DAMASCO, 23 Nov. 16 / 05:15 pm (
ACI).- "Para el autoproclamado Estado islámico (ISIS), las tumbas, las reliquias y los santos son una herejía", dijo a ACI Prensa el P. Jacques Mourad, sacerdote sirio que fue secuestrado durante cinco meses por el Estado Islámico antes de poder escapar.
El P. Mourad, que fue capturado por ISIS el 21 de mayo de 2016 y escapó en octubre, era prior del monasterio de San Elian, en la ciudad siria de Al Qaryatayn a unos 60 kilómetros al sureste de Homs.
Aunque el templo fue destruido por los terroristas, las reliquias de San Elián fueron encontradas entre las ruinas. Según el P. Mourad, esto significó para los cristianos en Siria "un gran signo de esperanza para el futuro”.
"San Elián fue un eremita que vivió en el siglo IV cuyas reliquias se mantuvieron en el monasterio que le fue dedicado. Después de la destrucción del templo, pensamos que sus reliquias estaban perdidas, pero logramos encontrarlas. Esto nos dio un gran consuelo”, aseguró el sacerdote.
Aseguró, además, que "cuando las tropas de ISIS tomaron la región, atacaron entre sus primeros blancos la tumba del santo”, porque ellos “no pueden aceptar que en las ciudades tomadas haya lugares donde se guarden reliquias de santos y tampoco tumbas” por considerarlas una herejía.
El sacerdote insistió que con su captura quisieron “enviar un mensaje a los cristianos de la región. Y el mensaje era ‘no son bienvenidos aquí’. Era una manera de empujar a los cristianos a huir".
"Nada ha cambiado en San Elián, y todo está abandonado. Solo hay una pequeña comunidad de musulmanes que todavía viven en la zona, tal vez porque no tienen otro lugar. Sin embargo, lugares de la ciudad fueron destruidos”, añadió.
El sacerdote sirio manifestó que "los cristianos en Siria están ansiosos por colocar los huesos de San Elián en los lugares donde estaban contenidos, y rezar de nuevo alrededor de las reliquias".
"En San Elián hemos recibido a todos- San Elián era realmente una muestra de esperanza para el pueblo sirio. Todo cambió cuando me mantuvieron cautivo. Pero todavía podemos construir algo. Sin embargo, debemos esperar el final de esta guerra”, concluyó el presbítero.
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