A la cabeza de este
Califato se ponen los fanáticos religiosos, bastantes más crueles que los
talibanes. Pero a diferencia de estos, no tendrán que meterse en el negocio del
opio, ya que tendrán cantidad de crudo suficiente para hacer realidad sus
sueños.
Y no hay fuerzas capaces de derrotar a este país islamista,
porque el Ejército iraquí no sirve de mucho y porque para Obama sería una
humillación volver a introducir tropas en Irak, tras retirarlas recientemente
con total solemnidad y promesas de que el nuevo Gobierno iraquí podría
controlar el país.
Ya es posible creer en la posibilidad de un frente unido
entre Teherán y Assad, cuyas fuerzas se lanzan en ofensiva contra los radicales
sunitas con el apoyo aéreo de Estados Unidos.
Texto completo en:
http://actualidad.rt.com/actualidad/view/131542-crear-potencia-terrorista-poderosa-mundo
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