La bendición
Es un deber de todo musulmán, pedir que Dios le bendiga sus conocimientos y sus obras, su tiempo y sus bienes, sus familiares y también preocuparse en conseguir dichas bendiciones
09/07/2012 - Autor: Sheij Muhammad Al Kuwaití - Fuente: Webislam
Alabado sea Dios, Quien nos guió, agraciándonos con la fe, y no hubiéramos podido encaminarnos de no haber sido por Él. Atestiguo que no hay otra divinidad excepto Dios, Único, sin asociados. Atestiguo que Muhammad es Su siervo y Mensajero. ¡Dios! Bendice a Muhammad, su familia, sus compañeros y todos los que sigan su guía hasta el Día del Juicio Final.
¡Siervos de Dios! Es un deber de todo musulmán, pedir que Dios le bendiga sus conocimientos y sus obras, su tiempo y sus bienes, sus familiares e hijos, esta vida y la Otra y, también, preocuparse en conseguir dichas bendiciones.
La bendición es la afirmación del bien divino sobre algo. La bendición pasa de ser poco a mucho, de mucho a beneficioso. Ciertamente, lo más grandioso que tiene la bendición es poder usarla en la obediencia de Dios, Exaltado Sea.
Dios dice: “Si los habitantes de las ciudades a las que les enviamos Nuestros Mensajeros hubieran creído y no hubiesen persistido en su incredulidad, habríamos abierto para ellos las bendiciones del cielo las lluvias y de la tierra los cultivos y frutos; pero desmintieron Nuestros signos y les castigamos por lo que habían cometido.” (Sagrado Corán 7:96)
Siendo el Profeta y sus compañeros quienes más temían a Dios y los más piadosos, eran los que mayores bendiciones recibían. Dios los ha guiado a ellos y a quien quiso de sus siervos piadosos hacia todo el bien y la bendición; dice Dios: “Es un Libro que te hemos revelado a ti Muhammad, bendito para que reflexionen en sus signos los dotados de intelecto.” (Sagrado Corán)
Hay numerosos motivos que atraen las bendiciones, entre ellos:
1. El temor de Dios: Toda vez que un siervo manifieste temor por Dios en algún asunto, será bendecido por el Creador, quien decretará lo mejor para él: “Si los habitantes de las ciudades a las que les enviamos Nuestros Mensajeros hubieran creído y no hubiesen persistido en su incredulidad, habríamos abierto para ellos las bendiciones del cielo las lluvias y de la tierra los cultivos y frutos; pero desmintieron Nuestros signos y les castigamos por lo que habían cometido.” (Sagrado Corán 7:96)
2. Las súplicas: El Profeta nos enseñó a hacer súplicas para pedir bendiciones en muchos asuntos. Por ejemplo, aprendimos a rogar por los recién casados, en el momento de felicitarlos, y decirles: “Que Dios los bendiga, los colme de bendiciones y los une para el bien". También, nos enseñó a suplicar por quienes nos invitan a comer: "¡Oh, Dios! Bendice lo que les has sustentado, perdona sus faltas y ten misericordia de ellos”. Nuestro Profeta solía ir con los niños y pedir que Dios los bendijese. Cuando le traían los primeros dátiles maduros decía: “¡Dios! bendice nuestra ciudad, nuestros frutos, nuestras medidas de peso, concédenos bendición sobre bendición”.
3. Tomar el dinero de buena gana sin mostrar avidez ni insistencia: El Profeta le dijo a Hakím bin Hizam: “estos bienes presentes son dulces, quien los tome de buena gana será bendecido. En cambio, quien los tome de mala manera se sentirá igual que el que come y no se sacia.”
A esto le sigue el hacer caridades por beneficencia y por pagar el impuesto religioso, lo cual demuestra la sinceridad de la persona; Dios dice: ”Diles: en verdad, mi Señor aumenta el sustento a quien Él quiere de Sus siervos y se lo restringe a quien Le place, y todo lo que gastéis en caridad Él os lo compensará. Y Él es el mejor de los sustentadores” (Sagrado Corán 34:39) Abu Hurairah relató que el Profeta dijo: “Nunca merman los bienes por hacer caridades (o pagar el impuesto religioso)”.
En un hadiz Qudsi Dios dice: “¡Hijo de Adán, haz caridades yo te sustentaré!”.
4. La sinceridad en las relaciones de compra-venta: bin Hizam relató que el Profeta dijo: “El comprador y el vendedor tienen la oportunidad de elegir siempre y cuando uno de ellos no se haya retirado. Si son sinceros su transacción será bendecida, pero si mienten u ocultan algo, pierden todo tipo de bendición”.
5. Terminar los asuntos y tratos comerciales al principio del día: Sajr al Gamidi relató que, el Mensajero de Dios, dijo: “¡Dios! Bendice, de mi nación, a los que ultiman sus asuntos tempranamente”.
El Profeta cuando enviaba un contingente lo hacía en la madrugada. Sajr que era un comerciante enviaba siempre a sus hijos al principio del día y sus bienes se incrementaron hasta no llegar a saber qué hacer con ellos.
6. Seguir la Sunna en la comida y en la bebida: Sobre este punto existen numerosos hadices: Abdullah ibn Abbas relató que el Mensajero de Dios dijo: “La bendición desciende sobre el medio del plato, no coman del medio sino que vayan comiendo desde los bordes”. Yabir bin Abdillah contó: “El Mensajero de Dios nos ordenó que nos chupásemos los dedos luego de pasarlos por el plato y dijo: “Ustedes no saben en qué parte de la comida está la bendición”.
7. Consultarle a Dios en todos los asuntos para atraer la bendición, con la fe de que lo que elige Dios para el siervo es lo mejor. El Mensajero de Dios y debido al gran fervor que mostraba por enseñarle a sus compañeros todas las cosas, les enseñó también a hacer esta súplica de la misma forma que les enseñaba el Sagrado Corán, pues decía: “Cuando a alguno de ustedes le preocupe una situación, haga dos ciclos de oración fuera de las obligatorias y, luego, diga: ¡Dios! Te pido que me indiques, por Tu conocimiento, que decretes, por Tu poder, te pido de tus favores grandiosos, porque Tú decretas y no yo. Tú sabes y yo no y Tú Eres Conocedor de lo oculto y lo manifiesto. ¡Dios! si sabes que este asunto (y lo menciona) es un bien para mí, en mi religión, en mi vida y en el resultado de mis obras (en forma inmediata o dentro de un tiempo) decrétalo para mí y facilítamelo, luego bendíceme a través de él, pero si sabes que es un mal para mis asuntos religiosos, mi vida y para el resultado de mis obras (en forma inmediata o dentro de un tiempo) aléjalo de mí y aléjame de él y decreta el bien para mí donde fuese y complácete de mí.”
Entre los motivos por los cuales se incrementa el sustento podemos mencionar:
8. Preservar los lazos de parentesco: Dijo el Mensajero de Dios: “Quien desee que se le incremente su sustento, sea recordado tras su muerte y se le prolongue la vida, que mantenga buena relación con los parientes”.
¡Hermanos! Traten bien a los parientes, porque ello es una gracia de Dios y una misericordia con la que se apiada con aquellos que mantienen unidos los lazos familiares y los bendice e incrementa su sustento y, entre los motivos que lo hacen merecedor de las bendiciones de Dios, podemos mencionar:
9. Hacer caridades: Quien le facilita las cosas a una persona en dificultad, Dios le facilitará sus asuntos en esta vida y en la Otra. Quien alivia a un musulmán de un pesar, Dios lo librará de los pesares de este mundo y del Otro.
Sean misericordiosos siervos de Dios y les tendrá misericordia.
Quien está en el cielo. Todos los días dos ángeles descienden a la Tierra y uno ruega: ¡Dios! Agracia a quien es clemente y hace caridades, y el otro dice: ¡Dios! Que el tacaño se arruine.
10. El trabajo honesto y procurar el sustento de forma lícita: Lo permitido hace que Dios proteja a la persona de las habladurías y de tener que pedirle a la gente. Quien pida a la gente, sin necesidad, se presentará el Día del Juicio sin piel ni carne en su rostro. Válganse de los motivos del sustento lícito “Transiten por la Tierra, coman de su sustento y sepan que ante Él retornarán.”
Dios explayó la Tierra e hizo surgir de ella todo tipo de sustento y bendiciones. El Islam es una religión de sacrificio y trabajo. El Profeta dijo: “Si ustedes se encomiendan verdaderamente a Dios, los sustentará igual que como sustenta a las aves que salen hambrientas y regresan satisfechas”.
Ruegos y Súplicas a Dios.
Viernes 9 de Sha´ban de 1433 / 29 de Junio de 2012
Centro Cultural Islámico "Custodio de las Dos Sagradas
Mezquitas, Rey Fahd"
Buenos Aires - Argentina
Buenos Aires - Argentina
Jutba pronunciada por el Sheij Muhammad Al Kuwaití
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