Realidad y Conciencia
En un sentido radical, nada existe salvo la Realidad Única a la que llamamos Dios
15/03/2000 - Autor: Sheij Mansur Abdussalam Escudero - Fuente: Webislam
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“No hay nada sino Allah”En el nombre de Allah, el Clemente, el Misericordioso.
“No hay dioses sino Allah”
“No hay nada sino Allah”
“No hay otra realidad
sino la Realidad Única”
Esta tres aproximaciones de traducción de la expresión “la illaha illa’ llah” representan la testificación más sintética de la Ciencia de la Unidad y la piedra de toque de todos los conocimientos. Es la puerta de entrada al Islam y quien la formula hace público con la lengua y testifica en su conciencia que la Realidad es Una, con la que nada puede ser asociado. Ello implica el reconocimiento de la absoluta Unidad de lo existente.
Toda la creación y lo que ella contiene, desde lo más alto, grande y remoto, hasta lo más bajo, pequeño y próximo, está indicando la existencia de la Única Realidad. Es la ilusión, que empaña y distorsiona la luz de la conciencia, la que hace concebir la existencia de algo distinto a esa Realidad. La ilusión es una falsa percepción de la Realidad.
Cualquier cosa que se afirme, piense o imagine, aparte de la Realidad Única adquiere la categoría de ídolo y su naturaleza es ilusoria. Los ídolos, por tanto, como objeto, manifestación o concepto, son ilusorios. El Universo entero, considerado al nivel celular, galáctico o subatómico, todos los fenómenos en el tiempo, todo lo considerado como masa o como manifestación, ha sido creado con la Verdad; pero nada tiene realidad excepto la Realidad Única.
“Allah es la luz de los cielos y de la tierra.”
“Dondequiera que dirijas tu mirada allí encontraras la faz de Allah.”
“Hemos hecho la creación con la verdad.”
“Allah ha hecho a la existencia una copia del hombre; un espejo en frente de el. Sus estados son sus estados; sus palabras son sus palabras; sus acciones son sus acciones. Tu yo es una copia de la existencia y la existencia es una copia de tu yo.”
Mecanicismo y Nueva Ciencia
En la visión materialista y mecanicista del mundo, el Universo es visto como un espacio absoluto, contenedor vacío e independiente de los fenómenos que ocurren en él. Los cambios en el mundo físico son concebidos en términos de dimensiones separadas. El tiempo es considerado como absoluto y separado del mundo material. Los elementos constituyentes de éste se mueven en un espacio y tiempo absolutos, como partículas materiales; objetos pequeños, sólidos e indisolubles, a modo de ladrillos de los que toda la materia está hecha. En este modelo analítico se pretende reducir la realidad a sus elementos constitutivos más simples con la pretensión de estudiarlos en detalle y así comprender los tipos de interacción, que existen entre ellos.
La explicación de los fenómenos es la casualidad lineal, es decir, un modo de explicación que se apoya en una cadena lógica de causas y efectos, extendida en toda su dimensión en lo largo de un tiempo que se mueve en una dirección lineal y fija, del pasado al futuro.
La física actual llega ahora a confirmar lo que los gnósticos del Islam y de otras enseñanzas reveladas anteriormente siempre supieron y enseñaron. La mecánica cuántica, la física que estudia los fenómenos subatómicos, así como la moderna astronomía, han dejado de concebir el Universo, y por extensión al hombre, o la célula, a semejanza de una máquina compuesta de multitud de objetos o piezas separadas.
Estas ciencias describen una totalidad armoniosa, interrelacionada, interdependiente, indivisible, como una madeja de relaciones dinámicas en la que el observador humano y su consciencia están incluidos. Espacio y tiempo no son dimensiones separadas ni conceptos absolutos. El átomo es considerado como un universo en el que en lugar de partículas materiales —es decir, con una masa y un peso— se habla de malla de probabilidades de existencia en un lugar y tiempo dados, modelos de actividad y energía. Enfatizando que la tendencia o probabilidad de existir no es ni siquiera una probabilidad de que la cosa exista en sí misma sino como una probabilidad de interconexiones.
El objeto observado por el físico no es un objeto identificable sino un sistema intermediario dependiente de la preparación del experimento y de los instrumentos utilizados en la medición. Observador y observado se encuentran en tan intrincada interacción que el resultado del experimento viene determinado por la elección previamente hecha por el experimentador, es decir, por su conciencia. La observación de materia a este nivel desvela que lo considerado como sustancia material sólida no es más que una proyección mental, un concepto. Lo que el físico observa son modelos dinámicos en continuo cambio.
Gnoseología Islámica
En el Islam, la Teoría del Conocimiento de la Realidad descansa en una percepción global y detallada a la vez, unifica y separa. Sustituye la visión estática, sólida y permanente de la realidad por la de movimiento, fluidez, por la naturaleza continuamente cambiante e impermanente de los fenómenos.
“Todo se desvanece excepto la faz de Allah.”
“Todo lo que existe perece.”
El Islam contempla la realidad —desde el nivel más ínfimo hasta el organismo como totalidad psicofísicaespiritual, la conciencia o el Universo— en términos de procesos dinámicos no analizables en partes separadas y en permanente interacción con todo el cosmos, tanto con la realidad galáctica como con la interna, la ambiental y social.
“Se ha dicho que existen cien mil mundos, cada uno de ellos como éste, y todos están contenidos en la conciencia del hombre sin que él sea consciente de ello.”
“Si quieres descubrir el secreto de todo el cosmos mira a la cosa mas insignificante.”
Allah dió a Adam los nombres de todas las cosas, le puso como Su representante en la tierra y le concedió la capacidad para nombrar y, por tanto, para conocer el significado de ellas. De esta forma le hizo un espejo de la Realidad. La capacidad del hombre es la capacidad de Adam. Está inscrita y ha sido transmitida en el código genético. Existe como posibilidad para ser descubierta, recordada, en el ADN de nuestras células.
Nombrar implica discernir en el reino de la multiplicidad. La Realidad, Una en su esencia, es múltiple en la descripción, es múltiple por sus nombres, por el lenguaje interior del pensamiento o por el lenguaje de la palabra que corta, delimita y modela el silencio. Lo que puede ser dicho, lo que puede ser expresado o definido no es lo Inmutable, no es lo Eterno.
“No existencia y existencia son idénticas en su origen, solo se diferencian al hacerse manifiestas. Esta identidad se llama profundidad. La infinita profundidad es el origen de todas las cosas del universo.”
La palabra separa a la Realidad, y con palabras podemos describir diferentes niveles en ella. Pero la separación no existe en la Realidad, sólo existe en la descripción. A cada nivel: atómico, molecular, celular, corporal, social o cósmico corresponde un modo de funcionamiento y de organización propios, con sus signos, leyes y manifestaciones. La Conciencia, como la Realidad, es Una en su esencia y múltiple en las manifestaciones. La Conciencia está ligada a la materia en cada una de sus formas de organización. La conciencia del hombre, impresa en cada una de sus moléculas de ADN, contiene la potencialidad de todos los modos de experiencia.
“El hombre contiene el universo completo.”
Modalidades de la Conciencia
El modo más elemental de conciencia proviene de la información administrada por los sentidos: ver, oir, gustar, oler, sentir, tocar, hablar, desplazarse. A este nivel, se genera el pensamiento de separatidad y diferenciación. Se discierne, razona, clasifica, y se elige. El mundo es visto en su forma densa, sólida, permanente, y el Yo se ve a sí mismo como separado del mundo. En este nivel lo externo domina a lo interno, lo sensorial domina al significado. El Yo es identificado con el cuerpo físico o con la experiencia del cuerpo. En la terminología islámica se le llama ‘nafs’ a esta modalidad de conciencia.
En el siguiente modo el Yo tiene acceso a percepciones sutiles de la realidad, al mundo de lo no perceptible inmediatamente por los sentidos. Es el mundo de los significados, el mundo del espíritu en el que lo interno domina a lo externo. El término para indicar el Yo en este modo de consciencia es el de ‘Ruh’.
“El nafs es el ruh y el ruh es el nafs. Sin embargo, sus nombres varían según los diferentes estados. Ocurre como en el ser humano: es llamado niño en la primera etapa de su vida, hombre o mujer cuando alcanza la madurez y anciano en la última etapa de su vida. De manera análoga, el nafs es lo mismo que el ruh. Sin embargo, mientras el nafs está prisionero de la oscuridad del velo es denominado nafs. Cuando se libera y sale de la oscuridad del velo a la luz del ojo que testifica es llamado ruh.”
En el tercer modo de conciencia se produce el descubrimiento unitario de la Realidad. En este nivel no existen observador ni observado, interno ni externo, ni pensamiento ni lenguaje que pueda describirlo. Tampoco hay un locus espacio-temporal de la experiencia: sólo el Vacío Original antes del comienzo del tiempo infinito.
“En el principio era Allah y nada había con Él y Él tiene ahora lo que tenía.”
“La verdad ha llegado y lo falso se ha desvanecido; lo falso siempre se desvanece.”
“Tu que deseas la presencia de ser un testigo ocular, debes elevarte por encima del espíritu y de las formas y asirte al vacío original y ser como si no fueras, ¡oh aniquilado!”
La prueba de Su Omnipotencia está en que se oculta detrás de lo que carece de ser junto a Él. ¿Es, si no, concebible que una cosa pudiera velar a Quien desvela todas las cosas y Se desvela por todas las cosas y en todas las cosas? A quien Se desvela para todas las cosas ¿como podría velarle una cosa? ¿Y por qué crees que sería velado? ¡Si está más manifiesto que cualquier cosa! El es el Único y nada existe con Él: ¿Qué podría velarlo? De ti está más cerca que cualquier cosa: ¿Cual de ellas crees que Le podría velar? ¡Ninguna existe sin Él! ¡Oh misterio de que el Ser aparezca en la nada y lo temporal subsista con Aquél que tiene por atributo la Eternidad!
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