Periodistas occidentales promueven el terrorismo en Siria
28 Marzo 2012
Paul Conroy (con chaleco azul), un perio-terrorista.
Por Alfredo Embid
La colaboración de los falsos periodistas o de periodistas que trabajan para los servicios de inteligencia de Francia, Gran Bretaña o Estados Unidos con los grupos terroristas es algo habitual en Siria, como lo fue anteriormente en Libia.
Es el caso de los reporteros franceses en Homs que publicamos anteriormente, y es el caso también del reportero del diario inglés The Sunday Times, Paul Conroy, agente de los servicios secretos británicos.
Ahora se ha revelado que un equipo de la CNN fue cómplice de terrorismo al coordinarse con saboteadores de un oleoducto que pasa próximo al distrito al-Sulaymanieh, de la ciudad de Homs, a unos 162 kilómetros al norte de Damasco para poder filmar el ataque.
“En el sonido de la grabación se escuchan las voces del fotógrafo de asuntos de seguridad de la CNN Tim Crockett y de la reportera Arwa Damon cuando le preguntan al camarógrafo Neil Hallsworth si se encontraba bien al notarlo sofocado por el humo del sabotaje, y si necesitaba asistencia médica.
Hallsworth es, en realidad, un ex comando de los infantes de marina, que participó en la guerra contra Irak y fue contratado por la CNN para entrar clandestinamente en Homs… mientras Damon reportaba a la CNN desde un escondite seguro en Homs que el ejército sirio atacó el oleoducto se pasaban las imágenes de la explosión y la destrucción resultante en vivo desde la cámara que operaba Hallsworth, la cual aparentemente fue colocada en el sitio apropiado un día antes del sabotaje.”
Es evidentemente absurdo que el ejército del gobierno bombardee los oleoductos del mismo gobierno, igual que lo es que esté detrás de los crecientes ataques terroristas contra sus propias instalaciones militares y civiles.
Arwa Damon tiene también buenos antecedentes de colaborar con los servicios de inteligencia del Pentágono como lo demuestra el que haya sido periodista empotrada de las tropas USA durante la invasión de Iraq como puede verse en esta foto del 2006. Es la presentadora del documental 72 Hours Under Fire”: una mirada sin filtros a los reportes desde Siria” que da una sesgada visión de los sucesos en Siria utilizando el filtro de CNN que es el mismo que el del gobierno estadounidense evidentemente.
La televisión siria incluso, pasó imágenes en las que se percibe cómo el equipo estadounidense grababa con anticipación el punto donde los terroristas sabotearían el oleoducto. Eso demuestra que tenían contacto directo con los grupos armados, conocían de sus planes, lo cual lo hacen cómplice de la violencia terrorista contra Siria, denunció el reportaje.
La televisión siria que presentó estos hechos, además desmintió que el gobierno le hubiera negado a la CNN permisos para entrar al país, como alegó la cadena para justificar la entrada ilícita de reporteros y camarógrafos por la frontera desde el Líbano, utilizada hasta hace poco para la infiltración de grupos armados y pertrechos de guerra, mostrando copias de documentos que permitieron anteriormente a dos equipos de esta TV. entrar de forma legal.
Uno de ellos que encabezó el periodista Dominic Robertson, estuvo en Siria a mediados de enero, las autoridades le dieron libre acceso a zonas conflictivas en Damasco y en Homs donde estaba el día que un grupo armado atacó a una delegación de periodistas extranjeros y mató al reportero francés Gilles Jacquier, ligado a los servicios de inteligencia gabachos, e hirió a otras 25 personas en el barrio Ekrima.
La falsificación de los ataques terroristas se añade a la falsificación sistemática de los ataques de las fuerzas gubernamentales contra la población civil que viene realizando la cadena estadounidense desde el comienzo del conflicto.
En los últimos días tenemos otro ejemplo de las falsificaciones mediáticas orquestadas por falsos activistas pacíficos que se hacen pasar por periodistas ciudadanos.
Una de las figuras favoritas del falso “periodismo-ciudadano” (que promueve la asociación AVAAZ financiada por George Soros como denunció Fernando Casares en un artículo anterior) es Danny Dayem. Este agitador dijo que la localidad al-Khalidiyeh, en Homs, estaba siendo bombardeada por fuerzas del ejército sirio, pero se difundió una grabación que cuestionaba su veracidad en la que “el propio Dayem aparece coordinando los efectos de sonido de disparos y bombardeo con su equipo para adjuntarlo al video. Ante las críticas que suscitó en algunos medios estadounidenses tal fabricación, la CNN se vio obligada a realizar una entrevista a Dayem, a quien presentó entonces como un activista y no como un periodista de su personal, y borró una foto de él tomada con el equipo de ese servicio que estaba actuando clandestinamente en Homs.”
Pero lo cierto es que este jovencito británico de 22 años ha aparecido ubicuamente en los principales medios occidentales y árabes incluyendo la CNN, BBC, Sky News, al Hiwar, the Guardian, etc además de los financiados por Arabia saudí como Alarabiya dando la imagen de la “pacífica revolución siria aplastada por el régimen.” Un reciente reportaje revela detalladamente numerosas incongruencias de sus declaraciones y del personaje que se ha fabricado.
Los medios han seguido torturando a la audiencia que aún les queda contándoles el eterno cuento de los bombardeos y masacres del ejército sirio sobre civiles. La semana pasada le tocó el turno a Homs, de ser bombardeada de nuevo el 23 de marzo de 2012, supuestamente “un diluvio de fuego seguía cayendo sobre la ciudad incomunicada” desde principios de febrero según los medios franceses. Solo que según un testigo que vive allí entrevistado sin problemas a través del teléfono por la periodista de investigación suiza Silvia Cattori ni estaba incomunicada ni tampoco hubo ningún bombardeo en Homs el 23 de marzo.
“No hemos escuchado ningún ruido. No ha habido ningún bombardeo hoy. Todo está en calma. Yo he salido a ver a mis amigos. Homs no esta incomunicada, todas las carreteras están abiertas. La gente puede salir de Homs sin problema. Mi madre ha ido a Damasco hace una semana. Desde hace varias semanas hemos estado seguros. El ejército no bombardea. Son las milicias del autollamado “Ejército Libre Sirio” las que siguen matando a militares y civiles. Todavía hoy un soldado ha sido asesinado. Lo sé porque vivía en mi barrio.”
“Después que nuestro ejército consiguió desalojar a las milicias y tomar el control, la gente ha vuelto a sus casas en los barrios que estaban casi vacíos. La inseguridad continúa en tres barrios, sobre todo en Khaldiyeh, donde el ejército nacional continúa persiguiendo a las milicias que mantienen como rehén a numerosas familias. Mi tío que había sido secuestrado hace dos meses volvió muy mal ayer a la casa, muy cansado, pero considerándose muy afortunado. Está en el hospital. Otras muchas personas secuestradas no volvieron y las familias no tienen noticias de ellas”.
Silvia Cattori había entrevistado unos días antes a otro residente, un hombre sirio de 75 años de edad que vive en un pueblo de la provincia de Homs. Traducimos algunas de sus respuestas:
“Lo que pasa aquí es todo lo contrario de lo que se dice en su país. Le pido perdón señora. Nuestros soldados no son mercenarios. Son los hijos del pueblo, todas las religiones mezcladas. Son mi hermano, mi hijo, mi tío. Esto es nuestro ejército. Es imposible que los hijos maten deliberadamente a su padre. Nuestros soldados se enfrentan durante muchos meses a los mercenarios pagados por los fondos exteriores para cometer sus asesinatos. La masacre de mujeres y niños en los barrios de Karm al-Zeitoun y d’al-Adawiyé, la han cometido ellos, para luego acusar a las fuerzas del gobierno. Hay dos pruebas: los habitantes de los barrios de Bab Sebaa, Nazihine y Nazha han reconocido entre las víctimas de esta masacre parientes secuestrados y por los que habían pedido rescate los mercenarios.
Puedo hablarle de otra masacre que han descubierto nuestros soldados (el 10 de marzo) en el barrio de Shomari, cerca de Baba Amro (se refiere al conato de emirato islámico que fue desmantelado). Mi padre tenía amigos musulmanes en Shomari. Yo los he visitados muchas veces con él. Hace algunos días un joven llamó a mi puerta. Dijo: ‘Soy el hijo del amigo de tu padre’. Te digo de memoria lo que él me contó.
“Todos los hombres de nuestro barrio fueron obligados por las milicias de Baba Amro a llevar armas y a usarlas contra el régimen. Ellos nos decían que el que se negara sería degollado. Mi padre, mis hermanos y yo entonces tomamos las armas. Después de la toma de Baba Amro, el 1 de marzo, cuando el gobierno ha llamado a dejar las armas, mi padre, mis hermanos y yo las hemos dejado. El 10 de marzo, cuando los saldados descubrieron muchos hombres degollados en Shomari, he reconocido entre los cuerpos a mi padre y mis dos hermanos. Las milicias habían degollado a todos los hombres que habían dejado las armas. Huí rápidamente al lado de los soldados, les pedí que me protegieran y me acompañaran a vuestra casa.”
“Lo que le cuento es la verdad señora. Yo no estoy aquí para defender al gobierno. Todos los hombres degollados en Shomari eran musulmanes. Las milicias los degollaron porque habían dejado las armas y no estaban de acuerdo con ellos. Lo que él me contó ha sido confirmado por un hombre que todavía está con vida. Transportado al hospital contó lo que había pasado.”
“Entre los musulmanes armados que masacraron hay fanáticos. Pero son una pequeña minoría. Son sobre todo jóvenes. Entre ellos hay hombres venidos del extranjero. El joven que os he contado dijo que en Baba Amro había iraquíes, libaneses, franceses, qataríes, egipcios, etc. El poder hace lo que puede para combatirlos. Si tardó un tiempo antes de tomar por asalto a Baba Amro en febrero, es porque quería llegar a desalojarlos causando las menos pérdidas posibles entre los civiles.”
“En la campaña de Homs sólo hay dos pueblos que están contra el gobierno: Qousseir y Al Bowayda. Excepto estos dos pueblos no hay problema entre cristianos y musulmanes. Tenemos muy buenas relaciones con todos nuestros vecinos. En el pueblecito donde vivo con mi familia, estamos rodeados de musulmanes. Son nuestros amigos, no nos atacan. Nos sentimos bien con ellos, ellos se sienten bien con nosotros. Vamos a sus fiestas, ellos vienen a las nuestras. Estos lazos intensos son muy antiguos. Cuando hablamos con ellos, están tan afligidos como nosotros de que haya jóvenes fanáticos musulmanes. Nos dicen que no pueden controlar a sus hijos, que no saben como hacer que dejen de matar, pues reciben mucho dinero…”
“Yo viví la mayor parte de mi vida fuera de Siria. Mi cultura es casi europea. Cuando volví a Siria estaba en desacuerdo con la política de mi país; pero comparado con lo que sufrimos ahora creo que era un mal menor. Vivíamos apaciblemente. Vivíamos en paz, estábamos contentos, pero había cosas que no eran perfectas. Mi hija podía ir de Homs a Damasco, viajar por la noche sin ningún problema.”
“No imaginábamos que un día, cristianos, drusos, alauitas y musulmanes serían repentinamente víctimas del fanatismo de los extremistas musulmanes. Todo por desestabilizar el estado sirio. Para empezar los jóvenes se han dejado reclutar en los pueblos para empezar. Recibieron dinero, recibieron armas. Atacan edificios gubernamentales, disparan a los policías, a las fuerzas armadas, a los sirios que se oponen a ellos. Un policía de nuestro pueblo fue asesinado en Homs en agosto.”
“Esta plaga nos ha venido de fuera. Los sirios no matan por matar señora. Son gentes cultas y de naturaleza pacífica. Hablé al principio con estos jóvenes reclutados. Les pregunté: ‘¿Porqué están actuando así?’. Me respondieron: ‘Porque está bien pagado. Los hombres reciben 600 libras al día (10$ US) y las mujeres 400 libras; esto sólo por manifestarse y dejarse filmar. Es mas agradable que ir a trabajar al campo y mucho mejor pagado.’ Así es como la sangre comenzó a correr. Cada asesinato, cada atentado tiene un salario.”
Cuando le pregunta sobre las noticias difundidas por Amnistía Internacional y Human Rigths Watch de médicos que torturaban a sus pacientes se mostró muy sorprendido y dijo: “¡No están hablando de Siria! Aquí se hace todo lo contrario. ¿Porqué un médico haría eso? En Siria los médicos no son torturadores. Son personas dedicadas a tratar pacientes como en cualquier hospital del mundo. Todos los médicos están trabajando a pie firme desde hace meses. Aquí, los que no son reclutados por los mercenarios no creerán nunca lo que dicen los periodistas… Le puedo hablar de mi médico. Desde el comienzo del conflicto, él y todos sus colegas de Damasco, fueron inmediatamente para ayudar a los médicos del hospital Al Ahli, en Homs. Trabajan días y noches si es necesario.”
Cuando se le preguntó sobre los rumores diciendo que los manifestantes heridos no reciben la misma atención que los soldados del gobierno respondió: “¿Cómo quiere que haga la diferencia? Nuestro trabajo es tratar lo mejor posible a todos los heridos y enfermos. De qué bando son no tiene consideración. Nuestro trabajo está lleno de empatía humana sobre todo… Los cristianos y los musulmanes que en su mayoría llevan a Siria en su corazón están convencidos de que ella saldrá triunfadora. Sabe usted que los cheikhs y los sacerdotes rezan juntos en la iglesia y en las mezquitas.”
Según el profesor de historia italiano Pierre Piccinin que ha estado en Siria varias veces, pudiendo entrar siempre sin problemas, y cuyos testimonios ya hemos publicado: ”Los eventos de Siria son un caso extremo de desinformación mediática, tal vez más que la guerra del Golfo de 1991, incluso que la guerra de Yugoslavia, en los años 1990, o la de Irak de 2003, o la intervención Atlántica en Libia en 2011.”
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URL del artículo : http://www.cubadebate.cu/noticias/2012/03/28/periodistas-occidentales-promueven-el-terrorismo-en-siria/
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