Un ataque israelí destruye un arsenal de Hezbolá cerca de Damasco
Un ministro reafirma la política de Israel de impedir el rearme de la milicia libanesa chií en Siria
Jerusalén
Israel ha trazado una línea roja para impedir que la milicia libanesa chií Hezbolá –con la que libró una sangrienta guerra que duró 34 días en 2006– se rearme durante su implicación en el conflicto de Siria. Los ataques contra instalaciones del grupo proiraní en el país árabe se han multiplicado. Cinco explosiones han destruido en la madrugada de este jueves un depósito de armas situado cerca del aeropuerto internacional de Damasco un arsenal enviado por Teherán a las guerrillas chiíes que apoyan al régimen del presidente Bachar el Asad.
El canal de televisión libanés Al Manar, próximo a Hezbolá, atribuyó a Israel la incursión, que solo causó daños materiales. El Ejército israelí declinó informar sobre la operación, pero el ministro de Inteligencia, Israel Katz, vino a confirmar la autoría del ataque en unas declaraciones a la Radio de las Fuerzas Armadas: “El incidente coincide plenamente con nuestra política de prevenir el envío de armas avanzadas iraníes a Hezbolá en Siria. Actuamos cada vez que recibimos informaciones de inteligencia que apuntan a una entrega de armamento”.
Varios medios de comunicación árabes aseguraron que el almacén destruido en las proximidades de la capital siria contenía una gran cantidad de armas enviadas por vía área desde Irán a Hezbolá, que juntó a otras milicias chiíes de Irak y Afganistán, ha desplegado miles de combatientes junto a las filas gubernamentales en la guerra civil siria.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, ONG que cuenta con informadores sobre el terreno, confirmó que los habitantes de Damasco se despertaron al escucha varias explosiones en torno a las cuatro de la madrugada que fueron seguidas por un gran incendio en la zona del aeropuerto internacional, al sureste de la capital. Fuentes rebeldes sirias informaron a Reuters de que los depósitos atacados estaban en manos de Irán y de sus aliados.
El ministro de Defensa israelí, Avigdor Lieberman, que se encuentra de visita en Moscú, había advertido el miércoles de que no iba a permitir que la milicia libanesa chií concentrara tropas frente a los Altos del Golán, territorio sirio ocupado por Israel desde 1967. Las Fuerzas Aéreas israelíes mantienen un acuerdo de coordinación con Rusia, que desplegó en 2015 su aviación de combate en apoyo del régimen de El Asad, para evitar incidentes armados entre ambos países.
El Gobierno de Israel no suele informar sobre operaciones militares en el exterior territorio, aunque el primer ministro, Benjamín Netanyahu, admitió hace un año que se habían lanzado decenas de ataques en Siria contra convoyes y depósitos de armas destinados a Hezbolá. El pasado mes de marzo el Ejército israelí se vio obligado a confirmar que había llevado a cabo varias incursiones aéreas. Israel tuvo que interceptar al norte de Jerusalén, activando por primera vez el escudo antimisiles Arrow, un misil SA-5 disparado desde Siria, en el mayor incidente entre ambos países en los seis años de conflicto civil en el país árabe. Un alto mando militar reveló a la prensa israelí que en esa operación habían sido destruidos un centenar de misiles. Israel y Siria siguen técnicamente en guerra tras el alto el fuego que puso fin a la ofensiva de 1973, más conocida como guerra del Yom Kipur.
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