López Obrador se queda solo: único líder mundial que apuesta por la austeridad contra el coronavirus
Bloomberg24 de abril de 2020
Ver fotos
(Bloomberg) -- Gobiernos de todo el mundo están invirtiendo dinero en sus economías para amortiguar el impacto del coronavirus. El presidente de México está casi solo en contra de esa tendencia.
Andrés Manuel López Obrador fue elegido con el compromiso de luchar contra la desigualdad y la corrupción. Insiste en que los rescates anteriores empeoraron esos problemas, ya que los políticos mexicanos acumularon deuda pública para proteger a sus compinches. Esa es una de las razones por las que López Obrador ha tenido presupuestos ajustados desde que asumió el cargo en 2018. Cuando el virus se propagó por México en marzo y principios de abril, paralizando gran parte de la economía, los líderes empresariales esperaban que cediera, pero vieron con horror cómo el presidente se apegaba a su programa de austeridad.
“Todo el mundo está haciendo un apoyo a sus iniciativas privadas, a sus industrias”, dijo Francisco Cervantes, presidente de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin). “Aquí en México no. No nos toma en cuenta para nada”.
El presupuesto de México para combatir el virus hasta ahora parece ser el más pequeño de América Latina, según cálculos del Fondo Monetario Internacional (FMI). Las medidas totales anunciadas hasta la semana pasada equivalían a alrededor de 1% del PIB, señaló S&P Global Ratings en un informe.
Artículo relacionado:
‘Reparar el daño’
La limitada respuesta del Gobierno significa que llevará más tiempo reparar el daño causado a los empleos y la inversión, indicó la semana pasada el analista de S&P Global Ratings Elijah Oliveros-Rosen. Dijo que pares latinoamericanos como Chile y Perú, que han anunciado medidas equivalentes a 7% y 12% del producto interno bruto, respectivamente, disfrutarán de recuperaciones más sólidas.
Si bien López Obrador proviene de una tradición izquierdista, ha demostrado ser un conservador fiscal. Incluso cuando prometió más efectivo para programas sociales, el presidente buscó recortes en otros lugares, incluidos los salarios de funcionarios públicos.
Una y otra vez, el presidente invocó la crisis de deuda de México de la década de 1980, y el colapso de la moneda y rescate bancario de la siguiente década como ejemplos de las piedras con las que no quiere volver a tropezar. Algunos analistas dicen que su fijación con esos episodios le impide ver la gran diferencia de la amenaza de hoy.
Si bien los efectos de la pandemia están en todas partes, el mayor golpe no recae en las instituciones financieras sino en las pequeñas empresas, y en millones de trabajadores mexicanos que corren el riesgo de perder sus empleos.“No estamos en una crisis financiera, no estamos en una crisis cambiaria”, dijo Santiago Levy, quien fue director general del Instituto Mexicano de Seguridad Social (IMSS) la década pasada. “Estamos en una crisis sanitaria y económica. Es una situación diferente. Nuestras opiniones sobre el pasado no deberían empañar nuestra capacidad de comprender esta crisis”.
Ver fotos
‘Cambiar el modelo’
Cerca de 350.000 mexicanos fueron despedidos entre mediados de marzo y principios de abril, y eso es solo en el sector formal, donde las pérdidas de empleo podrían superar fácilmente el millón, según Cervantes. Más de la mitad de la fuerza laboral del país se encuentra en la economía informal, como vendedores ambulantes y empresas no registradas.
Los empleadores buscan ayuda como el aplazamiento del pago de impuestos y las cuotas de seguridad social, que empresas en otros países están recibiendo. En cambio, López Obrador ha exigido que las grandes empresas paguen miles de millones de pesos en deudas tributarias.
El presidente ganó las elecciones hace dos años, arrasando con los partidos políticos establecidos y prometiendo gobernar para ayudar a los mexicanos más pobres. La epidemia parece haber profundizado su afán por transformar el país.“Pensamos que ya es tiempo de cambiar el modelo”, dijo esta semana a la prensa. Sobre el rescate bancario de la década de 1990, dijo que convirtieron “las deudas de los de arriba, de unos cuantos, en deuda pública, o sea que todavía estamos pagando todos”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario