Seúl: cumbre nuclear para la muerte
Marbelys Mavárez Laguna (*)
A las Cumbres, hasta donde entiendo, las acompaña o debe acompañar el espíritu de llegar a consensos en medio de los disensos. También pueden ser asumidas como mecanismos para atenuar los desacuerdos basados en diferencias inherentes a la cosmovisión de los pueblos o a su cultura. Quizás, también, el propósito de una Cumbre consiste en dialogar (lo cual es perfectamente legítimo, válido, necesario, deseable). Esas tareas resultan significativas. ¡Sublimes, pues¡ Claro que sí. Pero no bastan.
La Cumbre sobre seguridad nuclear realizada en Seúl, a la que se han dado cita 53 países, ha dejado una estela de dudas y una triste convicción luego de analizar la línea discursiva que acompañó a los representantes de las llamadas potencias del tablero global. Mientras el Presidente de EEUU, Barack Obama, prometía reducir el arsenal atómico, los líderes de Francia, Bélgica y Holanda, tres de los mayores productores mundiales de este producto se comprometieron a trabajar con uranio poco enriquecido hacia el 2015. El objetivo consiste en minimizar la disponibilidad de uranio altamente enriquecido. De esta forma se evitaría que caiga en manos terroristas. Esto es lo que han argumentado.
La paradoja es que los principales terroristas del mundo ya poseen este tipo de material en sus manos. Su rol principal es sembrar el terror en las naciones… Se trata de terroristas que han llevado el verdadero horror a Irak, Afganistán, Kosovo, Libia, en países del sur de África, Palestina… Que han intervenido militarmente a países de América Latina. Si no lo cree consulte a autores como Pablo González, Agustín Cueva, Gregorio Selser, Eduardo Galeano, Theotonio dos Santos, Juan Bosch, Helio Jaguaribe, Manuel Maldonado Denis… entre muchos otros.
Vivimos aún una guerra fría, pero ahora es nuclear. EEUU insiste en "pelar los dientes" a Rusia. Le ha hecho una declaratoria de guerra a Irán. Persiste en sostener todo tipo de guerras: de cuarta generación, cuerpo a cuerpo, nucleares, "sin sentido"…
Recientemente, en un extenso pero contundente escrito, Fidel Castro Ruz alertaba sobre las consecuencias del uso de armas de todo tipo, incluso nucleares, en un artículo titulado "Los caminos que conducen al desastre". Citaba a la vez un texto de Michel Chossudovsky y Finian Cunningham en el cual revelaban que "Un importante general de la Fuerza Aérea de EE.UU. ha descrito la mayor bomba convencional -la revienta-búnkeres de 13,6 toneladas- como `grandiosa' para un ataque militar contra Irán.
También se refería con preocupación al MOP, que define como la madre de todas las bombas, diseñada para perforar a través de 60 metros de hormigón antes de detonar su masiva bomba. Se cree que es la mayor arma convencional, no nuclear, en el arsenal estadounidense.
¿Entonces de qué estamos hablando? Es más, en su escrito, Fidel Castro aludía otra bomba, no menos contundente: "La MOP" que es descrita como una poderosa nueva bomba que apunta directamente a las instalaciones nucleares subterráneas de Irán y Corea del Norte.
Insisto, parece que nos acercamos a la tesis según la cual todo vestigio de lo que hemos considerado hasta ahora como "progreso" nos aproxima con velocidad acelerada a la destrucción de la humanidad.
De todo cuanto han señalado en la Cumbre de Seúl sólo en un punto puedo estar de acuerdo con Obama: "El peligro del terrorismo nuclear sigue siendo una de las mayores amenazas para la seguridad mundial". El asunto radica en que justamente EEUU acomete esa práctica sistemática.
(*) Periodista- Trabajadora Social. Profesora Universitaria
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