¿A qué viene este vendaval de críticas de Occidente contra Rusia?
por Pepe López – Cuatro años en un callejón sin salida
Tras cinco años de guerra estancada que ha dejado arrasada la mayor parte de la nación y han convertido a Siria en un país fragmentado y semi vacío con varios millones de refugiados fuera de sus fronteras o en otras zonas del territorio nacional (prácticamente la mitad de su población), y tras un año de guerra de Occidente contra el «Daesh» -el Estado Tacafre autoproclamado «Califato Islámico»- la Federación Rusa ha decidido intervenir abiertamente.Los rusos no sólo entran en guerra para acabar con el poder del «Daesh», sino contra sus aliados objetivos del Frente de la Victoria -franquicia de Al Caida en Siria- y del Ejército de la Conquista en el norte y del Ejército del Yarmuq en el sur -los «islamistas de Occidente», la llamada «oposición moderada» por los gobiernos de París, Washington o Angora-.
Comprobado el fracaso estrepitoso de los rebeldes -en su inmensa mayoría salafistas- en levantar un frente único o presentar unos interlocutores que se hicieran responsables de sus más de doscientos cincuenta grupos armados, que han fragmentado la martirizada Siria hasta extremos propios de una película post-hecatombe de Jólivud, los rusos también acuden en apoyo del estado encabezado por Al Ássad, la única opción que ha demostrado capacidad para organizar y recomponer el país devastado, así como en ayuda de los aliados de Al Ássad: las fuerzas armadas del nacionalismo curdo.
Curiosamente, los únicos enemigos de Al Ássad que han demostrado ser capaces de levantar un estado han sido los «daeshios». Pero obvia decir que la opción de apostar por los sectarios del contra-califa Abubacar El Bagdadí, heredero del aún más sanguinario Abumusab El Zarcahui, para dar una salida a la guerra dando la victoria a una de las fuerzas contendientes, quedaba descartada.
El momento: la llegada del drama sirio a Europa Central
Entendemos que el presidente Vladimir Putin ha acertado en escoger el momento más oportuno para entrar abiertamente en la guerra: justo cuando la crisis de los refugiados sirios se ha extendido a Europa Central. No olvidemos que este drama existe desde 2011, y que año tras año se ha ido agravando… pero claro, esta crisis afectaba, en primer lugar, a Siria -con millones de refugiados internos- y luego a países vecinos -Líbano, Jordania, Turquía, Iraq, Egipto…-. Mientras la carga la siguieran soportando estos países, o incluso el Dodecaneso griego o las plazas norteafricanas españolas, el drama seguía siendo ignorado por los medios y gobiernos de Europa. Cuando los refugiados han saltado el Egeo para llegar a la Europa Central y la fotografía del malogrado niño Aylán en las playas de Budrun impactó en los medios de la Europa atlantista, la «vieja hipócrita» tuvo a bien «descubrir el Mediterráneo».
Vendaval de protestas de Occidente
Pero esta entrada directa en la guerra de los rusos contra el «Daesh» y en favor de la única opción factible para gestionar una victoria sin que el país se fragmente o se cometa un etnocidio mayor, ha provocado una tormenta histérica de críticas y descalificaciones por parte del Pentágono, de la Casa Blanca y de la perrera mediática norteamericana. Una vez más hemos comprobado que, si protestan desde EEUU, las serviles cancillerías de París, Berlín, Londres o Varsovia -y ahora Quief- también ladran a la voz de su amo, así como las no menos dóciles perreras mediáticas de Francia, Alemania, Gran Bretaña, Polonia y España. En el caso español hay un matiz, pues parece que el gobierno de Rajoy ni siquiera se molesta en decir nada aparte de frases «memorables» como «No es lo mismo que gobierne uno que que gobierne otro. No es lo mismo. Dicho de otra manera: es muy distinto, muy diferente», superando de largo las «ventoleras anarcas» de Zapatero: quienes marcan directamente la postura internacional de España son las empresas mediáticas. En este asunto, como en tantos otros, el gobierno de Rajoy está como ausente.
Aunque quizás no lo sepamos, y Mariano ha enviado un mensaje secreto a Moscú: «Vladimir, lo entiendo, sé fuerte».
¿A qué viene este vendaval de críticas contra Rusia?
