Ahora recobras la conciencia
Ahora sí, ahora recobras la conciencia, cuando el tiempo se va agotando en busca del ayuno
03/06/2016 - Autor: Hashim Cabrera - Fuente: Webislam
¡Ay, si fuésemos capaces, aunque sólo fuera un instante, de abandonar las idolatrías y paladear el bello regalo de la vida! ¡Ay, si pudiésemos contemplar la quietud que siempre estuvo dentro de nosotros, librarnos de esa ficción que nos mantuvo afuera, entretenidos durante tanto tiempo!
Ya sé que no hay sino la Verdad, la Realidad, lo Uno, y que, una vez hemos arribado a la playa de lo real, ya nada ni nadie podrá impedirnos que permanezcamos ahí o aquí, conscientes, vivos, agradecidos…
Pero no sufras si los demás no se dan cuenta, no sufras si tus seres queridos no lo ven…, basta con que tú mismo lo aceptes en silencio y compartas con ellos tan especial regalo, basta con que seas agradecido con tu Señor, con que guardes el tesoro en tu corazón.
Tus ojos brillarán como no lo habían hecho durante mucho tiempo, reflejando las facetas más lejanas de ese diamante que es el universo, sus rincones más inverosímiles, los más olvidados recuerdos de tu memoria.
Ahora sí, ahora recobras la conciencia, cuando el tiempo se va agotando en busca del ayuno. Ahora sí has conseguido acabar con la ficción, al menos con esa ficción que te impedía vivir como un ser humano, que entrecortaba tu respiración y aceleraba los latidos de tus entrañas. La privación te ayudará.
Respira en calma y acepta Su regalo, un don que no es otro que la conciencia una, un presente que no es sino Realidad, un horizonte que te muestra lo Único. Mira despacio a tu alrededor. Mira de qué manera tan compasiva tus ojos acarician sus visiones…, mira despacio y regala tu mirada a la Creación.
Observa cómo tu personaje, ese yo que se siente ser en el mundo, no puede dejar de sentir una honda nostalgia al comprobar cómo los momentos y los días se van disolviendo en el tiempo, sin remisión alguna…
Ahora tu personaje siente pesar, ve cómo se marchan las penas, etéreas y sin corporeidad, desvelando su clara y alegre inexistencia. Pesar que no era pena sino, en el fondo, una nostalgia de la realidad.
Tu personaje no puede detener la creación, parar la vida, construir una experiencia de eternidad. Sólo constatar el devenir, la despedida constante a los seres y los fenómenos, un adiós inevitablemente sentimental para nosotros, criaturas al fin y al cabo.
Quizás sea esa conciencia la del devenir de la creación y la destrucción, la de los Nombres Divinos de la vida, la muerte y la resurrección:
¡Ya Hayy, Ya Mumit, Ya Baith!
Así, mientras tu personaje se entristece y se entretiene con su melancólica depresión, tú aceptas el decreto y caminas ascendiendo hacia tu principio, desandando el itinerario de Adam (as) cuando fue descendido hasta esta tierra.
¡Sólo Tú sabes, sólo Tú escribes, sólo Tú eres!
Tus criaturas reciben el regalo de Tu sabiduría mientras aceptan con naturalidad Tus decisiones. Yo sólo te regalo un poema:
Aquí, donde se deshacen las visiones
ante nuestros ojos atónitos
y el desamor divide con su implacable espada,
aquí mismo renace la conciencia perdida.
ante nuestros ojos atónitos
y el desamor divide con su implacable espada,
aquí mismo renace la conciencia perdida.
“Ya el pájaro no encuentra rama donde posarse
ni aguadero
sólo el inmenso espacio donde se cruzan
las estaciones y los días.”
ni aguadero
sólo el inmenso espacio donde se cruzan
las estaciones y los días.”
Aquí mismo, donde se acalla el grito
donde muere el deseo
donde no queda nada
donde muere el deseo
donde no queda nada
“…sólo el inmenso espacio donde vive
un recuerdo sin nombre.”
un recuerdo sin nombre.”
Una contemplación sin objeto
una voz desoída
una metáfora entre las cenizas de lo cierto.
una voz desoída
una metáfora entre las cenizas de lo cierto.
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