Nazis, EI y Trump
29 de Marzo de 2016
Hitler recurrió a la idea de la raza superior para desplegar un discurso de aniquilación contra los judíos. El Estado Islámico utiliza otra, la del mandamiento divino, para cometer los peores crímenes “en nombre” de su Dios, Alá. Donald Trump les hace tercia en ese letal juego de la propaganda del odio, la discriminación y la “superioridad” de algún tipo (racial, religiosa, moral o de cualquier otro). Sobre esto han sido muchas las voces que se han levantado para referirse a los riesgos de ver a un personaje como Trump en un puesto de poder tal como lo es la Casa Blanca. La primera economía del mundo, la democracia ejemplar, la policía del mundo, la guardiana de las libertades. Y ahora, por primera vez en su historia, un personaje delirante tiene posibilidades reales de aspirar al triunfo. Hace unos días, el expresidente mexicano Vicente Fox difundía un nuevo video en donde, otra vez y sin reparos, le habla a la comunidad estadunidense; no a los inmigrantes, sino a aquellos que hoy le han dado respaldo al empresario que busca la candidatura republicana y que, sorpresivamente, se ha ubicado como favorito. Trump, un farsante, falso profeta, ignorante y ególatra en palabras del expresidente de nuestro país.
Ayer, en Titulares de la Tarde en Excélsior Televisión, platiqué con Fox, justo de este mensaje, que no el primero, pero sí el más claro y contundente. Es ya momento de pararlo, ha dejado de ser una broma, un mal chiste, pero, ¿cómo hacerlo?: “Primero es con sus seguidores, que es lo que preocupa, ese 18% de base republicana, él habla de 40%, pero es con los republicanos. Ellos son los que preocupan, una nación que busca encerrarse en sí misma, una nación que está dando preferencia al blanco sobre personas de color, una nación que está desconociendo toda la historia religiosa, está desconociendo toda la historia de tratados que hay (...) esta idea loca de construir un muro, cuando la evidencia es que los muros han fracasado una y otra vez...”, me dijo en la conversación. “Él es un tipejo, un don nadie que con billetes, con ello, nos quiere poner a todo el mundo a bailar la música que a él le gusta...”, fue la manera en que Fox me habló de Donald Trump. “Es alarmante, es la degradación de un partido político, de una democracia...”, me agregó.
Los culpables del ascenso de Hitler fueron todos aquellos que, viendo el peligro que éste representaba, no hicieron nada para impedir su ascenso al poder. Hoy, hay una guerra declarada contra el EI, quienes a su vez no han reparado en expandir sus operaciones terroristas y seguir atentando contra Occidente y sus valores. Tan sólo en los últimos diez días se han registrado, al menos, cuatro explosiones en Bélgica, Irak y Pakistán, en donde, al menos, 110 personas, todos civiles inocentes, perdieron la vida. Trump no ha movido una coma de su discurso de odio que no sólo va contra los mexicanos (sobre lo que Fox insistió: “¡Yo no voy a pagar ese pinche muro y tú tampoco deberías pagarlo!”). Pero de igual forma ha dicho que cerrará el paso a todo tipo de musulmanes (aunque ellos también, estén huyendo del Estado Islamico). El odio que sólo con odio se enfrenta (y sólo se retroalimenta). Como si ya no tuviéramos más valores, más ideas, más estrategias para enfrentarlo. El odio no sólo como último, sino como único recurso.
Tanto en el caso del EI, como en el de Trump, es que, aunque éstos desparezcan del horizonte, la semilla del odio ya fue exitosamente sembrada. Sin embargo, es vital evitar que se siga diseminando. Por eso bien hizo Vicente Fox en dirigirse a la comunidad que hoy está respaldando esa propaganda contra grupos que han sido pieza fundamental en la vida diaria de EU: “Ahí está una nueva mentira, un engaño que él le lanza a sus electores, a la gente que está con él… en realidad está apelando al miedo que tienen los americanos hoy en día, que viene desde septiembre 11...”.
No podemos dejar que ese discurso deje de ser palabrería, para convertirse en una realidad que a todos nos puede costar, principalmente a todos quienes, inmigrantes o no, viven en EU. ¿Qué diferencia hay entre un discurso antisemita, uno antiinfieles y otro antimexicano? Ninguna. Pero ya conocemos de los peligros de dejarlos germinar todavía hoy, en 2016, vemos grupos (por aquí y por allá) de neonazis que, aunque de arios no tengan ni la nariz, hacen de ese nocivo discurso el pretexto perfecto para drenar su propia delirante y destructiva frustración.
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