Rumores que matan
Existe una campaña constante contra la inmigración y el islam a través de los teléfonos móviles y las redes sociales
25/11/2016 - Autor: Ángel Álvarez Hernández - Fuente: Webislam
Existe una campaña constante contra la inmigración y el islam a través de los teléfonos móviles y las redes sociales que se centra en difundir noticias falsas y en pedir a los destinatarios de estos mensajes, correos o whatsapp que los reenvíen a sus contactos, para crear una cadena de odio constante.
Cada vez alguien por maldad o ignorancia reenvía un mensaje islamofobo o xenófobo, se está rebajando como personas al nivel de Caín. Quienes envían estos mensajes criminalizan a la parte de la población más desfavorecida y pobre pero no señalan a los verdaderos responsables de la crisis, las guerras y el hambre en el mundo. Se olvidan de los banqueros poderosos, de las tramas corruptas y de las organizaciones internacionales que difunden políticas económicas criminales o genocidas.
Es fácil y cobarde linchar a un “sin techo”, a una “empleada de hogar”, a un "joven sin futuro”, pero muy difícil ir contra la mafia internacional que, sin escrúpulos, especula y vende armas para que se maten entre sí las personas. Aquellos que quieren convertir la sanidad en un negocio, la educación en un lujo al alcance de pocos, la vivienda en una hipoteca que te esclaviza de por vida, esos son el enemigo.
Nayaf es una chica tierna y dulce, con mirada adolescente, que escucha a Enrique Iglesias y vive en una silla de ruedas. Sueña con curarse y caminar algún día, pero una úlcera sangrante y una sonda conectada a su cuerpo no la dejan. No tiene papeles y lleva 7 años en España. Le denegaron la residencia humanitaria y solo vio a su abogada una vez antes del juicio. Vive en casa de Ilham, una amiga suya que cuida de ella. Esta historia no aparecerá nunca en un whatsapp de odio. Ousman, trabaja en el top manta, y gana lo que puede. Un día se enfrentó a dos tipos que estaban extorsionando a sus compañeros. Le dieron una una puñalada, les persiguió y sujetó a uno de ellos para impedir que huyera. Su historia no será condecorada por el ministro de interior. Yusuf vio cómo unas mujeres corrían detrás de un hombre que llevaba un cuchillo ensangrentado. Yusuf detuvo al agresor que había atracado una farmacia después de apuñalar a dos personas, una de ellas de cierta gravedad.
Cuando llegó la policía, Yusuf también huyó porque no tenía papeles y tenía miedo de que le expulsaran. Casi un año después le dieron papeles por colaborar con la justicia. A Alberto, unos desconocidos le dieron una paliza cuando salía del trabajo, sin mediar palabra, y se quedó inconsciente en la acera. Estuvo dos días perdido en el hospital mientras su familia le buscaba. Le despidieron de su trabajo donde no estaba dado de alta y desde entones no se siente bien. A Ibu le quemaron los pies en un cajero, pero se escapó del hospital por miedo a que la policía le hiciera un expediente de expulsión. Nunca más se volvió a saber nada de Ibu. A Ramón, unos ultras le rompieron un labio por defender a un amigo mexicano con rostro de indígena, que vino huyendo de la violencia y la miseria de su país. A Omar cada vez que va al paro le piden el pasaporte a pesar de que se nacionalizó español hace más de 20 años. A Mohammed, los compañeros del trabajo le dijeron que si había que despedir a alguien, “mejor a él que era extranjero”. Gueye vendió todos sus bienes en Senegal para venir a España y ahora no puede regresar sin nada a su país. Se esconde de la policía y trabaja en lo que puede. Selene no tiene pasaporte, ni 180 Euros para pagar las tasas que le piden en la embajada de su país. Cuando acude al ambulatorio le piden el empadronamiento y el pasaporte, pero ella carece de pasaporte y está enferma. Solo la atienden en urgencias.
Los grupos ultras te dirán que son delincuentes, violadores, traficantes de drogas, asaltadores y mafiosos, pero no te contaran sus historias reales. Cuando te llegue un whatsapp lleno de xenofobia o islamofobia, piensa en estas personas. A Amina, le mataron un hijo en el atentado del 11 M, y algunas personas por la calle la han llamado terrorista por llevar hiyab. Amina es española, pero para los identitarios nunca será española. Fátima tiene 4 añitos y agita su banderita de España, con su abuela, pero para los neonazis nunca será española porque su madre es marroquí. Ahmed, Roberto e Ibrahim, van a la misma guardería, pero para la extrema derecha, Ahmed e Ibrahim son invasores y Roberto es un traidor porque sus padres son okupas.
Cierto dirigente, trasnochado, con caspa y carnet del Partido Popular, insinúa entre disimulos, que los vientres de las árabes están invadiendo España, y pronto esto será como Siria o Afganistán, si no se toman medidas. Desconoce esta persona que fueron los intereses financieros y los traficantes de armas y de petróleo, quienes destruyeron estos países y financiaron a los grupos terroristas, que han matan a más musulmanes en un mes que en todos los atentados terroristas sumados en Europa. No existe una guerra de civilizaciones. Existen psicópatas, que se lucran con las guerras y compañías de petróleo y gas que luchan por el control de los campos petroleros.
A los responsables de la quiebra financiera, el rescate bancario y la deuda pública, a los que se benefician de los recortes sociales y la destrucción del estado de bienestar, no les convienen que les pidan responsabilidades, ni que los más ricos paguen más impuestos. A esta gente, de ética individualista y moral insolidaria, le conviene que los más pobres se enfrenten entre ellos, parados contra inmigrantes. Parados que votan a la extrema derecha populista e inmigrantes que son usados como chivos expiatorios de todos los males de la humanidad. Por eso la extrema derecha sube en toda Europa.
Malcolm X, nos enseñó que “si no estámos prevenidos ante los medios de comunicación, nos harán amar al opresor y odiar al oprimido”, y Luther King, nos enseñó que, “hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces; pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos”. Malcolm X y Luther King, murieron asesinados.
Dí no a la islamofobia, a la xenofobia, a todos los prejuicios y a quienes los propagan, dí no a la discriminación y a los que llevan el odio en su corazón, a los ultras identitarios y a los grupúsculos neonazis que se comportan como sectas. Dí si a la dignidad, a la verdad, a la belleza, a la vida y a todo lo que merece la pena y nos hace hombres y mujeres responsables y dueños de nuestras vidas. Nelson Mandela, nos dijo “Soy el amo de mi destino, soy el capitán de mi alma”.
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