Pero, ¿a qué viene esta tormenta contra Putin desatada por el Pentágono, y secundada por toda la perrera fiel de cancillerías y «brunetes mediáticos» de la Europa atlantista?
¿Acaso Occidente no era enemigo de los terroristas tacafres?
¿Acaso no estaba también en guerra contra el «Daesh» y lleva catorce años de guerra contra Al Caida?
¿Acaso no quiere una salida a la guerra que ha devastado Siria y ha provocado varios millones de refugiados?
En Hispan TV -canal que no podemos ver en abierto porque así lo ha decidido el régimen PP-PSOE, que lo considera parte del «Eje del Mal»- le preguntaron a Juan Antonio Aguilar porqué critican los occidentales los ataques de Moscú a los terroristas en Siria. La respuesta fue:
“Los coaligados occidentales critican lógicamente los ataques de Rusia a los terroristas «tacfiríes» por lo siguiente:
Primero, porque es un ataque a los PLANES de EEUU y sus aliados en la zona, un ataque a sus OBJETIVOS GEOPOLÍTICOS de hacerse con el control tanto de Siria como de Iraq.
Segundo, porque es un ataque que va a provocar mayor influencia de Irán en la zona, otro enemigo histórico de EEUU y de Israel.
Tercero, porque es un ataque contra sus aliados objetivos que son las bandas terroristas “tacfiríes”.
Cuatro, porque son ataques que supone una pérdida de prestigio de los EEUU y sus aliados en la zona…
Cinco, porque es una victoria para Siria, para Iraq, para Irán y para Hizbulá.
Y por último, las críticas también vienen porque, tras un año de encabezar una supuesta coalición internacional contra el Daesh, EEUU ha sido incapaz de hacerle mucho daño: es una forma de tapar su propia NEGLIGENCIA y su propia inutilidad“. (HispanTV)
Segundo, porque es un ataque que va a provocar mayor influencia de Irán en la zona, otro enemigo histórico de EEUU y de Israel.
Tercero, porque es un ataque contra sus aliados objetivos que son las bandas terroristas “tacfiríes”.
Cuatro, porque son ataques que supone una pérdida de prestigio de los EEUU y sus aliados en la zona…
Cinco, porque es una victoria para Siria, para Iraq, para Irán y para Hizbulá.
Y por último, las críticas también vienen porque, tras un año de encabezar una supuesta coalición internacional contra el Daesh, EEUU ha sido incapaz de hacerle mucho daño: es una forma de tapar su propia NEGLIGENCIA y su propia inutilidad“. (HispanTV)
Lo peor para Occidente
Esto último es lo más importante. No hemos de olvidar jamás, que la justificación de las acciones de los poderes occidentales (públicos o fácticos) que más cuentan para el público corriente no son de orden moral, ni político ni ideológico.
Los «derechos humanos», la «libertad», la «democracia», la «civilización judeo-cristiana», el «progreso», el «libre mercado»… todo eso es palabrería. El público corriente hace caso omiso de todas esas consignas e ideales. Les importa un comino (o dicho vulgarmente, «se la suda»), aunque ha llegado a tal punto de saturación, que ni se molesta en manifestar que no cree en ellos, pues sabe que existe una «inquisición» de hipócritas biempensantes que vela para que nadie reconozca abiertamente su «no creencia».
Lo que más cuenta, para la gente corriente, es la justificación de orden pragmático: «hacemos esto para sostener un tinglado “que funciona” y “que obtiene resultados”».
Que la Federación Rusa, en pocas semanas, haya obtenido más éxitos haciendo daño al «Daesh» que la coalición encabezada por EEUU durante un año, ha desatado la histeria en Washington, París y resto de cancillerías de la OTAN.
Porque, una de dos: o yanquis, franceses y compañía eran unos inútiles, o no se tomaron nunca en serio acabar con el «Daesh», pues los ataques aliados tenían como fin no más que «controlar» a la bestia, es decir, impedir que creciera demasiado y extendiera sus acciones destructivas fuera de los territorios asignados por los aliados para fragmentar, arrasar o desestabilizar.
Como lo segundo no pueden reconocerlo los aliados (aunque sea un secreto a voces) queda lo primero.
La conclusión es que EEUU y Francia han caído en su propia trampa. Han quedando como unos inútiles para frenar al «Daesh» y el desastre sirio, y esto es lo peor para ellos.
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